fecha
stringlengths
10
10
texto
stringlengths
1.49k
29.3k
2015-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 30 de octubre de 2015 El 30 de Octubre de 2015 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe sobre Inflación del tercer trimestre de 2015 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO 1) Las cifras recientes continúan reflejando una débil dinámica de la economía mundial, inferior a la esperada en el Informe sobre Inflación de junio de 2015, y soportada por la demanda interna más que por el comercio exterior. 2) En los Estados Unidos el primer estimativo del PIB del tercer trimestre mostró una moderación del crecimiento, aunque mantuvo un nivel favorable. El consumo de los hogares se consolida como el principal motor de la economía. De acuerdo con las proyecciones de los miembros del Comité Federal de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC), el primer incremento de la tasa de interés de la Reserva Federal ocurriría en diciembre. Por su parte, la economía de la zona del euro mantiene tasas de expansión modestas, también impulsadas por la demanda interna. 3) En China varios indicadores sugieren una profundización de la desaceleración, a pesar de las medidas de política implementadas. Las exportaciones e importaciones se siguen contrayendo en términos anuales. La menor dinámica de esta economía seguiría teniendo efectos negativos sobre el desempeño de la actividad mundial, sobre el comercio y los precios internacionales de los bienes básicos. 4) La nueva información disponible sugiere que los principales socios de Colombia en América Latina seguirán mostrando un dinamismo muy bajo, en parte afectados por el descenso observado en los precios de las materias primas. En particular, para 2016 se espera que Venezuela y Brasil vuelvan a registrar contracciones en su producto, mientras que países como Ecuador, Chile, México y Perú seguirían registrando tasas bajas de crecimiento. 5) Con todo lo anterior, el crecimiento en 2015 de los principales socios comerciales de Colombia sería menor que lo previsto un trimestre atrás. Para 2016, habría una leve recuperación pero más lenta que lo proyectado en dicho informe. 6) En el tercer trimestre el precio del petróleo se ubicó, en promedio, por debajo de lo esperado por el equipo técnico. Factores como la debilidad de la demanda mundial, los altos inventarios y las perspectivas sobre una oferta elevada de crudo explicaron gran parte de este comportamiento. Las cotizaciones de otros bienes básicos también han registrado descensos. Al tiempo, los precios en dólares de los bienes importados por Colombia han disminuido más allá de lo previsto. Este comportamiento de precios de bienes exportados e importados se ha traducido en un deterioro significativo de los términos de intercambio del país, los cuales se sitúan en el nivel más bajo desde comienzos de 2009. Sin embargo, dicho deterioro ha sido menor al estimado en las proyecciones del Informe sobre Inflación de junio. 7) El anterior comportamiento de los precios de las exportaciones y el deterioro de las cantidades exportadas (excepto de los principales bienes agrícolas) se vieron reflejados en una caída del valor de las exportaciones en dólares. En el bimestre julio-agosto, las ventas externas cayeron 41,1% anual, descenso explicado principalmente por el comportamiento de las de origen minero y por el resto de exportaciones distintas a principales agrícolas. En lo corrido del año a agosto las exportaciones totales han caído 33,8% anual. 8) A pesar de la depreciación del peso, el descenso en los precios en dólares de los bienes importados y una demanda interna menos débil que lo proyectado, habrían explicado en parte, un ajuste de las importaciones en dólares más lento que lo estimado. En el bimestre julio-agosto las importaciones totales cayeron 14,4% anual, y en lo corrido a agosto acumulan un descenso de 11,8%. 9) Con lo anterior, es probable que en el tercer trimestre los déficits de la balanza comercial y de la cuenta corriente relativos al PIB se hayan acelerado. Para todo 2015 se espera un déficit externo entre 5,7% y 6,8% del PIB, con 6,2% como cifra más probable. 10) En Colombia, las cifras más recientes para el tercer trimestre apuntan a que el crecimiento pudo haber sido mejor que lo esperado. Por el lado de la demanda, las ventas al por menor (excepto vehículos) y el comportamiento de la cartera de consumo señalarían que el gasto de los hogares se mantiene dinámico, a pesar de los bajos niveles en los índices de confianza. Las expectativas de inversión muestran que aquella distinta a obras civiles mantendría un deterioro anual similar al registrado en el segundo trimestre, mientras que la construcción y las obras civiles continuarían con una buena dinámica. Por el lado de la oferta, los datos de industria, comercio y construcción (producción de cemento y licencias), entre otros, han sido mejor que los esperados. 11) La tasa de desempleo continúa en niveles bajos, aunque en los últimos meses se ha deteriorado la creación de empleo, en particular, del asalariado formal. 12) Las tasas de interés reales de los créditos se mantienen por debajo de sus promedios históricos y la evolución de la cartera apunta a una demanda interna que aún se muestra dinámica. 13) Con todo lo anterior, para 2015 el Banco revisó al alza su pronóstico más probable de crecimiento a 3,0%, contenido en un rango entre 2,4% y 3,4% (el intervalo anterior estaba entre 1,8% y 3,4% con 2,8% como cifra más factible). Para 2016 se espera un crecimiento similar (3%), con un intervalo entre 1,5% y 4%. 14) En septiembre la inflación anual al consumidor se ubicó en 5,35% anual, superando las proyecciones del mercado y del equipo técnico. Todos los principales grupos se aceleraron, siendo el de regulados el único que se encuentra dentro del rango meta de inflación. Los indicadores de inflación básica volvieron a incrementarse y se mantienen por encima del techo del rango meta; su promedio (4,89%) es el más alto desde abril de 2009. 15) Todas las medidas de expectativas de inflación aumentaron en el último mes y son superiores que la meta de largo plazo (3%). En particular, las que se derivan de los papeles de deuda pública se sitúan por encima del techo del rango meta. En síntesis, los fuertes aumentos en los precios de los bienes que se ven más afectados por la depreciación del peso y por factores climáticos adversos siguen presionando la inflación al alza. Los precios de los otros bienes y servicios también muestran variaciones crecientes, lo cual puede ser el reflejo de mecanismos de indexación, de expectativas de mayor inflación en el futuro o de presiones de costos en esos sectores. El comportamiento de estos precios no parece indicar la existencia de un deterioro significativo de la demanda agregada. Así, se ha moderado el riesgo de una desaceleración de la demanda interna, más allá de lo coherente con la caída registrada del ingreso nacional, con un entorno de expectativas de inflación al alza. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA La mayoría de los miembros coinciden en que los incrementos de la inflación reflejan no sólo el impacto de choques transitorios atribuibles al fenómeno del Niño y a la devaluación, sino también el efecto de mayores expectativas de inflación y la existencia de exceso de gasto en el pasado que además ejerce presión sobre el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. El anuncio de un Niño más fuerte y duradero que lo inicialmente previsto y la incertidumbre sobre el comportamiento futuro de la devaluación y su traslado a los precios, han aumentado el riesgo de que las expectativas de inflación de mediano plazo se desanclen de la meta. Ellos consideran que es necesario un aumento en la tasa de interés de referencia no sólo para anclar las expectativas sino para evitar presiones de inflación o vulnerabilidad externa generada por excesos de demanda. En relación con la magnitud del incremento de la tasa de interés de intervención se presentaron opiniones diferentes. La mayoría de los miembros opinó que el aumento debe ser de 50 pb. En su opinión la nueva información disponible de demanda interna y de expectativas de inflación exige una reacción más fuerte que la tomada en la Junta anterior. Otros directores, aunque comparten el diagnostico macroeconómico del grupo mayoritario, consideran que la decisión de política adecuada es incrementar la tasa de intervención en 25 pb. En su opinión, esta estrategia sería la adecuada para afrontar la actual coyuntura inflacionaria por las siguientes razones: (i) es muy probable que se requiera una senda de incrementos de la tasa de intervención, por lo cual lo indicado es un ajuste gradual y, de ser necesario, persistente, en la tasa, (ii) dicho ajuste permite ir calibrando de mejor forma los aumentos en la tasa de acuerdo con la nueva información disponible, lo que es muy útil en un escenario de alta incertidumbre externa como el actual y (iii) una estrategia como la indicada facilita la comunicación con el mercado, permite una mayor predictibilidad de las tasas futuras y mejora los canales de transmisión de la política monetaria. Un miembro enfatizó el carácter transitorio de la aceleración de la inflación asociada al fenómeno de El Niño, y al cambio en el nivel de la tasa de cambio. Aunque no existen presiones de demanda considera que si el objetivo es controlar las expectativas de inflación un aumento de 25 pb cumple ese objetivo. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 50 pb y la situó en 5,25%. Bogotá, D. C.
2015-11-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 27 de noviembre de 2015 El 27 de Noviembre de 2015 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria de octubre de 2015 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO Las cifras más recientes continúan mostrando una actividad económica mundial débil. En los Estados Unidos la demanda interna sigue creciendo a tasas favorables mientras que en la zona del euro el PIB mantiene aumentos modestos. La economía china continúa desacelerándose, en Brasil se habría profundizado la recesión y los otros países grandes de Latinoamérica crecen a tasas menores que las observadas en años anteriores. La probabilidad de que la Fed incremente su tasa de interés de referencia en diciembre aumentó, el dólar se apreció, las tasas de los bonos de largo plazo subieron y los precios de los principales bienes básicos disminuyeron. El precio del petróleo se situó por debajo de lo proyectado por el equipo técnico y los términos de intercambio se mantienen en niveles bajos. En el tercer trimestre las exportaciones descendieron (-41,9% anual) más que las importaciones (- 17,2% anual) y con ello se registró una ampliación del déficit comercial mayor que el previsto por el equipo técnico. En Colombia, las ventas al por menor (excepto vehículos) para el tercer trimestre indican que el consumo de los hogares habría sido más dinámico que lo previsto. Sin embargo, las exportaciones netas habrían restado al crecimiento del producto. Por el lado de la oferta, la construcción habría tenido una dinámica positiva de acuerdo con los indicadores de producción y despacho de cemento. Asimismo, la producción industrial muestra una tendencia creciente. La tasa de desempleo permanece baja aunque en el trimestre se observó una leve reducción en el número de ocupados (en el total nacional y en las trece áreas). Las series desestacionalizadas no muestran una tendencia definida. La información disponible para el cuarto trimestre aún es escasa. Por el lado de la demanda, la cartera de consumo registró alguna desaceleración en términos nominales, al tiempo que el índice de confianza del consumidor mostró una leve recuperación en octubre, aunque se mantiene en niveles bajos. Por el lado de la oferta, las cifras de producción de crudo y de café están en línea con lo esperado por la SGEE, y las encuestas muestran mejoras en la tendencia de los indicadores de confianza, pedidos y existencias de la industria, así como en la percepción de la situación actual del comercio. No obstante, las perspectivas del comercio a seis meses mantienen una tendencia negativa. Con lo anterior, el equipo técnico mantuvo su rango de pronóstico de crecimiento para todo 2015 entre 2,4% y 3,4%, con 3% como cifra más probable. En octubre la inflación anual al consumidor se ubicó en 5,89%, superior a la esperada por el promedio del mercado y por el equipo técnico del Banco. La aceleración en el mes se explicó por el mayor ritmo de aumento en los precios de los alimentos, principalmente los perecederos, y por el comportamiento del grupo de transables sin alimentos ni regulados. A pesar del fuerte aumento de las tarifas de servicios públicos, el grupo de regulados fue el único que jalonó a la baja a la inflación, debido al comportamiento de los combustibles. Todos los indicadores de inflación básica volvieron a subir y su promedio se situó en 5,11%. En el último mes, todas las medidas de expectativas de inflación que monitorea el equipo técnico aumentaron. Las obtenidas a partir de la encuesta aplicada a analistas financieros, se situaron en 4,41% y 3,55% para uno y dos años respectivamente. Las obtenidas a partir de los papeles de deuda pública se ubican por encima del techo del rango meta para todos los plazos. Se espera que en los próximos meses los efectos del fenómeno de El Niño sobre la producción agrícola y la de energía eléctrica continúen presionando al alza los precios de los alimentos y de los servicios públicos. De igual forma, la transmisión de la depreciación del peso hacia los precios internos puede seguir y generar aumentos adicionales en los costos de producción, y en particular, en el grupo de transables. Estos choques que están aumentando la inflación de forma transitoria, pueden afectar las expectativas de inflación y contribuir a que varios mecanismos de indexación de precios y salarios operen con mayor intensidad que en periodos pasados, y generen una convergencia más lenta de la inflación hacia la meta. En síntesis, las expectativas de inflación han aumentado y el riesgo de una desaceleración de la demanda interna, más allá de lo coherente con la caída registrada del ingreso nacional, se ha moderado. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta concuerdan en que la economía colombiana ha recibido un fuerte choque de ingreso derivado de la caída del precio internacional del petróleo, que ha generado una depreciación sustancial del peso, la cual es necesaria para lograr una re-orientación sectorial del gasto y la producción, conducente al ajuste de las cuentas externas del país. La gran magnitud de la devaluación ha elevado la inflación de los precios al consumidor, y dicho aumento se ha visto reforzado por otras presiones de oferta sobre los alimentos especialmente. Ambos choques, aunque transitorios, han sido más fuertes y persistentes que lo inicialmente estimado, desviando la inflación de su meta por un período más largo de tiempo. Los pronósticos muestran que ella empezará a converger a su meta a partir del segundo semestre de 2016. Por su parte, el ajuste de la demanda interna ante el choque de términos de intercambio ha sido menor al que se esperaba, mostrando un refortalecimiento en los últimos trimestres del año. Este último factor no ha contribuido de la forma esperada con la disminución del déficit en cuenta corriente de la economía, haciendo que su vulnerabilidad externa continúe siendo un factor de preocupación. En este escenario, todos los miembros de la Junta concuerdan en que es necesario continuar con el endurecimiento de la política monetaria, si bien existen diferencias acerca de la velocidad de los aumentos de la tasa de interés de política. La mayoría de los miembros de la Junta considera que es conveniente seguir en el proceso de endurecimiento de la política monetaria, buscando disminuir el crecimiento de la demanda interna y mejorar el anclaje de las expectativas de inflación. La política monetaria actúa mirando hacia adelante y, en un entorno en que la economía continúa enfrentando condiciones externas cambiantes, estos miembros consideran que el anuncio de una senda de ajustes continuos de 25 P.B. resulta adecuado. Una senda de incrementos fortalece la señal del compromiso de la JDBR con los objetivos inflacionarios, permite calibrar mejor la respuesta óptima ante los nuevos choques externos y hace más predecible los movimientos de la JDBR para el mercado, mejorando así la transmisión de la política monetaria. La credibilidad de la autoridad monetaria debe sustentarse en una acción consistente y ponderada que mira hacia el horizonte de política. La disposición a seguir una senda de incrementos en tasas que sea coherente con la convergencia de la inflación a su meta dentro de éste horizonte es la mejor estrategia para apuntalar esta credibilidad. Una política consistente debe ser la guía que ajuste las expectativas de mediano plazo, a pesar de que la volatilidad de los datos de corto plazo muy probablemente va a persistir durante un tiempo. Los demás miembros de la Junta consideran que es esencial consolidar la credibilidad de la política monetaria cuando la demanda interna no está débil y contribuye aún a generar una vulnerabilidad de la economía por el alto déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Consideran que la credibilidad se consolida más con un aumento de la tasa de interés de 50 pbs que con un aumento de 25 pbs en esta sesión de la Junta. Sostienen que con un incremento de la tasa de interés de 25 pbs en esta reunión se debilitan la señal enviada y la credibilidad ganada con el incremento de 50 pbs en la sesión anterior, y que sería infortunado tener que hacer esfuerzos para ganar credibilidad en el futuro cuando la demanda esté golpeada. La credibilidad de la política monetaria podría resentirse más por algunos choques de oferta previsibles en el futuro. En particular, el inminente incremento de la tasa de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos tiende a fortalecer el dólar y a disminuir los precios del petróleo, resultando en una devaluación mayor del peso y en consecuentes presiones sobre las expectativas de inflación. Asimismo el efecto del fenómeno de El Niño sobre la oferta de alimentos y los precios de algunos servicios regulados incrementará aún más la inflación y podría afectar adicionalmente las expectativas de inflación. Por último, uno de los miembros del grupo que propuso un incremento de 50 puntos básicos, subrayó que la inflación anual a octubre – 5,9% -, dobla la meta, es la más alta en seis y medio años, y ha permanecido por encima del límite superior del rango meta durante nueve meses consecutivos. Ciertamente la de alimentos – 8,8% - es la que más ha jalonado la total. Sin embargo, ya no es sólo por alimentos. Sin alimentos pasó de 2,9% hace un año a 4,8%. Sin alimentos ni regulados se dobló, al haber pasado de 2,6% a 5,2%. Y el promedio de las básicas creció por décimo tercer mes consecutivo, pasando de 2,8% hace un año a 5,1%. La persistencia del aumento de todos los indicadores relevantes de inflación sugiere presiones de demanda. Las expectativas se hallan desancladas de la meta y el abultado déficit de la cuenta corriente no arroja signos de ceder. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 pb y la situó en 5,5%. Bogotá D.C.
2015-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 18 de diciembre de 2015 El 18 de Diciembre de 2015 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria de noviembre de 2015 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO a. La Reserva Federal de los Estados Unidos decidió incrementar su tasa de referencia en 25 p.b. en su reunión del 16 de diciembre, tal como lo esperaba el mercado y la SGEE. En su comunicado, el FOMC resaltó las mejoras que ha mostrado el mercado laboral y sugiere alzas graduales de la tasa de interés durante 2016. La información disponible para el cuarto trimestre indica que la economía estadounidense mantendría su dinamismo, impulsada por la fortaleza de la demanda interna, en particular del consumo. b. A pesar del buen comportamiento de la economía estadounidense, la demanda mundial se mantiene débil. En la zona del euro la actividad económica sigue con una recuperación muy lenta. En China, la información disponible apunta a que su economía habría dejado de desacelerarse pero tendría un bajo dinamismo. En América Latina, el PIB del tercer trimestre mostró una profundización de la recesión en Brasil y un desempeño mediocre en Chile y Perú. c. En las últimas semanas el precio del petróleo volvió a caer significativamente, y se ubica, en lo corrido de diciembre (al día 15), 9,9% por debajo de lo observado en noviembre. Hacia adelante no se descarta que pueda haber reducciones adicionales en la cotización internacional del crudo. Las primas de riesgo de los países de América Latina también se incrementaron y para Brasil y Colombia se ubicaron en los niveles más altos desde 2009. d. Además del petróleo, los precios internacionales de otros bienes básicos exportados por la región y particularmente por Colombia, se mantienen bajos. Con esto, los términos de intercambio del país estarían registrando un mayor deterioro. e. La caída del precio del petróleo, el incremento en la prima de riesgo y la expectativa del incremento de la tasa de referencia de la Reserva Federal, explicarían gran parte de la fuerte depreciación del peso colombiano, que ha conducido a la TRM a los máximos históricos. Las monedas de la región también se depreciaron pero en menor magnitud. f. Para Colombia, las cifras de comercio exterior con corte a octubre muestran unas exportaciones en dólares que siguen cayendo, principalmente por cuenta del efecto de los menores precios. g. El PIB del tercer trimestre creció 3,2% anual, más que lo esperado por el equipo técnico. La demanda interna creció 2,8%, similar al registro del segundo trimestre. El consumo total se aceleró frente al trimestre anterior, mientras que el crecimiento de la formación bruta de capital fue igual. Las exportaciones netas tuvieron un aporte negativo al crecimiento. Por el lado de la oferta, todos los sectores, excepto la minería y la construcción de edificaciones, mostraron crecimientos. Las cifras disponibles para el cuarto trimestre aún son escasas pero apuntan a que se mantendría el dinamismo observado entre julio y septiembre. h. El crédito total se ha desacelerado, pero sigue expandiendo a tasas superiores que el PIB nominal. La cartera comercial mantiene sus tasas de crecimiento mientras que el ritmo de aumento de la de los hogares ha disminuido. Las tasas reales de interés de crédito han frenado su descenso y se ubican por debajo del promedio calculado desde el 2000. i. En el mercado laboral con datos a octubre, las series desestacionalizadas muestran un aumento en la tasa de desempleo en los últimos meses por cuenta de una desaceleración del empleo. j. Dado todo lo anterior, el equipo técnico redujo la amplitud del rango de pronóstico de crecimiento para todo el año. La expansión de la economía se ubicaría entre 2,8% y 3,2%, con una cifra más probable de 3%. k. En cuanto a la inflación anual al consumidor, en noviembre se ubicó en 6,39%, por encima de las proyecciones de los analistas y de la SGEE. En lo corrido del año acumula 6,11% frente 3,38% del mismo periodo de 2014. Todos los indicadores de inflación básica se sitúan por encima de 5%. l. Tanto en el mes como en lo corrido del año, la aceleración en la inflación se explica por el comportamiento de los precios de los alimentos (9,81%) y de los transables sin alimentos ni regulados (6,92%). m. Las medidas de expectativas de inflación obtenidas a partir de la encuesta aplicada a analistas financieros aumentaron en el último mes y se ubicaron en 6,67%, 4,63% y 3,83%, para finales de 2015, 2016 y 2017 respectivamente. En lo corrido de diciembre hasta el día 15, las expectativas de inflación que surgen de los TES con plazo a 2 años se mantuvieron estables, y a 3 y 5 años disminuyeron levemente. Estas últimas se ubican en niveles similares o superiores a 4,5%. n. Hacia adelante, los efectos adversos del fenómeno de El Niño, el traspaso de la depreciación del peso hacia los precios internos, y la activación de algunos mecanismos de indexación, podrían mantener la inflación en niveles altos en la primera mitad de 2016. Se espera que en el segundo semestre del siguiente año estos choques transitorios se diluyan. Lo anterior, junto con las acciones de política monetaria, deberían conducir a la inflación a la meta en un horizonte de dos años. En síntesis, incrementos mayores que los esperados en los precios de los alimentos y aumentos adicionales de la tasa de cambio, relacionados en buena parte con la caída del precio del petróleo, ejercen nuevas presiones sobre la inflación. Al mismo tiempo, las expectativas de inflación se mantienen altas y el riesgo de una desaceleración de la demanda interna, más allá de lo coherente con la caída registrada del ingreso nacional, se ha moderado. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta resaltaron el incremento en todos los indicadores de inflación (total y básicas); el dinamismo de la demanda interna, a pesar del efecto negativo de la caída en los precios del petróleo sobre el ingreso nacional, y la reciente revisión al alza de la proyección del crecimiento en 2015 realizada por el equipo técnico del Banco. Asimismo, que tanto las encuestas como los modelos del Banco sugieren unas expectativas de inflación de mediano plazo desviadas del objetivo fijado por la Junta. En cuanto al déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos, los datos disponibles no muestran signos de corrección, aumentando la percepción de riesgo macroeconómico de la economía colombiana. La mayoría de los miembros de la Junta, teniendo en cuenta la dinámica de la demanda interna, los factores de inflación y el nivel del déficit en cuenta corriente, considera que es necesario un incremento en la tasa de interés de 25 p.b. y la reiteración del mensaje de que nos encontramos en una senda de endurecimiento de la política monetaria. Una senda de incrementos como la anunciada es conveniente ya que fortalece la señal del compromiso de la Junta con los objetivos inflacionarios, permite calibrar mejor la respuesta óptima ante los nuevos choques externos y hace más predecible para el mercado los movimientos de la Junta, mejorando así la transmisión de la política monetaria. La duración de esa senda será la necesaria para que la inflación converja a su meta en 2017. Los demás miembros de la Junta consideran que en la economía colombiana se estarían activando fuertes mecanismos de indexación y que ha aumentado la probabilidad de efectos adicionales de los choques de oferta sobre la inflación. En particular, del traslado de la devaluación a los precios al consumidor y del impacto del fenómeno de El Niño sobre los precios de los alimentos y de la energía. Estos choques muy probablemente traerán, durante el primer semestre de 2016, incrementos adicionales en la inflación, afectando sus expectativas y reduciendo la tasa de interés real. En un contexto de alto déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que refleja un exceso de gasto sobre ingreso, los efectos adicionales de los choques de oferta refuerzan la necesidad de actuar ahora con un incremento de la tasa de interés de 50 p.b.. Incrementos menores podrían ser insuficientes para anclar las expectativas de inflación a la meta y fortalecer la credibilidad en la política monetaria, haciendo más lenta y difícil la convergencia de la inflación a la meta y requiriendo incrementos de la tasa de interés en el futuro que podrían coincidir con una desaceleración pronunciada del gasto y el producto. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 p.b. y la situó en 5,75%.
2016-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de Enero de 2016 El 29 de Enero de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria diciembre y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO a. Durante lo corrido del mes de enero (al día 26) el precio internacional del petróleo volvió a tener una caída significativa (17,6% frente al promedio de diciembre) y se ubicó en el nivel más bajo desde 2003. Los precios de otros bienes básicos (entre ellos el café y el carbón) también disminuyeron en las últimas semanas. Con esto, los términos de intercambio continúan con una tendencia a la baja. b. Además, se observaron caídas en las bolsas e incrementos en la volatilidad en los mercados financieros, debido principalmente a las perspectivas de un mayor debilitamiento de las economías emergentes y en especial de China. En América Latina se incrementaron las primas de riesgo y se depreciaron las monedas. El dólar estadounidense se fortaleció frente a la mayoría de las monedas del mundo. c. La información disponible sobre actividad económica confirma el bajo crecimiento de los principales socios comerciales del país en 2015, y hace prever menores ritmos de expansión que los proyectados en el Informe sobre Inflación de septiembre, tanto para 2015 como para 2016, principalmente para los países de la región. Estos últimos, al igual que Colombia, están siendo afectados por la caída de los precios internacionales de los bienes básicos y por la debilidad de la demanda mundial. Asimismo, los índices de confianza se han deteriorado considerablemente en varios casos. d. China, por su parte, continuaría desacelerándose en 2016. La menor dinámica de esta economía seguiría teniendo efectos negativos sobre el desempeño de la actividad mundial, sobre el comercio y los precios internacionales de los bienes básicos. e. En cuanto a las economías desarrolladas, los Estados Unidos mantendría un crecimiento similar al de 2015, impulsado por la demanda interna, mientras que Europa continuaría con una lenta recuperación. Se espera que la Reserva Federal aumente gradualmente su tasa de referencia, y que el Banco Central Europeo siga con una política altamente expansiva. f. En el contexto de bajo dinamismo en la demanda mundial y de fuerte caída en los precios del petróleo y de los bienes básicos en general, observado en 2015, el valor en dólares de las exportaciones cayó 35,3% en el acumulado a noviembre. Aunque el ajuste en las importaciones se ha acelerado recientemente con caídas anuales superiores al 20% desde septiembre, en lo corrido del año se ha registrado un déficit comercial. g. Para todo 2015 se estima un déficit en la cuenta corriente entre 6,3% y 6,7% del PIB. Parte del detrimento en este indicador se debe a la reducción del PIB en dólares por el efecto de la depreciación del peso frente al dólar. Para 2016 se espera un déficit externo entre 5,4% y 6,5% del PIB, el cual supone en el escenario central que continúa el deterioro de las exportaciones y el ajuste de las importaciones, en un entorno en el que el financiamiento externo sería menor que el observado en años anteriores y posiblemente más costoso. h. En el contexto interno, para todo 2015 el equipo técnico mantuvo su pronóstico de crecimiento anual en 3,0%, con un rango entre 2,8% y 3,2% (más estrecho que el del Informe anterior). En el cuarto trimestre de 2015 la demanda interna se habría desacelerado, con excepción de la inversión en obras civiles, mientras que las exportaciones netas habrían tenido un aporte positivo al crecimiento por la mayor caída de las importaciones que la de las exportaciones. Las tasas de interés reales de los créditos, si bien se mantuvieron por debajo de sus promedios históricos, dejaron de descender en los últimos meses (excepto la hipotecaria). En el mercado laboral, desde mediados de año se ha observado un leve incremento en la tasa de desempleo y un estancamiento del empleo (según las series desestacionalizadas). i. Para 2016 se redujo el pronóstico de crecimiento anual del PIB y se espera que se ubique entre 1,5% y 3,2%, con 2,7% como cifra más probable. Se prevé que continúe desacelerándose la demanda interna, en particular la inversión, como parte del ajuste que requiere la economía ante las nuevas condiciones externas. j. En cuanto a la inflación anual al consumidor, al cierre de 2015 se ubicó en 6,77%, superando las proyecciones del mercado y de la SGEE. En diciembre los indicadores de inflación básica redujeron su ritmo de aumento y su promedio se ubicó en 5,43% (3 pb por encima del valor de noviembre). Durante el año el aumento de la inflación se explica fundamentalmente por el comportamiento de los alimentos (10,85%) y de los transables sin alimentos ni regulados (7,09%), grupos que representan el 54,2% de la canasta al consumidor. k. Según la encuesta aplicada a analistas financieros, las expectativas de inflación se ubican en 4,50% a doce meses y en 3,68% a veinticuatro meses, cifras algo menores que los datos del mes anterior (4,63% y 3,83%, respectivamente). Para diciembre de 2016, los analistas esperan una inflación de 4,83%. La encuesta trimestral de expectativas económicas indica una expectativa de inflación a diciembre de 2016 y 2017 de 5,35% y 4,85% respectivamente. Las expectativas derivadas de los papeles de deuda pública se ubican por encima de 4,5% y aumentaron frente a las calculadas en diciembre. l. Los efectos del fenómeno de El Niño, el traspaso de depreciación del peso hacia los precios y el efecto de los mecanismos de indexación de precios y salarios mantendría alta la inflación en la primera mitad del año. Se espera que en el segundo semestre los choques de los precios de los alimentos y de la depreciación se empiecen a diluir, lo que junto con las acciones de política monetaria debería conducir la inflación a la meta durante 2017. En síntesis, incrementos mayores que los esperados en los precios de los alimentos y aumentos adicionales de la tasa de cambio relacionados, en buena parte, con la caída del precio del petróleo, siguen ejerciendo presiones sobre la inflación. Al mismo tiempo, las expectativas de inflación se mantienen altas y el riesgo de una desaceleración de la demanda interna en exceso de la compatible con la caída del ingreso nacional continúa siendo moderado. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta resaltaron que los principales choques que afectan a la economía colombiana (deterioro de los términos de intercambio y factores climáticos) han sido más intensos y persistentes que lo inicialmente previsto. La economía continúa ajustándose a estos choques con una desaceleración moderada en la actividad económica que se espera continúe a lo largo de 2016, resultado principalmente de un crecimiento de la demanda interna menor al que se presentó en 2015. Esta desaceleración continuaría contribuyendo a la reducción del déficit en la cuenta corriente. Para el cierre de 2015 se estima un descenso leve en dicho déficit en millones de dólares y se espera que en 2016 tenga una contracción adicional de USD3 mil millones. La devaluación del peso, que se presentó como consecuencia del deterioro de los términos de intercambio, y los fuertes choques climáticos presionaron la inflación durante el 2015. Los estimativos del equipo técnico indican que continuarán haciéndolo durante el primer semestre de 2016. En este periodo, la inflación también puede ser afectada por los mecanismos de indexación propios de la economía colombiana que responderían al aumento en la inflación presentado en 2015. En este contexto, los miembros de la Junta concuerdan en que lo indicado es continuar el ajuste de la política monetaria, con un aumento de los tipos de interés que es necesario para la convergencia de las expectativas y de las proyecciones de inflación a la meta en el horizonte de política, y va en la línea de una reducción del déficit de la cuenta corriente. La mayoría de los miembros de la Junta consideran que lo adecuado es continuar con la senda de incrementos de 25 pb. Estos miembros ratificaron las ventajas que esta senda ofrece en términos de predictibilidad para el mercado y eficiencia en la incorporación de la información marginal en un ambiente de alta volatilidad. Adicionalmente, destacaron que los mecanismos de transmisión de la política monetaria se habrían fortalecido desde el último trimestre de 2015 como consecuencia del cambio en la estructura del balance del sistema financiero. Por último, mencionaron que hay factores puntuales relacionados con la disminución de la inversión en el sector petrolero que van a contribuir con la reducción del déficit externo. Los demás miembros de la Junta consideran que es necesario aumentar 50 pb puesto que creen que el incremento de las expectativas de inflación por encima del límite superior del rango meta, así como los mecanismos de indexación de la economía representan un riesgo creciente de persistencia de inflación alta. En un contexto de alto déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que refleja un exceso de gasto sobre ingreso, los efectos adicionales de los choques de oferta sobre las expectativas y las decisiones de precios refuerzan la necesidad de acelerar los aumentos de la tasa de interés de intervención, para anclar las expectativas a la meta y preservar la credibilidad en la política monetaria. Finalmente reiteraron que incrementos más fuertes en el presente, pueden evitar la necesidad de realizar incrementos de la tasa de interés en el futuro que podrían coincidir con una desaceleración pronunciada del gasto y el producto. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 p.b. y la situó en 6%. Bogotá D.C.
2016-02-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 19 de Febrero de 2016 El 19 de Febrero de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria enero y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO 1. Durante febrero continuó la turbulencia en los mercados financieros internacionales. Según los analistas esto se explica por factores como las preocupaciones sobre la estabilidad financiera, los precios de los commodities y el crecimiento mundial (en especial de China y de los demás países emergentes). 2. Las tasas de los bonos soberanos de largo plazo de los Estados Unidos se redujeron de forma significativa, lo que sugiere que los mercados esperan que la normalización de la política monetaria en dicho país se haga más lenta que lo proyectado por el FOMC en diciembre pasado. 3. En Latinoamérica las monedas se depreciaron y las primas de riesgo país se incrementaron ubicándose en los niveles más altos desde 2009. 4. El dólar, por su parte, reversó parte de su apreciación frente a las principales monedas. 5. El precio del petróleo se mantuvo en los niveles más bajos desde 2003. El anuncio de algunos de los principales productores de crudo de no realizar incrementos adicionales en su producción no impactaría el mercado por cuanto persistiría la sobreoferta de crudo. Los precios internacionales del oro y la plata aumentaron significativamente, mientras que los del cobre, el carbón, el níquel y los alimentos se mantuvieron bajos. Con esto, los términos de intercambio del país habrían permanecido en los mínimos desde 2003. 6. En enero la inflación habría continuado baja en los Estados Unidos, la zona del euro y China, mientras que en Latinoamérica se mantendría con tendencia al alza y por fuera del rango de las autoridades monetarias en Brasil, Chile, Perú y Colombia. 7. En cuanto a la actividad real, el PIB del cuarto trimestre de 2015 muestra que los Estados Unidos se desaceleró y la zona del euro continuó con su lenta recuperación. En la región, Perú tuvo una aceleración importante según los índices de actividad. La poca información disponible para enero indica que las tendencias se mantienen. 8. Durante 2015 el valor en dólares de las exportaciones cayó 35,1%, particularmente por el comportamiento de los precios de los bienes de origen minero. La información preliminar de la DIAN para enero muestra que se siguen contrayendo. Por otra parte, de acuerdo con el avance de comercio exterior de la DIAN para las importaciones, en diciembre de 2015 las totales registraron una caída anual de 25,4%, mientras que en enero de 2016 se habrían contraído 34,3% anual. 9. El 16 de febrero la agencia Standard & Poor’s (S&P) modificó la perspectiva de la deuda soberana de largo plazo de Colombia de estable a negativa. Esta decisión se tomó teniendo en cuenta el descenso en los pronósticos sobre los precios del petróleo, lo que genera riesgos de un mayor deterioro en la posición externa del país, en las finanzas públicas y en el crecimiento, particularmente si el Gobierno no toma a tiempo las medidas fiscales que se requieren. 10. En Colombia, la información disponible para el cuarto trimestre de 2015 sugiere que la economía habría crecido a un ritmo similar al del tercer trimestre. La industria mostró una expansión favorable mientras que el comercio se desaceleró. En 2015 la tasa de desempleo dejó de caer y habría empezado a subir levemente, según el componente tendencial de las series desestacionalizadas. 11. Para el mes de enero la confianza del consumidor se desplomó y alcanzó el mínimo desde abril de 2002. Tanto el componente de condiciones económicas actuales como el de expectativas retrocedieron. Asimismo se deterioró la percepción futura del mercado laboral. 12. Por el lado de la oferta, la producción de crudo se situó por debajo del millón de barriles diarios, y la de café se desaceleró debido al efecto de una alta base de comparación en 2015. 13. En el mismo mes las tasas de interés reales de los créditos comerciales y de consumo empezaron a subir, aunque se mantienen en niveles bajos frente a sus promedios históricos. 14. Dado que la información es muy escasa, se mantiene el rango de pronóstico de crecimiento del PIB para 2016, el cual muestra un sesgo a la baja. El crecimiento se ubicaría entre 1,5% y 3,2%, con 2,7% como cifra más probable. 15. Con respecto a la inflación anual, en enero se aceleró y se ubicó en 7,45%, debido en particular al fuerte aumento en los precios de los alimentos (12,26%), y dentro de este grupo, de los perecederos (31,3%). La inflación sin alimentos también se aceleró (de 5,17% a 5,54%). El promedio de los indicadores de inflación básica que monitorea el Banco se situó en 5,73% anual. La variación anual del IPC en enero es la más alta desde diciembre de 2008. 16. Según la encuesta mensual aplicada a analistas financieros en febrero, se espera una inflación anual de 5,49% para diciembre de 2016, cifra mayor que la esperada en la encuesta de enero. A doce y veinticuatro meses los analistas esperan 4,54% y 3,70%, respectivamente, cifras similares a las de la encuesta anterior (4,50% y 3,68%). Las expectativas de inflación derivadas de los papeles de deuda pública con información al 16 de febrero, se ubicaron por encima de 4,5% para los plazos a 2, 3, 5 y 10 años, en niveles similares a los de enero. 17. Los efectos del fenómeno de El Niño, el traspaso de depreciación del peso hacia los precios y el efecto de los mecanismos de indexación de precios y salarios mantendría alta la inflación en la primera mitad del año. Se espera que en el segundo semestre los choques de los precios de los alimentos y de la depreciación se empiecen a diluir, lo que junto con las acciones de política monetaria debería conducir la inflación a la meta durante 2017. En síntesis, incrementos mayores que los esperados en los precios de los alimentos y aumentos adicionales de la tasa de cambio, relacionados en buena parte con la caída del precio del petróleo, siguen ejerciendo presiones al alza sobre la inflación. Las expectativas de inflación siguen altas y es previsible un traspaso adicional de la devaluación del peso a los precios internos. La incertidumbre sobre la persistencia del bajo nivel del Índice de Confianza del Consumidor y su impacto sobre el gasto de los hogares es elevada. Otros indicadores de actividad económica son compatibles con el pronóstico de crecimiento de 2016 del equipo técnico del Banco (2,7% como cifra más probable, contenida en un rango entre 1,5% y 3,2%). 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta concuerdan en la necesidad de continuar con el aumento de la tasa de interés de intervención con el fin de garantizar la convergencia de las expectativas de inflación a la meta y un crecimiento en la demanda interna coherente con un menor crecimiento del ingreso nacional. Resaltaron también que el ajuste del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos debe ser una prioridad de la política macroeconómica. En consecuencia, coinciden en que las políticas monetaria y fiscal deben actuar para reducir el crecimiento del gasto público y privado, generando así las condiciones para que la economía logre sus objetivos de convergencia de la inflación a la meta y de sostenibilidad externa. La mayoría de los miembros de la Junta consideran que lo adecuado es continuar con la senda de incrementos de 25 pb. Algunos de ellos señalaron que los datos recientes de confianza del consumidor muestran que las variables económicas pueden tener cambios fuertes en poco tiempo, lo que resalta la conveniencia de tener un proceso de ajuste gradual en el que se pueda incorporar la nueva información. Se destacó de nuevo la evidencia del fortalecimiento de los mecanismos de transmisión de la política monetaria que podrían tener efectos sobre la evolución futura de la tasa de intervención. Otros enfatizaron que en las últimas semanas el precio del petróleo ha encontrado un nivel más estable, lo que podría indicar que en los próximos meses la devaluación del peso no continuaría al ritmo observado recientemente, contribuyendo a su vez a la estabilización de la inflación. Finalmente, algunos destacaron que de presentarse sorpresas inflacionarias podría aumentarse el ritmo de ajuste de la tasa de interés. Los demás miembros de la Junta proponen un aumento en la tasa de interés de intervención de 50 pb. Ven con especial preocupación el desanclaje de las expectativas de inflación de la meta y el fuerte aumento de la inflación en un contexto de incertidumbre sobre el grado de indexación en las decisiones de precios y salarios. Consideran además que existe alta incertidumbre sobre la verdadera elasticidad de la inflación a la brecha del producto y sobre la suficiencia del ajuste esperado en la demanda interna para reducir las presiones inflacionarias y el desequilibrio externo. En este contexto, un incremento de 50 pb en la tasa de interés de intervención conlleva por ahora bajo riesgos de un ajuste excesivo en el crecimiento del gasto y el producto. Por último, creen que, de continuar el dinamismo observado de la demanda interna, la sostenibilidad del crecimiento podría verse comprometida debido al alto nivel del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y a la débil respuesta de las exportaciones a la devaluación real del peso. De ahí la importancia del ajuste del gasto público anunciado por el Gobierno Nacional, de la pronta presentación y aprobación de una reforma tributaria estructural y de una reacción más rápida de la autoridad monetaria al comportamiento de la inflación y las expectativas de inflación. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 pb y la situó en 6,25%. Bogotá DC.
2016-03-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 18 de Marzo de 2016 El 18 de Marzo de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria del mes de febrero y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO 1. En las últimas semanas los precios internacionales del petróleo y de otros bienes básicos aumentaron. Asimismo, el dólar se debilitó y se redujo la volatilidad en los mercados financieros internacionales. Esto debido, entre otros factores, a una mayor provisión de liquidez en las economías avanzadas, a una perspectiva de incremento más gradual que lo previsto en la tasa de interés de la Fed, y a las políticas de estímulo anunciadas en China. 2. Acorde con lo anterior, la cotización del peso colombiano frente al dólar y la prima de riesgo del país, al igual que los de otros países emergentes, reversaron parte del deterioro observado a comienzos de año. No obstante, los niveles de ambos indicadores siguen siendo superiores a los promedios registrados en 2015. 3. Los registros de enero y febrero de la actividad económica global sugieren que el crecimiento de los principales socios comerciales de Colombia para 2016 seguiría siendo débil y similar al observado en 2015. Esto sobre todo por el pobre desempeño que se espera para las economías de América Latina con las cuales se tienen vínculos comerciales importantes. 4. En los Estados Unidos la economía seguiría siendo impulsada por el consumo privado, la zona del euro continuaría recuperándose de manera lenta, y China desacelerándose. En Latinoamérica las cifras del cuarto trimestre confirmaron la profundización de la recesión en Brasil y la modesta expansión en México y Perú. En Chile, el indicador de actividad sugiere que la expansión sigue siendo baja. En Venezuela y Ecuador todavía no se han publicado las cifras de crecimiento, pero los diferentes indicadores sugieren contracciones en el PIB. 5. En enero el valor en dólares de las ventas externas del país se redujo 36,2% anual, con disminuciones importantes para los diferentes grupos de bienes. Al mismo tiempo, el valor de las importaciones cayó 28,0%. 6. De acuerdo con las últimas cifras del DANE, el PIB creció 3,3% durante el cuarto trimestre y 3,1% para todo 2015. Por el lado del gasto, la demanda interna se desaceleró frente a 2014 (de 6,0% frente a 3,6%). No obstante, las cifras de consumo e inversión del último trimestre fueron más dinámicas que lo esperado. En la segunda mitad del año se observó una aceleración de los sectores transables (de 0,9% en el primer semestre del año a 2,0% en el segundo) y una leve desaceleración de los no transables (de 4,2% a 4%). 7. Las pocas cifras disponibles para 2016 muestran señales mixtas. Por un lado, con información a enero, las ventas minoristas (excluyendo vehículos), la producción y el despacho de cemento, y la producción industrial, presentaron crecimientos que en varios casos superan a los esperados por el equipo técnico del Banco y por los analistas económicos. En la misma dirección, a febrero la producción de café también tuvo un incremento favorable a pesar de la alta base de comparación. 8. Por otro lado, la tasa de desempleo tuvo un aumento significativo en enero, confirmándose la tendencia creciente que inició a finales de 2015. Con información a febrero, la producción de crudo se redujo, la cartera de los hogares siguió desacelerándose, y el índice de confianza del consumidor se mantuvo en los mínimos desde abril de 2002. Adicionalmente el Gobierno recortó el gasto para el presente año. 9. Con todo lo anterior, el equipo técnico mantuvo el rango de pronóstico de crecimiento del PIB para 2016 entre 1,5% y 3,2%, con 2,7% como cifra más probable. 10. En febrero la inflación anual al consumidor se ubicó en 7,59%, la más alta desde diciembre de 2008. Sin embargo, la variación mensual (1,28%) fue menor a la esperada por el Banco y por el mercado. El promedio de los cuatro indicadores de inflación básica monitoreados por el Banco se ubicó en 6,07%. 11. A diferencia de los meses anteriores cuando las presiones alcistas se originaron en los alimentos y en los transables, en febrero el aumento de la inflación se explicó por el comportamiento de los regulados y los no transables, sin alimentos ni regulados. Además de los efectos del fenómeno de El Niño y la depreciación del peso sobre estas canastas, los aumentos en los precios podrían estar asociados con la activación de mecanismos de indexación y mayores costos laborales. La variación en los precios de los transables (sin alimentos ni regulados) y de los alimentos se mantuvo alta pero menor que la observada en enero. 12. Las expectativas de inflación obtenidas a partir de la encuesta mensual a analistas económicos de marzo, se situaron en 5,72% para diciembre de este año, 4,41% a 12 meses y 3,77% a 24 meses. Las derivadas a partir de los títulos de deuda pública a 2, 3, 5 y 10 años disminuyeron en lo corrido de marzo frente al mes anterior, aunque se mantienen por encima de 4,4%. 13. Los efectos del fenómeno de El Niño, el traspaso de la depreciación del peso hacia los precios y la activación de los mecanismos de indexación en precios y salarios, mantendrían alta la inflación en la primera mitad del año. Se espera que en el segundo semestre los choques de los precios de los alimentos y de la depreciación se empiecen a diluir, lo que junto con las acciones de política monetaria debería conducir la inflación a la meta durante 2017. En síntesis, persiste una brecha significativa entre el gasto y el ingreso nacional. Los altos incrementos en los precios de los alimentos y el traspaso parcial de la depreciación a los precios internos continúan ejerciendo presiones sobre la inflación. Las expectativas de inflación se mantienen elevadas y el riesgo de una desaceleración de la demanda interna que exceda el deterioro del ingreso nacional sigue siendo moderado. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta concuerdan que es necesario continuar con el aumento de la tasa de interés de intervención. Si bien se ha observado alguna moderación en el aumento de las expectativas de inflación, los niveles siguen siendo elevados. Los datos de cierre del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos muestran una leve mejora en millones de dólares pero su nivel sigue exigiendo un ajuste, en el que tanto la política monetaria como la fiscal deben continuar actuando. La mayoría de los miembros de la Junta consideran que lo adecuado es continuar con la senda de incrementos de 25 pb. Resaltaron la moderación en el aumento de las expectativas de inflación observada en el mes de febrero, la cual podría verse reforzada en presencia de un tipo de cambio más estable. Asimismo, consideran que la transmisión del incremento en la tasa de interés del Banco a la economía está operando de manera eficaz y esperan que continúe así a lo largo del año. En cuanto al ajuste externo, resaltaron que el valor en dólares del déficit en la cuenta corriente disminuyera en 2015 frente al valor observado en 2014, y alguno de ellos mencionó que el repunte reciente en el precio del petróleo podría llevar a que el déficit en la cuenta corriente en 2016 sea incluso menor al proyectado inicialmente. Sin embargo en la medida en que continúan existiendo desequilibrios externos y una brecha entre las expectativas de inflación y la meta, consideran necesario que la demanda interna acentúe su proceso de desaceleración y que la política monetaria continúe contribuyendo a dicho ajuste. Los demás miembros de la Junta proponen un aumento en la tasa de interés de intervención de 50 pb. Consideran que hay riesgos de que, cuando pasen los efectos de los choques transitorios de precios, la inflación converja a un nivel superior a la meta. Así lo podría estar sugiriendo (i) el fuerte incremento de los indicadores de inflación básica durante los 17 meses pasados, cuyo promedio se sitúa en 6,1%; (ii) la activación de mecanismos de indexación, con una inflación que terminó 2015 en 6,77% y que en febrero de este año se encuentra en 7,6%; (iii) la existencia de expectativas de inflación que, en la mayoría de sus mediciones, superan la meta de 3% y su rango de control ( de 2% a 4%); y (iv) un dinamismo de la demanda interna superior a lo esperado, en una economía que muestra excesos de gasto sobre ingresos, reflejados en el fuerte déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Dicho exceso se presenta en el contexto de una brecha del producto de valor cercana a cero y una tasa de interés de política que difícilmente puede asimilarse a una postura contractiva. En su opinión, una senda de incrementos más fuertes de tasas de interés habría acelerado la convergencia de las expectativas de inflación a la meta, contribuido a una reducción más fuerte del déficit de la cuenta corriente, y permitido terminar antes el ciclo de incrementos de la tasa de interés. Asimismo, habría facilitado alcanzar una posición más cómoda para enfrentar futuros choques externos negativos, en términos de expectativas de inflación más controladas y menor vulnerabilidad externa. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 pb y la situó en 6,5%. Bogotá DC.
2016-04-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de Abril de 2016 El 29 de abril de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria del mes de marzo y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO 1. En este Informe se revisó a la baja la proyección de crecimiento promedio de los principales socios comerciales del país. Los indicadores de actividad mundial para el primer trimestre sugieren expansiones a tasas bajas para las economías avanzadas y, en el caso de los Estados Unidos, menores que las esperadas en el Informe sobre Inflación de diciembre de 2015. Para la región, la información disponible apunta a que se mantienen las tendencias observadas en 2015, con crecimientos bajos en México y Chile y contracciones en Brasil, Ecuador y Venezuela. Por el contrario, para Perú el indicador de actividad económica sugiere una recuperación. 2. Desde finales de febrero la volatilidad en los mercados financieros internacionales ha disminuido, las monedas de los países emergentes se han fortalecido y las primas de riesgo se han reducido. El precio internacional del petróleo se incrementó y durante lo corrido de abril (al 26) se ubicó en promedio en USD 42,7 por barril (Brent). Los precios de otros bienes básicos exportados por Colombia y por Latinoamérica también se han incrementado recientemente. Si en lo que resta del año estos niveles de precios internacionales persisten el deterioro en los términos de intercambio se moderaría. Sin embargo, algunos de los factores que han generado la sobreoferta de crudo continúan y los inventarios permanecen en niveles elevados. Por lo tanto, el equipo técnico mantuvo una estimación promedio del petróleo en USD 35 por barril (Brent) para todo 2016. 3. La Reserva Federal de los Estados Unidos en el comunicado de prensa tras la reunión del FOMC de abril sugirió que la normalización en la política monetaria sería más gradual que la anunciada a finales del año anterior. Otros bancos centrales de países desarrollados también mantienen una postura de política monetaria altamente expansiva. 4. En los primeros dos meses del año las cifras de comercio exterior del DANE muestran una caída del valor en dólares de 31,2% para las exportaciones y de 26,3% para las importaciones. Para el resto de 2016 se espera que continúe el deterioro de las exportaciones por cuenta del pobre crecimiento de los socios comerciales, de precios de los bienes exportados menores a los observados en 2015, y de la reducción en los volúmenes de algunos productos como el petróleo. Asimismo, se prevé que las importaciones sigan cayendo, acorde con un menor crecimiento de la demanda interna. Con esto, el déficit externo para 2016 se ubicaría entre 5,3% y 6,4% como porcentaje del PIB. 5. En Colombia, en el primer trimestre la demanda interna se habría desacelerado, particularmente por una caída en la inversión distinta a la construcción de edificaciones. Las cifras disponibles de ventas al por menor indican que el consumo privado mantuvo un dinamismo similar al de finales del año pasado, a pesar del marcado deterioro de los indicadores de confianza y de la tendencia ascendente de la tasa de desempleo (series desestacionalizadas). Para el gasto público se espera que el crecimiento haya sido menor que lo observado en el último trimestre del año pasado. Por el lado de la oferta, los indicadores de la industria, el comercio y la producción de café sugieren un comportamiento favorable, mientras que los de la minería reportaron deterioro. Con esta información, para el primer trimestre el equipo técnico proyecta un crecimiento entre 1,8% y 3,2%, con 2,5% como cifra más probable. 6. Para todo el año se mantuvo el rango de pronóstico entre 1,5% y 3,2%, pero revisó a la baja la cifra más probable a 2,5% (frente a 2,7% del Informe sobre Inflación de diciembre de 2015). Con respecto al informe trimestral pasado, la nueva estimación tienen en cuenta una demanda externa más débil y un mayor descenso en la inversión. 7. En cuanto a la inflación anual al consumidor, en marzo se ubicó en 7,98%. El aumento se explicó por el comportamiento de los regulados, los transables sin alimentos ni regulados, y los alimentos procesados. El promedio de los indicadores de inflación básica que monitorea el Banco de la República volvió a incrementarse y se situó en 6,29%. 8. Las expectativas de inflación a doce meses se ubican por encima de 4,5% (para las diferentes medidas que monitorea el Banco) y a diciembre de 2017 en 4,08% (según la Encuesta a analistas económicos). A dos años las expectativas se sitúan en 5,30% según la Encuesta trimestral de expectativas económicas y en 3,81% según la Encuesta a analistas. Las obtenidas a partir de los títulos de deuda pública superan el 4,4% para todos los plazos. 9. Los efectos del fenómeno de El Niño, el traspaso de la depreciación acumulada del peso hacia los precios y la activación de los mecanismos de indexación en precios y salarios, mantendrían alta la inflación en la primera mitad del año. Se espera que en el segundo semestre los choques de los precios de los alimentos y de la depreciación se empiecen a diluir, lo que junto con las acciones de política monetaria debería conducir la inflación al rango meta en el 2017. En síntesis, los fuertes incrementos en los precios de los alimentos y el traspaso parcial de la devaluación pasada a los precios internos siguen ejerciendo presiones sobre la inflación. Las expectativas de inflación se mantienen elevadas. Esto en un contexto donde existe exceso de gasto sobre el ingreso nacional y el riesgo de una desaceleración excesiva de la demanda interna continúa siendo moderado. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta concuerdan en que sigue siendo necesario continuar con el aumento de la tasa de interés de intervención. El último dato de inflación evidencia la persistencia de los choques que impactan esta variable, aunque su efecto sobre las expectativas de inflación a diferentes plazos se ha reducido en el margen. Los datos del balance externo muestran el avance en el ajuste del déficit en cuenta corriente, pero debido a la magnitud alcanzada por éste, es necesario continuar impulsando este ajuste desde el frente fiscal, en coordinación con la política monetaria. La mayoría de los miembros de la Junta propuso aumentar la tasa de interés en 50 pb. Algunos de ellos consideran que está comprometida la convergencia de la inflación a la meta una vez pasen los efectos de los choques transitorios de precios. Los choques de oferta sobre los precios han sido de mayor intensidad y persistencia que lo previsto inicialmente; los indicadores de inflación básica muestran una variación anual creciente y superior a la meta; las expectativas de inflación superan o están cerca del límite superior del rango meta y; la demanda interna ha tenido una dinámica mayor a la esperada a comienzos del presente año. En esas circunstancias, las expectativas y la indexación refuerzan la inflación y amenazan la credibilidad de la autoridad monetaria. Asimismo, consideran que el exceso de gasto sobre ingreso, reflejado en un amplio déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, es un riesgo para la estabilidad macroeconómica en el futuro. Un incremento de 50 pb en la tasa de interés apuntala la credibilidad en la autoridad monetaria, propicia la convergencia de la inflación al rango meta en 2017 y contribuye a una corrección ordenada del déficit en la cuenta corriente, todo ello sin mayor riesgo de una desaceleración excesiva de la economía y de la generación de empleo. Uno de los miembros del grupo mayoritario considera que los impactos de los choques de oferta continúan presentando una mayor intensidad y persistencia que la prevista inicialmente. Así mismo, que en lo corrido del año la demanda interna ha tenido una mayor dinámica que la esperada al inicio de éste. Aunque ello no implica que existan presiones de demanda, la confluencia de estos factores retarda la convergencia de la inflación a la meta. En esa medida, existe espacio para realizar un aumento de 50 pb, continuando con la senda de aumentos que se inició en septiembre de 2015. Otros miembros expresaron que, a pesar de que están de acuerdo en que persisten las razones para seguir con el incremento en la tasa de interés de intervención, prefieren continuar con la senda de alzas de 25 pb. Señalaron que la senda de incrementos graduales ha generado credibilidad en el proceso de endurecimiento de las condiciones monetarias y, consecuentemente, aumentos en las tasas de interés del sistema financiero en montos iguales o superiores a los mostrados por las tasas de intervención. El correcto funcionamiento de los canales de transmisión de la política fue producto de la consistencia, credibilidad y predictibilidad de la misma, como lo refleja el comportamiento de los mercados financieros. Así mismo, señalaron que una de las mayores fortalezas de una senda gradual es poder incorporar eficientemente la nueva información en las decisiones de política. Esta fortaleza se vuelve aún más importante en la medida en que se ha aumentado la incertidumbre sobre el comportamiento futuro de variables exógenas relevantes para la economía colombiana, como el precio internacional del petróleo o las condiciones financieras internacionales. En el último mes, estas variables han tenido cambios importantes, con una naturaleza y duración altamente incierta, lo que reafirmaría la conveniencia de mantener la senda gradual de incrementos en la tasa de interés. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió, por mayoría, incrementar la tasa de interés de intervención en 50 pb y la situó en 7%. Bogotá DC.
2016-05-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 27 de Mayo de 2016 El 27 de mayo de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria del mes de abril y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO a. En mayo el precio internacional del petróleo continuó al alza y las primas de riesgo se mantuvieron estables en los niveles del mes pasado. Sin embargo, al igual que otras monedas de la región, el peso se depreció, probablemente asociado con posibles incrementos de la tasa de la Reserva Federal más pronto que lo que anticipaba el mercado. b. En lo corrido de mayo, en los mercados financieros internacionales los indicadores de volatilidad y las tasas de los bonos de largo plazo de las economías desarrolladas se mantuvieron bajos. c. La información más reciente de actividad económica mundial apunta a que el segundo trimestre sería algo mejor que el primero. En los Estados Unidos el consumo de los hogares se habría dinamizado, Europa continuaría con una lenta recuperación, y China seguiría desacelerándose aunque menos que lo anticipado gracias a las políticas de estímulo. d. Para América Latina los datos del PIB del primer trimestre de 2016 de Chile y México fueron mejores que los de finales de 2015, pero aún bajos frente a los de los últimos años. En el mismo periodo el índice de actividad en Perú señala un crecimiento anual de 4,4% mientras que para Brasil, dicho indicador apunta a que la economía continuaría en una profunda recesión. e. Para Colombia, en lo corrido del año a marzo el valor en dólares de las exportaciones cayó 31,8% anual y el de las importaciones 25,1%. En ambos casos se observaron disminuciones significativas en los principales grupos. f. En cuanto al crecimiento del primer trimestre, la información disponible apunta a que la demanda interna habría continuado desacelerándose, en línea con lo esperado. En el consumo privado, además del deterioro en los indicadores de confianza, en el primer trimestre de 2016 las ventas del comercio al por menor (sin vehículos) crecieron menos que un trimestre atrás. Este último resultado se mantiene si se ajusta el componente estacional de la serie. Respecto a la inversión, los datos de importaciones de bienes de capital en pesos constantes anticipan una caída de aquella diferente a construcción. g. Al incluir los nuevos resultados de actividad económica, el equipo técnico mantuvo su proyección de crecimiento de la economía en 2,5% anual para el primer trimestre, contenido en un rango entre 1,8% y 3,2%. Una parte del menor crecimiento frente al cuarto trimestre de 2015 estaría asociado con el efecto de Semana Santa y debería revertirse parcialmente en abril. Para todo 2016 el aumento del producto estaría entre 1,5% y 3,2%, con 2,5% como cifra más probable. h. En abril la inflación anual al consumidor se ubicó en 7,93%, con un leve descenso frente a la del mes pasado (7,98%). La desaceleración se explica por el comportamiento de los regulados y en particular de los servicios públicos. Los precios de los alimentos siguen aumentando aunque a un ritmo algo menor que en meses pasados. Los de los transables y no transables (sin alimentos ni regulados) también continúan incrementándose. El promedio de los indicadores de inflación básica se mantuvo al alza y se situó en 6,38%. i. Las diferentes medidas de expectativas de inflación que monitorea el Banco se mantuvieron relativamente estables frente a las del mes anterior. En todos los casos se ubican por encima de 4,3%, excepto las obtenidas de la Encuesta aplicada a analistas económicos a dos años (3,69%). j. Los efectos del fenómeno de El Niño, el traspaso de la depreciación acumulada del peso hacia los precios y la activación de los mecanismos de indexación en precios y salarios, mantendrían alta la inflación en la primera mitad del año. Se espera que en el segundo semestre los choques de los precios de los alimentos y de la depreciación se empiecen a diluir, lo que junto con las acciones de política monetaria debería conducir la inflación al rango meta en el 2017. En síntesis la economía colombiana se está ajustando de forma ordenada a los fuertes choques externos registrados desde 2014. El riesgo de una desaceleración excesiva de la demanda interna es moderado y persiste un exceso del gasto sobre el ingreso nacional, lo que se refleja en un alto déficit de la cuenta corriente. El aumento de la inflación en lo corrido del año se ha dado por cuenta de la depreciación del peso, por el fenómeno de “El Niño” y por la activación de algunos mecanismos de indexación. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta concuerdan en que sigue siendo necesario continuar con el aumento de la tasa de interés de intervención con el fin de conducir la inflación al meta de 3% ± 1% a finales de 2017. La mayoría de los miembros de la Junta propuso aumentar la tasa de interés en 25 pb. Esta propuesta estuvo basada en las siguientes consideraciones: (i) Las tasas de interés de política, expresadas en términos reales, se han incrementado fuertemente desde marzo como resultado de las acciones de la Junta y de la estabilización de las expectativas de inflación. Como consecuencia de este comportamiento el nivel de la tasa de interés real es superior al promedio de la última década y consistente con una tasa neutral, según algunos estudios recientes. (ii) Este efecto se ve reforzado por un traspaso completo y rápido de las tasas de política a las tasas del sistema financiero. (iii) Diversos indicadores del sector real muestran que, aunque con diferencias sectoriales y regionales, la demanda interna se está desacelerando cumpliendo con los objetivos de la política monetaria. (iv) Los efectos de la desaceleración de la demanda sobre la inflación tardarán en observarse puesto que todavía se están viviendo los choques derivados del fenómeno de El Niño y la devaluación. Una vez culminen los efectos de estos choques, la desaceleración de la demanda se reflejará en la inflación y en sus expectativas, incrementando el riesgo de un sobre ajuste en la tasa de interés de intervención. (v) En el futuro próximo se producirá información relevante acerca de las condiciones monetarias internacionales y su impacto en economías emergentes. En este marco, la mayoría de los miembros de la Junta consideró que un incremento menor que el realizado en la sesión pasada es el indicado para iniciar un impulso contraccionista de la política; permite hacer un seguimiento de la evolución del ajuste en la demanda interna -dados los rezagos de la política monetaria sobre esta variable-; y posibilita una reacción adecuada a la información sobre la postura monetaria de la FED y su efecto sobre la economía colombiana. Otros miembros de la Junta propusieron aumentar la tasa de interés en 50 pb. En abril, continuó aumentando por decimonoveno mes consecutivo el promedio de las inflaciones básicas y las expectativas se mantienen por encima del punto superior del rango meta. Así mismo, hay señales de persistencia de la inflación y de la activación de mecanismos de indexación y el riesgo derivado de un traslado adicional de la devaluación a los precios internos no es despreciable en especial considerando la postura de política monetaria de la FED. Todo esto pone en riesgo la convergencia efectiva de la inflación al rango meta antes de finalizar el año 2017. La dinámica actual de la demanda interna indica que no hay una desaceleración excesiva y da espacio para un aumento de 50 pb en la tasa de referencia, que propicie más claramente el anclaje de las expectativas de inflación y facilite la convergencia de la inflación al rango meta en el 2017. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 pb y la situó en 7,25%. Bogotá D.C.
2016-06-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 22 de junio de 2016 El 22 de Junio de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria del mes mayo y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En su reunión de junio el Comité de Operaciones de Mercado Abierto de la Reserva Federal de los Estados Unidos decidió no incrementar la tasa de interés de referencia. Algunos indicadores disponibles para el segundo trimestre, sugieren que dicha economía tendría un dinamismo menor al esperado, a pesar del buen comportamiento del consumo de los hogares. Con esto, el mercado anticipa que la normalización de la política monetaria será más lenta que lo previsto. Unos días antes de la reunión de la Fed de junio hubo algún aumento en la aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales y un fortalecimiento del dólar. Para las economías de América Latina se observó un ligero incremento en las primas de riesgo y un leve debilitamiento de las monedas. Las cifras disponibles de actividad económica para otros países indican que el crecimiento mundial en general, y específicamente el de los principales socios comerciales del país, sería bajo. En la zona del euro en abril las ventas al por menor se desaceleraron y la industria continuó con un crecimiento lento. Para China en mayo las ventas al por menor y la inversión en activos fijos también redujeron su ritmo de expansión. Para América Latina, los datos del PIB del primer trimestre y los índices de actividad con corte a abril muestran un crecimiento débil y menor al de los últimos años en México, Chile y Perú. Brasil, Venezuela y Ecuador seguirían en recesión (para los dos últimos no hay cifras recientes disponibles). En cuanto al precio del petróleo, en lo corrido de junio (al día 20) se ha mantenido alrededor de USD 50 por barril para la referencia Brent. Esto, junto con los aumentos en las cotizaciones de otros bienes exportados por Colombia, sugiere que los términos de intercambio estarían en niveles superiores a los de comienzos del año, a pesar de los incrementos recientes en algunos de los precios internacionales de alimentos que importa el país. De acuerdo con las cifras de la balanza de pagos, en el primer trimestre de 2016 el déficit en la cuenta corriente fue de US$ 3,381 millones (m), equivalente a 5,6% del PIB. Tanto en niveles, como relativo al PIB, el déficit disminuyó frente al observado un año atrás. Las principales correcciones se dieron en los egresos netos por renta de factores y por comercio exterior de servicios. También contribuyeron a esta reducción el menor déficit de la balanza comercial de bienes y los mayores ingresos netos por transferencias corrientes. La información de comercio exterior disponible para el segundo trimestre indica que tanto las exportaciones como las importaciones continúan cayendo a tasas significativas (-24,8% y -17,0% en abril, respectivamente). En el primer trimestre el PIB tuvo un aumento anual de 2,5%, en línea con las proyecciones del Banco. El crecimiento de la demanda interna fue de 1,3%, algo superior al esperado. Por el lado de la oferta los sectores que más crecieron fueron la industria y los servicios financieros, mientras que la minería fue el único que se contrajo. Las cifras disponibles para el comercio y la industria con corte a abril muestran un mejor desempeño de la economía. Los resultados de las distintas encuestas de opinión apuntan en la misma dirección. Sin embargo, las estimaciones del equipo técnico indican que buena parte de este mejor comportamiento se explicaría por el efecto de Semana Santa y de los días festivos. En contraste, con información a mayo la demanda de energía (total y por parte de la industria), la producción de petróleo y de café mostraron disminuciones. El equipo técnico mantiene su pronóstico de crecimiento para todo el año en 2,5%, contenido en un rango entre 1,5% y 3,2%. En cuanto a la inflación anual, en mayo se ubicó en 8,20%. El aumento se explica principalmente por el comportamiento de los alimentos y en especial de los perecederos. El promedio de los indicadores de inflación básica monitoreados por el Banco pasó de 6,38% en abril a 6,33% en mayo. Las expectativas de inflación para diciembre de 2016 obtenidas a partir de la encuesta mensual a analistas económicos aumentaron de 6,02% en mayo a 6,23% en junio. Por el contrario, las expectativas a doce y veinticuatro meses obtenidas de la misma encuesta, y las calculadas a partir de los papeles de deuda pública a 2, 3, y 5 años se redujeron. Sin embargo todas, excepto la de analistas a veinticuatro meses (3,67%), se sitúan por encima de 4%. Se espera que en el segundo semestre los choques de los precios de los alimentos y de la depreciación se empiecen a diluir, lo que junto con las acciones de política monetaria debería conducir la inflación al rango meta en el 2017. En síntesis, la economía colombiana continúa ajustándose de forma ordenada a los fuertes choques registrados desde 2014. El déficit de cuenta corriente está corrigiéndose gradualmente y el riesgo de una desaceleración excesiva de la demanda interna continúa siendo moderado. La inflación se ha acelerado por cuenta de la depreciación del peso, por el fenómeno de El Niño y por la activación de algunos mecanismos de indexación. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Para los miembros de la Junta Directiva, los datos disponibles del primer trimestre apuntan a que la demanda interna y el crecimiento del producto continúan desacelerándose, en línea con lo previsto por el equipo técnico del Banco de la República. Por su parte, el déficit en cuenta corriente mostró una reducción mayor que la prevista. Esto muestra un comportamiento del ingreso nacional durante ese periodo mejor que lo esperado, y significa que hubo una disminución en la vulnerabilidad externa de la economía. Lo anterior corresponde a un ajuste ordenado ante los choques externos que enfrenta la economía colombiana desde mediados de 2014. La mayoría de los miembros de la Junta consideró apropiado aumentar en 25 pb la tasa de interés de intervención. Consideran que este incremento, sumado al ajuste ya importante de la tasa de interés en el pasado, es necesario para apuntalar el proceso de convergencia de la inflación y las expectativas a la meta de 3% +/- 1 pp en 2017. A pesar de los fuertes choques que han llevado a aumentos recientes en la inflación, los aumentos anteriores en la tasa de interés han incidido en la dirección esperada en las expectativas de inflación. Entre los miembros de la Junta que propusieron el incremento en 25 pb de la tasa de interés de intervención, algunos manifestaron que la gran volatilidad de las condiciones externas y las señales de persistencia de la inflación y de activación de mecanismos de indexación podrían representar serias amenazas para el cumplimiento de la meta de inflación en 2017 que debe ser combatidas con ajustes en la tasa de interés de intervención. En su opinión, los costos de credibilidad en caso de incumplir la meta de inflación en 2017 harían la desinflación futura mucho más costosa en términos de crecimiento del producto y la generación de empleo. Un miembro de la Junta Directiva consideró que con los aumentos anteriores en la tasa de interés se ha logrado una contracción suficiente y que existen señales de que la demanda interna se está ajustando a un ritmo conveniente. Adicionalmente, anotó que las expectativas de inflación para 2017 no han aumentado. Por lo tanto, no consideró necesario un aumento adicional de la tasa de interés de referencia. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 pb y la situó en 7,5%. Bogotá DC.
2016-07-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de Julio de 2016 El 29 de Julio de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria del mes de junio y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO Hasta el momento, el resultado electoral que implicaría una salida del Reino Unido de la Unión Europea (brexit), ha tenido un impacto limitado. Si bien el dólar se ha fortalecido frente a las principales monedas del mundo, los indicadores de volatilidad financiera, las primas de riesgo y las tasas de cambio de los países emergentes retornaron a los niveles pre-brexit. No obstante lo anterior, no se descarta que hacia adelante el brexit tenga repercusiones importantes sobre la economía mundial. La incertidumbre sobre los ajustes que tendrán que hacer tanto el Reino Unido como los países de la Unión, la forma y los plazos con que los mismos se ejecuten, puede afectar la confianza de consumidores y empresarios y, por esta vía, interrumpir la lenta recuperación de la economía europea, impactando negativamente el crecimiento mundial. En los Estados Unidos se espera que la Reserva Federal continúe con la normalización de la política monetaria de forma gradual. En este contexto, se anticipa que la política monetaria en las economías desarrolladas permanecerá altamente expansiva. Esto último podría incentivar un mayor flujo de capitales hacia los países emergentes, tal como se ha observado en las semanas recientes. Las proyecciones de crecimiento para todo el año y para 2017 de los principales socios comerciales incorporadas en este Informe, incluyen un crecimiento un poco menor para la zona del euro y para los Estados Unidos que el previsto en el Informe trimestral anterior. China continuaría con una desaceleración suave tal como se ha venido observando. Para la región se sigue esperando un crecimiento negativo con un ligero repunte en el 2017. En las últimas semanas el precio del petróleo ha mostrado estabilidad, las cotizaciones internacionales de otros bienes exportados por Colombia han aumentado y los de varios alimentos importados por el país han disminuido. Con esto, los términos de intercambio continuaron recuperándose y para todo el año se prevé que sean superiores a lo anticipado en el Informe trimestral anterior, pero menores a los observados en 2015. Las cifras de comercio exterior del DANE para el bimestre abril-mayo muestran una fuerte caída del valor de las exportaciones (-22,3%), aunque menor que la registrada en el primer trimestre. En el mismo período las importaciones descendieron 18,1%. Esto apunta a que la corrección del déficit de la balanza comercial observado en el primer trimestre habría continuado durante el segundo. Con respecto a la cuenta corriente del país, para lo que resta de 2016 se estima que la tendencia de ajuste del desbalance externo corriente observado en el primer trimestre se mantenga. Para 2016 se proyecta un déficit en cuenta corriente alrededor de 5,3% cifra inferior a lo registrado en 2015. En Colombia, la información disponible sobre la actividad económica para el segundo trimestre sugiere que la economía habría crecido a un ritmo similar que el del primero. La caída de la inversión habría sido menor, compensando la moderación de la dinámica del consumo privado y las bajas tasas de crecimiento del consumo público. Por el lado de la oferta, los indicadores disponibles para el segundo trimestre de 2016 muestran que la industria y el comercio registraron dinámicas favorables, mientras que la minería, la agricultura, y la energía tuvieron un desempeño menos dinámico. En el mercado laboral las series desestacionalizadas muestran que a mayo la tasa de desempleo se mantiene en niveles bajos, debido a que la oferta laboral (medida como la tasa global de participación) ha caído, lo cual ha compensado el deterioro en la creación de empleo. Este último continúa siendo impulsado por el asalariado, lo cual apunta a que la calidad no se ha deteriorado. La transmisión de los aumentos de la tasa de interés de referencia a las tasas de los créditos continúa en un contexto en el que el crédito se ha desacelerado algo. Con todo lo anterior, para el segundo trimestre se espera un crecimiento económico entre 2,0% y 3,2%. Para todo 2016 se revisó a la baja el crecimiento más probable, de 2,5% a 2,3% con un rango de pronóstico entre 1,5% y 3,0%. En esta proyección tanto el consumo (público y privado) como la inversión continúan desacelerándose, en parte como respuesta a la menor dinámica del ingreso nacional. Para 2017 se estima que el crecimiento de la economía se ubicaría en un rango entre 1,5% y 3,5%. En junio la inflación anual al consumidor se situó en 8,60%. El aumento se explicó por la variación de los precios de los alimentos (14,28%), de los regulados (6,71%) y, en menor medida, a los de los no transables (sin alimentos ni regulados) (4,97%). El promedio de las cuatro medidas de inflación básica se incrementó 20 pb y se ubicó en 6,52%. Las expectativas de inflación obtenidas de la encuesta mensual de analistas económicos aumentaron a un año (de 4,37% a 4,61%), pero se mantuvieron estables para el plazo de dos años (pasaron de 3,67% a 3,68%). Las obtenidas de la encuesta trimestral de expectativas económicas a 1 y 2 años aumentaron y superan el 5,0%. Con respecto al promedio de junio, en lo corrido del presente mes, las expectativas que resultan de los papeles de deuda pública (Breakeven Inflation, BEI) estuvieron relativamente estables para todos los plazos (2,3 y 5 años) y se sitúan entre 4,0% y 4,4%. Se espera que en el segundo semestre los choques de los precios de los alimentos y de la depreciación se empiecen a diluir, lo que junto con las acciones de política monetaria deben conducir la inflación al rango meta en el 2017. En síntesis, la inflación aumentó por cuenta de la pasada depreciación del peso, por los efectos rezagados del fenómeno de El Niño que ya culminó, por unas expectativas de inflación que superan la meta y por la activación de algunos mecanismos de indexación. Asimismo la economía colombiana continúa ajustándose de forma ordenada a los fuertes choques registrados desde 2014 y el déficit en la cuenta corriente está corrigiéndose gradualmente. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron que los datos recientes de la inflación superan los esperados por el mercado y el Equipo Técnico del Banco. Las causas y consecuencias de este fenómeno fueron discutidas por los miembros de la Junta para fijar su posición sobre la postura de política monetaria. La mayoría de los Directores votó por incrementar la tasa de interés de intervención en 25 pb. Este grupo resaltó que los resultados de la inflación siguen sorprendiendo al alza, con aceleraciones en la variación anual de los precios de varios componentes del IPC y reajustes mensuales en los precios de una proporción atípicamente alta de los ítems que componen dicho índice. Señalaron que la persistencia de la inflación en niveles superiores a la meta refuerza el desanclaje de las expectativas de inflación y activa mecanismos de indexación. Esto reduce la credibilidad de la autoridad monetaria y disminuye la probabilidad del cumplimiento de la meta del 3% (+/- 1 punto porcentual) en el 2017. Un incremento adicional en las tasas de interés de intervención disminuye la probabilidad de que se consolide un escenario con una inflación persistentemente superior a la compatible con la meta de la Junta Directiva del Banco de la República. Dentro del grupo mayoritario, los directores resaltaron varias ideas. Algunos señalaron que, en la actualidad, esfuerzos insuficientes para controlar una inflación alta o creciente muy probablemente redundarían en pérdida de credibilidad y, por consiguiente, en una desinflación posterior más costosa en términos de producción y empleo. Anotaron adicionalmente que, ante la fuerte incertidumbre de los mercados internacionales, persiste el riesgo de futuras presiones a la devaluación y por esta vía a la inflación. Igualmente señalaron que, dado el ajuste ordenado que ha venido teniendo la economía colombiana, aún hay espacio para un incremento adicional en la tasa de referencia, sin generar una desaceleración excesiva. Finalmente, otro miembro del grupo señaló que hay una gran incertidumbre sobre el nivel al cual se están anclando las expectativas, por lo que hay escenarios probables de que éste sea mayor que el implícito en los precios de la deuda pública. También, dijo, hay escenarios probables de un sobre ajuste en la política monetaria. Con la información reciente resaltó que en esta ocasión es mayor el riesgo de desanclaje de las expectativas, por lo que apoyó el incremento en la tasa de intervención. Otro grupo de directores votó por mantener las tasas de interés de intervención en 7,5%. Justificó su decisión en las siguientes razones: i) la demanda interna muestra evidentes síntomas de desaceleración; ii) la evolución esperada de la economía mundial y, en particular, de los socios comerciales del país, indica un deterioro adicional en la demanda externa; iii) la demanda interna recibirá otro choque negativo en el horizonte de política, bien sea por la contracción en el gasto implícita en el proyecto de presupuesto para 2017 o por la presentación de la reforma tributaria anunciada por el Ejecutivo; iv) el incremento reciente en la inflación se debe a nuevos choques de oferta, que no han afectado las expectativas de mediano plazo; y v) el nivel actual de las tasas de interés es alto, lo que induce la convergencia de la inflación a la meta, en el horizonte de política. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió incrementar la tasa de interés de intervención en 25 pb y la situó en 7,75%. Bogotá.
2016-08-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 31 de agosto de 2016 El 31 de agosto de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria del mes de julio y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En el segundo trimestre del año la economía colombiana creció 2,0% anual, cifra inferior al pronóstico más probable (2,6%) estimado por el equipo técnico del Banco. Las ramas más dinámicas fueron la industria y los servicios financieros, mientras la minería, la agricultura y los servicios de electricidad, gas y agua registraron caídas en su producción. Con esto en el primer semestre el aumento anual del PIB fue de 2,3%. La información disponible para el tercer trimestre es aún muy escasa. Con datos a julio la producción de café, petróleo y la demanda de energía mostraron caídas anuales. Variables relacionadas con el gasto de los hogares como la confianza del consumidor, y los indicadores de percepción del comercio, señalan una desaceleración. Por otra parte, los indicadores de percepción de los industriales se mantienen favorables. Esto, junto con el dato observado del PIB del segundo trimestre, sugieren que es muy probable que el crecimiento de la economía para todo el año se ubique por debajo del punto medio del rango de pronóstico (entre 1,5% y 3,0%) publicado en el Informe sobre Inflación de junio. En julio la inflación anual se ubicó en 8,97%, por encima de las proyecciones del Banco y del promedio del mercado. El promedio de los cuatro indicadores de inflación básica monitoreados por el Banco se incrementó de 6,52% a 6,61%. La aceleración en la inflación en el último mes se explicó por el comportamiento de los alimentos (procesados y perecederos), en gran medida, asociado al paro camionero. El IPC de regulados, por su parte, ejerció presiones a la baja, mientras que la variación de los precios de los transables y los no transables (sin alimentos ni regulados) fue similar a la de junio. La información más reciente del Sipsa (DANE) sugiere que en agosto los precios de los alimentos estarían cayendo frente a los niveles observados en julio. La variación anual del IPP, en especial del componente importado, sugiere que las presiones de costos relacionadas con el traspaso de la depreciación acumulada del peso a los precios internos se estarían moderando. Las expectativas de inflación obtenidas de la encuesta mensual a analistas económicos a doce y veinticuatro meses se mantuvieron relativamente estables (en 4,55% y 3,72%, en su orden). En lo corrido de agosto hasta el 26, las expectativas calculadas a partir de los TES a dos, tres años y cinco años, en promedio tuvieron reducciones frente a lo observado en julio (9, 13 y 17 pb, en su orden). Para los plazos a dos y tres años permanecen algo por encima de 4%. En el contexto externo, para el segundo trimestre el crecimiento de los Estados Unidos estuvo por debajo del esperado y el de la zona del euro fue menor al del primer trimestre. En China continúa una desaceleración moderada y en América Latina el aumento del PIB de Chile, México y Perú fue bajo y similar a los observados en los últimos trimestres. En Brasil el índice de actividad económica sugiere menores caídas del producto. Todo esto indica que el crecimiento promedio de los socios comerciales del país puede ser algo menor que lo estimado en el pasado Informe trimestral. Los mercados financieros internacionales mantuvieron una volatilidad relativamente baja y las primas de riesgo de América Latina descendieron un poco frente al mes anterior. Las tasas implícitas en los futuros en los Estados Unidos indican que es probable que el siguiente incremento en la tasa de interés de la Reserva Federal se dé hacia finales de año. El comportamiento reciente del precio del petróleo, los aumentos de las cotizaciones de otros bienes de exportación y las disminuciones en las de algunos alimentos importados sugieren que en agosto se mantuvo la recuperación de los términos de intercambio del país. No obstante sus niveles siguen siendo bajos e inferiores a los de 2015. En lo corrido del año a junio las exportaciones totales de Colombia cayeron 25,8% y las importaciones 20,9%. Esto apunta a que el déficit en la balanza comercial y en la cuenta corriente continúan ajustándose. En síntesis la desaceleración del producto ha sido más fuerte que la proyectada y la inflación y sus expectativas siguen altas y superan la meta. El comportamiento reciente de los precios de los transables sugiere que el traspaso de la fuerte depreciación pasada a los precios internos se está diluyendo. Se espera que en lo que resta del año los alimentos, especialmente los perecederos, registren caídas en sus precios. Lo anterior junto con las acciones de política monetaria deberían conducir a la inflación al rango meta en 2017. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta Directiva destacaron la caída del crecimiento del producto interno bruto en el segundo trimestre del 2016 al 2,0%, cifra menor a la esperada por el equipo técnico del Banco, 2,6%. Las causas y consecuencias de ese resultado fueron tenidas en cuenta por los miembros de la Junta para fijar su posición sobre la postura de la política monetaria. La mayoría de los miembros de la Junta votó por mantener inalterada la tasa de interés de intervención en 7,75%. Este grupo resaltó que las expectativas de inflación permanecieron estables y señalaron que el proceso de ajuste de la economía a la caída de los términos de intercambio continúa de manera ordenada. Se mencionó también que la política monetaria se encuentra en un terreno contractivo. Así mismo, puntualizaron que en la medida en que en los próximos meses continúe bajando la inflación, también se puede esperar que se reduzcan las expectativas, ya que éstas tienen un componente adaptativo. Dentro del grupo mayoritario se mencionaron varios temas. Algunos se refirieron a que el nivel del déficit en cuenta corriente sigue siendo elevado y a que la probabilidad de un aumento de la tasa de intervención por parte del FED este año es elevada. Esto puede llevar a una mayor devaluación del peso y a un traslado adicional a los precios de los bienes y servicios transables. Uno de ellos reiteró que el ajuste de la economía a las nuevas condiciones externas que ha enfrentado el país no es neutral al momento de presentación ante el Congreso del proyecto de reforma tributaria. Finalmente, otro miembro del grupo mayoritario expresó su percepción de que existe el riesgo de una desaceleración de la economía más rápida que la esperada. Así mismo, agregó que si ese escenario se materializa, debería pensarse en una eventual reducción de la tasa de intervención. Sin embargo, ello dependerá también de lo que suceda con las expectativas de inflación. Un Director observó que: (a) La inflación anual siguió aumentando y en julio alcanzó 9%, la más alta en 16 años, habiendo permanecido durante año y medio por encima del límite superior del rango meta, y lo sobrepasa en 125%. (b) Entre las principales economías de la región, excluyendo a Venezuela, la de Colombia es la más alta, y entre las que siguen el esquema de inflación Objetivo, es la que acusa la mayor desviación con relación a la meta. (c) El promedio de los indicadores de inflación básica también continuó al alza. (d) Según la encuesta trimestral de expectativas económicas aplicada en julio, la credibilidad en el cumplimiento de la meta de inflación para diciembre del próximo año, que es el plazo relevante para volver a la meta según el anuncio de la Junta en noviembre de 2015, es apenas del 21.5%, en tanto que la última encuesta trimestral del Banco muestra que, si bien las expectativas de inflación comenzarían a bajar, no alcanzarían el rango meta en diciembre de 2017. De ser así, la probabilidad de que 2017 se convierta en el tercer año consecutivo de incumplimiento de la meta es alta, evento que colocaría en serio riesgo la credibilidad en la autoridad monetaria. (e) Romper la persistencia del desanclaje de las expectativas de inflación con respecto a la meta es el principal reto de la política monetaria en la hora presente, junto con el cumplimiento del compromiso asumido por la Junta de garantizar que en 2017 la inflación retorne a la meta. Aunque la previsible reducción del ritmo de crecimiento de los precios de los alimentos en los próximos meses debe contribuir a atenuar el aumento de la inflación total, resulta muy improbable que, con la actual postura de política, la velocidad de su descenso sea suficiente para hacerle frente de manera exitosa a dicho reto. Por tales razones propuso elevar la tasa de interés de política en 25 puntos básicos. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva, por mayoría, decidió mantener inalterada la tasa de interés de intervención en 7,75%. La decisión contó con la aprobación de seis miembros de la Junta, y un miembro votó a favor de incrementarla 25 puntos básicos.
2016-09-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 30 de Septiembre de 2016 El 30 de Septiembre de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, José Darío Uribe Escobar y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de política monetaria del mes de agosto y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En agosto la inflación anual al consumidor se situó en 8,10% anual, cifra inferior a la registrada en julio (8,97%) y por debajo de las proyecciones del Banco y del mercado. El comportamiento de los precios de los alimentos explicó la mayor parte de la desaceleración de la inflación, y dentro de estos, el del grupo de los perecederos. Los transables (sin alimentos ni regulados) y los regulados también contribuyeron a la reducción de la inflación. El promedio de los cuatro indicadores de inflación básica monitoreados por el Banco se redujo levemente (pasó de 6,61% en julio a 6,56% en agosto). Los datos del Sipsa (DANE) sugieren que en septiembre los precios de los alimentos continúan cayendo. Según la misma fuente, el abastecimiento de alimentos en las centrales de abasto sigue alta. La variación anual del IPP tuvo una disminución significativa (de 8,38% en julio a 4,89% en agosto). Esto sugiere que las presiones de costos no laborales siguen reduciéndose. En septiembre las expectativas de inflación disminuyeron pero se mantienen por encima de la meta. Estas reducciones fueron leves en el caso de las obtenidas de la encuesta mensual a analistas económicos del Banco a uno y dos años (20 pb y 11 pb, ubicándose en 4,35% y 3,61% respectivamente). Las calculadas a partir de los títulos de deuda pública a 2, 3 y 5 años (3,57%, 3,45% y 3,37%) registraron descensos más pronunciados en lo corrido de septiembre al 28 (78, 62, y 43 pb). Los datos disponibles sobre la actividad económica para el tercer trimestre son escasos y en buena parte están afectados por el paro camionero registrado entre junio y julio. En general, las cifras de ventas del comercio, la producción industrial y de cemento tuvieron retrocesos en julio. De igual forma el mercado laboral mostró algún deterioro. Para el mes de agosto algunos de indicadores económicos sugieren mejoras, como lo son la demanda de energía (no regulada), la percepción de la industria y del comercio y el índice de confianza del consumidor. Por el contrario, la producción de café y de petróleo continuaron cayendo. Así, dada la desaceleración que ha venido registrando la economía colombiana y los efectos negativos del paro camionero (que en algunos sectores no serían compensados totalmente en los meses siguientes), es probable que el crecimiento económico del tercer trimestre sea menor al del segundo. Por otro lado, según las cifras de balanza de pagos para el primer semestre del año el déficit en la cuenta corriente relativo al PIB fue 4,8%, 1,5 puntos porcentuales menos que el observado en igual periodo de 2015. La reducción del déficit externo, se explicó por los menores egresos netos por renta de factores y por servicios, y en menor medida, por el menor déficit en la balanza de bienes y los mayores ingresos por transferencias. Esto es coherente con la desaceleración de la demanda interna, el encarecimiento de las importaciones por cuenta del efecto acumulado de la depreciación del peso y las menores utilidades de las empresas con IED, en particular de las del sector minero- energético. Con corte a julio, la información del DANE de comercio exterior apunta a que se seguiría corrigiendo el déficit comercial. En julio los términos de intercambio (metodología comercio exterior) se situaron cerca al promedio del 2015. El comportamiento reciente de los precios internacionales del petróleo y de los principales bienes básicos que importa Colombia sugieren que la tendencia de recuperación continúa. En cuanto al contexto externo, en los Estados Unidos la Reserva Federal dejó inalterada la tasa de interés en un entorno de desempeño relativamente bueno del mercado laboral, pero de bajo crecimiento de las ventas y de la producción industrial. En la zona del euro se observó una mejoría en el desempeño de algunos indicadores reales, mientras que en China los datos sugieren que su economía sigue desacelerándose lentamente. En América Latina, las cifras disponibles de PIB del segundo trimestre son inferiores a las reportadas para el primero (a excepción de México y Brasil) y muestran contracciones para las economías de Argentina y Brasil. En Ecuador el dato del primer trimestre presenta una profundización de la recesión. En las últimas semanas los mercados financieros internacionales mantuvieron una baja volatilidad. Las primas de riesgo y las monedas de la mayoría de los países latinoamericanos, en su mayoría permanecieron relativamente estables. Lo anterior, en un contexto en el cual el mercado le asigna una mayor probabilidad a que la FED incremente su tasa de interés de referencia en diciembre, y que en 2017 se dé al menos otro ajuste. En síntesis la economía colombiana continúa ajustándose a los fuertes choques registrados desde 2014 y el déficit en la cuenta corriente está disminuyendo gradualmente. Los efectos de los choques transitorios de oferta que han afectado la inflación y sus expectativas han comenzado a revertirse y se espera que esta tendencia continúe. Lo anterior, junto con las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, debería conducir la inflación al rango meta en 2017. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Después de analizar la información más reciente sobre la economía colombiana y sus perspectivas, la Junta optó por mantener inalterada la tasa de intervención. Los datos de crecimiento, inflación, déficit en cuenta corriente y confianza de consumidores y empresarios muestran que el ajuste de la economía al ciclo de precios de los productos básicos sigue siendo ordenado. Este ajuste es consistente con la transmisión de las medidas de política monetaria adoptadas por la Junta en el último año. Los pronósticos de crecimiento para 2016 y 2017 son compatibles con la reducción que ha sufrido el ingreso nacional en los últimos dos años y revelan una notoria resiliencia de la economía a los choques externos, en comparación con otras economías emergentes exportadoras de productos básicos. Uno de los miembros señaló la posibilidad de que el PIB potencial sea menor que el que se ha venido estimando para calcular la brecha del producto, como ha ocurrido en otros países. La inflación anual comenzó a reducirse en agosto lo que muestra que las medidas de política monetaria han sido efectivas. Así mismo, se observa que a la caída en el precio de los alimentos, de los transables y, aunque en menor medida, de los indicadores de inflación básica, se suma el efecto de la reducción de precios de los alimentos importados, de la revaluación moderada de la tasa de cambio y la terminación del impacto negativo del paro de transportadores sobre el abastecimiento de productos. El déficit en cuenta corriente ha mostrado un ajuste más rápido que el inicialmente previsto asociado en gran medida a la reducción de las importaciones y a los menores egresos por renta de factores. Este ajuste debe continuar ayudado por la desaceleración de la demanda interna, el comportamiento alcista de los precios del petróleo y los efectos de la devaluación real acumulada. La inflación y los indicadores de inflación básica continúan siendo altos, y al igual que algunas medidas de expectativas, superan el rango meta. Esto genera incertidumbre sobre el cumplimiento de la meta de 2017 y hace aconsejable y prudente mantener la actual postura de política monetaria. Uno de los miembros señaló que los datos del último mes muestran que el balance de riesgos se inclina más hacia la desaceleración del crecimiento que hacia la inflación, y afirmó que, si ese fenómeno se acentúa, habrá que pensar en una reducción de la tasa de intervención. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió mantener inalterada la tasa de interés de intervención en 7,75%. La decisión de mantener inalterada la tasa de interés de intervención contó con la aprobación de los 7 miembros de la Junta. Bogotá D.C.
2016-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 28 de Octubre de 2016 El 28 de octubre de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General (e), Hernando Vargas y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Trimestral de Política Monetaria -septiembre de 2016- y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este Informe se revisó a la baja la proyección de crecimiento para 2016 de los principales socios comerciales del país, en particular de los Estados Unidos y de algunas de las economías de la región. Para 2017 se prevé un crecimiento de los socios comerciales similar al contemplado en el Informe trimestral anterior, mostrando una leve recuperación frente al 2016. Así, en el próximo año el impulso generado por la demanda externa hacia la economía colombiana será algo mayor pero débil. Para lo que resta del año y 2017 se espera que los términos de intercambio continúen incrementándose, en gran parte debido al aumento proyectado en los precios internacionales de los principales productos de exportación. Sin embargo, mantendrían niveles inferiores a los de 2014. En materia de financiamiento externo no se esperan incrementos significativos para lo que resta del año y 2017. Esto supone que la normalización de la política monetaria en los Estados Unidos sería muy gradual y que en otros países desarrollados la postura monetaria se mantendrá altamente expansiva. No obstante los riesgos son al alza por cuenta de un incremento en la aversión al riesgo, en la percepción de riesgo del país o por mayores aumentos que los previstos en las tasas de interés externas. El déficit externo del país ha venido corrigiéndose durante este año y se espera que continúe con esa tendencia en 2017. Al igual que lo observado hasta el momento, la balanza comercial (bienes y servicios no factoriales) tendría la mayor contribución en el ajuste del desbalance externo. Para 2016 se estima un déficit en la cuenta corriente cercano al 4,7% del PIB y para 2017 en torno a 3,7%, niveles que aún son mayores que el promedio histórico registrado en el país. La reducción en el déficit en la cuenta corriente y la desaceleración de la economía colombiana, son reflejo del ajuste requerido en la economía debido al choque negativo al ingreso nacional que el país viene enfrentando desde mediados de 2014. Dicha desaceleración ha sido un poco mayor que la prevista en el Informe trimestral de junio, en parte debido a choques de oferta negativos (paro camionero), cuyos efectos en algunos sectores no pudieron ser compensados en los meses siguientes. Así, el equipo técnico revisó a la baja la proyección de crecimiento para 2016. Para todo el año se espera una expansión del PIB de 2%, contenida en un rango de 1,5% y 2,5% (frente a 2,3%, con un rango entre 1,5% y 3% en el Informe de Junio). Para 2017 se estima un crecimiento entre 1% y 3%, con 2% como cifra más probable. La inflación al consumidor se ha desacelerado de forma significativa en los últimos dos meses (de 8,97% en julio a 7,27% en septiembre) y se ha ubicado por debajo de lo esperado por el Banco y por el mercado. Esto indica que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta se están diluyendo a un ritmo mayor que el esperado. Sin embargo, las medidas de inflación básica se mantienen en niveles altos, las expectativas de inflación se encuentran por encima de 3,5% y en algunos casos tuvieron leves incrementos en el último mes. Dado el deterioro del ingreso nacional debido a la caída del precio del petróleo, una reforma tributaria estructural que mejore los ingresos del Gobierno contribuye al crecimiento sostenido de largo plazo al reducir el riesgo sobre el país, mejorar las perspectivas de inversión y, en general, propender por la estabilidad macroeconómica del país. No obstante, los pronósticos centrales en este Informe no incluyen los efectos de dicha reforma. En síntesis la economía colombiana continúa ajustándose a los fuertes choques registrados desde 2014 y el déficit en la cuenta corriente está disminuyendo gradualmente. La dinámica del producto ha sido más débil que la proyectada, la inflación ha descendido pero sus expectativas superan la meta. Los efectos de los choques transitorios de oferta que han afectado la inflación y sus expectativas han comenzado a revertirse y se espera que esta tendencia continúe. En este contexto las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento contribuyen a la convergencia de la inflación hacia la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Después de analizar la información más reciente sobre la economía colombiana y sus perspectivas, la totalidad de los miembros de la Junta estuvo de acuerdo en mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco. Sus miembros en general concordaron con el análisis del equipo técnico, según el cual el ajuste ha sido más rápido que lo previsto, en especial el ajuste del déficit en cuenta corriente, aunque todavía es necesaria una reducción adicional. Además, destacaron el hecho de que la inflación sin alimentos y sin alimentos ni regulados ha descendido al igual que las inflaciones básicas mensuales, a pesar de que aún se mantienen en niveles altos. Sobre el mercado financiero también indicaron que se presenta una desaceleración del crecimiento de la cartera, en particular de la comercial. No obstante lo anterior, sostuvieron que aún se requiere estabilidad de las tasas, en la medida que resulta necesario un anclaje más firme de las expectativas a la meta. Algunos miembros agregaron que, según indican los modelos y sin contemplar aún los efectos de la reforma tributaria, todavía existe un riesgo alto de no alcanzar el límite superior del rango meta en 2017, de suerte que converger al rango meta al final de ese año se convierte actualmente en el principal reto de la política monetaria, según el compromiso de la Junta reiterado en noviembre de 2015. En cuanto a la inflación, sus expectativas, y el crecimiento económico, los datos más recientes muestran que las medidas de política monetaria adoptadas en el último año vienen produciendo el ajuste esperado en la economía y en los precios. En relación con el crecimiento, algunos destacaron que, no obstante el bajo dinamismo de la demanda externa, el ajuste del tipo de cambio haría que las exportaciones netas estén dando un aporte positivo al crecimiento. Tanto el aumento que han tenido los términos de intercambio, como los pronósticos que se anuncian para el precio del petróleo en 2017, reforzarán el impacto del sector externo en el crecimiento. Un miembro de la Junta añadió que los últimos datos disponibles muestran una contracción indiscutible de la economía en ausencia de estímulos fiscales, monetarios y externos. Es posible que se haya reducido el crecimiento del PIB potencial. Sin embargo, es muy probable que dicho crecimiento sea superior al 2% proyectado por el equipo técnico del Banco, por lo cual la economía podría estar creciendo más rápido sin generar inflación. Con base en esta consideración, se podría modificar la postura de política monetaria, pero ello no es posible dado que la inflación actual es de 7%, y los modelos proyectan una inflación por encima del 6% al fin de 2016, y cercana a 4% para 2017, lo que justifica mantenerla inalterada. Desde el punto de vista del riesgo, la actual postura ortodoxa de política monetaria es un seguro, mejora la confianza y permite el flujo de capitales. Sin embargo, invitó a orientar el énfasis del análisis de la política monetaria futura en términos del crecimiento. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió mantener inalterada la tasa de interés de intervención en 7,75%. La decisión de mantener inalterada la tasa de interés de intervención contó con la aprobación de los 7 miembros de la Junta. Bogotá DC.
2016-11-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 25 de Noviembre de 2016 El 25 de Noviembre de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General José Darío Uribe y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria-Octubre de 2016 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este informe los pronósticos de crecimiento de los principales socios comerciales así como de los términos de intercambio no cambiaron respecto a los presentados el mes pasado. Sin embargo se percibe un incremento en la incertidumbre global que podría transmitirse a estas proyecciones. Las primas de riesgo en América Latina se elevaron tras los resultados de las elecciones en los Estados Unidos. Los CDS de Colombia presentaron un incremento considerable. Esto en un contexto en el que los mercados financieros asignan una probabilidad alta a que la Reserva Federal incremente la tasa de política en 25 puntos básicos (pb) en diciembre y a que se de otro aumento en la segunda mitad de 2017. Los pronósticos del crecimiento de la actividad económica colombiana para el tercer trimestre y para todo el 2016 no se modificaron frente a lo presentado en el informe pasado: para el tercer trimestre se proyecta un crecimiento entre 1,0% y 2,2% con 1,6% como cifra más probable y para todo el año entre 1,5% y 2,5% con 2,0% como pronóstico central. No obstante, la última información disponible muestra resultados mediocres y por debajo de lo esperado. De esta manera, aumentó la probabilidad de que el crecimiento para todo el año sea algo menor que el pronóstico central. En el mercado financiero la dinámica del endeudamiento se sigue moderando desde niveles elevados relativos al producto. El de tipo comercial continuó desacelerándose (5,7%) y la tasa de aumento de la de los hogares se estabilizó en un 13,1%. En octubre la inflación anual completó tres meses de caída y se situó en 6,48%. En el último mes, la disminución se explicó principalmente por el menor ritmo de ajuste anual de los precios de los alimentos, y en menor medida por el comportamiento favorable del IPC de bienes transables sin alimentos ni regulados. La inflación básica, medida como el promedio de los cuatro indicadores monitoreados por el Banco, se redujo de 6,29% en septiembre a 6,03% en octubre. En noviembre las expectativas de inflación obtenidas de la encuesta mensual a analistas económicos, disminuyeron ligeramente en todos los horizontes: a uno y dos años se situaron en 4,18% y 3,57% respectivamente. En contraste, aquellas que se extraen de los papeles de deuda pública aumentaron para plazos a 2, 3 y 5 años y se situaron entre 3,88% y 4,15%. En síntesis, la economía colombiana continúa ajustándose a los fuertes choques registrados desde 2014 y el déficit en la cuenta corriente se está disminuyendo gradualmente. La dinámica del producto ha sido más débil que la proyectada y la inflación sigue descendiendo, aunque las medidas de inflación básica y las expectativas de inflación a un año aún superan la meta. Los efectos de varios de los choques transitorios de oferta que afectaron la inflación y sus expectativas siguen revirtiéndose y se espera que esta tendencia continúe. Los cambios recientes en el contexto internacional han inducido una depreciación del peso. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento refuerzan el proceso de convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta concordaron que el proceso de ajuste de la economía al choque de ingresos sufrido desde 2014 se viene dando más rápidamente de lo esperado, al igual que el descenso en los datos de inflación total. Sin embargo, persisten riesgos para la convergencia de dicha inflación a la meta de 3%. Ante este escenario, cinco de los miembros votaron por mantener inalterada la tasa de interés de intervención. Concluyeron que era importante contar con más información respecto de los posibles riesgos a la convergencia de las expectativas y de la inflación a la meta antes de empezar un proceso de reducción de las tasas de interés. Dentro de los riesgos se mencionó el aumento en la incertidumbre en los mercados internacionales el cual podría redundar en presiones inflacionarias. Algunos de los miembros del grupo mayoritario destacaron los riesgos de que se mantenga un alto nivel de indexación en la economía, lo que otros complementaron con la necesidad de contar con más evidencia de la convergencia de las expectativas y de las medidas de inflación básica a la meta. Finalmente, uno de ellos mencionó que en choques como el sufrido por la economía colombiana es difícil estimar los excesos de capacidad instalada y se corre el riesgo de cambiar la postura de política prematuramente. Dos miembros de la Junta votaron por una reducción de la tasa de intervención en 25 pbs. Uno de ellos resaltó que, si bien es importante la consolidación de la tendencia de la inflación básica antes de recortar la tasa de intervención, también es importante reconocer que se empieza a dar un cambio en el balance de riesgos. Hay muestras claras de una desaceleración mayor que la esperada en la demanda interna, se registra una desaceleración marcada de la cartera, en particular de la comercial, un aumento en las tasas de interés reales de intervención, y en términos generales, un aumento de las tasas de interés reales activas del sistema financiero, ante la caída en las expectativas de inflación. Finalmente, otro integrante destacó que la cifra de crecimiento del tercer trimestre y las proyecciones para el año 2016 y 2017 son poco alentadoras, y no se ven fuentes que generen un crecimiento de la demanda interna superior al del PIB potencial. Por otra parte los pronósticos de inflación para 2016 y 2017 muestran una convergencia más rápida a la meta. Reconoce que existen riesgos asociados con la incertidumbre generada por las nuevas políticas comerciales que puedan adoptarse en Estados Unidos y el cambio de postura monetaria de la FED. Lo anterior podría generar un escenario de devaluación, cuya magnitud es difícil de medir, pero estaría atemperada por la reforma tributaria, que consolida la calificación crediticia, y por la evidencia de que a pesar del incremento en el riesgo internacional el país no ha experimentado una salida de capitales. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de interés de intervención en 7,75%. La decisión de mantener inalterada la tasa de interés de intervención contó con la aprobación de 5 miembros de la Junta. Los dos restantes votaron por una reducción de la tasa de interés de 25 pb. Bogotá D.C.
2016-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 16 de Diciembre de 2016 El 16 de Diciembre de 2016 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General José Darío Uribe y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria - Noviembre de 2016 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En el tercer trimestre la economía colombiana se expandió 1,2% anual, por debajo de lo esperado por el Banco y por el mercado. El consumo total, y particularmente el consumo de los hogares, tuvo una reducción en su tasa de crecimiento, mientras que la inversión profundizó su caída. Con esto la demanda interna mostró una variación anual negativa (-1,1%), la primera desde 2009. Por su parte, las exportaciones netas contribuyeron positivamente al crecimiento económico. La información disponible para el cuarto trimestre es aún escasa, pero permite prever una expansión de la actividad económica a un ritmo apenas superior al observado en el tercero. Esto, en parte, porque algunos choques de oferta que se presentaron en el tercer trimestre se habrían superado. De ser así, el crecimiento del PIB para todo 2016 se ubicaría en la parte inferior del rango de pronóstico presentado en el anterior Informe trimestral (1,5% a 2,5%, con 2% como cifra más probable). En el último mes, el endeudamiento comercial (el de M/E ajustado para corregir las fluctuaciones del tipo de cambio) registró un crecimiento de 5,7% anual, igual al de octubre pero menor al de meses anteriores. La dinámica del crédito a los hogares se mantiene con un crecimiento anual cercano al 13%. En noviembre la inflación anual al consumidor continuó disminuyendo y se situó en 5,96%, gracias a la reducción en la variación de los precios de los alimentos, de los bienes transables y de los regulados. El promedio de los cuatro indicadores de inflación básica (5,74%) también sigue descendiendo. Las expectativas de inflación de los analistas financieros a uno y dos años, y las calculadas a partir de los títulos de deuda pública a dos y tres años, tuvieron algunos aumentos frente al mes anterior y se mantienen por encima de 3%. En el contexto externo, la Reserva Federal de los Estados Unidos incrementó su tasa de referencia en 25 puntos básicos en su reunión de diciembre, tal como se esperaba, y sugirió que en 2017 realizaría tres aumentos, más que lo previsto anteriormente. El Banco Central Europeo, por su parte, modificó su programa de compra de activos, en monto, plazo y composición. Las tasas de interés de largo plazo en las diferentes economías desarrolladas han permanecido por encima de lo observado entre julio y octubre de este año, mientras que la inflación total continúa aumentando. En cuanto al precio del petróleo, en las últimas semanas ha repuntado tras los acuerdos de la OPEP y otros países para recortar la producción de crudo en el primer semestre de 2017. Así, los términos de intercambio del país habrían seguido mejorando. Las primas de riesgo y las monedas de los países emergentes, incluidas las de Colombia, han corregido, luego de los fuertes cambios que se observaron tras las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Las cifras de actividad económica mundial sugieren que los Estados Unidos, Europa y China, se mantendrían en la senda de crecimiento moderado de los últimos trimestres. Hacia el mediano plazo la incertidumbre en el contexto externo ha aumentado, debido a que se desconocen las políticas que implementará el gobierno entrante en los Estados Unidos, los efectos del brexit, entre otros. De igual forma, persisten los riesgos sobre China. En síntesis, la economía colombiana continúa ajustándose a los fuertes choques registrados desde 2014 y el déficit en la cuenta corriente disminuye gradualmente. La inflación sigue descendiendo más rápidamente que lo anticipado, aunque las medidas de inflación básica y las expectativas de inflación a un año aún superan la meta. Los efectos de varios de los choques transitorios de oferta que han afectado la inflación y sus expectativas siguen revirtiéndose y se espera que esta tendencia continúe. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta estuvieron de acuerdo en que el proceso de convergencia de la inflación a la meta de largo plazo se ha fortalecido en los últimos meses. La reversión de los choques climáticos y la estabilización del tipo de cambio han producido una disminución acelerada del crecimiento de los precios de los alimentos y de los bienes más vinculados al comercio internacional. En la misma dirección, el débil crecimiento de la demanda interna y del producto amplía los excesos de capacidad instalada, lo que inducirá disminuciones adicionales de la inflación en el horizonte de política. La debilidad en la demanda interna tiene además el efecto de moderar el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos y por esta vía reducir la vulnerabilidad de la economía. La mayoría de los miembros consideró que estaban dadas las condiciones para reducir el grado contraccionista de la postura de política monetaria. Por tanto votaron por un recorte de 25 puntos básicos en la tasa de interés de intervención. Estos directores argumentaron que la tasa de interés de intervención se encuentra en niveles altos con respecto a sus promedios históricos y a los cálculos de tasa neutral. En este contexto, la desaceleración reciente de la demanda agregada y las mejores proyecciones de inflación permiten disminuir la tasa de interés. Resaltaron la buena respuesta de los mercados financieros al aumento de la tasa de intervención de la FED, lo que baja el riesgo de devaluaciones fuertes que atenten contra la convergencia de la inflación a la meta. Otro factor que reduce este riesgo es el acuerdo de recorte de producción de petróleo promovido por la OPEP que estabilizaría los precios del crudo en 2017. Señalaron igualmente la importancia de llevar a cabo una política monetaria que actúe con la anticipación debida, dados los rezagos entre las acciones de política y sus efectos sobre la demanda interna y la inflación. Otros miembros consideraron que, a pesar de que la inflación va convergiendo a su meta, aun no existen indicios suficientemente fuertes de que la velocidad de convergencia sea la adecuada. En este aspecto, los riesgos más significativos son los derivados de la existencia de diversos mecanismos de indexación de precios y salarios y de los posibles efectos que tendrían los cambios en la política económica de Estados Unidos y Europa sobre el tipo de cambio y las condiciones de financiamiento externo de la economía. Sostuvieron que era prudente mantener estables las tasas de intervención, dado que en el próximo mes se tendría información relevante sobre los riesgos señalados. Con esta información se podría tener una idea más precisa de lo que se requiere de la política monetaria futura, lo que permitiría una mejor comunicación con el público y mejoraría su efectividad. Afirmaron igualmente, que no consideran que el ajuste de la demanda interna y del crecimiento sea excesivo, si se tiene en cuenta el alto nivel que conserva el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, por lo que creen que el comportamiento de estas variables hace parte del proceso de ajuste. Algunos de los miembros de este grupo, resaltaron que la inflación básica aún se encuentra en niveles superiores a la meta y que las expectativas de inflación se incrementaron levemente en el último mes. En este entorno, una reducción en las tasas de interés tendría el riesgo de reforzar el cambio en el comportamiento de las expectativas de inflación, lo que podría generar inestabilidad en la política monetaria y costos en términos de bienestar. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría reducir la tasa de interés de intervención en 25 puntos básicos y la fijó en 7,5%. La decisión de reducir la tasa de interés de intervención contó con la aprobación de cuatro miembros de la Junta. Los tres restantes votaron por mantenerla inalterada. Bogotá D.C.
2017-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 27 de Enero de 2017 El 27 de Enero de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarria y los Directores, Carlos Gustavo Cano Sanz, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Trimestral de Política Monetaria – Diciembre 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO Para el cuarto trimestre de 2016 varios de los indicadores de actividad y de percepción sugieren que la economía mantiene un dinamismo bajo. Por lo tanto, en este Informe se revisó a la baja la proyección de crecimiento para 2016 a 1,8% como cifra más probable, contenida en un rango entre 1,6% y 2,0% (frente a 2,0%, en un rango entre 1,5% y 2,5% del Informe anterior). El déficit en la cuenta corriente se habría situado para todo el año en 4,5% del PIB (con un rango entre 4,3% y 4,7% del PIB). Para 2017 se prevé una expansión del PIB entre 0,7% y 2,7%, con 2,0% como dato más probable. Este pronóstico, que tiene en cuenta los efectos de la Reforma Tributaria, sugiere un ajuste del gasto coherente con el deterioro de la dinámica del ingreso nacional debido a los fuertes choques registrados desde mediados de 2014. También incorpora unos términos de intercambio del país que seguirían recuperándose por cuenta de los mayores precios internacionales del petróleo y de otros de los principales productos de exportación. La demanda externa tendría una leve recuperación, producto de un crecimiento de los principales socios comerciales algo mejor que el registrado en 2016. El déficit en la cuenta corriente para 2017 estaría entre 3,0% y 4,4% del PIB, con 3,7% en el escenario central. Esta proyección considera un aumento en el costo de financiamiento externo explicado, principalmente, por posibles incrementos en la tasa de interés de la Reserva Federal. Los mercados internacionales podrían registrar una mayor volatilidad, debido por ejemplo a las medidas que pueda tomar el nuevo gobierno en los Estados Unidos, a decisiones en torno al brexit, entre otros. En Colombia, al cierre del 2016 la inflación se situó en 5,75%, 322 pb menos que el máximo alcanzado en julio y 102 pb por debajo del dato de diciembre de 2015. El comportamiento en los grupos de alimentos y de transables (sin alimentos ni regulados) explicaron la reducción de la inflación durante el mes y frente al cierre del año anterior. Los indicadores de inflación básica también disminuyeron, y su promedio se situó en 5,60%. Las diferentes medidas de expectativas de inflación continúan por encima de la meta (3,0%). Las expectativas de los analistas para diciembre de 2017 han seguido subiendo, desde 4.1% en noviembre hasta haber alcanzado 4.5% en enero. Y todas las que se derivan de los títulos de deuda pública igualmente subieron así: para dos años a 4.8%, para 3 años a 4.3% y para cinco años a 3.8%. Para 2017, se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica débil. Por otro lado, el aumento del IVA y de otros impuestos indirectos presionarían al alza a la inflación. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. En síntesis, la economía colombiana continúa ajustándose a los fuertes choques registrados desde 2014 y el déficit en la cuenta corriente sigue corrigiéndose. La dinámica del producto ha sido más débil que la proyectada y la inflación sigue descendiendo, aunque las medidas de inflación básica y las expectativas de inflación superan la meta del 3%. Los efectos de varios de los choques transitorios de oferta que han afectado la inflación y sus expectativas siguen revirtiéndose y es probable que esta tendencia continúe. La reforma tributaria aprobada en el Congreso favorece la inversión productiva y permite el logro de mayores niveles de ingreso en el largo plazo, además de consolidar la sostenibilidad fiscal y externa del país. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta Directiva resaltaron los siguientes cambios en la información disponible desde su última reunión. En primer lugar, un aumento en la incertidumbre global derivada de las expectativas sobre cambios en la política fiscal y comercial de Estados Unidos y su posible impacto sobre las tasas de interés de la Reserva Federal y en consecuencia sobre los mercados financieros globales. En segundo lugar, un aumento en todas las medidas de expectativas de inflación. Finalmente, un crecimiento del producto y de la demanda interna peor que el inicialmente esperado. Existe consenso entre los miembros de la Junta en que, de no presentarse nuevos choques inflacionarios negativos y significativos, la tasa de interés de intervención descenderá en los próximos trimestres; la velocidad con que ello ocurra dependerá enteramente de la nueva información disponible. La mayoría de los miembros de la Junta votó por mantener inalterada la tasa de interés de intervención. Dentro de ese grupo, algunos resaltaron que el nuevo hecho más protuberante - y a su vez preocupante -, desde la última reunión de la Junta del pasado 16 de diciembre, ha sido la elevación de las expectativas de inflación, incluyendo las expectativas para diciembre de 2018. De otra parte, según el Fan Chart la probabilidad de alcanzar la meta en diciembre de 2017 se redujo al 40%, mostrando una convergencia hacia la misma más lenta. Opinaron que en las actuales circunstancias, no es aconsejable un recorte de la tasa: en lo interno por el posible impacto que nuevos choques inflacionarios pueden producir sobre las expectativas de inflación, los mecanismos de indexación y una mayor persistencia en el aumento de precios de la canasta de bienes no transables; y en lo externo por la incertidumbre asociada a hechos políticos y económicos en Estados Unidos y Europa, principalmente, que pueden afectar los flujos de capital, la tasa de cambio y la inflación. Eventuales futuros movimientos de la tasa de interés deberán sujetarse a la evolución de las expectativas y a la velocidad de la convergencia de las mismas y de la inflación observada hacia la meta. Otros destacaron que, a pesar de que la economía se ha venido ajustando rápidamente, persisten riesgos de que los mecanismos de indexación generen ineficiencias en la convergencia de la inflación a su meta. En consecuencia consideraron deseable una senda de reducción de la tasa de interés gradual, que vaya incorporando paulatinamente la información que afecte las proyecciones de inflación y de brecha del producto para el horizonte de política. Un grupo de miembros de la Junta propuso una reducción de 25 pb en la tasa de intervención. Estos miembros enfatizaron que se ha incrementado el riesgo de la desaceleración excesiva del crecimiento de la demanda interna. Además, señalaron que la posición de la política monetaria sigue siendo contraccionista. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de interés de intervención y la mantuvo en 7,5%. La decisión de mantener inalterada la tasa de interés de intervención contó con la aprobación de cuatro miembros de la Junta. Los tres restantes votaron por una reducción de la tasa de interés de 25 pb. Bogotá D. C.,
2017-02-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 24 de febrero de 2017 El 24 de febrero de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarria y los Directores, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, César Vallejo Mejía y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria –Enero 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En 2016 la economía colombiana creció 2,0%, y en el cuarto trimestre 1,6%, algo mejor a lo registrado en el tercero. Las ramas que mostraron los mayores aumentos en el año fueron los servicios financieros y la construcción y la agricultura, mientras que la minería y el transporte tuvieron una contracción. Por el lado de la demanda, el DANE publicará las cifras el 1 de marzo. La información disponible sugiere que en el año la demanda interna se habría estancado frente a lo observado en 2015, fruto de una desaceleración del consumo (de los hogares y del gobierno) y una caída de la inversión. Las exportaciones netas, por su parte, habrían tenido una contribución positiva al crecimiento. Las cifras de comercio exterior (en dólares) muestran una disminución del déficit de bienes cercana al 25%. Para lo corrido de 2017 la información sobre actividad económica es aún muy escasa. Se destaca el resultado negativo del índice de confianza del consumidor, que en enero se situó en el mínimo de la serie (desde nov 2001). Para 2017 se sigue previendo una expansión del PIB entre 0,7% y 2,7%, con 2,0% como dato más probable. En cuanto a la inflación, en enero se ubicó en 5,47% anual, 28 pb menos que en diciembre de 2016; sin embargo el promedio de los cuatro indicadores de inflación básica que monitorea el Banco detuvo su descenso. La información disponible sugiere que durante enero parte del incremento observado en los precios al consumidor obedeció al impacto de la reforma tributaria (por cambio en el IVA, el impuesto verde y la Ley de Licores). Las expectativas de inflación de los analistas económicos a diciembre de 2017 y 2018 aumentaron (10 pb y 6 pb respectivamente) mientras que las derivadas de los títulos de deuda pública a 2, 3 y 5 años se mantuvieron relativamente estables. En el contexto externo, los indicadores más recientes de los Estados Unidos y Europa sugieren que sus economías mantienen un dinamismo similar al de los trimestres anteriores. Para América Latina durante el cuarto trimestre continuaron las bajas tasas de crecimiento. Para lo corrido de 2017, la mejora de los precios internacionales de los principales bienes básicos que exporta la región, estaría contribuyendo al fortalecimiento de las monedas y a la disminución de los indicadores de riesgo país. En las primeras semanas del año se han observado importantes entradas de capitales a economías emergentes. Para 2017, se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica débil. Por otro lado, el aumento del IVA y de otros impuestos indirectos presionarían al alza la inflación. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Con la información del último mes, los miembros de la Junta destacaron la continuidad del descenso en el indicador de la inflación total, el débil comportamiento de la economía en lo corrido del año y la favorable reducción del déficit en la cuenta corriente. Todo ello confirma su convicción de que existen las condiciones para cambiar gradualmente la postura contraccionista de la política monetaria y buscar el nivel neutral de la misma, a un ritmo que dependerá de la información y los riesgos observados en cada sesión. Especial preocupación les produjo la pronunciada caída del índice de confianza de los consumidores, aunque en los últimos meses dicho índice ha perdido correlación con la demanda interna y con el consumo de los hogares. El grupo mayoritario votó por reducir la tasa 25 pb. Entre los argumentos presentados por sus miembros se resaltan los siguientes: el bajo crecimiento pronosticado por el equipo técnico para el presente año, el pobre desempeño de la industria en los últimos meses, el leve incremento de la tasa de desempleo en las trece ciudades principales y el desplome del índice de confianza del consumidor. Algunos consideraron que hay que evitar el riesgo de caer en una espiral negativa, de mayor desaceleración de la economía y que, dado el comportamiento relativamente favorable previsto para el déficit externo, conviene darle mayor atención a la recuperación de la confianza. Finalmente, en relación con las expectativas de inflación y el ligero aumento que tuvieron en el último mes, unos de sus miembros señalaron que, con una reducción de 25 pb, la tasa de interés de intervención sigue siendo contraccionista y reafirmaron que el cambio deberá seguir siendo gradual en el futuro, dependiendo de los datos observados y, en particular, de los fenómenos de inercia e indexación en la inflación. El grupo minoritario, reconociendo la importancia de un proceso de normalización gradual de la política monetaria, votó por mantener inalterada la tasa de referencia. Entre los argumentos presentados por los miembros de este grupo se resaltan los siguientes: el grado de persistencia de la inflación aún es alto, las expectativas volvieron a subir levemente y todavía se encuentran por encima de la meta de largo plazo en el horizonte de política. Un Director opinó que, aunque todavía hay factores de incertidumbre, tanto externas como internas, hay razones para pensar que la economía ya tocó fondo y, aunque lentamente, puede empezar a recuperarse. En particular, mencionó la tasa de crecimiento del cuarto trimestre y la de todo el año 2016, un poco mejores que lo esperado y el comportamiento reciente de los términos de intercambio y la balanza comercial. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría reducir la tasa de interés de intervención en 25 puntos base (pb) y la sitúa en 7,25%. La decisión de reducir la tasa de interés de intervención contó con la aprobación de 4 miembros de la Junta. Los dos restantes votaron por mantener la tasa de interés en 7,5%. Bogotá D.C.
2017-03-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 24 de Marzo de 2017 El 24 de Marzo de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarria y los Directores, Gerardo Hernandez Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria – Febrero 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO La información disponible de oferta y demanda sugiere que el crecimiento anual de la economía colombiana a comienzos del año continuó siendo débil y algo menor que lo esperado. No obstante, para todo 2017, se mantuvo el pronóstico de un crecimiento más balanceado de los diferentes componentes de la demanda. Se prevé un mejor desempeño de la inversión de obras civiles, lo cual permitiría conservar una expansión del PIB de 2,0% para el año completo. Sin embargo, a la fecha aún no se conoce información sobre el desempeño reciente de este rubro. Por otra parte, la cuenta corriente de la balanza de pagos durante 2016 registró un déficit de USD12.541 m (4,4% del PIB). El resultado fue inferior en USD6.239 m al de un año atrás (6,4% del PIB). El menor desbalance corriente fue resultado de una importante caída de los egresos corrientes, la cual más que compensó la reducción de los ingresos ocasionada, en particular, por la caída de las exportaciones de bienes. En cuanto a la inflación, en febrero se ubicó en 5,18% anual, 29 pb menos que en enero; la inflación básica medida como el promedio de los cuatro indicadores que monitorea el Banco, se mantuvo sin cambios significativos. La información disponible sugiere que, al igual que el mes pasado, parte del incremento observado en los precios al consumidor obedeció al impacto de la reforma tributaria (por cambio en el IVA, el impuesto verde y la Ley de Licores). Las expectativas de inflación de los analistas económicos a diciembre de 2017 y a doce y veinticuatro meses disminuyeron, al igual que las derivadas de los títulos de deuda pública a dos, tres y cinco años. En el contexto externo, los indicadores más recientes para las economías avanzadas sugieren una mejoría de la actividad. Sin embargo, para América Latina los datos disponibles sugieren que el crecimiento continúa siendo mediocre. Por otra parte, durante las primeras semanas las monedas latinoamericanas se depreciaron. Sin embargo, en los últimos días esta tendencia se revirtió a pesar del aumento de la tasa de interés de la Fed. Se continúa observando importantes entradas de capitales a economías emergentes, principalmente a renta fija. En lo corrido de marzo, los precios internacionales del petróleo han mostrado una tendencia a la baja en respuesta a los mayores inventarios en los Estados Unidos. Para 2017 se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica débil. Por otro lado el aumento del IVA y otros impuestos indirectos presionarían al alza la inflación. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron que la inflación total sigue en su senda de descenso y que la reciente información económica continúa mostrando debilidad en la actividad en esta primera parte del año. El grupo mayoritario votó por reducir la tasa 25 pb. Entre los argumentos presentados por sus miembros se resaltan los siguientes: las expectativas de inflación retomaron su tendencia descendente; los datos recientes de actividad económica continúan evidenciando una desaceleración en términos del crecimiento; el crédito, en particular la cartera comercial, crece a tasas bajas; y la postura actual de la tasa de interés continúa en terreno contraccionista. Algunos destacaron el mal comportamiento de varios componentes del IPC que están fuertemente relacionados con fenómenos de indexación y persistencia. En su opinión se han elevado simultáneamente los riesgos de desaceleración excesiva y de persistencia en la inflación, aumentando la incertidumbre sobre el paso al que se deben realizar reducciones adicionales de las tasas de interés. Un miembro de la Junta votó por mantener estable la tasa de interés de intervención. Sus argumentos se centraron en el incremento de la persistencia inflacionaria que parece estar presentándose en la economía colombiana. Este factor, sumado a los choques de oferta recibidos en los últimos años, indica la conveniencia de mantener una política monetaria más contractiva para garantizar la convergencia temprana de la inflación a su meta, evitando así deterioros de la credibilidad que hagan más costoso este proceso en el futuro. El impacto de aumentos en el IVA es aún incierto y deberá evaluarse con especial cuidado durante los próximos meses. Finalmente, un miembro de la Junta votó por una reducción de 50 pbs en la tasa de intervención. Señaló para hacerlo que ante la baja dinámica de la economía es conveniente que la reducción de tasas de interés se haga de manera temprana para tener un efecto oportuno en la actividad económica. Considera así mismo que los riesgos de inflación se han reducido considerablemente en los meses recientes, por lo que cree que en el balance de riesgos debe primar el de impedir una desaceleración excesiva. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría reducir la tasa de interés de intervención en 25 puntos base (pb) y la sitúo en 7%. La decisión de reducir la tasa de interés de intervención contó con la aprobación de 4 miembros de la Junta. Un miembro votó por mantener estable la tasa de interés y otro por reducirla en 50 puntos base. Bogotá D. C., abril 7 de 2017.
2017-04-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República 28 de abril de 2017 El 28 de Abril de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C., la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarría y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Trimestral de Política Monetaria – Marzo de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO La información disponible de oferta y demanda sugiere que el crecimiento anual de la economía colombiana en el primer trimestre fue débil y algo menor que lo esperado. Para el primer trimestre de 2017 el crecimiento se habría situado entre 0,8% y 1,8%, con 1,3% como cifra más probable. Para todo el año el equipo técnico del Banco revisó el pronóstico a la baja. Así, para 2017 se estima una expansión del PIB entre 0,8% y 2,6%, con 1,8% como cifra más probable. Por otra parte, el déficit en la cuenta corriente se ubicaría en 3,6% del PIB, con un rango entre 3,0% y 4,1%. Estas proyecciones suponen un crecimiento de la demanda externa y unos términos de intercambio algo mejores que los registrados en 2016. Igualmente que el financiamiento externo se encarecería por cuenta de las tasas de interés externas más altas. En Colombia la demanda interna tendría un mejor desempeño que el de 2016, por cuenta de un crecimiento de la inversión, en especial de las obras civiles. El consumo de los hogares tendría un ritmo de aumento algo menor al del año anterior, mientras que el del gobierno se aceleraría de forma leve. Con esto, por el lado de la demanda el crecimiento en 2017 sería algo más balanceado que el observado en 2016. En cuanto a la inflación, en marzo se ubicó en 4,69% anual, mientras que la inflación básica, medida como el promedio de los cuatro indicadores que monitorea el Banco, se mantuvo sin cambios significativos. Si bien la mayor parte de la desaceleración en el mes la explica el comportamiento de los alimentos, la disminución en la inflación de transables (sin alimentos ni regulados) sugiere que el efecto alcista de la reforma tributaria y de la ley de licores se habría dado, en su mayoría, en los primeros meses del año. La aceleración en la inflación de no transables (sin alimentos ni regulados) sugiere que la indexación de precios y salarios podría estar ganando importancia. Las expectativas de inflación de los analistas económicos y las obtenidas de la encuesta trimestral de expectativas económicas a diciembre de 2017, a doce y a veinticuatro meses disminuyeron. Las que se extraen de los títulos de deuda pública a dos años y más continúan con su tendencia a la baja. En el contexto externo, la información disponible para el primer trimestre sugiere que las economías de los Estados Unidos y de la zona del euro pudieron haberse desacelerado en el primer trimestre. Sin embargo se recuperarían en lo que resta del año. Para China el registro del PIB estuvo por encima del observado en 2016 y del esperado por el mercado. En América Latina, los indicadores de actividad y de confianza muestran estabilidad o alguna recuperación, aunque se mantendrían crecimientos bajos. En marzo continuaron las entradas de capital dirigidas a renta fija. Las monedas de estos países han seguido con una tendencia a la apreciación. Los términos de intercambio de Colombia se habrían mantenido en niveles superiores a los de un año atrás, gracias al incremento en el precio de los principales productos de exportación del país (en especial petróleo y carbón). En el caso del petróleo, si bien se han observado fluctuaciones importantes en su cotización, en lo corrido del año esta se ha mantenido en por encima de los USD 50 por barril (referencia Brent). En síntesis, para 2017 se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica un poco más débil de lo previsto en el Informe trimestral anterior. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA En la discusión de política los miembros de la Junta Directiva estuvieron de acuerdo en los siguientes aspectos: La economía colombiana ha mostrado un proceso de ajuste ordenado frente a los fuertes choques recibidos en los años pasados, lo que se ha reflejado en la presencia de excesos de capacidad instalada. La información disponible del último mes continúa mostrando una creciente debilidad de la actividad económica, lo que llevó el equipo técnico a reducir el pronóstico de crecimiento del 2017 a 1,8% como la cifra más probable. Las expectativas de la inflación y la inflación observada disminuyeron en el último mes. No obstante, su descenso se debe, en buena parte, a una reducción en la variación anual de los precios de los alimentos. Los mecanismos de indexación y el aumento en la persistencia de la inflación se reflejaron en el aumento de la variación de los precios de los bienes no transables. El nivel actual de la tasa de interés real de política sigue siendo contractivo. Con la disminución de las expectativas de inflación presentada en el último mes, el nivel actual de la tasa de intervención es aún más contractivo. Dado la anterior y frente al balance de riesgos, todos los miembros de la Junta Directiva estimaron oportuno reducir las tasas de intervención pero con diferencias en cuanto al monto a reducir. En efecto, cuatro directores consideraron conveniente reducir en 50 puntos base (pb). Estimaron que esta reducción es coherente con la nueva información respecto al menor crecimiento de la economía, la reducción en las expectativas de inflación y con la senda esperada de disminución de la inflación para llegar a la meta de 3% en el 2018. Otros directores votaron por reducir la tasa en 25 pb. Argumentaron que existen razones para reducir la tasa de interés de intervención, como es el caso del comportamiento de las expectativas de inflación y de los indicadores de actividad real. Sin embargo, la persistencia de altos niveles de inflación y la elevada indización que aún muestra la economía señalan que la senda de reducciones de las tasas de interés debe ser gradual, prudente y moderada, si se quieren cumplir con los objetivos del Banco de la República en el horizonte de política. De igual forma, resaltaron que una disminución de 25 pb estaría en línea con lo esperado por el mercado, con lo que se consolidaría el buen funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría reducir la tasa de interés de intervención en 50 pb y dejarla en 6,50%. La decisión de reducir la tasa de interés de intervención en 50 pb contó con la aprobación de cuatro (4) miembros de la Junta. Los dos (2) restantes votaron por reducir la tasa en 25 pb. Bogotá D.C.
2017-05-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de 26 de mayo de 2017 El 26 de mayo de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarria y los Directores, Gerardo Hernandez Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, Jose Antonio Ocampo Gaviria, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria – abril de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En el primer trimestre de 2017 la economía colombiana creció 1,1% anual, un poco por debajo de lo esperado por el Banco (1,3%). Los sectores más dinámicos fueron la agricultura (7,7%) y los servicios financieros (4,4%), mientras que la minería, la construcción, el comercio y el transporte se contrajeron (-9,4%, -1,4%, -0,5% y -0,3%, respectivamente). Frente al trimestre inmediatamente anterior el PIB cayó 0,2%, lo que corresponde a una tasa anualizada de -0,9%. Por el lado de la demanda, los cálculos del equipo técnico sugieren que el consumo de los hogares se habría desacelerado, mientras que el del gobierno habría aumentado su ritmo de crecimiento; la inversión, por su parte, habría dejado de caer. Con esto, la demanda interna se habría recuperado en algo. El PIB por el lado de la demanda será publicado por el DANE el 26 de mayo. Las cifras de comercio exterior colombiano (en dólares) para el primer trimestre muestran un crecimiento del valor de las exportaciones de 31,4%, explicado, en buena medida por las ventas de bienes de origen minero. El valor de las importaciones, por su parte, aumentó 6,9%. Con esto, la balanza comercial de bienes se habría cerrado por cuenta del incremento en las ventas externas superior al de las compras. La información disponible para el segundo trimestre es escasa pero sugiere que la economía mantiene un bajo dinamismo. Con corte a abril, la producción de petróleo permaneció en niveles similares a los de los últimos 6 meses y la de café se redujo sustancialmente frente a la del primer trimestre. Por su parte, el índice de confianza del consumidor, aunque sigue muy por debajo del promedio histórico, mejoró frente a los registros de los meses anteriores. El crédito a los hogares (consumo e hipotecario) mantuvo crecimientos nominales cercanos a los observados en los últimos meses, mientras que el otorgado a las empresas sigue desacelerándose. Esto en un contexto en el que la transmisión de los recortes de la tasa de política ha sido mayor a las tasas de los créditos comerciales que a las de los créditos a los hogares. El equipo técnico del Banco mantiene la proyección de crecimiento para todo el año en 1,8%, contenida en un rango entre 0,8% y 2,6%. En cuanto a la inflación anual, en abril se ubicó en 4,66%, sin cambios de importancia frente al registro de marzo. En el mes, los regulados generaron presiones al alza (al pasar de 4,05% a 6,75%) que compensaron el descenso en la inflación de alimentos (de 3,65% a 2,49%). Los transables y no transables (sin alimentos ni regulados) también tuvieron reducciones en la variación anual de sus precios, pero de menor magnitud. El promedio de los indicadores de inflación básica también permaneció relativamente constante. Las expectativas de inflación obtenidas a partir de la encuesta a analistas financieros para el cierre de 2017 aumentaron ligeramente y para 2018 se mantuvieron cerca de los niveles de la encuesta de abril. Las obtenidas a partir de los títulos de deuda pública (break-even inflation y forward break- even inflation) tuvieron algunos aumentos. En otros países, las cifras disponibles sugieren que las economías latinoamericanas continúan débiles. Para las economías desarrolladas, el panorama es mejor. En los Estados Unidos se espera que el segundo trimestre tenga un mejor desempeño que el primero. La tasa de desempleo se mantuvo baja en abril y el mercado anticipa que la Fed incremente su tasa de interés en la reunión de junio. En Europa se mantiene el desempeño positivo de los indicadores de confianza del consumidor y de percepción de los industriales. Los términos de intercambio de Colombia a marzo aumentaron gracias al comportamiento de los precios de los principales productos de exportación del país. Gran parte de esta tendencia continuaría si el petróleo se mantiene en niveles similares a los actuales, lo cual parece ser probable dado el anuncio de extensión, hasta marzo de 2018, del acuerdo de límites a la producción de la OPEP. En síntesis, para 2017 se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica débil. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores estuvieron de acuerdo en que la nueva información confirma una desaceleración del producto superior a la proyectada por el equipo técnico del Banco. En estas condiciones, coincidieron en la conveniencia de una nueva disminución de la tasa de interés de intervención, que reduzca la postura contraccionista de la política monetaria. Igualmente, señalaron que es esperable que esta senda de reducciones en la tasa de interés tenga los efectos esperados en la actividad económica, en la medida en que los canales de transmisión de la política están funcionando normalmente. Cuatro miembros de la Junta votaron por reducir la tasa de interés en 25 pb. Consideraron que, si bien los datos recientes de inflación son positivos, la alta persistencia que han mostrado algunas canastas del IPC y la indización que siguen mostrando algunos precios y salarios pueden atentar contra una convergencia eficiente de la inflación a su meta de largo plazo. En este contexto, es razonable llevar a cabo una senda de reducciones graduales de la tasa de interés mientras se consolidan las proyecciones decrecientes de inflación. Los otros tres miembros de la Junta votaron por una reducción de 50 pb en la tasa de interés. En su opinión, la rápida desaceleración de la actividad económica y la incertidumbre de los diversos agentes acerca de la recuperación futura del crecimiento, señalan la conveniencia de hacer una reducción significativa en la tasa de interés, que induzca un mayor crecimiento de la demanda interna. Un director opinó que, en la medida en que buena parte de la inflación es inercial, los positivos datos recientes permiten ser más optimistas sobre las proyecciones de inflación. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría reducir la tasa de interés de intervención en 25 puntos base (pb) y la situó en 6,25%. La decisión de reducir la tasa de interés en 25 pb contó con la aprobación de 4 miembros de la Junta. Los 3 restantes votaron por una reducción de 50 pb. Bogotá D.C., junio 9 de 2017.
2017-06-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de 30 junio de 2017 El 30 de junio de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarria y los Directores, Gerardo Hernandez Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, Jose Antonio Ocampo Gaviria, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria – Mayo 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO Con cifras al primer trimestre, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos se redujo tanto en niveles como relativo al PIB frente a igual periodo de 2016 (pasó de USD 3.546 millones a USD 3.182 millones y de 5,9% del PIB trimestral a 4,4%). Sin embargo, a diferencia del año anterior, el ajuste se dio más por un aumento en los ingresos (principalmente por exportaciones mineras) que por una reducción de los egresos. La información disponible para el segundo trimestre sugiere que la economía colombiana habría registrado una expansión baja, similar a la de los primeros tres meses del año. Por el lado de la oferta, los indicadores para abril y mayo muestran un deterioro mayor al esperado. Por el lado de la demanda, el consumo privado habría continuado con un desempeño débil, en tanto que la inversión se habría acelerado con respecto a los resultados del primer trimestre. El comercio exterior habría contribuido negativamente al crecimiento del PIB. Por su parte, el crédito bancario dirigido a las empresas sigue desacelerándose, mientras que el otorgado a los hogares también ha reducido un poco su tasa de crecimiento en las últimas semanas. Esto en un contexto en el que la transmisión de los recortes de la tasa de política ha sido mayor a las tasas de los créditos comerciales que a las de los créditos a los hogares. En cuanto al mercado laboral, con cifras a abril se observa una tendencia creciente en la tasa de desempleo y un estancamiento en el empleo para las trece áreas, mientras que para el total nacional la tasa de desempleo ha permanecido estable y el número de ocupados sigue creciendo, aunque a tasas bajas. En el contexto externo, la Reserva Federal de los Estados Unidos incrementó su tasa de interés y la ubicó entre 1,0% y 1,25%. Adicionalmente anunció una contracción de alrededor de un millón de millones de dólares en su hoja de balance, que se daría de forma gradual durante los próximos años. El crecimiento de los socios comerciales del país continuaría sustentado por el comportamiento de las economías avanzadas. Los socios de la región siguen con un muy bajo dinamismo. En las últimas semanas se ha observado una tendencia descendente en los precios del petróleo, debido a las noticias sobre mayores inventarios y a incrementos en la producción de países no miembros de la OPEP. Con esto, parecen estarse materializando riesgos a la baja incorporados en el rango de pronóstico de crecimiento del PIB del informe trimestral anterior (entre 0,8% y 2,6%, con 1,8% como cifra más probable). En cuanto a la inflación, en mayo se ubicó en 4,37% anual. La reducción se explicó por el comportamiento de los precios de los alimentos, los transables (sin alimentos ni regulados) y los regulados. Los no transables generaron presiones al alza, particularmente los arriendos, que son un ítem con alto grado de indexación a la inflación pasada. Las expectativas de inflación obtenidas de la encuesta mensual a analistas financieros aplicada en junio mostraron una senda un poco más baja que la obtenida en la encuesta de mayo. Las que se extraen de los títulos de deuda pública también tuvieron algunas disminuciones en la mayoría de plazos. En síntesis, para 2017 se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica débil. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores estuvieron de acuerdo en que la información que se ha hecho pública desde la reunión anterior de la Junta Directiva muestra que el deterioro de la actividad productiva ha sido más acentuado de lo que se había previsto. Hay, además, señales de un deterioro del crecimiento del sistema financiero que reflejan esta debilidad de la actividad productiva. Por su parte, los ritmos de inflación han continuado bajando, aunque se encuentran todavía por encima del rango meta, especialmente en el caso de los distintos indicadores de inflación básica. En estas condiciones, estuvieron de acuerdo en la conveniencia de una nueva disminución de la tasa de interés, que continúe reduciendo la tendencia contraccionista de la política monetaria. Cuatro miembros de la Junta votaron por reducir la tasa de interés de intervención en 50 pb. Consideraron que el deterioro acentuado de la actividad productiva y las expectativas negativas de los agentes económicos en torno al crecimiento exigen estímulos más rápidos que contribuyan a la reactivación económica. A su juicio, aunque los indicadores de inflación superan todavía el rango meta, el sentido en que se han movido apunta en la dirección correcta. Los restantes tres miembros votaron por una reducción de 25 pb de la tasa de intervención. A su juicio, aunque el deterioro de la actividad productiva hace necesaria una nueva reducción de la tasa de interés, las estimaciones de los equipos técnicos del Banco arrojan todavía incertidumbre sobre la trayectoria de las tasas de interés que son consistentes con la reducción de la inflación hacia el 3% en 2018. Consideraron, además, que una reducción gradual permite una mejor transmisión de la política monetaria. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva del Banco de la República decidió bajar la tasa de interés de intervención en 50 pb y dejarla en 5,75%. La decisión de reducir la tasa de interés en 50 pb contó con la aprobación de cuatro miembros de la Junta. Los tres restantes votaron por una reducción de 25 pb. Bogotá DC, julio 14 de 2017
2017-07-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de 27 julio de 2017 El 27 de julio de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, Juan José Echavarría y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, José Antonio Ocampo Gaviria, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria junio 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO a. La nueva información continúa sugiriendo un débil crecimiento del PIB para el segundo trimestre de 2017. Por el lado de la oferta, los indicadores sectoriales disponibles siguieron mostrando un comportamiento débil. Las cifras apuntan a un deterioro de la industria, la construcción de edificaciones y la minería, mientras que la demanda de energía ha mejorado. Por el lado de la demanda, se observa una aceleración de la inversión y un crecimiento del consumo total muy similar al observado en el primer trimestre del año. En contraste, las exportaciones netas contribuyen negativamente al crecimiento del PIB. b. En el mercado laboral, las cifras a mayo muestran una tendencia creciente en la tasa de desempleo y un estancamiento en el nivel de empleo para las 13 principales ciudades del país. En el caso del total nacional, la tasa de desempleo sigue mientras que el número de ocupados disminuyó frente a lo ocurrido en abril de 2017. Se espera una ampliación de la brecha de desempleo dado que se pronostica un aumento adicional en la tasa de desempleo promedio para este año. c. En términos el endeudamiento total crece a tasas bajas. La cartera comercial real está mientras que la de los hogares lo hace a cifras que superan el crecimiento del PIB nominal. Las reducciones en la tasa de interés de referencia se han trasmitido a las tasas de interés de créditos comerciales y en menor medida a las de los hogares. d. En el contexto externo, las economías de Estados Unidos y la Unión Europea continúan mostrando signos de recuperación moderada. Los principales analistas modificaron marginalmente las perspectivas de crecimiento para 2017. No obstante, los socios de la región continúan mostrando un bajo desempeño de sus economías, con revisiones a la baja en sus perspectivas de crecimiento para este año. Con esta información el equipo técnico mantuvo el pronóstico de crecimiento de los socios comerciales. e. Los precios del petróleo han descendido llegando a niveles inferiores a los pronosticados en el trimestre anterior. Este comportamiento se explica por la mayor producción de petróleo a nivel mundial, incluyendo Estados Unidos y los países de la OPEP. f. Con la información disponible, la nueva estimación del déficit en cuenta corriente para 2017 es de 3,7% del PIB (USD 11.461 m), con un rango entre 3,3% y 4,2%. La incertidumbre sobre las condiciones y la disponibilidad de financiamiento, así como la sensibilidad de algunos flujos de capital a las perspectivas de la actividad económica en general, determinan el rango de pronóstico. En cuanto a los flujos de capital, para 2017 se espera que los recursos por inversión directa, a pesar de ser menores a los registrados en 2016, sean la principal fuente de financiamiento, seguido de la inversión de cartera y otros préstamos y créditos externos. g. Así, las cifras recientes de actividad económica para el segundo trimestre indican que el producto habría crecido a una tasa baja, similar a la registrada en el primero. La dinámica de la demanda interna habría sido débil, aunque algo mejor que lo observado tres meses atrás. Las exportaciones netas tendrían un comportamiento similar al del primer trimestre de 2017. h. La inflación a junio se ubicó en 3,99% anual, registrando una caída de 38 puntos básicos con respecto al dato de mayo. En dicha caída contribuyeron todos los grandes grupos, destacándose, en la sub-rama de inflación sin alimentos la de transables y en la inflación de alimentos la de los alimentos perecederos (por efecto de algunas hortalizas y frutas) y los procesados (carne de res y azúcar especialmente). i. Las expectativas de inflación para diciembre de 2017 provenientes de la encuesta mensual a analistas financieros aplicada en julio se redujeron situándose en 4,28%. La misma tendencia se ve reflejada en la encuesta trimestral realizada a las firmas con un valor de 4,43% para finales de este año. Las extraídas de los títulos de deuda pública se encuentran entre 3,3% y 3,6%. j. En síntesis, para 2017 se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica más débil. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores destacaron que la inflación ha continuado reduciéndose. En el mes de junio, los cuatro indicadores de inflación básica bajaron, lo cual muestra que la convergencia hacia el rango meta en el horizonte de política se está cumpliendo. También resaltaron que, aunque la información disponible muestra una debilidad de la demanda mayor que la esperada para el segundo trimestre del 2017 y un crecimiento menor que lo esperado por el equipo técnico del Banco de la República, las perspectivas para el segundo semestre son de una mejoría. Se espera que este resultado esté impulsado por las obras civiles, las exportaciones y el turismo. Un total de seis miembros votaron por una reducción de 25 pb en la tasa de intervención. Los miembros del grupo mayoritario consideraron que existe espacio para esta reducción, dada la debilidad exhibida por la actividad económica y la tendencia decreciente de los datos de inflación e inflación básica. La nueva tasa de intervención está acercándose al terreno neutral. En la discusión hubo opiniones diferentes sobre el margen que existe para continuar reduciéndola. Un miembro votó por mantener inalterada la tasa de intervención. La tasa de política se ha reducido 200 pb desde diciembre de 2016 y, posiblemente, se está en una posición cercana a la neutral. El crecimiento de la economía es bajo y menor al esperado, pero aún queda un largo trecho para alcanzar la meta de inflación de largo plazo de 3%. Parece conveniente esperar a que se tenga nueva información sobre el comportamiento de ambas variables antes de optar por reducir tasas. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva del Banco de la República decidió bajar la tasa de interés de intervención en 25 pb y dejarla en 5,5%. La decisión de reducir la tasa de interés contó con la aprobación de 6 miembros de la Junta. El miembro restante votó por no modificar la tasa de interés. Bogotá D. C., agosto 11 de 2017.
2017-08-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de 31 agosto de 2017 El 31 de agosto de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, José Antonio Ocampo Gaviria y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria de julio de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO a. El crecimiento del PIB del segundo trimestre del año fue 1,3% anual, similar a lo proyectado por el equipo técnico del Banco. Este resultado implicó un incremento entre trimestres de 0,7%, que corresponde a un anualizado de 3,0%. La demanda interna creció 1,9% frente al mismo periodo de 2016, algo por encima del registro del primer trimestre (1,5%). b. Por ramas de actividad, los sectores que más crecieron en dicho trimestre fueron la agricultura y los servicios financieros. En contraste, la minería y la industria presentaron importantes contracciones. c. La información disponible para el tercer trimestre es aún escasa, y no permite definir con certeza un pronóstico puntual para el crecimiento del PIB. No obstante, algunos indicadores sugieren que el desempeño de la actividad económica durante dicho periodo sería mayor que el registrado un año atrás. d. Respecto al mercado laboral, la información a junio muestra una leve corrección en la tasa de desempleo a nivel nacional, pero una tendencia creciente desde hace más de un año para la de las trece áreas. e. En términos reales el crédito a los hogares durante el segundo trimestre de 2017 creció 8,8%, mientras el endeudamiento comercial siguió estancado. Las tasas de interés de créditos comerciales (con excepción de la de construcción) han registrado caídas superiores a la de tasa de política. La transmisión hacia las tasas de interés de los préstamos dirigidos a los hogares ha sido menor; en los pasados dos meses se destaca la reducción de la tasa para compra de vivienda. f. En el contexto externo, las economías de Estados Unidos y la Unión Europea continúan mostrando signos de recuperación moderada. No obstante, los socios de la región continúan mostrando un bajo desempeño en su actividad económica. Con esta información el equipo técnico mantuvo el pronóstico de crecimiento de los socios comerciales. g. En cuanto al petróleo, en las últimas semanas las noticias sobre menores inventarios en los Estados Unidos y sobre compromisos de menor producción por parte de algunos miembros de la OPEP parecen haber contribuido a estabilizar los precios alrededor del pronóstico del equipo técnico (USD 51/barril referencia Brent). h. Con todo lo anterior, el equipo técnico del Banco de la República mantuvo el pronóstico de crecimiento para todo 2017 en 1,6%, contenido en un rango de entre 1,0% y 2,0%. i. La inflación a junio se ubicó en 3,4% anual, registrando una caída de 59 puntos básicos con respecto al dato de junio. En dicha caída contribuyeron todos los grandes grupos, destacándose en la sub-rama de inflación sin alimentos, la de transables y regulados. En la inflación de alimentos, la de los alimentos perecederos y los procesados. Es importante anotar que por base de comparación estadística y por el ciclo agrícola normal, la tendencia a la baja en la inflación anual de alimentos podría revertirse en los próximos meses. j. Las expectativas de inflación para diciembre de 2017 provenientes de la encuesta mensual a analistas financieros se redujeron y se situaron en 4,16%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año aumentaron ligeramente y se encuentran entre 3,5% y 3,8%. k. En síntesis, para 2017 se espera que los fuertes choques transitorios que desviaron la inflación de la meta continúen diluyéndose, en un entorno de actividad económica más débil que lo esperado. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores destacaron los últimos datos de inflación, los cuales han tenido un comportamiento mejor que el esperado. En el mes de julio, los cuatro indicadores de inflación básica continuaron bajando, y las perspectivas para la variación anual del IPC al cierre de 2017 han mejorado con las caídas recientes en este indicador. Todos resaltaron que esperan que la desaceleración de la actividad económica haya tocado fondo y que en el segundo semestre se empiece a evidenciar su recuperación. Un total de seis miembros votaron por una reducción en la tasa de intervención, 4 de los cuales votaron por un recorte de 25 pb y 2 de ellos por un recorte de 50 pb. Los miembros del grupo mayoritario consideraron que existe espacio para un recorte de 25 pb, dada una actividad económica cuya dinámica es débil a pesar de la recuperación esperada en el segundo semestre, y una inercia inflacionaria que ha hecho que la caída de la inflación básica sea más lenta que la de la inflación total. Con esta reducción, mencionaron, la tasa podría estar ya en terreno neutral según algunos cálculos. Los dos miembros restantes consideran que la debilidad de la actividad económica amerita una respuesta contracíclica más fuerte, puesto que la brecha del producto es muy amplia y los resultados en materia de inflación han sido buenos. Esta última, consideraron, irá convergiendo a su meta, como lo ha hecho hasta ahora, y lo que resulta relevante en este momento es darle un mayor estímulo a la recuperación del crecimiento. Un miembro votó por mantener inalterada la tasa de intervención. Destacó los riesgos que aún persisten en términos de inercia inflacionaria. Sin embargo, también manifestó su preocupación por los bajos niveles de crecimiento que se esperan, a pesar de la recuperación del segundo semestre, para 2017 y 2018. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva del Banco de la República decidió bajar la tasa de interés de intervención en 25 pb y dejarla en 5,25%. La decisión de reducir la tasa de interés contó con la aprobación de cuatro miembros de la Junta. Dos votaron por reducir la tasa de interés en 50 pb y el miembro restante votó por no modificar la tasa de interés. Bogotá.
2017-09-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de septiembre 29 de 2017 El 29 de Septiembre de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarria y los Directores, Gerardo Hernandez Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, Jose Antonio Ocampo Gaviria, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria de agosto de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO Con cifras al primer semestre de 2017, la cuenta corriente de la balanza de pagos del país registró un déficit de USD6.119 m (4,1% del PIB), mayor en dólares al de un año atrás (USD5.992 m, 4,6% del PIB), pero similar al proyectado por el equipo técnico. Por componentes, el incremento del déficit (USD127 m) estuvo explicado por los mayores egresos netos por renta factorial (USD1.248 m) y en menor medida, por servicios no factoriales (USD125 m). En caso contrario, el menor déficit comercial de bienes (USD996 m) y las mayores transferencias corrientes (USD249 m) aportaron al descenso del déficit externo. En el contexto externo, la economía global habría continuado su recuperación, impulsada principalmente por las economías avanzadas. No obstante, los socios comerciales de la región siguen mostrando un bajo desempeño en su actividad económica. En los Estados Unidos, el mercado ha incrementado de manera importante la probabilidad de que la Fed aumente su tasa de intervención una vez en lo que resta del año. Para 2018 se esperan incrementos adicionales. En cuanto al precio del petróleo, en las últimas semanas las noticias sobre un mayor cumplimiento de los acuerdos de la OPEP, así como una demanda más dinámica, habría contribuido al incremento de las cotizaciones en este mercado. El precio promedio en lo corrido del año (al 28 de septiembre) para la referencia Brent es 52,5 USD/b superior al promedio proyectado para 2017 (USD 51, Brent). En Colombia, la información disponible para el tercer trimestre de 2017 sugiere que el ritmo de crecimiento del PIB habría sido bajo pero mayor que el registrado en la primera mitad del año. Parte de este comportamiento sería explicado por una base baja de comparación en el mismo periodo de 2016 (producto de choques de oferta en el sector transportador que tuvieron lugar en julio del año pasado así como por el efecto calendario de Semana Santa). No obstante, si se controla por dichos efectos, la dinámica del PIB en el tercer trimestre refleja una aceleración. Adicionalmente, el comportamiento de algunos indicadores de actividad económica ha sido algo mejor que lo esperado. Respecto al mercado laboral, las series desestacionalizadas de la tasa de desempleo con corte a julio muestran una tasa de desempleo relativamente estable a nivel nacional, y una tendencia creciente en las trece áreas urbanas. En materia de crédito, desde marzo el endeudamiento total muestra un crecimiento nominal relativamente estable (cercano a 6%). En los últimos meses, el crédito dirigido a los hogares se ha desacelerado pero mantiene aumentos que superan la inflación y el aumento del PIB nominal. El endeudamiento comercial crece a una tasa baja algo menor que la inflación. Las tasas de interés de créditos comerciales (con excepción de la de construcción) han registrado caídas superiores a la de tasa de política. La transmisión hacia las tasas de interés de los préstamos dirigidos a los hogares ha sido menor. Con todo lo anterior, se espera que el crecimiento del segundo semestre del presente año sea bajo pero mayor que el registrado en la primera mitad de 2017. Esto por un mejor desempeño de la demanda interna, tanto por el consumo como por la inversión. La contribución de las cuentas de comercio exterior al crecimiento del PIB sería menos negativa. Para todo 2017 el equipo técnico continúa proyectando un crecimiento del PIB cercano al 1,6%, contenido en un rango entre 1% y 2%. Como se esperaba, después de un año de continuo descenso, la inflación se incrementó en agosto y se situó en 3,9% anual. Las mayores presiones inflacionarias se concentraron en los alimentos perecederos y, en menor magnitud, en los regulados y no transables. Por el contrario, el segmento transable, junto con los alimentos procesados y las comidas fuera del hogar, contribuyeron a bajar la inflación anual. Las expectativas de inflación para diciembre de 2017 provenientes de la encuesta mensual a analistas financieros aumentaron levemente situándose en 4,18%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año aumentaron ligeramente y se encuentran entre 3,4% y 3,6%. En síntesis, para lo que queda de 2017 se espera que la inflación aumente levemente, teniendo en cuenta que es probable que los precios de los alimentos no ejerzan presiones bajistas y que la inflación sin alimentos seguirá reflejando los efectos de la indexación de precios y el aumento de los impuestos indirectos de comienzo de año. Esto en un entorno de actividad económica débil. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores destacaron que, tal y como se esperaba, después de un año de descenso continuo, en agosto la inflación anual se incrementó situándose en 3,87%. Este comportamiento se debió fundamentalmente al mayor ritmo de aumento anual del IPC de alimentos, debido a una base baja de comparación. No obstante, el promedio de las cuatro medidas de inflación básica continuó descendiendo, situándose en 4,74%. Las cifras de actividad económica disponibles sugieren que el crecimiento económico del tercer trimestre sería bajo, pero mayor que el registrado en la primera mitad del año. Así las cosas, los directores esperan un crecimiento mayor para lo que resta del año en línea con lo que han señalado en el pasado. Los directores también destacaron que si bien la demanda externa sigue débil, viene recuperándose principalmente por el comportamiento de las economías desarrolladas. Así mismo, que los mayores precios del petróleo podrían ocasionar una mejora en los términos de intercambio lo que llevaría su promedio a estar por encima del registrado en 2016. Un total de cinco miembros votaron por mantener la tasa inalterada en 5,25%, mientras que dos de ellos votaron por reducir la tasa en 25 pb. Los directores del grupo mayoritario consideraron que luego de una reducción de 250 pb de la tasa de interés de intervención y dado que el valor real de la tasa de interés de referencia se ubica cerca a su nivel neutral, era oportuna una pausa a la espera de nueva información del comportamiento futuro de la inflación y de sus proyecciones, de la brecha del producto y del déficit de cuenta corriente. Para este grupo de directores dependerá de los citados factores la posibilidad de llevar la política monetaria a una postura expansionista. Los dos miembros restantes consideraron que la debilidad de la actividad económica amerita una respuesta contracíclica inmediata, puesto que la brecha del producto es creciente y los resultados en materia de inflación han sido buenos y dentro de las proyecciones. Las expectativas de inflación a 12 meses están dentro del rango meta. Para este grupo de directores la inflación irá convergiendo a su meta, como lo ha hecho hasta ahora y lo que resulta relevante en este momento es darle un mayor estímulo a la recuperación del crecimiento. El déficit en cuenta corriente continuará reduciéndose dado el nivel de la tasa de cambio, precios externos y actividad económica. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva del Banco de la República decidió mantener la tasa de interés de intervención en 5,25% La decisión de mantener inalterada la tasa de interés contó con la aprobación de 5 miembros de la Junta. Los 2 restantes votaron por reducir la tasa en 25 pb. Bogotá DC, octubre 13 de 2017.
2017-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de octubre 27 de 2017 El 27 de octubre de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarría y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, José Antonio Ocampo Gaviria, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Trimestral de Política Monetaria - mes de septiembre de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este Informe se revisó ligeramente al alza la proyección del crecimiento promedio para 2017 y 2018 de los principales socios comerciales del país. Así, en el próximo año la economía colombiana recibiría un impulso adicional generado por una mayor demanda externa. Consistente con una mayor demanda global y un menor crecimiento de la producción mundial de crudo, se espera que el precio del petróleo se mantenga en los niveles actuales lo que continuaría impulsando la recuperación de los términos de intercambio de Colombia en lo que resta del año. Esta tendencia se mantendría para el 2018, cuando también se estima un ligero aumento en los precios internacionales de algunos de los principales productos de exportación. La información más reciente de los flujos de capital hacia las economías emergentes y el comportamiento de las primas de riesgo sugieren que el financiamiento externo no presentaría cambios significativos en lo que resta del año. Sin embargo, en los últimos meses han aumentado las expectativas de una política monetaria menos expansiva en las economías desarrolladas, por lo que se estima que para el 2018 las condiciones de financiamiento externo serán menos holgadas que en años anteriores. En este Informe se supone un incremento de tasas por parte de la FED en diciembre de 2017 y dos incrementos para el próximo año. Las proyecciones sugieren que el déficit externo del país debería continuar corrigiéndose en lo que resta del año, como consecuencia de una mejor dinámica de las exportaciones de bienes y el buen comportamiento de las transferencias corrientes. Así, se estima un déficit en la cuenta corriente cercano al 3,7% del PIB en 2017. Para el próximo año se proyecta un déficit corriente en torno a 3,6% del PIB, nivel que aún es superior al promedio histórico del país. La información disponible de actividad real en Colombia permite confirmar que la desaceleración habría tocado fondo durante la primera mitad de 2017. Los indicadores para el tercer trimestre sugieren una aceleración del ritmo de crecimiento del PIB, impulsado principalmente por la inversión y en menor medida por el consumo público, y por una base de comparación baja en el mismo periodo del año pasado. En materia de crédito, desde marzo el endeudamiento total muestra un crecimiento nominal relativamente estable (cercano al 6%). El crédito dirigido a los hogares continúa desacelerándose aunque mantiene aumentos que superan la inflación y el aumento del PIB nominal. El endeudamiento comercial crece a una tasa baja, cercana a la inflación. Las tasas de interés de créditos comerciales (con excepción de la de construcción) han registrado caídas superiores a la de la tasa de política. La transmisión hacia las tasas de interés de los préstamos dirigidos a los hogares ha sido menor. Con lo anterior, se espera que el crecimiento del segundo semestre del presente año sea bajo pero mayor que el registrado en la primera mitad de 2017. Esto como resultado de una demanda externa más dinámica, de un buen comportamiento del consumo público y un crecimiento importante de las obras civiles. De esta forma, para todo 2017 el equipo técnico continúa proyectando un crecimiento del PIB cercano al 1,6%, contenido en un rango entre 1,3% y 1,9%. Para 2018 el equipo técnico incrementó la proyección de crecimiento de 2,4% a 2,7%, contenido este último en un rango entre 1,5% y 3,5%. En línea con lo esperado por el equipo técnico y el mercado, en septiembre, la inflación se incrementó, aunque menos de lo esperado, y se situó en 3,97% anual. Esta aceleración se explicó por el comportamiento de los grupos de alimentos perecederos y regulados. En contraste, el segmento transable, junto con los alimentos procesados y las comidas fuera del hogar, contribuyeron a bajar la inflación. El promedio de las cuatro medidas de inflación básica continuó con la tendencia descendente que se observa en los últimos meses. Las expectativas de inflación para diciembre de 2017 provenientes de la encuesta mensual a analistas financieros disminuyeron situándose en 4,07%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se mantienen estables y se encuentran entre 3,4% y 3,6%. En síntesis, para diciembre de 2017 se espera que la inflación finalice cerca del 4%, y que disminuya en el primer trimestre del siguiente año, en parte como consecuencia de la reversión de los choques transitorios que la han alejado de la meta. Esto en un entorno de actividad económica que se recuperaría pero que mantendría excesos de capacidad instalada. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores resaltaron el buen comportamiento de la inflación en los últimos meses y la reducción de su proyección a distintos plazos. Lo anterior se fundamenta en: i) los resultados de la inflación en el último trimestre han sido inferiores a los esperados por el mercado y por el Equipo Técnico del Banco, ii) las proyecciones del Equipo Técnico del Banco sobre esta variable han disminuido, sugiriendo que estará cerca del 4% a finales de 2017. Así mismo, las proyecciones sugieren que existe una alta probabilidad de alcanzar la meta de 3% en 2018, y iii) las inflaciones básicas han continuado descendiendo. Cinco de los miembros de la Junta votaron por una reducción de 25 puntos básicos en la tasa de interés de intervención. Este conjunto de directores destacó que la economía viene operando con excesos de capacidad instalada. Este fenómeno se profundizará en 2018, si se cumplen los pronósticos de crecimiento del Equipo Técnico. En opinión de estos directores, en este entorno de ampliación de los excesos de capacidad instalada y de buen anclaje de las proyecciones y expectativas de inflación, resulta adecuada una reducción en las tasas de interés de intervención. Algunos miembros, pertenecientes al grupo mayoritario, indicaron que persisten riesgos externos que limitan las posibilidades de llevar a cabo una política monetaria más expansiva. Entre ellos resaltaron el nivel relativamente alto que aún conserva el déficit en la Cuenta Corriente de la Balanza de pagos y posibles efectos inesperados del proceso normalización de la política monetaria en Estados Unidos. Por esta razón, señalaron que esta disminución en la tasa de interés no debe ser tomada como el inicio de una senda de reducciones. Otros miembros, dentro del mismo grupo, destacaron que buena parte de la información reciente sobre actividad económica sigue mostrando una baja dinámica, lo que ha comenzado a afectar las variables del mercado laboral. Estos factores, sumados a los excesos previos de capacidad instalada, ameritan una política monetaria más contracíclica y menos contractiva. Dos miembros de la Junta votaron por mantener las tasas de intervención. Estos miembros destacaron los riesgos que aun presentan las proyecciones de inflación, que de materializarse pueden dificultar la convergencia de ésta a la meta en el horizonte de política. Por esta razón, enfatizaron la conveniencia de mantener la postura de la política monetaria mientras se gana certeza sobre dicha convergencia, lo que a su vez aumenta la credibilidad de los agentes en este proceso. Así mismo, indicaron que mantener la tasa de interés iba en línea con lo esperado por los mercados, con lo cual se consolida la predictibilidad de la política mejorando su credibilidad y eficiencia. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva del Banco de la República en su sesión de hoy decidió por mayoría bajar la tasa de interés de intervención en 25 pb. y situarla en 5%. La decisión de reducir la tasa de interés contó con la aprobación de 5 miembros de la Junta. Los 2 restantes votaron por mantener la tasa. Bogotá.
2017-11-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de Noviembre 24 de 2017 El 24 de noviembre de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General Juan José Echavarría y los Directores, Gerardo Hernandez Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, Jose Antonio Ocampo Gaviria, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe mensual de Política Monetaria - Octubre de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO El crecimiento del PIB del tercer trimestre del año (2,0% anual) resultó inferior a lo proyectado por el equipo técnico del Banco. Esto implicó un incremento entre trimestres de 0,8%, que corresponde a un anualizado de 3,2%. La demanda interna creció 1,6% frente al mismo periodo de 2016, por debajo del registro del segundo trimestre (1,9%). Por componentes, la desaceleración se explica por un menor dinamismo de la formación bruta de capital, mientras el consumo total creció a tasas similares a las del trimestre anterior. Por ramas de actividad, los sectores que más continúan aportando al crecimiento en dicho trimestre fueron la agricultura y los servicios financieros. En contraste, la minería, la construcción de edificaciones y la industria presentaron importantes contracciones. La información disponible para el cuarto trimestre es aún escasa, pero algunos indicadores sugieren que el desempeño de la actividad económica durante dicho periodo sería levemente inferior al observado en el tercer trimestre pero mayor a lo registrado en la primera mitad del año. Respecto al mercado laboral, la información a septiembre muestra aumentos en la tasa de desempleo a nivel nacional y de las trece áreas metropolitanas más importantes. Para este último dominio geográfico, la tasa de desempleo completa más de un año con una tendencia creciente. El crecimiento nominal del crédito se aceleró levemente en octubre (7,4%), impulsado por la recuperación de la cartera comercial. No obstante, este comportamiento se explicó por factores específicos que no se asocian con señales de recuperación de la demanda de crédito por parte de las empresas. Por su parte el crédito a los hogares sigue desacelerándose. Las tasas de interés de créditos comerciales han registrado caídas superiores o iguales a la de la tasa de política. En septiembre continuó la transmisión hacia las tasas de interés de los préstamos dirigidos a los hogares como se ha observado desde abril de este año, y se destaca la reducción de la tasa para compra de vivienda. En el contexto externo, la economía global habría continuado su recuperación, impulsada principalmente por las economías avanzadas. En particular, las economías de los Estados Unidos y de la zona del euro mostraron crecimientos mejores a los esperados para el tercer trimestre. Por otra parte, los socios de la región continúan mostrando alguna recuperación en su actividad económica. En las últimas semanas los precios del petróleo se mantienen relativamente altos con relación al promedio observado en lo corrido del año, debido a las mejores perspectivas de la demanda global. Así, los términos de intercambio de Colombia a septiembre se mantienen en niveles superiores al nivel promedio del 2016. Con todo lo anterior, algunos riesgos a la baja sobre el pronóstico de crecimiento para todo el 2017, el cual se estimó en 1,6% en el Informe anterior, se estarían materializando. La inflación a octubre se incrementó, aunque por debajo de lo esperado por el equipo técnico y el mercado, y se ubicó en 4,05% anual. Lo anterior corresponde al tercer aumento consecutivo desde julio de 2016. En dicho incremento contribuyó principalmente el grupo de alimentos perecederos. Por el contrario, los grupos de transables (sin alimentos ni regulados), regulados, alimentos procesados y comidas fuera del hogar presionaron la inflación anual a la baja. Por su parte, el promedio de las cuatro medidas de inflación básica continuó con la tendencia descendente que se observa en los últimos meses. Las expectativas de inflación para diciembre de 2017 provenientes de la encuesta mensual a analistas financieros se redujeron y se situaron en 3,95%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se mantienen estables y se encuentran entre 3,2% y 3,6%. En síntesis, para diciembre de 2017 se espera que la inflación finalice un poco por debajo del 4%, y que disminuya en el primer trimestre del siguiente año, en parte como consecuencia de la reversión de los choques transitorios que la han alejado de la meta. Esto en un entorno de actividad económica más débil que la estimada. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores resaltaron la tendencia decreciente de la inflación. El comportamiento de esta variable ha sido mejor en los últimos meses que las estimaciones del equipo técnico del Banco y las expectativas del mercado. Por su parte, la inflación básica presenta una disminución sistemática durante casi todo el año. Además, las proyecciones del equipo técnico indican que en diciembre se ubicará por debajo del 4% y el año entrante existe una alta probabilidad de alcanzar la meta del 3%. Por el contrario, los datos sobre la actividad productiva muestran que, aunque la economía está en un proceso de reactivación, ésta todavía es muy lenta y distante del ritmo de crecimiento del PIB potencial. Por su parte, las cuentas externas muestran mejoría, debido tanto al aumento de los precios de productos básicos como al crecimiento ya positivo del volumen de las exportaciones, incluyendo las de los productos no mineros y las de servicios. Cinco de los siete miembros votaron por una reducción adicional de la tasa de interés de intervención de 25 puntos básicos. Esta visión reconoce que la inflación va en la dirección de alcanzar el objetivo del Banco y existe una ligera mejoría de la brecha externa, pero hay todavía una ampliación significativa de la brecha del producto. Esta se debe, ante todo, a la debilidad de la demanda interna, tal como se refleja en la reducción del crecimiento de dicha variable en el tercer trimestre en comparación con el segundo y la debilidad que revelan las encuestas al consumidor, a la industria y al comercio en los datos disponibles para el trimestre actual. Los otros dos miembros votaron por mantener la tasa de intervención. A su juicio, esa visión es consistente con el anuncio en la pasada Junta de que la disminución que se hizo de 25 puntos básicos no debe entenderse como una senda adicional de reducción. Resaltaron, además, que todavía existe incertidumbre sobre la caída proyectada de la inflación para los primeros meses de 2018. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta, por mayoría decidió reducir la tasa de interés de intervención en 25 pb y situarla en 4,75%. La decisión de reducir la tasa de interés contó con la aprobación de cinco miembros de la Junta. Los dos restantes votaron por mantener la tasa en 5%. Bogotá DC, diciembre 7 de 2017.
2017-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de Diciembre 14 de 2017 El 14 de diciembre de 2017 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el gerente general, Juan José Echavarría y los directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, José Antonio Ocampo Gaviria y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe Mensual de Política Monetaria – Noviembre de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En el contexto externo, no se presentaron cambios frente a lo presentado en el informe anterior: los países avanzados continúan impulsando la recuperación de la economía global, en particular con indicadores más favorables que lo esperado para las economías de los Estados Unidos y la zona del euro. La Reserva Federal de los Estados Unidos incrementó su tasa de referencia en 25 puntos básicos en su reunión de diciembre, tal como se esperaba. En las últimas semanas el precio del petróleo se ha mantenido relativamente alto. Esto tras las mejores perspectivas de la demanda global y la extensión del acuerdo de la OPEP hasta mediados de 2018. Las tasas de cambio en la región han estado relativamente estables en las últimas semanas. Hasta el momento, la decisión de S&P de reducir la calificación crediticia de Colombia ha tenido efectos moderados sobre las medidas de riesgo del país, el precio de los TES y la cotización del peso frente al dólar. La información del déficit de cuenta corriente a septiembre de 2017 muestra que el desbalance externo continúa corrigiéndose con respecto a lo observado en el mismo periodo del año pasado. Lo anterior sigue siendo resultado del mejor desempeño de los ingresos externos, en particular de las exportaciones de bienes favorecidas por los mejores términos de intercambio, y en menor medida, por un mejor comportamiento de las cantidades exportadas netas. Dada la información observada al tercer trimestre, el crecimiento del PIB estimado por el equipo técnico para todo 2017 de 1,6% implicaría una expansión anual de 1,8% en el último trimestre. No obstante, los indicadores disponibles de actividad y de percepción para el cuarto trimestre siguen mostrando un dinamismo bajo de la economía y revelan que varios de los riesgos a la baja en el crecimiento se estarían materializando. En el último mes continuó la desaceleración del crédito, explicada principalmente por la moderación del endeudamiento de los hogares, en particular en la modalidad de consumo. El crédito comercial también se desaceleró en noviembre y registró un crecimiento de 5,1% anual. En noviembre la inflación anual al consumidor aumentó por cuarto mes consecutivo y se situó en 4,12%, por encima de lo esperado por el equipo técnico y por el mercado. Esto se explica principalmente por el repunte en el ajuste anual de alimentos perecederos, transables y, en menor magnitud, el de no transables. La inflación básica interrumpió la tendencia descendente que traía y se situó en 4,54% en el último mes. Las expectativas de inflación para diciembre de 2017 provenientes de la encuesta mensual a analistas financieros aumentaron y se situaron en 4,01%. Las expectativas de inflación calculadas a partir de los títulos de deuda pública a dos y tres años, tuvieron algunos aumentos frente al mes anterior y se mantienen por encima de 3%. En síntesis, para diciembre de 2017 se espera que la inflación finalice cercana al 4%, y que disminuya en el primer trimestre del siguiente año, en parte como consecuencia de la reversión de los choques transitorios que la han alejado de la meta. Esto en un entorno de actividad económica que continúa siendo débil. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores decidieron por unanimidad mantener la tasa de intervención sin cambios en 4,75%. Para esa decisión tuvieron en cuenta que en el mes de noviembre la inflación estuvo por encima de la proyección del equipo técnico del Banco de la República, que el promedio de los indicadores de la inflación básica dejó de caer, que las proyecciones de inflación siguen mostrando una reducción hacia el primer trimestre del año 2018, y que se espera que la tendencia se consolide. Aunque el dato de inflación de noviembre no fue bueno hay una alta probabilidad de que al final del 2017 la inflación esté cerca al 4.0%, o incluso ligeramente por debajo. También se refirieron a la debilidad de la demanda, la cual se refleja tanto en los datos del PIB del tercer trimestre como en las encuestas de industria, comercio y consumo disponibles para el tercer trimestre. En el frente externo se resaltó el buen desempeño de las exportaciones totales, jalonadas por petróleo y carbón, así como por las exportaciones no tradicionales. Los directores estuvieron de acuerdo en que el espacio para reducir la tasa de intervención se ha reducido. Por esa razón, consideraron oportuno esperar para tener más información sobre el comportamiento de la inflación, el producto y la tasa de cambio antes de hacer un recorte de la tasa de intervención. Sobre la reducción del grado de calificación que anunció S&P, la Junta observó que el mercado no ha tenido una reacción significativa que altere de manera relevante las proyecciones de inflación y del producto. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta por unanimidad decidió mantener inalterada la tasa de interés de intervención en 4,75%. Bogotá DC, diciembre 28 de 2017.
2018-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de Enero 29 de 2018 El 29 de enero de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, Jose Antonio Ocampo Gaviria y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe trimestral de Política Monetaria – Diciembre de 2017 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO Para el cuarto trimestre de 2017 varios de los indicadores de actividad y de percepción estarían confirmando el pronóstico de una leve desaceleración de la economía con respecto al tercer trimestre. Esto estaría explicado, en particular, por una alta base de comparación en el mismo período de 2016 y por el efecto adverso del paro del transporte aéreo. No obstante, la estimación para el cuarto trimestre continúa siendo mayor a lo observado en la primera mitad del año, lo que sugiere que la recuperación de la economía se está dando, pero a un ritmo lento. El equipo técnico del Banco de la República proyecta así que el crecimiento anual del PIB del cuarto trimestre de 2017 se situaría entre 1,3% y 2,3%, con 1,8% como cifra más probable. Teniendo en cuenta esto, se mantuvo la proyección de crecimiento del PIB de 2017 en 1,6%, pero se redujo un poco el rango de pronóstico (pasó de entre 1,3% y 1,9%, a entre 1,4% y 1,8%). El déficit en la cuenta corriente se habría situado para todo el año en 3,5% del PIB (con un rango entre 3,3% y 3,7% del PIB). En términos reales, las cifras de crédito total a diciembre reflejan una cartera que se estaría recuperando de forma lenta, debido al comportamiento del crédito comercial (incluye M/E, directo externo y bonos). La cartera dirigida a los hogares se sigue desacelerando, pero aún registra altas tasas reales de aumento. Para el presente año, en el contexto externo se revisó al alza el pronóstico de los socios comerciales del país, soportado en el mejor desempeño de las economías avanzadas y las señales de recuperación de algunos países emergentes. Estos últimos impulsados por el mejor comportamiento de China y los mejores términos de intercambio. f. Para 2018 se prevé una expansión del PIB entre 1,7% y 3,7%, con 2,7% como dato más probable. Este pronóstico prevé una aceleración del crecimiento que es consistente con un panorama más favorable de términos de intercambio y de demanda externa que el observado en 2017. Los mejores precios internacionales de materias primas también favorecerían la expansión de la inversión minera, lo cual estaría contribuyendo positivamente a un crecimiento leve de la demanda interna. El déficit en la cuenta corriente para 2018 estaría entre 2,8% y 3,8% del PIB, con 3,3% en el escenario central. Esta proyección que también incorpora el mejor escenario de precios de los productos básicos y de crecimiento de los principales socios comerciales, sugiere un ajuste adicional del balance comercial. No obstante, igualmente considera un aumento en el costo de financiamiento externo como consecuencia de una postura de la política monetaria menos expansiva en las economías desarrolladas. En Colombia, al cierre del 2017 la inflación se situó en 4,09%, 109 pb por encima de la meta de inflación. No obstante, la inflación anual en diciembre se redujo con respecto al registro de noviembre (4,12%). La disminución de la inflación durante el mes y frente al cierre del año anterior se explica por la contracción en todos los grandes componentes del grupo de alimentos. Por su parte, la inflación básica, medida como el promedio de los cuatro indicadores monitoreados por el Banco de la República (4,66%), repuntó por segundo mes consecutivo, luego de contraerse sin interrupción desde agosto de 2016. Las diferentes medidas de expectativas de inflación continúan por encima de la meta (3,0%). La senda de expectativas de los analistas se redujo en la encuesta de enero y la expectativa de inflación para diciembre de 2018 se ubica en 3,83%. Aquellas que se derivan de los títulos de deuda pública subieron ligeramente en enero y se encuentran alrededor de 3,5%. En síntesis, se espera que la inflación continúe disminuyendo en el primer trimestre del año, en parte como consecuencia de la reversión de los choques transitorios que la han alejado de la meta. Esto en un entorno de actividad económica que muestra señales de recuperación pero que mantendría excesos de capacidad instalada. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, que incorporan los anteriores efectos, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores estuvieron de acuerdo en que con los datos observados, el repunte económico todavía no se evidencia de forma clara. Sin embargo, las expectativas de los agentes empiezan a mejorar moderadamente. En particular destacaron el buen comportamiento de las exportaciones, lo cual contribuyó a un mejor resultado en el déficit en cuenta corriente del 2017. Por otro lado mencionaron que las proyecciones de inflación para 2018 continúan convergiendo a la meta de 3%, aunque dicha senda ahora es mayor a la de la última reunión y ha aumentado la incertidumbre sobre el comportamiento de varios de sus componentes. Cuatro de los miembros de la Junta votaron por recortar la tasa de interés. Manifestaron que en su opinión las cifras de actividad económica aún eran muy débiles, sin que hubiese evidencia de una recuperación. En esa medida, y dado que las proyecciones de inflación continúan mostrando una convergencia a la meta del 3% para 2018, era conveniente hacer el recorte y no esperar para brindar un estímulo que puede ser importante para la economía. Sin embargo, consideraron que el espacio para tal reducción no era muy amplio debido a los riesgos que aún existen de una convergencia más lenta de la inflación, y por ello decidieron que esta fuera de 25 pb. Los restantes integrantes manifestaron que los riesgos de una convergencia más lenta de la inflación a su meta se habían incrementado desde la última reunión. El ajuste del salario mínimo para este año, el aumento generalizado en los diferentes componentes de la inflación al final del año, y la persistencia en la inflación de algunas canastas de bienes y servicios fueron algunos de los factores que mencionaron como fuente de mayor riesgo. Por otro lado, a pesar de la dinámica débil de la actividad económica, ven una mejora en los indicadores de confianza y en las expectativas de varios agentes. Su voto fue por mantener la tasa de interés de intervención inalterada hasta tener mayor información sobre las tendencias de la inflación, y en particular de sus componentes inerciales en el primer trimestre de 2018. Todos los miembros estuvieron de acuerdo en anunciar que, con la información disponible, con esta decisión se llegó al final del ciclo de reducciones. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría reducir la tasa de interés mínima de expansión transitoria del Banco de la República en 25 pb y dejarla en 4,5 %. La decisión de reducir la tasa de interés a 4,5% contó con la aprobación de 4 miembros de la Junta. Los 3 restantes votaron por mantenerla inalterada. Bogotá, D. C.
2018-03-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de marzo 20 de 2018 El 20 de marzo de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, José Antonio Ocampo Gaviria, y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – Febrero de 2018 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este Informe se revisó ligeramente al alza la proyección del crecimiento promedio para 2018 de algunos de los principales socios comerciales del país. Adicionalmente, se estima una leve aceleración del PIB de socios comerciales para 2019. Así las cosas, la economía colombiana recibiría un impulso adicional generado por una mayor demanda externa. Se estima que los precios del petróleo y de otras materias primas se sitúen en niveles superiores a los observados en 2017. Esto continuaría impulsando la recuperación de los términos de intercambio de Colombia y los efectos positivos sobre el ingreso nacional. La información más reciente de los flujos de capital hacia las economías emergentes y el comportamiento de las primas de riesgo sugieren que el financiamiento externo no presentaría cambios significativos en lo que resta del año. Sin embargo, en los últimos meses han aumentado las expectativas de una política monetaria menos expansiva en las economías desarrolladas; por lo que se estima que para el 2018 las condiciones de financiamiento externo serán menos holgadas que en años anteriores. En este Informe se suponen cuatro incrementos de tasas por parte de la FED durante el 2018. Las proyecciones sugieren que el déficit externo del país debería continuar corrigiéndose en 2018, como consecuencia de una mejor dinámica de las exportaciones de bienes y el buen comportamiento de las transferencias corrientes. De esta manera, se estima un déficit de la cuenta corriente cercano al 3,1% del PIB en 2018. La economía colombiana creció 1,8% en 2017, lo que implicó una leve desaceleración frente a 2016 (2,0%). Se espera que las condiciones de financiamiento internacional, los precios de los bienes básicos (commodities) y la demanda de socios comerciales sean favorables para la expansión del PIB de Colombia en 2018. Adicionalmente, factores internos como el descenso de la inflación, una tasa de interés expansiva y un mercado laboral sin muchas variaciones permitirían reforzar el proceso de convergencia hacia el crecimiento potencial. Así las cosas, para 2018 el equipo técnico mantuvo inalterada la proyección de crecimiento de 2,7%. En términos de la inflación, los resultados en los primeros dos meses de 2018 han sido más favorables que lo esperado por el equipo técnico y el mercado. En particular, en febrero la inflación anual se situó en 3,37%, cifra menor a la observada en diciembre de 2017 (4,09%). Este comportamiento se explicó principalmente por la disipación de los efectos del aumento del IVA un año atrás y una disminución de los precios de los alimentos mayor a la esperada. El promedio de las cuatro medidas de inflación básica continuó con la tendencia descendente y se ubicó en 3,96%. La expectativa de inflación para diciembre de 2018 proveniente de la encuesta mensual a analistas financieros se situó en 3,35%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se encuentran entre 3,42% y 3,67%, excepto por la estimación de la curva FBEI que reportó un 4,32%. En síntesis, para 2018 se espera que la inflación continúe el proceso de convergencia a la meta y que el crecimiento económico recupere la senda hacia su potencial. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. No obstante, la incertidumbre sobre las condiciones externas e internas se mantiene elevada, todo lo cual podría afectar la dinámica de los precios y de la actividad económica. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores destacaron los buenos resultados de la inflación en el primer bimestre del año lo que ha llevado a que la inflación anual y el promedio de las medidas de inflación básica se sitúen en 3,37% y 3,96%, respectivamente. Los alimentos y el IPC de transables sin alimentos ni regulados son los grupos que más contribuyeron a la caída, a lo que se sumó que se han ido diluyendo los efectos del aumento de los impuestos a comienzos de 2017. No obstante, algunos de los grupos más indexados, educación y salud, e intensivos en mano de obra registraron incrementos muy superiores a la meta en lo corrido del año. Estos resultados de la inflación del bimestre han estado acompañados por la reducción de las expectativas de inflación para finales de 2018 que se desprende de las encuestas a analistas financieros. La información disponible en lo corrido del año muestra que la economía ha continuado con un crecimiento lento pero superior al registrado en 2017. El equipo técnico estima en 2,7% el crecimiento para fin de año. Factores como la recuperación de la demanda externa, los mejores términos de intercambio, los efectos de la política de bajas tasas de interés seguida por la Junta y la inversión en obras civiles, deben contribuir al crecimiento estimado para 2018. Los miembros de la Junta también resaltaron que, continuando el ajuste ordenado de la economía, el déficit de la cuenta corriente se situó para 2017 en 3,3% del PIB y se estima en 3,1% del PIB para 2018. Los directores concordaron que la actual tasa de interés de referencia (4,5%) es ligeramente expansiva. El análisis de la Junta se centró en: (i) el posible efecto en la inflación de fin de año de la persistencia en algunos rubros de la canasta y de un comportamiento menos favorable en la inflación de alimentos y (ii) la lenta dinámica de la actividad económica, la ampliación de la brecha del producto y la incertidumbre sobre la velocidad de su recuperación. La mayoría de los miembros votaron por mantener inalteradas las tasas de interés de intervención. Los directores justificaron su decisión en los riesgos que representan para las proyecciones de inflación la persistencia en la inflación de algunas canastas de bienes y servicios, que se mantienen muy por encima de la meta, a pesar del descenso presentado en el primer bimestre. Igualmente, por la dependencia de las proyecciones de inflación de fin de año del comportamiento esperado del precio de los alimentos. Este grupo de directores también señaló que ve una mejora en los indicadores de confianza y en las expectativas de varios agentes, a pesar de que la actividad económica empezó el año con una dinámica débil. Resaltaron que el crecimiento de la economía esperado para 2018 está por debajo de su potencial. Uno de los directores señaló que la reducción acordada de la tasa de interés de intervención en enero ya incorporaba la previsión de la disminución de la inflación, ratificada con datos posteriores. Uno de los miembros de la Junta votó por recortar la tasa de interés de intervención en 25 pb. Manifestó que, a pesar de que hay señales de recuperación, las cifras de la actividad económica aún son débiles y podrían apuntalarse con una nueva disminución de la tasa de intervención. Lo anterior, en la medida en que las proyecciones de inflación continúan mostrando una convergencia a la meta del 3% para 2018. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de interés mínima de expansión transitoria del Banco de la República y dejarla en 4,5 %. La decisión de mantener inalterada la tasa de interés en 4,5% contó con la aprobación de 6 miembros de la Junta. El miembro restante votó por una reducción de 25 pb. Bogotá.
2018-04-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de abril 27 de 2018 El 27 de abril de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, José Antonio Ocampo Gaviria y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria - Marzo y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este Informe se mantuvo la proyección del crecimiento promedio para 2018 de algunos de los principales socios comerciales del país. Para 2019 se espera un crecimiento de los socios comerciales similar al proyectado para 2018. Así las cosas, la economía colombiana recibiría un impulso adicional generado por una mayor demanda externa. Se estima que los precios del petróleo y de otras materias primas se sitúen en niveles superiores a los observados en 2017. En particular, en este informe se revisó al alza el pronóstico del precio del petróleo y se situó en 65 USD por barril. Esto continuaría impulsando la recuperación de los términos de intercambio de Colombia y los efectos positivos sobre el ingreso nacional. En este Informe se suponen tres incrementos adicionales de la tasa de interés por parte de la FED durante el 2018 por lo que dicha tasa pasaría al rango 2,25% a 2,50% al final del año. Adicionalmente, para 2019 se suponen dos aumentos más frente a los estimados para 2018. En este escenario este hecho no tendría impactos negativos importantes sobre la dinámica de la economía mundial. De hecho, la información más reciente de los flujos de capital hacia las economías emergentes y el comportamiento de las primas de riesgo sugieren que el financiamiento externo no presentaría cambios significativos en lo que resta del año. Las proyecciones sugieren que el déficit externo como porcentaje del PIB del país debería continuar corrigiéndose en 2018, como consecuencia de una mejor dinámica de las exportaciones de bienes y el buen comportamiento de las transferencias corrientes. De esta manera, se estima un déficit de la cuenta corriente de 3,1% del PIB en 2018. El equipo técnico estima que la economía colombiana crecería 2,7% en 2018 en el escenario central. Se espera que las condiciones de financiamiento internacional, los precios de los bienes básicos (commodities) y la demanda de socios comerciales sean favorables para la expansión del PIB de Colombia en 2018. Adicionalmente, factores internos como el descenso de la inflación, una tasa de interés expansiva y un mercado laboral sin muchas variaciones permitirían reforzar el proceso de convergencia hacia el crecimiento potencial. Es importante señalar que el balance de riesgos se encuentra sesgado al alza por cuenta de los efectos que sobre la economía colombiana tendría un comportamiento más favorable del precio del petróleo frente a lo contemplado en el escenario central. En términos de la inflación, los resultados en el primer trimestre han resultado más favorables que lo esperado por el equipo técnico y el mercado. En particular, en marzo la inflación anual se situó en 3,14%, cifra significativamente menor a la observada en diciembre de 2017 (4,09%). Los descensos se presentaron en la mayoría de sub-canastas excepto por la inflación de alimentos que mostró un leve incremento. La estimación preliminar del equipo técnico para el crecimiento del PIB en 2019 es de 3,7%. El promedio de las cuatro medidas de inflación básica continuó con la tendencia descendente y se ubicó en 3,64%. La expectativa de inflación para diciembre de 2018 proveniente de la encuesta mensual a analistas financieros se situó en 3,27%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se encuentran entre 2,87% y 3,30%. En síntesis, para 2018 se espera que la inflación continúe el proceso de convergencia a la meta y que el crecimiento económico muestre un mayor dinamismo para 2018 y 2019. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. No obstante, la incertidumbre sobre las condiciones externas e internas y sobre la volatilidad del precio del petróleo se mantienen elevadas, todo lo cual podría afectar la dinámica de los precios y de la actividad económica. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores destacaron el comportamiento positivo de la inflación y resaltaron que en los últimos meses se han presentado caídas, tanto en la inflación total, como en las distintas medidas de inflación básica. Esta disminución ha sido superior a la esperada por el equipo técnico del Banco y por el mercado. En el mismo sentido, en los últimos meses se ha presentado una reducción en las expectativas y proyecciones de inflación para el horizonte de política. Los directores sostuvieron que un factor que refuerza la reducción en las proyecciones de inflación es la disminución de la tasa de cambio nominal. Sin embargo, anotaron que el comportamiento futuro de dicha variable está sujeto a un alto grado de incertidumbre, ya que depende de factores muy volátiles como los precios de productos básicos y los flujos de capitales. Unos directores señalaron que se están consolidando las tendencias de mejora en diferentes indicadores de la actividad real. Enfatizaron el buen comportamiento de las exportaciones de bienes y servicios y la recuperación en la dinámica de varios sectores de la economía, como es el caso del comercio y el turismo. Sectores que son importantes, tanto por su participación en el PIB como por sus encadenamientos económicos y su participación en la demanda laboral, aun no muestran señales contundentes de recuperación. Este es el caso del sector de la construcción. Una parte de los directores resaltó que la disminución de la inflación y sus expectativas, en ausencia de decisiones de política, incrementa la tasa de interés real, lo que refuerza la conveniencia de reducir la tasa de intervención para mantener la postura moderadamente expansiva de la política monetaria. Unos directores señalaron que, a pesar de la recuperación de la actividad económica, el crecimiento proyectado es inferior al potencial, por lo que en este año se seguirían incrementando los excesos de capacidad instalada. Este es otro factor que indica que la tasa de intervención debe disminuir. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad reducir la tasa de interés mínima de expansión transitoria del Banco de la República en 25 pb. y dejarla en 4,25 %. Bogotá, D. C.
2018-06-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de junio 29 de 2018 El 29 de junio de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Adolfo Meisel Roca, José Antonio Ocampo Gaviria y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – Junio de 2018 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este Informe se mantuvo la proyección del crecimiento promedio para 2018 de algunos de los principales socios comerciales del país, que implica una aceleración frente a 2017. Para 2019 se espera un crecimiento de los socios comerciales similar al proyectado para 2018. Así las cosas, la economía colombiana recibiría un impulso adicional generado por una mayor demanda externa. Se estima que los precios del petróleo y de otras materias primas se sitúen en niveles superiores a los observados en 2017. En particular, en este informe se revisó al alza el pronóstico del precio promedio del petróleo y se situó en 69 USD por barril para 2018. Esto continuaría impulsando la recuperación de los términos de intercambio de Colombia y los efectos positivos sobre el ingreso nacional. Un cambio importante en el contexto externo frente al informe anterior, ha sido el incremento de la percepción del riesgo de las economías emergentes. No obstante, esto aún no ha comprometido los flujos de capital hacia la mayoría de estas economías. Las proyecciones sugieren que el déficit externo como porcentaje del PIB del país debería continuar corrigiéndose en 2018, como consecuencia de una mejor dinámica de las exportaciones de bienes y el buen comportamiento de las transferencias corrientes. De esta manera, se estima un déficit de la cuenta corriente de 3,1% del PIB en 2018. El equipo técnico estima que la economía colombiana crecería 2,7% en 2018 en el escenario central. Se espera que las condiciones de financiamiento internacional, los precios de los bienes básicos (commodities) y la demanda de socios comerciales sean favorables para la expansión del PIB de Colombia en 2018. Adicionalmente, factores internos como el descenso de la inflación, una tasa de interés expansiva y un mercado laboral sin muchas variaciones permitirían reforzar el proceso de convergencia hacia el crecimiento potencial. En términos de la inflación, los resultados en los últimos tres meses del año muestran que la variación de los precios se ha mantenido estable, después de un importante descenso los dos primeros meses del año. En particular, en mayo la inflación anual se situó en 3,16%, cifra significativamente menor a la observada en diciembre de 2017 (4,09%). Los descensos se concentraron en las subcanastas de transables (sin alimentos ni regulados) y, en menor medida, en la de no transables (sin alimentos ni regulados) y en la de comidas fuera del hogar. En mayo, el promedio de las cuatro medidas de inflación básica mostró un ligero aumento ubicándose en 3,43%, después de cuatro meses de descensos continuos. La expectativa de inflación para diciembre de 2018 proveniente de la encuesta mensual a analistas financieros se situó en 3,36%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se encuentran entre 3% y 3,4%. En síntesis, para 2018 se espera que la inflación continúe el proceso de convergencia a la meta y que el crecimiento económico muestre un mayor dinamismo en 2018 y 2019. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. No obstante, la incertidumbre sobre las condiciones externas e internas y sobre la volatilidad del precio del petróleo se mantienen elevadas, todo lo cual podría afectar la dinámica de los precios y de la actividad económica. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores señalaron como positivo la reducción en la tasa de inflación que se ha presentado a lo largo de 2018, aunque con un freno a su tendencia descendente en los últimos meses. Resaltaron, sin embargo, que existen riesgos en el resto del año asociados a posibles aumentos de los precios de los alimentos, los altos precios del petróleo y sus efectos sobre el precio de la gasolina, y la nueva tendencia a la depreciación del peso. En materia de actividad económica, señalaron que la reactivación continúa en curso, aunque es todavía débil y la brecha del producto se sigue ampliando. La reactivación se refleja, en particular, en el crecimiento económico del primer trimestre y en diversos datos, aún incompletos, sobre el segundo. Mostraron, sin embargo, dudas sobre la sostenibilidad de algunos componentes de la demanda, en especial el consumo del gobierno. No obstante, estuvieron de acuerdo en que los datos del segundo trimestre hacen pensar que la actividad económica se ha comportado mejor de lo que pronostica el escenario central del equipo técnico el Banco. Para algunos directores, esto indicaría que el crecimiento podría acercarse al 3% durante el presente año. La mayor debilidad es la que sigue presentando el sector de la construcción. Sobre el sector externo, resaltaron la persistente dinámica de las exportaciones no petroleras ni mineras y especialmente las manufactureras. Al mismo tiempo, mostraron preocupación por la incertidumbre en los mercados financieros internacionales, aunque destacando que, hasta ahora, su efecto sobre los flujos de capital y las primas de riesgo del país ha sido muy moderado. Sin embargo, estuvieron de acuerdo que dichas incertidumbres deben tenerse en cuenta en el diseño de la política monetaria. Discutieron, además, en qué medida las tendencias de los mercados internacionales, en conjunto con la economía colombiana, podrían resultar en aumentos en la tasa de interés real de largo plazo, aunque con diferencias de opinión sobre la magnitud de dicho aumento. Varios directores resaltaron también que ha sido positivo el freno a la tendencia a la revaluación que se había presentado en meses anteriores y que podía poner en riesgo el buen dinamismo que han mostrado las exportaciones no petroleras ni mineras. En ese contexto, a juicio de todos los miembros, el balance de riesgos entre las tendencias algo menos favorables de la inflación, la recuperación en curso de la actividad económica y las incertidumbres en los mercados internacionales indica que se debe mantener la postura de la política monetaria en esta oportunidad. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%. Bogotá DC, julio 9 de 2018.
2018-07-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de julio 27 de 2018 El 27 de julio de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – Julio de 2018 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este informe se redujo levemente la proyección del crecimiento promedio para 2018 de los socios comerciales del país (2,4%). No obstante, esto sigue reflejando una aceleración frente a 2017. Para 2019 se estima una expansión de los socios comerciales similar a la proyectada para 2018. Lo anterior permitiría a la economía colombiana recibir un impulso adicional generado por una mayor demanda externa. Los precios del petróleo y de otras materias primas se revisaron al alza, lo que implica unos términos de intercambio más favorables que los contemplados en el trimestre anterior y estimula el ingreso nacional. En particular, en este informe aumentó el pronóstico del precio promedio del petróleo y se situó en 71 USD por barril para 2018. No obstante, este pronóstico implica una disminución del precio en lo que resta del año. Para 2019 se espera un precio promedio de 67 USD por barril. Aunque la percepción del riesgo de las economías emergentes ha aumentado, esto aún no ha comprometido los flujos de capital hacia la mayoría de estas economías. En este informe se revisó al alza el déficit de la cuenta corriente desde 3,1% a 3,2% del PIB en 2018. Este pronóstico tiene implícito una mejor dinámica de las exportaciones de bienes y el buen comportamiento de las transferencias corrientes. El equipo técnico mantiene el pronóstico de crecimiento del PIB en 2,7% para 2018. Se espera que las condiciones de financiamiento internacional, los precios de los bienes básicos (commodities) y la demanda de socios comerciales sean favorables para la expansión del PIB de Colombia en 2018. Adicionalmente, factores internos como el descenso de la inflación, una tasa de interés expansiva y un mercado laboral sin muchas variaciones permitirían reforzar el proceso de convergencia hacia el crecimiento potencial. No obstante, existen riesgos que pueden afectar la dinámica del PIB tales como la ejecución de la inversión de obras civiles, el precio del petróleo y el comportamiento del sector de edificaciones. En términos de la inflación, los resultados en los últimos cuatro meses del año muestran que la variación de los precios se ha mantenido relativamente estable, después de un importante descenso en los dos primeros meses del año. En particular, en junio la inflación anual se situó en 3,20%, cifra algo superior a la de marzo (3,14%). En junio, el promedio de las cuatro medidas de inflación básica mostró un ligero descenso y se situó en 3,33%. La expectativa de inflación para diciembre de 2018 proveniente de la encuesta mensual a analistas financieros se situó en 3,52%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se encuentran entre 3% y 3,4%. En síntesis, se espera que la inflación continúe el proceso de convergencia a la meta y que el crecimiento económico muestre un mayor dinamismo en 2018 y 2019. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. No obstante, la incertidumbre sobre las condiciones externas e internas y sobre la volatilidad del precio del petróleo se mantiene elevada, todo lo cual podría afectar la dinámica de los precios y de la actividad económica. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores continúan viendo un buen panorama en términos del comportamiento de la inflación. La lectura del último dato es positiva, en particular al observar la evolución de los diferentes indicadores de inflación básica, de la inflación de bienes no transables y del rubro de arrendamientos. Aun así, resaltaron que la proyección realizada por el equipo técnico para fin de año se vio impactada por el aumento esperado en la inflación de alimentos, y de la inflación de regulados. Esto último por la presión al alza del precio internacional del petróleo. Con respecto a la reunión anterior, el riesgo que persiste en este frente es el que genera el entorno externo, en el que el nivel de incertidumbre es elevado. Hasta ahora Colombia no se ha visto impactada negativamente, pero es fundamental continuar monitoreando las condiciones externas y los efectos internos de posibles choques. Los miembros de la Junta perciben que el desempeño de la actividad económica para lo que resta del año será mejor que el proyectado por el equipo técnico y concuerdan con que los indicadores van corroborando esta hipótesis. En general hubo acuerdo en que se observan síntomas claros de recuperación de la actividad económica, si bien persiste una brecha negativa del producto, la cual se incrementa entre 2017 y 2018 según la proyección del equipo técnico. Hubo varias menciones sobre los mecanismos de transmisión de la política monetaria. Varios directores recalcaron que la cartera comercial aún no parece presentar evidencias fuertes de recuperación en su dinámica. Otros mencionaron que aún no ha culminado el proceso de transmisión de la reducción de la tasa de interés de referencia y que por lo tanto se debe continuar evaluando la evolución de todas las variables de crédito. También se discutió el posible efecto de unas condiciones financieras internacionales menos amplias sobre la tasa de interés real de largo plazo y en la evaluación de la postura de la política monetaria. En este contexto de evidente recuperación económica aunque aún con una brecha negativa del producto, con una inflación estable pero en un nivel superior a la meta, y un entorno externo con alto nivel de incertidumbre, los miembros de la Junta consideran que lo prudente es mantener el nivel actual de la tasa de interés de referencia. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%. Bogotá DC, agosto 3 de 2018.
2018-09-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de septiembre 28 de 2018 El 28 de septiembre de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – septiembre de 2018 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este informe se mantuvo el pronóstico de crecimiento de los socios comerciales (sin Venezuela) en 2,8% para el 2018, lo que confirma la recuperación de la demanda externa de Colombia frente al año anterior. Esto principalmente explicado por el desempeño del consumo y la inversión en las economías avanzadas. Igualmente, se sigue esperando una ligera aceleración para 2019. No obstante, los desbalances macroeconómicos de algunas economías emergentes, sumados a las mayores expectativas de un aumento de tasas de interés en los países desarrollados y a las consecuencias de las disputas comerciales, han generado un entorno de mayor incertidumbre en el contexto internacional. En este informe se han revisado al alza los pronósticos de algunas materias primas, en particular se aumentó el pronóstico del precio del petróleo para lo que resta de 2018 y para 2019. Así, se estima para el promedio de 2018 un precio de 72 dólares por barril (Brent) y uno de 68 dólares por barril para 2019. Las proyecciones sugieren que el déficit externo como porcentaje del PIB del país continuaría corrigiéndose en 2018, pero a un ritmo más lento que lo observado en años anteriores. De esta manera, se estima un déficit de la cuenta corriente de 3,3% del PIB en 2018 y algo ligeramente mayor para el 2019. El equipo técnico estima que la economía colombiana se expandiría a un ritmo de 2,7% en 2018 en el escenario central, considerando que las condiciones de financiamiento internacional, los precios de los bienes básicos y la demanda de socios comerciales continúan siendo favorables a la expansión del PIB. Adicionalmente, factores internos como una menor inflación, una tasa de interés que se mantiene en terreno expansivo y un mercado laboral relativamente estable, reforzarían un escenario de recuperación en el crecimiento. En los últimos meses la inflación se ha mantenido en niveles cercanos a la meta. En particular, en agosto la inflación anual se situó en 3,10%, ligeramente inferior al registro del mes anterior. Se destacan los descensos en la variación anual del grupo de no transables y de regulados, aunque estos últimos se mantienen en un nivel de ajuste anual muy alto. En agosto, el promedio de las cuatro medidas de inflación básica mostró un ligero descenso con respecto al mes anterior, ubicándose en 3,35%. La expectativa de inflación para diciembre de 2018 proveniente de la encuesta mensual a analistas financieros se situó en 3,23%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se encuentran entre 3,2% y 3,4%. En síntesis, para finales de 2018 se espera un ligero aumento de la inflación por factores de oferta, en un entorno de crecimiento económico más dinámico que el año anterior y que continuaría en 2019. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. La incertidumbre sobre las condiciones de financiamiento externo y el desempeño de algunas economías emergentes, se mantiene elevada. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los directores continúan destacando un buen panorama en términos del comportamiento de la inflación. La lectura del último dato es positiva, en particular al observar la evolución de los diferentes indicadores de inflación básica que se han situado alrededor del 3%. No obstante, resaltaron que el nivel de la inflación de las canastas de regulados y no transables sigue siendo elevado a pesar del descenso de este último grupo a lo largo del año. Como en la reunión anterior, hubo varias menciones sobre los mecanismos de transmisión de la política monetaria. Varios directores recalcaron que la cartera comercial aún no presenta recuperación en su dinámica. Los miembros de la Junta concordaron que el entorno externo sigue teniendo una alta incertidumbre, destacaron que Colombia no se ha visto impactada negativamente y que las primas de riesgo no han registrado cambios significativos. En este escenario es fundamental para la autoridad monetaria continuar monitoreando las condiciones externas y los efectos internos de posibles choques. Los miembros de la Junta observaron que, de la información disponible y de las reuniones realizadas con empresarios en varias regiones del país, se perciben síntomas de recuperación de la actividad económica, si bien persiste una brecha negativa del producto la cual se incrementa entre 2017 y 2018 según la proyección del equipo técnico. Los actuales niveles de los precios del petróleo y una mayor confianza en el futuro crecimiento de la economía deberán contribuir a que esta dinámica se consolide en lo que resta del año y en el año próximo, aunque existe incertidumbre sobre la velocidad de su recuperación. La Junta también discutió el posible efecto de unas condiciones financieras internacionales menos favorables y el impacto que tendría lo anterior en la futura postura de la política monetaria. En este contexto de recuperación económica, aunque aún con una brecha negativa del producto, con una inflación estable, pero ligeramente superior a la meta, y un entorno externo de mayor incertidumbre, los miembros de la Junta consideraron prudente mantener el nivel actual de la tasa de interés de referencia. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%.
2018-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de octubre 26 de 2018 El 26 de octubre de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – Octubre de 2018 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este informe se redujo la proyección del crecimiento promedio para 2018 de los socios comerciales del país (2,6%). Para 2019 se estima una expansión de los socios comerciales similar a la proyectada para 2018. Lo anterior indica que la recuperación de la demanda externa para Colombia se estaría estabilizando alrededor del crecimiento observado en 2017. Los precios del petróleo y de otras materias primas se revisaron al alza, lo que implica unos términos de intercambio algo más favorables que los contemplados en el trimestre anterior y que estimulan el ingreso nacional. En particular, en este informe aumentó el pronóstico del precio promedio del petróleo y se situó en USD 74,5 por barril para 2018. Para 2019 también se revisó al alza y se espera un precio promedio de USD 73 por barril. Las expectativas de una normalización más rápida de la política monetaria en los Estados Unidos, las menores perspectivas de crecimiento mundial y la incertidumbre política en Europa han exacerbado la volatilidad en los mercados financieros en el último mes. La mayor percepción de riesgo hacia las economías emergentes ha afectado las primas de riesgo de la región, aunque este comportamiento se ha moderado en los últimos meses. Las proyecciones sugieren que el déficit externo como porcentaje del PIB del país habría dejado de ajustarse y se mantendría estable frente a lo observado el año anterior. De esta manera, se estima un déficit de la cuenta corriente de 3,4% del PIB en 2018 y algo muy similar para el 2019. El equipo técnico redujo levemente la estimación de crecimiento de la economía colombiana, la cual se expandiría a un ritmo de 2,6% en 2018 en el escenario central, considerando que persiste la incertidumbre asociada a la ejecución de la inversión de obras civiles que pueden afectar la dinámica del PIB. No obstante, las condiciones de financiamiento internacional y los precios de los bienes básicos siguen siendo favorables a la expansión del producto. Para 2019 se espera que el PIB se siga recuperando, aunque la incertidumbre al respecto es elevada, en particular sobre el comportamiento de la confianza del consumidor, las obras civiles y las condiciones externas. Así, para 2019 se proyecta un crecimiento del PIB de 3,5%, contenido en un rango entre 2,5% y 4,0%. En línea con lo esperado por el equipo técnico y el mercado, en septiembre, la inflación se incrementó, y se situó en 3,23% anual. Esta aceleración se explicó por el comportamiento de los alimentos, en particular los perecederos. En contraste, los demás grupos presionaron la inflación anual a la baja. En septiembre, el promedio de las cuatro medidas de inflación básica mostró un ligero descenso con respecto al mes anterior, ubicándose en 3,28%. La expectativa de inflación para diciembre de 2018 proveniente de la encuesta mensual a analistas financieros se situó en 3,28%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se encuentran entre 3,3% y 3,5%. En síntesis, para finales de 2018 se espera un ligero aumento de la inflación por factores de oferta, en un entorno de crecimiento económico más dinámico que el año anterior y que continuaría en 2019. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. La incertidumbre sobre las condiciones de financiamiento externo y el desempeño de algunas economías emergentes, se mantiene elevada. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron la estabilidad en materia de inflación. Según los últimos registros disponibles, la inflación se mantiene en niveles ligeramente superiores a la meta. Los indicadores de inflación básica siguen estando, en promedio, alrededor de 3%, con tendencia a la baja. Mencionaron que el nivel de inflación de la canasta de regulados sigue siendo elevado. También resaltaron el aumento en la incertidumbre y la percepción de riesgo derivados del contexto externo, que ha comenzado a tener efectos sobre Colombia, aunque moderados en el mercado de TES. En este escenario es fundamental para la autoridad monetaria continuar monitoreando las condiciones externas y los efectos internos de posibles choques. Desde la perspectiva de la demanda interna, hubo consenso en que aumentó la incertidumbre sobre la velocidad de recuperación de la economía. Una parte de esta incertidumbre está ligada a la poca dinámica de la cartera comercial que refleja una lenta recuperación de la inversión. En el sentido opuesto, los indicadores de ventas e industria son positivos. En este contexto de mayor incertidumbre internacional, pero una demanda interna más débil y una inflación estable, aunque ligeramente superior a la meta, los miembros de la Junta consideraron prudente mantener el nivel actual de la tasa de interés de referencia. Algunos de los miembros de la Junta mencionaron que la devaluación reciente del peso colombiano se ha desviado de otros mercados emergentes. Otros argumentaron que el ajuste reciente responde a una corrección de la revaluación observada en el primer semestre del año. Otro tema que señalaron algunos integrantes del grupo fue el descenso reciente del Índice de Confianza del Consumidor, que podría agregar incertidumbre al proceso de recuperación de la economía. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%. Bogotá, noviembre 2 del 2018.
2018-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de diciembre 21 de 2018 El 21 de diciembre de 2018 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – diciembre de 2018 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONOMICO Hasta el tercer trimestre las condiciones externas favorecieron el desempeño de la economía colombiana. Sin embargo, en los últimos meses las cifras observadas y proyectadas del precio del petróleo cayeron y las del crecimiento promedio de los socios comerciales se moderaron. Para 2018 y 2019 el pronóstico de crecimiento promedio de los socios comerciales se revisó a la baja a 2,5% y 2,4% respectivamente. Estas tasas siguen siendo superiores a las observadas en 2015 y 2016 (1,85% en promedio). La senda de pronóstico del precio del petróleo también se redujo. Para 2018 se estima un precio promedio de USD72 por barril (Brent) y de USD 66,5 por barril para 2019. Como se esperaba, la Reserva Federal de los Estados Unidos incrementó su tasa de referencia en 25 puntos básicos en su reunión de diciembre. En este entorno se ha observado un aumento de las primas de riesgo y de la tasa de cambio del país, y se espera un menor aumento en las tasas de interés internacionales frente a lo previsto en el informe anterior. Las nuevas estimaciones indican que el ajuste del desbalance externo se habría detenido en 2018 y que el déficit corriente se ampliaría un poco en 2019. Se estima un déficit de la cuenta corriente de 3,6% del PIB en 2018 y algo ligeramente mayor para el 2019. En el tercer trimestre la demanda interna resultó mejor que lo esperado, principalmente por la inversión en construcción. A pesar de ello, el equipo técnico mantuvo el pronóstico de crecimiento para todo 2018 en 2,6%. Esta estimación supone que parte del choque positivo observado en el consumo público a comienzos de año se revierte en el cuarto trimestre. También que la aceleración de la construcción de edificaciones habría sido, en parte, transitoria, en la medida que algunos indicadores relacionados con el desempeño del sector continúan mostrando cierta debilidad. La inflación observada ha sido algo menor que la esperada, debido principalmente a un comportamiento más favorable de los precios de los alimentos y de los transables, y pese a presiones alcistas en el grupo de regulados. En particular, en noviembre la inflación anual se situó en 3,27%, ligeramente inferior al registro del mes anterior. Desde marzo, la inflación se ha mantenido relativamente estable en un nivel cercano a la meta. En noviembre, el promedio de las cuatro medidas de inflación básica (3,26%) mostró un nivel similar al de los meses anteriores. La expectativa de inflación para diciembre de 2018 proveniente de la encuesta mensual a analistas financieros se situó en 3,20%. Las expectativas de los analistas y las derivadas de los títulos de deuda pública a horizontes mayores o iguales a un año se mantienen por encima de 3%. En síntesis, la inflación observada ha sido un poco menor que la prevista y se ha mantenido en valores cercanos a la meta. La actividad económica se sigue recuperando desde niveles de producto inferiores a la capacidad productiva de la economía. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. La incertidumbre sobre las condiciones de financiamiento externo y el desempeño de algunas economías emergentes se mantiene elevada. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta analizaron los siguientes temas: 1. Inflación y precios. Los directores destacaron el buen comportamiento de los índices de inflación. Reseñaron que tanto la inflación total como las distintas medidas de inflación básica han venido convergiendo a la meta de 3%. De igual manera, tanto las proyecciones del equipo técnico del Banco para 2019, como las expectativas de los analistas a uno y dos años, se encuentran cerca de la meta. Algunos directores anotaron que existe una probabilidad importante de que se presenten choques que afecten los precios en el futuro. Específicamente, se refirieron al efecto alcista en el nivel de precios que pueden tener los siguientes eventos: i) la devaluación del tipo de cambio producida por razones no monetarias, ii) el incremento en los precios relativos de los servicios públicos y iii) el aumento del salario mínimo por encima del crecimiento de la productividad laboral. Aunque existen diversas visiones sobre la intensidad de estos choques y su efecto en los precios, coincidieron en que las respuestas de política deben considerar los efectos de los mismos sobre el anclaje de las expectativas de inflación a la meta. 2. Crecimiento y demanda interna. Los directores creen que el crecimiento del producto se incrementará en 2019. Sin embargo, no hay consenso sobre la fortaleza de dicho incremento y, por ende, de la evolución de la brecha del producto. Las principales diferencias se centran en el comportamiento esperado de la demanda interna en los próximos trimestres. Unos directores señalaron que los datos recientes de la confianza del consumidor, así como el difícil entorno de financiamiento externo, no permiten ser optimistas sobre el crecimiento de la demanda interna en el futuro inmediato. En sentido opuesto, otros directores destacaron elementos que permiten prever un comportamiento relativamente dinámico de la demanda interna en la primera parte de 2019. En particular se refirieron a los siguientes aspectos: i) los buenos datos recientes de industria, comercio e importaciones, ii) el comportamiento favorable de indicadores que contemplan un conjunto más amplio de información de encuestas y precios de activos y iii) los estímulos a la inversión introducidos en la Ley de Financiamiento. Finalmente, algunos directores manifestaron que con la información actual existe una amplia incertidumbre sobre este tema y que consideran que su mejor estimación es un crecimiento moderado, superior al que sugeriría la encuesta de confianza del consumidor, pero inferior al que esperaban hace algunos meses. Sobre el comportamiento esperado de las exportaciones, se señaló que los escenarios más probables del entorno internacional no permiten prever que ni la demanda externa ni los términos de intercambio sean una fuente importante de crecimiento para 2019. Sin embargo, estos factores pueden ser parcialmente contrarrestados por la depreciación reciente del tipo de cambio. 3. Sector externo y Balanza de pagos Los directores analizaron los efectos de la coyuntura externa e interna sobre las proyecciones de balanza de pagos. En especial, revisaron la proyección de déficit en cuenta corriente, su composición y la estructura de su financiamiento. Sobre este último punto se subrayó la importancia de mantener una elevada proporción del déficit financiado a través de inversión extranjera directa. Así mismo, un director destacó la relevancia para el financiamiento del déficit de las nuevas reglas tributarias que regirán la inversión de portafolio. Igualmente, se hizo énfasis en los retos que una coyuntura mundial caracterizada por una mayor inestabilidad global y elevada incertidumbre sobre el crecimiento mundial pueden tener sobre la economía colombiana. 4. La postura de política. Al hacer un balance de riesgos de los elementos atrás anotados, los miembros de la Junta acordaron por unanimidad mantener la actual postura de la política monetaria que calificaron de ligeramente expansiva. En opinión de algunos de ellos, este sesgo se refuerza en la medida en que las tasas neutrales de interés pueden haberse incrementado como respuesta a la normalización de la política monetaria en Estados Unidos. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 4,25%.
2019-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de enero 31 de 2019 El 31 de enero de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – enero de 2019 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO El contexto externo previsto para el 2019 presenta un leve deterioro con respecto a lo observado en 2018 y a lo estimado en el informe del mes anterior. En particular, el crecimiento promedio de los socios comerciales proyectado para 2019 se revisó un poco a la baja a 2,3%, teniendo en cuenta un menor desempeño previsto para la Zona Euro y para algunos países de América Latina. La menor demanda global y la fortaleza de la producción mundial de petróleo redujeron el precio proyectado para 2019. Así, para 2019 se estima un precio promedio de USD 63 por barril (Brent). En este entorno, los riesgos hacia una desaceleración más pronunciada del crecimiento global aumentaron lo que, unido a la ausencia de presiones inflacionarias en las economías avanzadas, sugieren menores incrementos de las tasas de interés externas, particularmente la de la FED. En Colombia, el menor precio del petróleo y un crecimiento de los socios comerciales algo más débil contribuirían a un aumento gradual de la prima de riesgo soberano. Las nuevas estimaciones indican que el desbalance externo se habría ampliado en 2018 y que, en un escenario externo como el descrito anteriormente, esta tendencia se mantendría en el 2019. Así, el déficit en la cuenta corriente se habría situado para todo el 2018 en alrededor de 3,7% del PIB. Para el 2019, el déficit corriente se estima entre 3,5% y 4,3% del PIB, con 3,9% como escenario más probable, ante un escenario de menores ingresos externos por exportaciones de bienes y un dinamismo estable de las importaciones. La información disponible al cuarto trimestre sugiere que en este período la economía habría crecido a un ritmo similar al del tercer trimestre. No obstante, se estima una demanda interna un poco más dinámica que la pronosticada en el informe anterior. Esto por cuanto el consumo de los hogares estaría presentando un desempeño algo mejor de la mano del gasto en bienes durables y porque el choque positivo observado en el consumo público a comienzos de año se estaría revirtiendo más lentamente que lo esperado. El mejor comportamiento de la demanda interna está siendo compensado por una demanda externa neta que resta más al PIB, ante un menor crecimiento de las exportaciones y un mayor dinamismo de las importaciones. El equipo técnico del Banco de la República proyecta así que el crecimiento anual del PIB del cuarto trimestre de 2018 sería 2,7% como cifra más probable. Teniendo en cuenta esto, se mantuvo la proyección de crecimiento del PIB de 2018 en 2,6%. El rango de pronóstico que contiene esta proyección es de entre 2,5% y 2,7%. Así las cosas, en 2018 la demanda interna se habría expandido con respecto a 2017, con contribuciones positivas tanto del consumo total como de la inversión. Para 2019 se prevé un crecimiento del PIB de alrededor del 3,4%, contenido en un rango de entre 2,4% y 4,0%. Este pronóstico considera unas menores perspectivas para los precios internacionales de los bienes básicos (en particular del petróleo) y de una economía mundial que sería un poco más débil. A pesar de ello, la economía colombiana seguiría gozando de acceso al financiamiento internacional, aunque éste se daría en un contexto de alta incertidumbre y con marcados riesgos bajistas. Adicionalmente, se considera que los cambios de la Ley de Financiamiento suponen un impacto positivo en materia de inversión que impulsarían el crecimiento y compensarían en parte las menores perspectivas en el contexto externo. En Colombia, al cierre de 2018 la inflación se situó en 3,18%, sorprendiendo nuevamente a la baja en último mes, debido principalmente a un comportamiento más favorable de los precios de los transables y de los no transables (sin alimentos ni regulados). Gracias a ello, la inflación sin alimentos ni regulados descendió a 2,64% y el promedio de las medidas de inflación básica cayó a 3,03%. Las diferentes medidas de expectativas de inflación continúan por encima de la meta (3,0%). No obstante, las expectativas de los analistas se mantienen relativamente estables en la encuesta de enero y la expectativa de inflación para diciembre de 2019 se ubica en 3,50%. Aquellas que se derivan de los títulos de deuda pública se redujeron en enero y se encuentran alrededor de 3,6%. En síntesis, la inflación observada ha sido menor que la prevista y mantuvo su convergencia a la meta. No obstante, no se descartan algunas presiones alcistas sobre la inflación en la primera parte del 2019, asociadas a los efectos transitorios de un fenómeno de El Niño de naturaleza débil y el impacto estimado del aumento del salario mínimo. La actividad económica se sigue recuperando desde niveles de producto inferiores a la capacidad productiva de la economía. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. La incertidumbre sobre las condiciones de financiamiento externo y el desempeño de algunas economías emergentes se mantiene elevada. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron el buen comportamiento de la inflación a fines de 2018, especialmente de los indicadores de inflación básica. Aunque existen algunos riesgos asociados al aumento del salario mínimo y al comportamiento de algunos rubros de precios, estos últimos son limitados e incluso se han tornado más débiles, especialmente por la expectativa de un fenómeno El Niño de baja intensidad y los impactos reducidos que ha tenido hasta ahora la devaluación sobre los precios al consumidor de productos transables. Por eso, expresaron su confianza en que la inflación se ubicará nuevamente en niveles cercanos a la meta y por debajo de las expectativas de inflación de los agentes de mercado. En materia de actividad productiva, consideraron que la reactivación sigue en curso, aunque a un ritmo todavía algo débil. Destacaron en particular el aumento de la inversión, los varios meses de crecimiento de la producción industrial, los aumentos de ventas al por menor y las mejores expectativas de los consumidores. La ley de financiamiento ayudará a la reactivación a través de los mayores niveles de inversión. Consideraron, así, que el crecimiento económico en 2019 estará cercano al 3,5%. En relación con la pasada reunión de la Junta, la liquidez internacional ha tendido de nuevo a mejorar, ha habido un cambio en la postura monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos hacia un ritmo más moderado de aumento de sus tasas de interés, el precio de petróleo se ha recuperado parcialmente y la reactivación de la economía latinoamericana impulsará la demanda por exportaciones manufactureras y la actividad turística del país. En contraste con estas tendencias positivas, las proyecciones de crecimiento económico de los países europeos y China se han debilitado y no hay todavía señales de freno a la guerra comercial entre Estados Unidos y China. En todo caso, varios miembros expresaron preocupación por el aumento esperado del déficit en cuenta corriente durante el presente año, aunque todos manifestaron la confianza en que no enfrentará problemas de financiamiento e incluso que será cubierto en su mayoría por inversión extranjera directa. En el contexto de inflación muy cercana a la meta, una reactivación en curso pero lenta y un ambiente internacional que ha mejorado pero mantiene muchas incertidumbres, decidieron por unanimidad mantener la tasa de interés de referencia en 4,25%, un nivel que consideran moderadamente expansionista. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%.
2019-03-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de marzo 22 de 2019 El 22 de marzo de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – marzo de 2019 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO El contexto externo previsto para 2019 sugiere un crecimiento promedio de los socios comerciales que se espera sea un poco menor este año que en 2018, y que se estima estaría alrededor de 2,3%, con unas condiciones financieras internacionales que resultarían más favorables para las economías emergentes que las contempladas en el informe anterior. En particular, en EE. UU. la información sugiere un desempeño económico más débil que el esperado para comienzos del año que, junto con la ausencia de presiones inflacionarias, estarían postergando el aumento de la tasa de interés de la Fed. Por su parte las primas de riesgo soberano de la región han disminuido en los últimos meses. Lo anterior, sumado a unas condiciones financieras más holgadas que las contempladas en el informe anterior, contribuirían a que, para Colombia, la prima de riesgo aumente menos rápido de lo esperado. Las condiciones de oferta y demanda global por petróleo no sugieren cambios en el pronóstico del precio del petróleo para 2019. Así, para este año se mantuvo inalterado el pronóstico del precio promedio en USD 63 por barril (Brent). Los datos observados indican que el desbalance externo del país se amplió en 2018 algo más de lo previsto y que, en un escenario externo como el descrito anteriormente, esta tendencia se mantendría en el 2019. Así, el déficit en la cuenta corriente se situó para todo el 2018 en 3,8% del PIB y para el 2019 se estima entre 3,9% y 4,7% del PIB, con 4,3% como escenario más probable. Lo anterior se daría en un escenario de menores ingresos externos, en línea con el retroceso esperado de los términos de intercambio, un dinamismo estable de las importaciones, consistente con lo previsto para la demanda interna, y un acceso menos restrictivo al financiamiento externo que lo considerado en el informe anterior. Para el cuarto trimestre las cifras arrojaron un crecimiento algo mayor que el previsto, con una demanda interna más dinámica que la esperada. Lo anterior, sobre todo, por el buen desempeño del consumo público y de la inversión, la cual creció a una tasa históricamente alta por segundo trimestre consecutivo. Contrario a lo que se esperaba, esto obedeció especialmente a una fuerte acumulación de inventarios y a una aceleración no anticipada del gasto en construcción, más que al desempeño de la inversión en maquinaria y equipo. El mejor comportamiento de la demanda interna fue compensado por una demanda externa neta que restó al crecimiento del PIB, consistente con una ampliación del déficit comercial mayor que lo esperado. El equipo técnico del Banco de la República proyecta un crecimiento anual del PIB que volvería a aumentar en el primer trimestre de 2019 y que se ubicaría alrededor del 3,2% como cifra más probable. Lo anterior sería consistente con una demanda interna que mantendría un buen dinamismo y una demanda externa que restaría menos al PIB. La cifra estimada para el primer trimestre del año estaría más cercana a la que se estima es el ritmo de crecimiento potencial de la economía colombiana. Para 2019 se revisó el pronóstico de crecimiento ligeramente al alza, a 3,5%. Respecto al informe anterior, el pronóstico señala una mejor dinámica de la demanda interna, con un cierre más rápido de la brecha de producto. Este comportamiento estaría explicado, principalmente, por un mayor impulso de la inversión, que compensaría el deterioro previsto de los términos de intercambio y de la demanda externa, en un contexto en que la economía colombiana seguiría contando con condiciones favorables para el acceso al financiamiento internacional. En Colombia, en los primeros meses del año la inflación continuó sorprendiendo a la baja y se situó en 3,01% en febrero. Los resultados han sido menores que los esperados en todos los subgrupos de análisis (transables, no transables, alimentos y regulados). Gracias a ello, la inflación sin alimentos ni regulados descendió a 2,41% y el promedio de las medidas de inflación básica cayó a 2,81%. Las diferentes medidas de expectativas de inflación continúan algo por encima de la meta (3,0%). Las expectativas de los analistas se encuentran entre 3,2% y 3,3% a diferentes horizontes no mayores a 24 meses y las derivadas de los títulos de deuda pública alrededor de 3,3%. En síntesis, la inflación observada ha sido menor que la prevista y se situó en la meta. No obstante, no se descartan algunas presiones alcistas sobre la inflación en la segunda parte del 2019. La actividad económica se sigue recuperando a un mejor ritmo desde niveles de producto inferiores a la capacidad productiva de la economía. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. La incertidumbre sobre el crecimiento global se mantiene elevada. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron el excelente comportamiento de la inflación en lo corrido de 2019, especialmente de los indicadores de inflación básica. Los riesgos que se habían advertido en torno a la inflación en el presente año por cuenta del fenómeno del Niño y el impacto del aumento del salario mínimo hasta el momento no se han materializado. Las condiciones de liquidez internacional se han relajado, alejando presiones devaluacionistas, y en cualquier caso los precios al consumidor de productos transables no parecen estar recogiendo la depreciación de fines de 2018. En esa medida, el panorama de inflación para 2019 es más favorable que el contemplado a fines del año pasado, se espera que esta continúe en niveles cercanos a la meta y ha generado una reducción en las expectativas de inflación del mercado. En materia de actividad productiva, consideraron que la reactivación sigue en curso, y se espera un crecimiento de 3,5% en 2019. A pesar de lo anterior, algunos de los directores expresaron su preocupación sobre el ritmo al que se ha venido dando dicha recuperación, el cual es menor que el que estaban esperando. Varios expresaron su preocupación por la debilidad en el mercado laboral, cuyas causas aún son inciertas. También se resaltó la mejora en los indicadores de riesgo del sistema financiero. Destacaron la consolidación de un entorno de liquidez internacional más amplia, con lo cual se espera que la economía colombiana no enfrente restricciones de financiación externa, ni aumentos en las primas de riesgo. En general expresaron preocupación por el resultado del déficit en cuenta corriente en 2018 y su ampliación en el presente año, que resultaría de una demanda interna que recupera dinamismo y un crecimiento bajo de los socios comerciales. Algunos de ellos resaltaron que la composición de la cuenta corriente y su financiamiento mitiga en alguna medida la vulnerabilidad externa: el hecho de que las importaciones de bienes de capital y materias primas en procesos productivos sean un factor dominante en la ampliación del déficit comercial, y que la financiación provenga mayoritariamente de inversión extranjera directa, son elementos positivos que destacaron. En el contexto de inflación muy cercana a la meta, una reactivación en curso, pero lenta, y un ambiente internacional con mejores condiciones de liquidez, decidieron por unanimidad mantener la tasa de interés de referencia en 4,25%, un nivel que consideran moderadamente expansionista. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%.
2019-04-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de abril 26 de 2019 El 26 de abril de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se presenta una síntesis de la visión del equipo técnico del Banco de la República sobre la situación macroeconómica (sección 1) y posteriormente se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva (sección 2). Un mayor detalle de la situación macroeconómica elaborada por el equipo técnico del Banco de la República se presentará en el Informe de Política Monetaria – abril de 2019 y en el anexo estadístico. 1. CONTEXTO MACROECONÓMICO En este Informe se revisó levemente a la baja el pronóstico de crecimiento promedio de los socios comerciales para 2019 y 2020. Así, se sigue esperando una desaceleración en este y el próximo año frente a lo observado en 2018, pero que implica un crecimiento que sigue siendo superior a lo observado en 2015 y 2016. No obstante, siguen existiendo riesgos de una desaceleración más pronunciada, tanto en las economías avanzadas como en algunas emergentes. Los anuncios del último mes de la Fed sugieren una mayor percepción de riesgos a la baja en el crecimiento de los Estados Unidos, que, de materializarse, conllevaría a una desaceleración más rápida y pronunciada en la economía de ese país que la prevista en el informe anterior. Este hecho, unido a la ausencia de presiones inflacionarias, ha reducido significativamente la probabilidad de que se produzcan incrementos en la tasa de interés este año y el próximo. Dado lo anterior, se espera un costo de financiamiento internacional más bajo que el previsto anteriormente. Para Colombia, esto deberá traducirse en una senda de prima de riesgo más baja, con una convergencia más lenta a su promedio histórico. El precio del petróleo ha superado los pronósticos efectuados hace un mes, resultado, en gran medida, de las restricciones de oferta observadas y esperadas en el mercado del crudo. No obstante, se estima que esto sería un fenómeno transitorio y que el precio deberá retornar en los próximos meses a niveles de alrededor de USD 62 por barril. Así, en este informe se ha hecho una revisión marginal al alza del pronóstico del precio del petróleo para 2019, para el cual se espera un precio promedio de USD 63,4 por barril (Brent). Las proyecciones sugieren que el déficit externo como porcentaje del PIB del país debería continuar ampliándose en 2019, como consecuencia un mayor déficit en la balanza comercial de bienes. Esto como resultado de unas menores ventas externas esperadas y una mejor dinámica de las importaciones, que refleja el mayor crecimiento previsto de la demanda interna frente a lo observado en 2018. Se espera que los demás rubros compensen parcialmente este comportamiento estimado del balance comercial. De esta manera, para 2019 se mantiene una estimación del déficit de la cuenta corriente que se ubicaría en un rango entre 3,9% y 4,7% del PIB, con 4,3% del PIB en como cifra más probable. Para el primer trimestre de 2019 el crecimiento anual de la economía colombiana seguiría aumentando gradualmente. En este informe el equipo técnico ratifica su pronóstico de crecimiento del PIB del primer trimestre de 2019 de 3,2%, una cifra cercana a la estimación del crecimiento de largo plazo de la economía colombiana. Lo anterior sería consistente con una demanda interna que mostraría un mayor dinamismo al estimado en el informe anterior, mientras que la demanda externa estaría restando más al PIB, en línea con lo que indican las cifras de comercio externo y las proyecciones de balanza de pagos. Para todo 2019, el equipo técnico prevé una expansión del PIB de 3,5%, similar a la cifra presentada un mes atrás. No obstante, se estima un mayor dinamismo de la demanda interna y unas exportaciones netas que restarían más al crecimiento. La aceleración del crecimiento del PIB frente al 2,7% de todo 2018 se daría en un contexto de condiciones financieras internacionales más favorables. La inflación anual en marzo fue ligeramente superior a lo previsto hace un mes, y se ubicó en 3,21%. No obstante, los resultados de la inflación para el primer trimestre han sido menores que los previstos al inicio del año. En marzo, el aumento de la inflación anual fue generalizado salvo por el segmento no transable. La inflación de alimentos fue impulsada por los problemas de oferta en el sur del país, mientras, el componente transable aumentó levemente, luego de continuas caídas. Asimismo, el incremento generalizado en los servicios públicos explicó la presión alcista que ejerció el grupo de regulados sobre el IPC. Por su parte, la inflación sin alimentos ni regulados descendió a 2,38% y el promedio de las medidas de inflación básica se mantiene por debajo del 3%. Las diferentes medidas de expectativas de inflación continúan algo por encima de la meta (3,0%). Las expectativas de los analistas se encuentran entre 3,2% y 3,3% a diferentes horizontes no mayores a 24 meses y las derivadas de los títulos de deuda pública alrededor de 3,3%. En síntesis, la inflación observada se encuentra algo por encima de la meta, mientras que el promedio de los indicadores de inflación básica se mantiene algo por debajo del 3%. La actividad económica se sigue recuperando a un mejor ritmo desde niveles de producto inferiores a la capacidad productiva de la economía. Con esto, y con la estimación de crecimiento para todo 2019, se prevé que la brecha de producto se siga cerrando en lo que resta del año. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. La incertidumbre sobre el crecimiento global se mantiene elevada. 2. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron que el promedio de las medidas de inflación básica no cambió en el mes de marzo y continúa por debajo de la meta de 3%. Aunque la inflación en este mes se aceleró, los miembros de la Junta consideraron que, dada la composición de este incremento y la dinámica general de la inflación, este cambio no compromete el cumplimiento de la meta. Por su parte, las expectativas de inflación continúan cerca de la meta. En materia de actividad productiva señalaron que no hay información nueva que modifique su diagnóstico de la sesión anterior, caracterizado por una reactivación que sigue en curso, y de la cual se espera un crecimiento del producto de 3,5% en 2019. Algunos directores mantienen su preocupación sobre los siguientes puntos: i) el ritmo al cual se está dando la reactivación; ii) la pobre dinámica del mercado laboral y la incertidumbre sobre sus causas y iii) el bajo crecimiento de la cartera comercial (a pesar de la mejora en los indicadores de riesgo del sistema financiero). En el entorno externo los directores destacaron que, a pesar de las noticias de mejores crecimientos en Estados Unidos y China, se continúa esperando un entorno de menor demanda externa, amplia liquidez internacional y alta volatilidad. Lo anterior, permitiría que la economía colombiana no enfrente restricciones de financiación externa, ni aumentos en las primas de riesgo. En general los miembros de la junta concordaron en su preocupación por el déficit de cuenta corriente proyectado para 2019, como resultado de una demanda interna que recupera dinamismo y un crecimiento bajo de los socios comerciales. Resaltaron que la composición de la cuenta corriente y su financiamiento mitiga en alguna medida la vulnerabilidad externa. El hecho de que las importaciones de bienes de capital y materias primas en procesos productivos sean un factor dominante en la ampliación del déficit comercial, y que la financiación provenga mayoritariamente de inversión extranjera directa, son elementos positivos. Sin cambios sustanciales en un contexto de inflación muy cercana a la meta, una reactivación en curso, pero lenta, y un ambiente internacional con mejores condiciones de liquidez, decidieron por unanimidad mantener la tasa de interés de referencia en 4,25%, un nivel que consideran moderadamente expansionista. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%.
2019-06-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de junio 21 de 2019 El 21 de junio de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva (sección 1). 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron el comportamiento de la inflación, que continúa estable. El promedio de los indicadores de inflación básica se ubicó por debajo de la meta de 3%, por sexto mes consecutivo. La inflación en mayo, de 3,31%, fue ligeramente superior a lo esperado por el equipo técnico del Banco de la República, debido al comportamiento de los precios de los alimentos por efectos climáticos. Los miembros de la Junta consideraron que, dada la composición de este incremento y la dinámica general de los precios, la inflación retornará a niveles cercanos a la meta y de acuerdo con las proyecciones del equipo técnico llegará a ella en 2020. Por su parte, las expectativas de inflación continúan cerca de la meta. En materia de crecimiento económico, los miembros de la Junta consideraron que la economía colombiana sigue su curso de recuperación, jalonada principalmente por la demanda interna. Si bien los resultados del PIB para el primer trimestre fueron inferiores a lo esperado, la dinámica de la actividad económica continúa siendo positiva y se espera una aceleración en el segundo semestre del año. Un factor de preocupación, sin embargo, es el de los resultados negativos en materia de empleo, expresado por varios de los miembros de la Junta. El desempleo sigue creciendo debido a una baja demanda laboral. En el contexto internacional continúa la incertidumbre asociada con las tensiones comerciales y geopolíticas. Así mismo, las menores proyecciones de crecimiento global han llevado a varias de las economías avanzadas a revertir su posición de política monetaria. En particular, los anuncios de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo sugieren que podrían relajar su postura de política. La Junta expresó también su preocupación por el desbalance externo. El déficit de cuenta corriente para el primer trimestre de 2019 fue de 4,6% del PIB y las proyecciones indican que terminará el año por encima de 4%. La inversión extranjera directa y los flujos de capital de portafolio han financiado ampliamente la cuenta corriente. Sin embargo, las condiciones internacionales de liquidez continúan siendo muy volátiles. Así las cosas, la Junta consideró de manera unánime que la postura de política actual se debe mantener, monitoreando de cerca la evolución de los distintitos indicadores de la actividad económica y las implicaciones de las decisiones de política monetaria de las economías avanzadas. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%.
2019-07-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de julio 26 de 2019 El 26 de julio de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Juan Pablo Zárate Perdomo. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron que el comportamiento de la inflación sigue siendo consistente con su convergencia a la meta en el 2020. Si bien las proyecciones muestran que en los próximos meses se puede alejar de la meta, esto obedece a choques transitorios de oferta. De acuerdo con lo anterior, el promedio de inflaciones básicas continúa en niveles menores al 3%. En su opinión, el escenario más probable es que converja a la meta una vez se diluyan los choques transitorios de oferta, lo que es consistente con las proyecciones del Equipo Técnico y con el comportamiento de las expectativas. En materia de actividad económica, los miembros de la Junta continúan considerando que en el segundo semestre de 2019 se presentará una aceleración en el ritmo de crecimiento. Sin embargo, esa aceleración sería insuficiente para cerrar los excesos de capacidad instalada que actualmente se registran. En la misma dirección, los directores resaltaron el aumento de la tasa de desempleo. En el contexto externo, destacaron diversas señales negativas del crecimiento global y de la región. Específicamente, se refirieron al bajo crecimiento de la inversión y el comercio a nivel mundial, así como a las disminuciones en las proyecciones de crecimiento económico para América Latina. Por otra parte, coincidieron en que políticas monetarias más expansivas, especialmente en E.E.U.U., afianzarán un ambiente de liquidez en las condiciones financieras internacionales. Los miembros de la Junta analizaron las proyecciones de la Balanza de Pagos, evaluando tanto las vulnerabilidades que representa el nivel del déficit de cuenta corriente como los beneficios de tener un financiamiento mayoritariamente basado en inversión extranjera directa. Algunos directores hicieron énfasis en la necesidad que tiene el país de incrementar sostenidamente las exportaciones distintas a las minero-energéticas para equilibrar las cuentas externas sin mayores traumatismos. En este contexto, la Junta decidió de manera unánime mantener el actual nivel de la tasa de interés de intervención de política monetaria, que considera como moderadamente expansiva. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la Republica en 4,25%.
2019-09-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de septiembre 23 de 2019 El 23 de septiembre de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria y Carolina Soto Losada. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron que el comportamiento de la inflación sigue siendo consistente con su convergencia a la meta en el 2020. Las proyecciones muestran que en los próximos meses se mantendrá alejada de la meta del 3%, pero en el mes de agosto se observó una reversión de su tendencia alcista. En su opinión, el escenario más probable es que converja a la meta una vez se diluyan los choques transitorios de oferta, lo que es consistente con las proyecciones del Equipo Técnico y con el comportamiento de las expectativas. En materia de actividad económica, los miembros de la Junta destacaron que, en contraste con lo que se observa en el resto de la región, el crecimiento económico en Colombia ha presentado un mayor dinamismo a lo largo del primer semestre. También consideran que en el segundo semestre de 2019 se presentará una aceleración en el ritmo de crecimiento. Sin embargo, esa aceleración sería insuficiente para cerrar los excesos de capacidad instalada que actualmente se registran. Los directores reiteraron su preocupación por el comportamiento del mercado laboral, aunque señalaron que los indicadores urbanos han mejorado levemente. En esta ocasión destacaron el buen comportamiento del crédito, en particular del de consumo, y la recuperación de la cartera comercial. Algunos directores destacaron que ya se observa una plena transmisión de la tasa de interés de política a las tasas de interés de cartera, incluyendo las de consumo. En el contexto externo, destacaron diversas señales negativas del crecimiento global y de la región. Específicamente, se refirieron al bajo crecimiento de la inversión y el comercio internacional, así como a las disminuciones en las proyecciones de crecimiento económico para América Latina. Por otra parte, coincidieron en que políticas monetarias más expansivas, especialmente de la Reserva Federal de los Estados Unidos y del Banco Central Europeo, afianzarán un ambiente de mayor liquidez en las condiciones financieras internacionales. Los miembros de la Junta analizaron las proyecciones de la Balanza de Pagos, evaluando tanto las vulnerabilidades que representa el nivel del déficit de cuenta corriente como los beneficios de tener un financiamiento mayoritariamente basado en inversión extranjera directa. En este contexto, la Junta decidió de manera unánime mantener el actual nivel de la tasa de interés de intervención de política monetaria, que considera como moderadamente expansiva. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 4,25%.
2019-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de octubre 31 de 2019 El 31 de octubre de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Roberto Steiner Sampedro. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta destacaron que el comportamiento de la inflación sigue siendo consistente con su convergencia a la meta en el 2020. Los directores concordaron con las proyecciones del Equipo Técnico que muestran que la inflación en los próximos meses se mantendrá alejada de la meta del 3% y que, una vez se diluyan los choques transitorios de oferta que se han presentado, se acercará a la meta. Este escenario es consistente con el comportamiento de las expectativas de los agentes. Varios directores también señalaron que la nueva información muestra que la persistencia de la depreciación de la tasa de cambio ha afectado los precios de algunos alimentos, mientras que los precios de los regulados se han comportado por debajo de las estimaciones iniciales. Algunos directores señalaron que si bien se espera la convergencia de la inflación a la meta el año entrante, existen riesgos para que esta sea más lenta de lo esperado inicialmente por el equipo técnico del Banco. En materia de actividad económica, los miembros de la Junta destacaron que, en contraste con lo que se observa en el resto de la región, el crecimiento económico en Colombia presenta un mayor dinamismo. La información disponible sugiere que el ritmo de crecimiento se ha mantenido en lo que va del segundo semestre, por lo que continuaría el cierre gradual de la brecha negativa del producto. De otra parte, las complejidades del mercado laboral continúan siendo objeto de estudio del equipo técnico, dada la preocupación de la Junta por su evolución y los posibles cambios estructurales que enfrenta. Los directores destacaron el buen comportamiento del crédito, en particular del de consumo, y la recuperación de la cartera comercial. Se observa una plena transmisión de la tasa de interés de política a las tasas de interés de cartera, incluyendo las de consumo. En el contexto externo destacaron el bajo crecimiento de la inversión y el comercio internacional, así como las menores proyecciones de crecimiento global y de la región. Por otra parte, coincidieron en que las políticas monetarias más expansivas, especialmente de la Reserva Federal de los Estados Unidos y del Banco Central Europeo, afianzarán un ambiente de mayor liquidez en los mercados internacionales. Los miembros de la Junta analizaron las proyecciones de la Balanza de Pagos, evaluando las potenciales vulnerabilidades que representa el nivel del déficit de cuenta corriente, así como los beneficios de tener un financiamiento mayoritariamente basado en inversión extranjera directa. Resaltaron que este mayor déficit se da en un entorno de menor demanda externa, amplia liquidez internacional, y un crecimiento alto de la inversión local. En este contexto, la Junta decidió de manera unánime mantener el actual nivel de la tasa de interés de intervención de política monetaria, que considera como moderadamente expansiva. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 4,25%.
2019-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de diciembre 20 de 2019 El 20 de diciembre de 2019 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, José Antonio Ocampo Gaviria, Carolina Soto Losada y Roberto Steiner Sampedro. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA El resultado de la inflación en noviembre estuvo en línea con las proyecciones del Equipo Técnico para fin de año y para 2020. Se espera que la inflación se ubique en la parte alta del rango definido por la Junta Directiva (2% - 4%) y que converja en 2020 a la meta de inflación del 3%. Esta convergencia comenzará a darse a inicios del año próximo en la medida que se diluyan los choques de oferta que se presentaron en 2019. Como se indicó en las minutas de la reunión del mes de octubre, esta convergencia se dará un poco más lenta de lo pensado inicialmente debido principalmente al comportamiento de los precios del grupo de transables. En materia de actividad económica, los miembros de la Junta destacaron que la economía colombiana registrará en 2019 su mejor desempeño (crecimiento esperado de 3,2%) desde el choque negativo generado por la caída del precio del petróleo de mediados de 2014. Igualmente resaltaron que este crecimiento será el más alto entre las mayores economías de América Latina. Para 2020 se espera que se mantenga la dinámica positiva, liderada por el consumo e inversión privada por lo que continuaría el cierre gradual de la brecha negativa del producto. De otra parte, la Junta analizó los recientes resultados del mercado laboral y resaltó especialmente su preocupación por la alta tasa de desempleo y su tendencia. El contexto externo sigue caracterizado por un crecimiento bajo y alta liquidez en los mercados internacionales, aunque con volatilidad en los flujos hacia las economías emergentes. Como consecuencia de lo anterior se espera para 2020 que las tasas de interés internacionales sigan en niveles bajos, mientras que la demanda externa de los principales socios comerciales se recupera de manera lenta. Los miembros de la Junta analizaron las proyecciones de la Balanza de Pagos, evaluando tanto las vulnerabilidades que representa el nivel del déficit de cuenta corriente como los beneficios de tener un financiamiento mayoritariamente basado en inversión extranjera directa. Los directores resaltaron que este mayor déficit se da en un entorno de menor demanda externa, amplia liquidez internacional y un mayor crecimiento de la economía. En este contexto, la Junta decidió de manera unánime mantener el actual nivel de la tasa de interés de intervención de política monetaria, que considera como moderadamente expansiva. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 4,25%.
2020-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de enero 31 de 2020 El 31 de enero de 2020 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Carolina Soto Losada y Roberto Steiner Sampedro. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA La inflación observada en diciembre de 2019 (3,8%) estuvo en línea con las proyecciones del Equipo Técnico. Para 2020 los directores prevén que la inflación continuará su proceso de convergencia hacia la meta del 3%, dado que los choques de oferta seguirían diluyéndose. También esperan menores presiones sobre el nivel de precios provenientes de la tasa de cambio, en un entorno de bajas tasas de interés internacionales y primas de riesgo reducidas. Lo anterior podría verse afectado por los efectos económicos de la recientemente declarada emergencia sanitaria internacional. La Junta considera que la actividad económica en 2020 mantendrá una dinámica positiva, liderada por el sector privado, con lo que continuaría el cierre gradual de la brecha negativa del producto. Destacaron que ese dinamismo se enmarca en un ambiente de bajas tasas de interés, condiciones crediticias amplias e impulso a la inversión privada. La Junta destacó que el contexto externo sigue caracterizado por un crecimiento bajo y alta liquidez en los mercados internacionales, a lo que se sumaría la incertidumbre sobre los ya mencionados efectos del Coronavirus. Coincidieron en que el acuerdo parcial de comercio entre USA y China, así como la finalización del proceso del Brexit, reducen la probabilidad de mayores deterioros del comercio global. Como consecuencia de lo anterior esperan que las tasas de interés internacionales en 2020 sigan en niveles bajos, mientras que la demanda externa de los principales socios comerciales se recupere, aunque de manera lenta. Los miembros de la Junta analizaron las proyecciones de la Balanza de Pagos, evaluando tanto las vulnerabilidades que representa el nivel del déficit de cuenta corriente como los beneficios de tener un financiamiento mayoritariamente basado en inversión extranjera directa. Los directores resaltaron que este mayor déficit se da en un entorno de menor demanda externa, amplia liquidez internacional y un mayor crecimiento de la economía. En este contexto, la Junta decidió de manera unánime mantener el actual nivel de la tasa de interés de intervención de política monetaria, que en opinión de la mayoría de los miembros continúa siendo moderadamente expansiva. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 4,25%.
2020-03-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de marzo 27 de 2020 El 27 de marzo de 2020 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto, y los Directores, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Carolina Soto Losada, Roberto Steiner Sampedro y Arturo José Galindo Andrade. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva. 1. DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA Los miembros de la Junta concordaron en que: Esta es una situación extraordinaria y sin precedentes de alteración de las condiciones económicas, la cual requiere incorporar para su análisis, elementos adicionales a los habitualmente considerados para el diseño de la política monetaria. Al momento de detonarse la crisis, la actividad económica en Colombia era más dinámica que en otros países, con una brecha del producto que se estaba reduciendo y una inflación que superaba la meta, con expectativas de inflación razonablemente bien ancladas. Además del choque del coronavirus, que afecta de manera directa la actividad económica doméstica y contrae el comercio internacional, nuestro país se ve severamente afectado por el desplome en el precio del petróleo. Los directores destacaron la importancia de complementar las medidas de provisión de liquidez ya adoptadas, con disposiciones que contribuyan a aliviar la carga financiera de hogares y empresas, tanto para los nuevos flujos de crédito como para parte del saldo ya contratado. Con ello se busca sentar las bases para que, una vez superada la emergencia sanitaria, la economía retome una saludable senda de expansión. La Junta Directiva, de manera unánime, decidió disminuir la tasa de política monetaria en medio punto porcentual, ubicándola en 3.75%. Esta decisión acompaña las medidas que el Banco de la República ha venido tomando de manera prioritaria desde hace varias semanas para garantizar la provisión amplia y oportuna de liquidez, tanto en pesos como en dólares, como lo exige las condiciones actuales. La Junta Directiva continuará monitoreando permanentemente la situación y tomará las decisiones que sean necesarias para garantizar el adecuado funcionamiento de la economía. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva decidió por unanimidad disminuir medio punto porcentual (0.50%) la tasa de interés de intervención del Banco de la República, ubicándola en 3,75%.
2020-04-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de abril 30 de 2020 La pandemia del Coronavirus ha generado un desplome de la actividad económica global. Adicionalmente, el país se ve severamente afectado por el desplome en el precio internacional del petróleo. Los directores destacaron la importancia de las medidas adoptadas en las últimas semanas para garantizar la provisión amplia y oportuna de liquidez, tanto en pesos como en dólares, como lo ha exigido la situación. Dando continuidad al impulso contracíclico de la política monetaria la Junta Directiva, de manera unánime, decidió disminuir la tasa de política en medio punto porcentual, ubicándola en 3,25 %. Con ello se contribuye a mejorar los flujos de caja y se sientan las bases para que, una vez superada la emergencia sanitaria, la economía retome una saludable senda de expansión. Esta decisión acompaña de manera oportuna las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional para proveer respaldo a créditos dirigidos a diferentes grupos de empresas y trabajadores independientes que buscan financiación en un ambiente de alta incertidumbre como el actual. Los miembros de la Junta anticipan que en el segundo semestre de este año se inicie la recuperación de la senda de crecimiento económico. Igualmente consideran que las medidas adoptadas y las que fueran necesarias por venir permitirán garantizar el adecuado funcionamiento del sistema de pagos en la economía.
2020-05-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de mayo 29 de 2020 El 29 de mayo de 2020 se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá D.C. la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República con la presencia del Ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla Barrera, el Gerente General, Juan José Echavarría Soto y los directores, Arturo José Galindo Andrade, Gerardo Hernández Correa, Ana Fernanda Maiguashca Olano, Carolina Soto Losada y Roberto Steiner Sampedro. A continuación, se reseñan las principales discusiones de política monetaria consideradas por la Junta Directiva. 1.DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA La Junta consideró que el crecimiento del primer trimestre (1,1% anual) y la extensión de las medidas de aislamiento hacen prever una significativa contracción de la actividad económica en 2020. Tanto el empleo como los ingresos de los hogares y las empresas se han visto severamente afectados y no obstante su previsible recuperación a partir del mes de mayo, se continuarán observando importantes excesos de capacidad productiva. Los directores destacaron que la inflación se redujo de 3,86% en marzo a 3,5% en abril, mes en el que el promedio de los indicadores de inflación básica se ubicó en 2,9%. También se refirieron al continuo descenso en las expectativas de inflación en línea con el objetivo de inflación de 3%, comportamientos consistentes con una débil demanda agregada. Destacaron que los mercados financieros se han estabilizado en las últimas semanas y que las condiciones de financiamiento han mejorado. En particular, el peso se ha apreciado, el riesgo país ha disminuido y, al igual que en varios otros mercados emergentes, ha mejorado el acceso al financiamiento externo. Las medidas adoptadas por el Banco de la República, el Gobierno Nacional y la reciente recuperación del precio del petróleo, entre otros factores, han contribuido a estos resultados. En este contexto, los directores consideraron que la política monetaria podría brindar un impulso adicional a la actividad económica sin comprometer el logro de la meta de inflación, el financiamiento del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y el equilibrio macroeconómico. La mayoría de la junta consideró que dicho estímulo adicional debería ser de medio punto porcentual. Habida cuenta de la cercanía a una tasa de interés real de cero, un grupo minoritario sugirió hacer más gradual el ajuste para darle continuidad al apoyo de la política monetaria a la importante recuperación de la estabilidad financiera, y facilitar además movimientos adicionales que podrían ser requeridos en el futuro. La Junta continuará haciendo seguimiento a los indicadores de actividad económica, a los mercados financieros, la inflación y sus expectativas, y tomará las medidas adicionales que resulten pertinentes dada la evolución del balance de riesgos. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió reducir la tasa de interés de intervención del Banco de la República en medio punto porcentual a 2,75%.
2020-06-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de junio 30 de 2020 1.DISCUSIÓN Y OPCIONES DE POLÍTICA La junta consideró que la información reciente sobre actividad económica y las revisiones a los pronósticos que han venido realizando diversos agentes, indican que la contracción de dicha actividad para 2020 va a ser mayor que la prevista al inicio de la pandemia. Después del segundo trimestre se espera empezar a ver datos de recuperación, pero la afectación al empleo y a los ingresos de los hogares y las empresas ha sido de gran impacto, con lo cual se prevé una ampliación en los excesos de capacidad productiva de la economía. Los directores destacaron la reducción en todos los indicadores de inflación. La variación del IPC se ubicó por debajo de la meta (2,85%), y se dio una caída fuerte en el indicador de inflación sin alimentos (1,84%). El promedio de los indicadores de inflación básica se ubicó en 2.4% y las expectativas de inflación continúan cayendo para el cierre de este año. En cuanto a los mercados financieros, la Junta Directiva resaltó que su comportamiento ha sido mejor que en las semanas iniciales de la crisis, aunque prevalece el ambiente de incertidumbre global. Los activos colombianos han seguido las tendencias en los movimientos de los activos financieros del mundo. El dólar se debilitó frente al resto de las monedas, incluyendo el peso Colombiano y el riesgo país disminuyó desde la última reunión de la Junta. En este contexto, los Directores consideraron que la política monetaria podría brindar un impulso adicional a la actividad económica sin comprometer el logro de la meta de inflación, el financiamiento del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y el equilibrio macroeconómico. La mayoría de la junta decidió reducir el paso de los recortes que ha venido realizando a un cuarto de punto porcentual. Esta decisión consideró que, en los niveles actuales de tasa de interés real de intervención, el espacio de la política monetaria se debe ir calibrando a medida que exista nueva información de las variables macroeconómicas y financieras, para evitar desequilibrios riesgosos para la economía en el mediano plazo. Algunos directores consideraron que las actuales previsiones de caída en la actividad económica, el deterioro sustancial del empleo y la respuesta en la inflación, brindaban el espacio para mantener el ritmo de medio punto porcentual en los recortes. La Junta continuará haciendo seguimiento a los indicadores de actividad económica, a los mercados financieros, la inflación y sus expectativas, y tomará las medidas adicionales que resulten pertinentes dada la evolución del balance de riesgos. 2. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió reducir la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 25 pb llevando la tasa de interés de intervención a 2,5%.
2020-07-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de julio 31 de 2020 En su reunión del 31 julio la Junta Directiva evaluó las últimas cifras disponibles sobre la actividad económica nacional e internacional. A continuación, se señalan los principales elementos de la discusión de política monetaria. La Junta considera que los indicadores de actividad económica, así como la extensión de las medidas de aislamiento preventivo y las restricciones a la operación de varios subsectores, permiten estimar que se produjo una significativa contracción del producto durante el segundo trimestre de 2020. Los ingresos de los hogares y las empresas se han visto severamente afectados y, a pesar del mejor comportamiento de algunos indicadores de alta frecuencia a partir del mes de mayo, se continuarán observando importantes excesos de capacidad productiva. A esto se suma una menor demanda externa proyectada para todo 2020. Dada la elevada incertidumbre, los Directores resaltaron la dificultad de establecer la dimensión de los excesos de capacidad. Asimismo, los directores manifestaron su preocupación por el marcado deterioro del mercado laboral. En el mes de junio los indicadores laborales mostraron resultados similares a los observados el mes anterior, con cifras de desempleo en niveles históricos. Los miembros de la Junta prevén una recuperación gradual del empleo en la medida en que se reactive la actividad económica. Los Directores discutieron el resultado de la inflación de junio, que se situó en 2,19%, por debajo de la meta y, en particular, la inflación sin alimentos ni regulados que se redujo a 1,6%. También se refirieron al continuo descenso en las expectativas de inflación, ubicándose por debajo de la meta del 3%, incluso a horizontes de un año y más. En el frente externo, destacaron la mejora en las condiciones financieras apoyadas en una respuesta amplia de los bancos centrales que se ha reflejado en menores primas de riesgo soberano, menor volatilidad y una mayor liquidez de los mercados internacionales y locales de dinero, deuda pública y divisas. De manera similar, los precios del petróleo y las remesas de trabajadores en el exterior han presentado tendencia hacia la recuperación. En este entorno, se ha observado una corrección de la fuerte depreciación que sufrió el peso al comienzo de la pandemia. En este contexto, los miembros de la Junta Directiva consideraron que la política monetaria debe llevar a una postura más expansiva con miras a apoyar la recuperación de la actividad económica y llevar la inflación a la meta en el horizonte de política, y redujeron la tasa en un cuarto de punto porcentual llevándola a 2,25%.
2020-08-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de agosto 31 de 2020 En su reunión del 31 de agosto la Junta Directiva revisó la última información disponible sobre la actividad económica doméstica e internacional. La discusión de política monetaria se centró en los siguientes aspectos. En el segundo trimestre del año la economía se contrajo 15,5% en términos anuales, desaceleración fundamentada en la disminución de la demanda interna. A pesar de la contracción de los principales socios comerciales, la demanda externa neta contribuyó positivamente al crecimiento en tanto la caída en las exportaciones fue menor que la contracción de las importaciones. Si bien los datos a julio reiteran el deterioro del mercado laboral, para dicho mes se registró una moderada recuperación frente al mes anterior. De cualquier manera, subsisten excesos de capacidad productiva. En julio la inflación al consumidor (1,97%) continuó reduciéndose, destacándose el comportamiento de los alimentos, mientras que la inflación sin alimentos ni regulados dejó de disminuir. Las expectativas que provienen de las encuestas a analistas ubican la inflación en 2,87% al finalizar 2021 mientras que las expectativas implícitas en instrumentos financieros son de 1,56% para el mes de agosto de 2022. La reducción en la tasa de interés de política monetaria continúa transmitiéndose a las diferentes tasas de interés. Las mayores reducciones se han visto en las tasas de interés interbancarias, de CDT y de créditos comerciales. Reducciones de menor cuantía se han dado en las tasas de interés de consumo mientras las hipotecarias se han mantenido estables. Este comportamiento de las tasas de interés se ha dado en un contexto en que la cartera ha continuado desacelerándose, en particular para crédito de consumo. Las cifras más recientes de crecimiento de los principales socios comerciales confirman una contracción sin precedentes de la demanda externa. Estas perspectivas, aunadas a las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China en un contexto de muy bajas presiones inflacionarias, ha determinado que los principales bancos centrales continúen con una política monetaria ampliamente expansiva. Así las cosas, las condiciones financieras internacionales para Colombia continúan mejorando, al mismo tiempo que el déficit en cuenta corriente continúa disminuyendo. En estas condiciones, la Junta Directiva del Banco de la República consideró que el balance de riesgos sugiere la conveniencia de brindar un impulso adicional a la economía y, de manera unánime, redujo la tasa de interés de política en un cuarto de punto porcentual, a 2%. La Junta resaltó que el impacto de la política monetaria será mayor en la medida en que las condiciones de la pandemia permitan continuar la reapertura gradual de los distintos sectores.
2020-09-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República de septiembre 25 de 2020 En su reunión del 25 de septiembre la Junta Directiva revisó la última información disponible sobre la actividad económica doméstica e internacional. La discusión de política monetaria se centró en los siguientes aspectos. La inflación en agosto sigue estando por debajo de la meta: 1,88% vs 3%. De otra parte, las expectativas de inflación sugieren que la percepción de los agentes económicos, a uno y dos años, reitera este diferencial. En efecto, las encuestas sitúan en 2,75% la expectativa a un año, mientras que, a dos años, las expectativas extraídas de los papeles de deuda indexados a la inflación se sitúan en 2,05%. La economía enfrenta una marcada contracción que el equipo técnico del Banco de la República estima entre -6 y -10% para el 2020. Si bien los datos de julio reflejan una leve disminución en la tasa de desempleo a nivel nacional (19,8%), el mercado laboral y el ingreso disponible de los hogares continúan señalando una situación de marcado deterioro, especialmente del trabajo formal. La mayor parte de tasas de interés han bajado desde el inicio de la crisis y reflejan, de manera importante, la reducción de la tasa de política monetaria, en un contexto en que también se evidencian aumentos en los volúmenes de crédito tanto a hogares como a empresas. Las perspectivas internacionales sugieren que los principales bancos centrales continuarán con una política monetaria ampliamente expansiva y que persistirá por varios meses más el entorno de alta oferta de liquidez y crédito global. Por el lado de la demanda, aunque la dinámica del déficit en cuenta corriente continúa reflejando menores necesidades de financiamiento respecto al período que precede la crisis, las necesidades de endeudamiento público se han elevado de manera importante. La incertidumbre en varios frentes, tanto internos como externos, continúa siendo elevada. Con respecto a posibles factores de riesgo, algunos miembros de la Junta resaltaron sus preocupaciones, entre ellas: La posibilidad de que la dinámica epidemiológica, que ha sido favorable en las últimas semanas se revierta, como se ha observado en algunos países, forzando un nuevo ciclo contractivo. La posibilidad de que la elevación de la deuda pública requerida para enfrentar una prolongación de la crisis haga más difícil la transmisión de la política monetaria a las tasas de interés de más largo plazo. La Junta Directiva consideró el balance de riesgos y, con votación 4-3, decidió reducir la tasa de interés de política en un cuarto de punto porcentual, a 1,75%. Tres directores votaron por mantener la tasa inalterada. Los principales elementos respaldando el voto de reducir la tasa giraron en torno a brindar un estímulo adicional utilizando el espacio que otorga el bajo nivel de inflación registrado y el que las expectativas de inflación se encuentren por debajo del 3%. Quienes votaron por mantener la tasa en 2% argumentaron que los riesgos que se enfrentan podrían verse potenciados por un movimiento hacia una postura más expansiva.
2020-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 30 de octubre de 2020 La junta consideró la información reciente de actividad económica e inflación y la revisión de pronósticos realizada por el equipo técnico. Destacó la leve mejora en las proyecciones de crecimiento para 2020, si bien confirman una marcada contracción de la economía. Consideró que la flexibilización de las medidas de aislamiento, los apoyos fiscales a hogares y a empresas, las bajas tasas de interés y la amplia liquidez suministrada por el Banco de la República, son factores que contribuyen a tener mejores expectativas en el margen. Los directores mencionaron que las expectativas de inflación de las encuestas para finales de 2021 se estabilizaron, situándose en 2,8%. Por otro lado, las expectativas a dos años que se extraen de los papeles de deuda pública se sitúan en 2,52%, acercándose a los niveles recogidos en las encuestas. La junta consideró que si bien se espera que la tasa de desempleo nacional se reduzca en el cuarto trimestre de 2020 y se sitúe entre 15,1% y 16,9% a fin de año, este sigue siendo un factor de gran preocupación, en particular por los altos niveles de desocupación a nivel urbano y entre ciertos segmentos de la población como los jóvenes y las mujeres. Los directores resaltaron que las tasas de interés del sistema financiero han recogido de manera importante la reducción de la tasa de política monetaria y destacaron el que la calificadora de riesgo Standard & Poor´s haya mantenido la calificación de riesgo soberano del país, brindando un compás de espera para que el Gobierno pueda consolidar sus esfuerzos de ajuste fiscal. En el frente externo, se mantiene la perspectiva de un entorno en el que los principales bancos centrales continúen con una política monetaria ampliamente expansiva y en el que prevalecerán elevados niveles de liquidez. Reiteraron que la dinámica del déficit en cuenta corriente continúa reflejando menores necesidades de financiamiento para el país y destacaron que la ampliación de la Línea de Crédito Flexible del Fondo Monetario Internacional fortalece la disponibilidad de liquidez externa de la economía colombiana, en un entorno global caracterizado por mayor incertidumbre. Los directores manifestaron su preocupación por el rebrote de la pandemia en diversos países, en especial en Europa, y señalaron que estos desarrollos recientes constituyen un factor adicional de incertidumbre para la política económica en general y para la política monetaria en particular. En esa medida, la Junta Directiva, al considerar el balance de riesgos, decidió por unanimidad mantener la tasa de interés de intervención en 1,75%. La junta resaltó que futuras decisiones dependerán de la evolución de las variables macroeconómicas y de los factores de riesgo ya mencionados.
2020-11-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 27 de noviembre de 2020 En su sesión del 27 de noviembre, la Junta Directiva revisó la última información disponible sobre actividad económica, inflación y condiciones internacionales. La discusión de política monetaria tuvo en cuenta los siguientes aspectos: La Junta consideró que los resultados de actividad económica se encuentran en línea con el pronóstico y la senda de recuperación previstos. Los datos de crecimiento económico para el tercer trimestre confirman la fuerte contracción de la economía en 2020 y la recuperación frente al trimestre anterior del grueso de los sectores productivos y componentes de la demanda. Los indicadores de alta frecuencia más recientes –ISE, demanda de energía, ventas de vivienda, confianza del consumidor y del comercio—confirman esta tendencia. Los directores destacaron que las expectativas de inflación para finales de 2021 se encuentran ancladas alrededor de 3%. La inflación total se situó en 1,75% y la básica sin alimentos ni regulados en 1,55%. Las expectativas de inflación que se extraen de los papeles de deuda pública para plazos de 2 y 3 años se sitúan en 2,32% y 2,66% respectivamente. Los miembros de la Junta señalaron su preocupación por la situación del mercado laboral. Si bien los datos a septiembre confirman la recuperación gradual de la ocupación, la generación de empleo se concentra en el segmento informal/no asalariado y la tasa de desempleo continua muy elevada. Lo anterior refleja las rigideces estructurales del mercado laboral colombiano y aconseja prudencia en la fijación del salario mínimo. Resaltaron también la efectiva transmisión de la tasa de política, tanto a las tasas activas como a las pasivas. Los saldos de cartera han crecido de manera importante, en especial en las modalidades de vivienda y comercial. Por último, los directores señalaron que prevalece la holgura en las condiciones financieras internacionales. Los anuncios recientes de los bancos centrales de las principales economías avanzadas hacen prever que se mantendrán la alta liquidez y las bajas tasas de interés internacionales, en el horizonte de política. En las economías emergentes se han registrado reducciones importantes en las primas de riesgo y recuperación en los flujos de capital. En este contexto, y teniendo en cuenta el balance de riesgos, todos los directores consideraron que la tasa de intervención actual, de 1,75%, mantiene una política monetaria que apoya la recuperación de la economía colombiana. Consideraron prudente mantener dicha postura a la espera de nueva información en torno a los choques y la evolución de las variables que afectan la reacción de política. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por unanimidad decidió mantener la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 1,75%.
2020-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 18 de diciembre de 2020 En su sesión del 18 de diciembre, la Junta Directiva del Banco de la República revisó la última información disponible sobre actividad económica, inflación y condiciones internacionales. La Junta decidió mantener la tasa de política en 1,75%. Cinco de sus miembros votaron en favor de mantener la tasa inalterada mientras que dos lo hicieron por una reducción de 25 pb. La discusión de política monetaria tuvo en cuenta los siguientes aspectos. Los Directores resaltaron que la inflación de noviembre (1,49%) fue menor a la esperada por analistas y autoridades económicas. Igualmente, destacaron que las expectativas de inflación se encuentran razonablemente ancladas en el horizonte de pronóstico de mediano plazo (2,7% para 2021 y 3,0% para 2022); que la recuperación avanza a un ritmo favorable a pesar de los riesgos asociados primordialmente con la evolución de la pandemia y el frente fiscal; que la política monetaria se ha transmitido adecuadamente a lo largo del año; y que las condiciones financieras externas se mantienen favorables para la financiación de la economía colombiana. Para el grupo mayoritario, los argumentos centrales para mantener la actual postura expansionista de la política monetaria se centraron en la necesidad de focalizarse en las mediciones de expectativas de inflación de mediano plazo y su desviación con respecto a la meta. Este grupo reconoció que, si bien los últimos registros de inflación son bajos, su reciente descenso y la previsible disminución adicional que se daría en el corto plazo se empezaría a revertir en el segundo trimestre de 2021. Dado que las expectativas de mediano plazo se mantienen cercanas a la meta y que la información disponible de actividad económica apunta hacia una rápida reactivación, consideran que no es necesario incrementar la orientación expansionista de la política actual. El grupo mayoritario otorgó un valor importante a las potenciales señales de inestabilidad que se darían a los mercados mediante cambios frecuentes y en direcciones potencialmente contrarias de la tasa de referencia de la política monetaria. El grupo minoritario, por su parte, argumentó en favor de una reducción de 25 pb en la tasa de política monetaria. Resaltaron que los datos de inflación recientes han sorprendido a la baja y permiten anticipar una senda menor de tasa de inflación en el horizonte de política. Si bien este menor pronóstico aún no ha sido recogido por las expectativas del mercado, de hacerlo se va a generar una tasa de interés real de intervención menos expansionista que la actual. Argumentaron que parece razonable pensar en que este escenario de inflación más baja sea fruto de una brecha negativa del producto más amplia que la anteriormente considerada. En consecuencia, consideran que existe espacio para una reducción de la tasa de intervención que contribuya más al cierre de las brechas de inflación y de producto. Así mismo mencionaron que los riesgos que podrían limitar la capacidad del Banco de reducir la tasa de interés un poco más han caído, como fue mencionado por todos los directores al destacar la disminución de la vulnerabilidad externa. La Junta tambien acordó retornar al calendario regular de reuniones de decisiones de política que se modificó durante la pandemia. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió mantener la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 1,75%.
2021-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de enero de 2021 En su sesión del 29 de enero, la Junta Directiva del Banco de la República revisó la última información disponible sobre actividad económica, inflación y condiciones internacionales. La Junta decidió mantener la tasa de política en 1,75%. Cinco de sus miembros votaron en favor de mantener la tasa inalterada mientras que dos lo hicieron por una reducción de 25 pb. La discusión de política monetaria tuvo en cuenta los siguientes aspectos: La inflación a finales del 2020 fue de 1,6% y el promedio de indicadores de inflación básica de 1,3%. Las expectativas de inflación continuaron estables y se situaron en 2,7% y 3,1% para 2021 y 2022. Las proyecciones del equipo técnico esperan niveles bajos de inflación durante el primer trimestre y una aceleración posterior durante el resto del año. Los indicadores de actividad económica en el último trimestre de 2020 siguieron recuperándose, dinámica que se espera continúe a lo largo del año. Las condiciones externas, por su parte, siguen siendo favorables para la financiación colombiana, en un entorno de alta liquidez global, bajas tasas de interés de política de los bancos centrales y un marcado optimismo por la aplicación de la vacuna contra el Covid-19. El sistema financiero colombiano continúa presentando condiciones favorables y estables de solvencia y liquidez. En ese contexto la cartera de crédito y las tasas de interés siguen respondiendo a los estímulos de política monetaria. Los directores destacaron que persiste incertidumbre asociada con los efectos económicos de los rebrotes de la pandemia en lo corrido del mes. Para el grupo mayoritario, los argumentos para mantener la actual postura expansionista de la política monetaria se centraron en la necesidad de focalizarse en las mediciones de expectativas de inflación de mediano plazo y su desviación con respecto a la meta. Dentro de este grupo de directores muchos destacaron que, si bien los últimos registros de inflación son bajos y es previsible una disminución adicional en los próximos meses, se empezaría a revertir en el segundo trimestre de 2021. Dado que las expectativas de mediano plazo se mantienen cerca a la meta y que la información disponible apunta a una reactivación de la economía, consideran que no es necesario incrementar la orientación expansionista de la política actual. Uno de los miembros de este grupo por el contrario considera que es posible que se consolide una senda esperada de inflación más baja y que las expectativas recojan esta perspectiva, pero consideró que es prudente esperar a contar con más información para determinar si se consolida este escenario. El grupo mayoritario otorgó un valor importante a las potenciales señales de inestabilidad que se darían a los mercados mediante cambios frecuentes y en direcciones potencialmente contrarias de la tasa de referencia de la política monetaria. Finalmente indicaron que sería conveniente esperar a tener más información sobre indicadores claves de la economía. Un grupo minoritario de directores recomendó reducir la tasa de política monetaria en 25 puntos básicos. Resaltaron que los datos de inflación se encuentran en mínimos históricos y se anticipa una menor senda de tasa de inflación en el horizonte de política, lo que abre un espacio para apoyar la recuperación de la economía con una política más expansiva. Argumentaron que mantener la postura puede generar una tasa de interés real de intervención menos expansiva que la actual. Señalaron también su preocupación por la agresividad del rebrote de la pandemia que se hizo evidente en enero y sus posibles efectos, junto con los cierres y restricciones, sobre la actividad económica y la brecha del producto. A su juicio estas condiciones generan mayor incertidumbre sobre la magnitud de la recuperación de lo que podíamos tener en diciembre. En consecuencia, consideran que existe espacio para una reducción de la tasa de intervención. Destacaron además que las condiciones externas y el buen acceso que mantiene Colombia a los mercados financieros internacionales ofrecen un margen para ajustar las tasas de interés a la baja. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por mayoría decidió mantener la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 1,75%.
2021-03-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 26 de marzo de 2021 En su sesión del 26 de marzo, la Junta Directiva del Banco de la República hizo una pormenorizada evaluación de la más reciente información disponible respecto a actividad económica, inflación, mercado crediticio y condiciones internacionales. Por unanimidad, la Junta decidió mantener la tasa de política en 1,75%. La discusión de política monetaria versó sobre los aspectos que se resumen a continuación: En febrero de 2021 la inflación anual se ubicó en 1,56%, la de alimentos en 5,02% y el promedio de indicadores de inflación básica en 1,21%. Los directores destacaron la estabilidad en las expectativas de inflación las cuales, a partir de las encuestas, se sitúan en 2,7% y 3,1% para finales de 2021 y 2022, respectivamente. Si bien se ratifica la proyección del equipo técnico en cuanto a observar niveles bajos de inflación durante el primer trimestre del año y una aceleración posterior, los directores resaltaron que la inflación observada en febrero fue superior a la esperada tanto por el equipo técnico como por los analistas. Las señales sobre la actividad económica son mixtas. Si bien el crecimiento en 2020 (-6,8%) fue ligeramente superior al esperado por el equipo técnico, el rebrote de la pandemia y las consiguientes medidas de aislamiento conllevaron a una desaceleración de la actividad económica en enero. De otra parte, varios indicadores sugieren un repunte en febrero y una ligera mejora en las perspectivas para lo que resta del año. Esta visión del equipo técnico, que incrementó a 5,2% su estimativo de crecimiento para 2021, es compartida por diversos analistas y organismos internacionales, que recientemente han modificado al alza sus proyecciones para 2021. Infortunadamente, y no obstante esta relativa mejora en las perspectivas de crecimiento, el mercado laboral continúa siendo débil y en enero frenó la recuperación del empleo observada en los meses previos. En lo que respecta a las condiciones externas, si bien estas siguen siendo favorables y prevalece un ambiente de alta liquidez global, una confluencia de factores, incluido el aumento en las tasas de interés de mediano y largo plazo en los mercados financieros internacionales y las mayores expectativas de inflación en los Estados Unidos tras el reciente impulso fiscal aprobado en ese país, explican que, en el margen, estas condiciones se hayan apretado un tanto. Los directores señalaron la importancia de que, en este contexto, se apruebe por parte del Congreso colombiano un programa de ajuste fiscal que apunte a garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y le permita al Banco de la República mantener una política monetaria expansionista sin comprometer la estabilidad macroeconómica. Los directores destacaron la plena transmisión de la tasa de interés de política a la de los créditos comerciales, cartera que muestra crecimientos similares a los observados antes de la pandemia. Aunque a ritmos más lentos, también se observan reducciones en las tasas de interés de consumo e hipotecarias. Como era previsible, a medida que se retiran algunos de los alivios otorgados a los deudores, se incrementa tanto la cartera en mora como las provisiones, ello sin poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero. No obstante los avances en diferentes frentes, evidentemente prevalecen importantes elementos de incertidumbre. Algunos directores enfatizaron los efectos adversos sobre la actividad económica que se derivarían de una tercera ola de la pandemia, eventualidad que, de materializarse, podría sugerir la necesidad de un estímulo monetario adicional. De otra parte, algunos directores también resaltaron un riesgo en el sentido contrario, asociado a un mayor y más rápido endurecimiento de las condiciones financieras externas en razón al relajamiento de la política fiscal en los Estados Unidos, proceso que tendría particular relevancia para Colombia en caso de no aprobarse en el Congreso un ajuste fiscal como el que prepara el gobierno. DECISIÓN DE POLÍTICA La Junta Directiva por unanimidad decidió mantener la tasa de interés de intervención del Banco de la República en 1,75%.
2021-04-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 30 de abril de 2021 En su sesión del 30 de abril, la Junta Directiva del Banco de la República llevó a cabo una revisión de la última información disponible sobre actividad económica, inflación, y condiciones internacionales. La Junta decidió mantener la tasa de intervención en 1,75% por mayoría de seis votos frente a uno, que votó por reducirla en 25 puntos básicos. La discusión de política monetaria abarcó los aspectos que se resumen a continuación. A pesar de las restricciones a la movilidad impuestas en enero y desde finales de marzo, la actividad económica durante el primer trimestre del año mantuvo la tendencia positiva observada en el segundo semestre de 2020. Sobre esta base el equipo técnico revisó el pronóstico de crecimiento del PIB para 2021 de 5,2% a 6,0% en el escenario central. No obstante, la aparición de rebrotes de la pandemia de intensidad y duración inciertas, así como la incertidumbre en el frente fiscal hacen necesario considerar escenarios de riesgo alternativos que, de materializarse, sugerirían un crecimiento entre 3,6 % y 5,2%. La inflación total a fin de marzo fue de 1,51% anual y la inflación sin alimentos y regulados de 0,94%, registrando caídas menores a las proyectadas por el equipo técnico y analistas. La evolución de la inflación continuaría afectada por amplios excesos de capacidad productiva, que se irían reduciendo progresivamente. Con esto, el pronóstico de inflación del equipo técnico y las expectativas de inflación de las encuestas están en línea con una convergencia de la inflación a la meta de 3% en 2021 y 2022. La tasa de desempleo en marzo para el total nacional fue de 14,2% y de 16,8% en las trece ciudades. Adicionalmente, el DANE informó que la pobreza monetaria aumentó 6,8 puntos porcentuales (p.p.) entre 2019 y 2020, alcanzando una incidencia de 42,5% en este último año. El elevado desempleo y el incremento de la pobreza son fenómenos que justifican una política monetaria expansiva como la que se deriva de una tasa de interés de política históricamente baja como la que rige en la actualidad. La política fiscal ampliamente expansiva en los Estados Unidos hace prever unas condiciones financieras internacionales menos favorables. Si bien estas condiciones continúan siendo holgadas, se ha producido un aumento de las tasas de interés de largo plazo y una presión hacia la depreciación del peso colombiano, que ha sido común en la mayoría de los países latinoamericanos, aunque más acentuado en Colombia. Iniciar un proceso gradual de consolidación fiscal que enfrente el desafío generado por el efecto de la pandemia sobre la deuda pública, estimado en unos 15 puntos del PIB, es una condición necesaria para que el sector público pueda mantener acceso a fuentes de financiamiento a costos razonables. De no lograrse, el espacio de la política monetaria para seguir apoyando la recuperación de la actividad económica y el empleo podría limitarse significativamente. Los Codirectores que estuvieron a favor de mantener inalterada la tasa de interés sopesaron las señales positivas y negativas de la economía, sin identificar una tendencia neta definida que justificara un cambio en la postura de la política monetaria, que consideran adecuadamente expansiva. Entre los desarrollos positivos resaltaron el favorable desempeño de la economía en el primer trimestre del año, al igual que un pronóstico de la inflación y de sus expectativas coherente con la convergencia de la inflación hacia su meta de 3% en 2021 y 2022. Entre las señales negativas este grupo de Codirectores destacó el recrudecimiento de la pandemia y el alto grado de incertidumbre, ante la posibilidad de nuevas olas de contagio, por lo que señalaron la necesidad de monitorear de cerca la nueva información en torno a la pandemia y su impacto sobre la actividad económica. Igualmente subrayaron los riesgos que se derivan del empinamiento de la curva de rendimiento de los títulos de deuda pública, que podría reducir el apetito de los inversionistas internacionales hacia las economías emergentes y dificultar el acceso a los mercados de capitales. Algunos codirectores señalaron que el bajo ritmo de actividad se ha reflejado en una menor demanda de crédito que, junto con un aumento en la percepción de riesgo, ha conducido a un incremento en la participación de las inversiones, particularmente en deuda pública, en el activo de los intermediarios financieros. Esta es una manifestación del efecto desplazamiento asociado al deterioro de la situación fiscal. Todos los Codirectores coincidieron en su preocupación por el ambiente negativo que ha generado la incertidumbre sobre el proyecto de ajuste fiscal, ya que de no avanzarse en un ajuste se podría afectar la estabilidad macroeconómica, la confianza de los inversionistas, y retardarse la recuperación de la economía. Igualmente, advirtieron que de no darse un ajuste fiscal, se corre el riesgo de reducir el espacio de la política monetaria para actuar en forma contracíclica. El Codirector que estuvo a favor de la reducción de 25 puntos básicos compartió muchos de los puntos arriba mencionados. Sin embargo, resaltó que una situación con un déficit fiscal marcadamente superior al déficit externo en la cuenta corriente implica un exceso de ahorro privado significativo, el cual se traduce en baja inversión y un bajo consumo privados. Estos bajos niveles a su vez limitan la capacidad de crecimiento económico. También notó que el nivel del crédito al sector privado escasamente ha aumentado en el último año, a pesar de los esfuerzos por inyectar liquidez, y que esto ha ocurrido al tiempo que las captaciones al sector privado han aumentado en un 15%. En ese sentido insistió sobre la necesidad de un relajamiento adicional de la política monetaria, acompañada de nuevas medidas que promuevan el financiamiento de mediano y largo plazo.
2021-06-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 28 de junio de 2021 En su sesión del 28 de junio, la Junta Directiva del Banco de la República llevó a cabo una revisión del comportamiento de la actividad económica, la inflación y las condiciones externas. La Junta decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de intervención en 1,75 %. La discusión de política monetaria abarcó los aspectos que se resumen a continuación: Luego de alcanzarse un crecimiento positivo en el primer trimestre del año que superó lo proyectado, la actividad económica mantuvo un buen dinamismo en abril, al registrar una variación anual de 29,2% según el Índice de Seguimiento Económico del DANE en la serie corregida por estacionalidad y por efectos calendario (DAEC). Este resultado fue altamente influenciado por una baja base de comparación en 2020, y superó en 0,3% el crecimiento de marzo, a pesar de las restricciones a la movilidad impuestas en algunas ciudades ante el rebrote de la pandemia. Es de prever que la tercera ola de contagio del Covid-19 y, en mayor medida, los bloqueos a las vías y los problemas de orden público, se reflejen en una desaceleración del crecimiento para el segundo trimestre. Sin embargo, la recuperación económica observada hasta abril llevó al equipo técnico a aumentar su pronóstico de crecimiento para 2021 de 6% a 6,5% en el escenario central. Pese a ello, el nivel del PIB seguiría siendo inferior al de 2019. En cuanto al mercado laboral, se observa que el empleo ha desacelerado su ritmo de recuperación y las tasas de desempleo e informalidad continúan en niveles particularmente altos. La inflación anual de 3,3% en mayo superó los pronósticos. La presión alcista provino principalmente del grupo de alimentos (9,52%), y en especial de los alimentos perecederos (18,16%), debido a las dificultades de abastecimiento en diversas ciudades. La inflación del grupo de regulados (4,2%) también se aceleró, debido al retiro parcial de los alivios a las tarifas de servicios públicos otorgados en 2020 y por el aumento en el precio de los combustibles. El incremento en la inflación básica, sin alimentos ni regulados (1,56%), se mantuvo por debajo de la meta y fue similar a lo proyectado. Algunas de las presiones inflacionarias ocurridas en mayo tendrán persistencia, lo que haría que la inflación anual permanezca por encima de la meta hasta el primer trimestre de 2022. Tal persistencia obedece al tiempo que podría requerir restablecer los procesos productivos que fueron afectados por los bloqueos, como también a los aumentos de los precios internacionales de alimentos y a los altos costos logísticos y de transporte. Las expectativas de inflación, que permanecen ancladas a la meta, podrían verse afectadas por esta situación. La Junta observó que el crecimiento de la demanda externa ha sido mayor al esperado, lo que ha llevado a un incremento del dinamismo del comercio externo de bienes, en un entorno de deterioro en las cadenas de valor y de un aumento importante en los precios de las materias primas y del costo de los fletes. A pesar del fortalecimiento de la demanda externa y de la mejora de los términos de intercambio, el pronóstico del déficit de cuenta corriente para 2021 se revisó al alza, lo cual es coherente con el mayor dinamismo de la demanda interna, que se refleja en mayores importaciones e incremento de las utilidades que las empresas con inversión extranjera en Colombia remiten al exterior. Respecto a las condiciones financieras internacionales, se evaluó la posibilidad de que la Reserva Federal de los Estados Unidos adelante el inicio de la normalización de la política monetaria como respuesta a la reciente sorpresa inflacionaria en ese país, y a las presiones que persisten. De llegar a concretarse, las condiciones financieras internacionales se tornarían menos favorables y afectaría el apetito por riesgo para inversiones en las economías emergentes. Bajo estas circunstancias, se podría ver limitada la posibilidad de mantener una política monetaria tan expansiva como la actual. La Junta reiteró la necesidad de lograr el ajuste fiscal requerido en las finanzas públicas como una condición necesaria para que el sector público pueda mantener acceso a fuentes de financiamiento a costos razonables. De no lograrse, el espacio de la política monetaria para seguir apoyando la recuperación de la actividad económica y el empleo eventualmente se vería reducido. En la discusión de política, los Directores coincidieron en señalar que el escenario macroeconómico del país viene cambiando en un contexto de elevada incertidumbre. Al tiempo que la economía viene recuperándose y los excesos de capacidad disminuyen, el mercado laboral sigue holgado y la inflación ha aumentado. No obstante, subrayaron que la mayor inflación de mayo tuvo en gran medida origen en un choque de oferta, como lo constata que el promedio de los indicadores de inflación básica haya permanecido por debajo de la meta. Un Miembro de la Junta expresó sorpresa respecto a que, a pesar de que está disminuyendo el exceso de capacidad instalada y a que están aumentando a nivel global los precios de importantes materias primas, se mantenga tan baja la inflación de la canasta básica y alertó sobre la posibilidad de que la misma aumente en los meses venideros. Otro Director anotó que las disrupciones de las cadenas de suministro tanto en el ámbito nacional como internacional pueden tomar tiempo para normalizarse, con un efecto sobre los costos de producción mientras la normalización ocurre. En estas condiciones, el reto para la política monetaria es evitar una estanflación. En la medida en que las expectativas de inflación continúan ancladas, los Miembros de la Junta coincidieron en mantener inalterada la tasa de interés de política sujeto a lo que ocurra en los próximos meses, observando de cerca la evolución del frente fiscal y de las condiciones financieras externas. Los Directores constataron que la postura expansiva de la política monetaria adoptada desde el año pasado se ha transmitido a las distintas modalidades de crédito de la economía en proporciones elevadas, que en algunos casos sobrepasan la propia reducción de la tasa de política. Como era de esperar, esta transmisión ha sido mediada por el incremento en el riesgo que perciben los intermediarios financieros, lo que ha hecho que en casos específicos como el de microcrédito, el aumento de la percepción de riesgo haya limitado una transmisión más efectiva del relajamiento de la política monetaria. Un Director manifestó su inquietud por el insuficiente monto de financiamiento que recibe el sector privado, en la medida en que las mayores necesidades de financiamiento público pudieran estar desplazando el espacio para el financiamiento privado. Los Miembros de la Junta examinaron la evolución reciente de la tasa de cambio y las fuerzas que la originan y concluyeron que factores idiosincráticos han jugado recientemente en su comportamiento, tanto por la reducción de la calificación crediticia por parte de una calificadora, como por la incertidumbre generada por los disturbios sociales. Notaron, sin embargo, que la mejora en los términos de intercambio y, en especial, el pronunciado aumento de los precios del petróleo, mitigaron las presiones a la devaluación de la tasa de cambio. Ante la perspectiva de condiciones financieras internacionales menos favorables reiteraron la necesidad de contar con un ajuste fiscal que dé tranquilidad en este frente.
2021-07-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 30 de julio de 2021 En su sesión de julio 30, la Junta Directiva del Banco de la República llevó a cabo una revisión del comportamiento de la actividad económica, la inflación y las condiciones externas. La Junta decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de intervención de política en 1,75% La discusión de política monetaria abarcó los aspectos que se resumen a continuación: La actividad económica muestra un retorno a su tendencia de crecimiento luego del retroceso en mayo provocado por los bloqueos a las vías y los problemas de orden público. Así lo sugieren indicadores líderes que registran para junio y julio recuperaciones importantes del transporte terrestre de carga, de la demanda de energía no regulada y del índice de confianza del consumidor. Al revisar este comportamiento, el equipo técnico incrementó su proyección de crecimiento para 2021 desde 6,5% a 7,5%. La inflación anual aumentó a 3,30% en mayo y a 3,63% en junio luego de permanecer por debajo de 2,0% en el primer trimestre. La aceleración de la inflación obedeció primordialmente a choques de oferta. Entre ellos se incluyen los aumentos de precios de los alimentos perecederos debido a las dificultades de abastecimiento a las ciudades en medio de los bloqueos viales, así como el alza de la inflación de regulados, por el retiro parcial de los alivios a las tarifas de servicios públicos y el aumento en el precio de los combustibles. Factores de origen externo como el incremento de los precios internacionales de bienes básicos y materias primas y los mayores costos logísticos y de transporte marítimo acentuaron esta presión. Sin embargo, se destaca que la inflación sin alimentos ni regulados continuó en un nivel bajo, de 1,87% en junio. La economía global ha continuado su recuperación gracias al avance en la vacunación y a los estímulos fiscales y monetarios que han impulsado el crecimiento de las economías más avanzadas y de algunas emergentes. A pesar de ello, la propagación de nuevas cepas del virus es un riesgo que se debe tener en consideración. De otra parte, dadas las presiones inflacionarias en los Estados Unidos y otras economías avanzadas, surge el riesgo de que las condiciones financieras internacionales se tornen menos favorables. El equipo técnico prevé un aumento del déficit de la cuenta corriente de 3,4% del PIB en 2020 a 4,5% del PIB en 2021, que es coherente con la recuperación prevista de la demanda interna, la cual ha sido impulsada por el repunte del consumo de los hogares y la inversión, así como por un aumento del gasto y del déficit público. Este desbalance debería empezar a reducirse en 2022 con la reforma fiscal recientemente presentada por el Gobierno a consideración del Congreso, cuya pronta implementación es clave. Los miembros de la Junta Directiva coincidieron en que se estaría cerrando el espacio para mantener la magnitud actual del estímulo monetario, dado el comportamiento de la inflación y su posible persistencia, como también la revisión al alza de los pronósticos de crecimiento. En este contexto, la discusión giró en torno a las razones que justificarían una decisión inmediata o posterior para iniciar el retiro parcial del estímulo monetario que la economía ha venido recibiendo desde el inicio de la pandemia. Cinco directores estuvieron a favor de mantener inalterada la tasa de interés de política. Manifestaron su respaldo a una eventual normalización de la política monetaria, pero opinaron que todavía ven factores de incertidumbre que hacen conveniente esperar mayor información antes de modificar la postura actual. Entre los argumentos que soportan esta posición, enfatizan que la brecha de producto continúa siendo negativa y el producto interno bruto no ha alcanzado su nivel de 2019. Esto se refleja en una tasa de desempleo anormalmente alta, ante el hecho de que aún falta por recuperar un número importante de empleos perdidos. Manifiestan su preocupación respecto a que los eventos de mayo pudieran haber causado un daño mayor sobre el aparato productivo del que se ha medido, por lo que creen prudente esperar a conocer los datos del PIB del segundo trimestre antes de adoptar una decisión al alza. También anotan que parte de las presiones inflacionarias han tenido su origen en choques de oferta, que se irán corrigiendo a medida que las condiciones de producción y movilidad se restablezcan. Destacan que la inflación básica sigue baja y las expectativas de inflación a dos años se mantiene anclada a la meta. Insisten además en que la aparición de nuevas cepas del virus, de carácter más contagioso, introduce riesgos importantes sobre la recuperación de la demanda externa, y que de llegar al país podría debilitar el fortalecimiento de la demanda interna y el crecimiento económico. Este grupo también espera unas condiciones financieras amplias por un tiempo, en línea con los anuncios recientes de la FED y del BCE. Uno de estos directores resaltó que una causa importante del aumento observado de la inflación proviene de mayores costos originados en desajustes en las cadenas de producción y transporte interna y externa, lo cual haría poco eficaz el aumento en la tasa de interés. También advirtió que el sector privado se encuentra sobreajustado por cuenta del desequilibrio fiscal y que un incremento de tasas golpearía más el nivel de actividad que los precios. Adicionalmente, resulta deseable mejorar el mecanismo de transmisión de la política monetaria, generando condiciones para un mayor crecimiento del crédito al sector privado. Dos de los directores de la Junta opinaron que, teniendo en cuenta el comportamiento reciente de los principales indicadores macroeconómicos, el inicio del retiro del estímulo monetario no debería posponerse y propusieron un aumento de 25 pbs. Como respaldo a esta posición subrayaron que, si bien la brecha de producto continúa siendo negativa, ésta se ha venido cerrando, proceso que estaría acelerándose en consonancia con la revisión al alza del pronóstico de crecimiento por parte del equipo técnico. Resaltaron que las expectativas de inflación para este y el próximo año han venido aumentando y que, si bien factores de oferta han sido importantes en explicar las alzas de precios, también han existido factores de demanda y de origen externo que no deben ignorarse. Manifestaron su preocupación por la ampliación del déficit de la cuenta corriente que prevé el equipo técnico. También anotaron que las proyecciones de inflación y de crecimiento del equipo técnico tienen sesgos al alza y que un posible desanclaje de las expectativas o efectos de tasa de cambio introducirían presiones adicionales sobre los precios. Finalmente, advirtieron que una demora en el ajuste requerido de las tasas de interés podría significar que la política monetaria tuviera que reaccionar de forma más fuerte en el futuro, sacrificando la gradualidad del ajuste.
2021-09-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 30 de septiembre de 2021 En su sesión de septiembre 30, la Junta Directiva del Banco de la República decidió por unanimidad iniciar un proceso de normalización de la política monetaria. Con este propósito, incrementó la tasa de interés de política en 25 puntos básicos en una decisión por mayoría de 4 a 3, llevándola a 2,0%. Los tres miembros que difirieron de la decisión mayoritaria votaron a favor de un aumento de 50 puntos básicos. La decisión unánime de ajustar al alza la tasa de interés e iniciar un proceso de normalización de la política monetaria tuvo en cuenta los aspectos que se resumen a continuación. Los indicadores disponibles al tercer trimestre sugieren que el PIB ha ganado dinamismo después del retroceso parcial que sufrió en el segundo trimestre debido a los choques ocasionados por los bloqueos y el tercer pico de la pandemia. El buen desempeño de la demanda interna liderada por el consumo privado, al igual que el fortalecimiento de la demanda externa, han sido factores importantes para que la economía retome su senda de recuperación. La mejora en los términos de intercambio y una recuperación de la inversión también han contribuido al crecimiento económico. Con base en estas dinámicas, el equipo técnico decidió revisar al alza su pronóstico de crecimiento a 8,6% para 2021 y a 3,9% en 2022. Con ello, los excesos de capacidad productiva serían menores y se estarían cerrando a una velocidad mayor que la contemplada anteriormente. En agosto la inflación anual continuó su tendencia al alza y se ubicó por encima de lo esperado al alcanzar el 4,4%. La inflación básica medida por el IPC sin alimentos ni regulados se situó en 2,3%. La presión inflacionaria ha tenido origen, en gran medida, en choques de oferta locales e internacionales de carácter transitorio, pero de diversa duración, que comprometen la convergencia de la inflación a la meta en el corto plazo. Además, la reversión parcial de algunos alivios de precios acentuó la presión alcista. En este contexto, el equipo técnico revisó al alza los pronósticos de inflación hacia un nivel que se ubicaría en 4,5% y 3,5% para finales de 2021 y 2022, respectivamente. Las encuestas y otras medidas recientes muestran que las expectativas de inflación han aumentado, aunque a mediano plazo se mantienen alrededor de la meta. El equipo técnico pronostica que el déficit de la cuenta corriente se ampliaría desde el 3,6% del PIB registrado en 2020 a 5,0% del PIB en 2021 y a 4,5% en 2022. La ampliación del déficit externo refleja un mayor dinamismo de la demanda con respecto a la respuesta de la oferta interna, y es coherente con una caída del ahorro de los hogares a medida que el consumo privado se recupera. Este desbalance está siendo financiado por flujos de capital, entre los que sobresalen la inversión extranjera -con un importante repunte frente a 2020- y recursos para el sector público a través de inversiones de portafolio y crédito. La evaluación de riesgos consideró la eventualidad de un recrudecimiento de la pandemia que afecte la recuperación de la demanda interna y externa. Igualmente, contempló la posibilidad de que la desviación de las expectativas de inflación respecto a la meta adquiera un carácter persistente que estimule una indexación a una inflación más elevada. El dilema de política inherente en estos riesgos fue ampliamente discutido. Todos los directores coincidieron en la necesidad de iniciar un retiro gradual del estímulo monetario teniendo en cuenta las señales claras de recuperación que viene dando la economía y la necesidad de prevenir un desanclaje de las expectativas de inflación que desate procesos de indexación. Sobre los factores que han presionado la inflación al alza hubo consenso en que estos han obedecido en gran medida a choques de oferta relacionados con la disrupción de las cadenas de suministro, los altos costos de transporte marítimo, el efecto de los bloqueos sobre los procesos productivos y el retiro de los alivios, que no responden a incrementos de las tasas de interés. Los directores también anotaron que la postura de política monetaria se ha vuelto más expansiva a medida que las expectativas de inflación han aumentado, alejando la tasa real de política de su nivel natural. En este contexto cuatro miembros votaron a favor de un incremento de 25 puntos básicos de la tasa de política, y los tres restantes respaldaron un incremento de 50 puntos básicos. Los directores del grupo mayoritario enfatizaron el carácter transitorio de las presiones sobre los precios, al tiempo que destacaron que las expectativas de inflación a mediano plazo siguen ancladas a la meta, lo cual otorga flexibilidad para una mayor gradualidad en el proceso de ajuste de la política monetaria. Advirtieron también que el ajuste del mercado laboral aún no se ha completado. Igualmente, destacaron la incertidumbre que aún existe sobre las proyecciones y el riesgo de un recrudecimiento de la pandemia asociado con la nueva variante delta. Los tres miembros de la Junta que votaron a favor de un incremento de 50 puntos básicos mencionaron que en las encuestas más recientes, las expectativas de inflación de la canasta que no incluye alimentos ya supera la meta del 3%. Igualmente, coincidieron en que posponer los ajustes podría hacer necesarios mayores incrementos en el futuro. Insistieron en que incrementos más fuertes de la tasa de interés al inicio del proceso de normalización contribuyen a reafirmar el compromiso con la meta y a moderar el aumento de las expectativas. Además, señalaron su incertidumbre sobre qué tan transitorios o permanentes pueden ser los choques sobre la inflación ocurridos hasta el momento. Finalmente, este grupo de directores destacó la experiencia que dejó el manejo de la política monetaria en 2020, que optó por iniciar el proceso de reducción de la tasa de interés de manera relativamente agresiva. En retrospectiva, ese pudo haber sido un factor que contribuyó al éxito de la política monetaria para estimular la recuperación de la actividad económica, como lo demuestran las actuales cifras de crecimiento.
2021-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de octubre de 2021 En su sesión de octubre 29, la Junta Directiva del Banco de la República decidió por unanimidad continuar con el proceso de normalización de la política monetaria. Por una mayoría de 5 a 2 la tasa de interés se incrementó en 50 puntos básicos, llevándola a 2,5%. Dos miembros votaron por un incremento de 25 puntos básicos. Esta decisión tuvo en cuenta los aspectos que se resumen a continuación. La actividad económica se ha recuperado a una mayor velocidad de la proyectada debido, principalmente, al fortalecimiento de la demanda interna, estimulada por la política monetaria, fiscal y regulatoria implementada desde inicios de la pandemia. La persistencia de condiciones financieras internacionales favorables, la mejora de la demanda externa y el aumento de los términos de intercambio seguirían contribuyendo a la recuperación del producto en lo que resta del año y hacia 2022. Sobre esta base, el equipo técnico revisó al alza las proyecciones de crecimiento del PIB a 9,8% para 2021 y a 4,7% para 2022. La inflación anual en septiembre se ubicó en 4,51%, superando los pronósticos. La presión inflacionaria provino, en gran medida, del comportamiento de los precios de los alimentos y de los regulados. El incremento de los precios y de los costos internacionales generó presiones al alza sobre varias canastas, a lo que se sumó la reversión parcial de algunos de los alivios de precios implementados en 2020 y el dinamismo de la demanda interna y la consecuente disminución de los excesos de capacidad. Dada la persistencia de los choques externos, los posibles efectos de la indexación de algunos precios de la economía y la mejora en la actividad económica, el equipo técnico revisó al alza el pronóstico de inflación a 4,9% y 3,6% para finales de 2021 y 2022, respectivamente. A septiembre de 2021, las cifras desestacionalizadas de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) muestran una recuperación de 5,2 millones de empleos frente a los perdidos al inicio de la pandemia, de los cuales cerca de 1 millón se crearon en el tercer trimestre de 2021. Con ello, se ha recuperado el 88,4% de los empleos totales perdidos al inicio de la pandemia. Esta dinámica se ha visto reflejada en una disminución de la tasa de desempleo corregida por estacionalidad, la cual a fin de septiembre se ubicó en 12,6% para el total nacional y en 14,1% para las 13 ciudades. Si bien estos niveles de desocupación siguen siendo altos, es de prever que la recuperación de la actividad económica consolide la tendencia favorable del mercado laboral en los próximos meses. En 2021 se espera una expansión del déficit en cuenta corriente a 5,3% del PIB debido principalmente al crecimiento de la demanda interna que incentiva las importaciones. A la ampliación del desbalance externo también contribuye el repunte esperado de las utilidades de las empresas con inversión extranjera, como reflejo de la recuperación de la actividad económica y de los mayores precios del carbón y del petróleo. El incremento en el desbalance externo constituye una fuente de vulnerabilidad, particularmente en un contexto en el que las condiciones financieras externas se volverían menos favorables más rápidamente de lo que hasta hace poco se anticipaba. Al respaldar de forma unánime la necesidad de continuar con el proceso de normalización gradual de la política monetaria, los directores coincidieron en que los estímulos monetarios que en su momento se otorgaron para mitigar los efectos económicos de la pandemia cumplieron en gran medida con sus objetivos. Así lo indica el significativo incremento de la demanda interna, el principal motor de la recuperación de la actividad económica. No obstante, los incrementos de la inflación y de sus expectativas y el agotamiento progresivo de los excesos de capacidad, sugieren que mantener tales estímulos en sus niveles actuales, podría comprometer la sostenibilidad macroeconómica. Adicionalmente, los directores coincidieron en que, no obstante haberse iniciado el proceso gradual de normalización, la política monetaria se mantiene en una posición acomodaticia. Existiendo acuerdo sobre el diagnóstico general, subsisten discrepancias en cuanto a la velocidad con la cual dicha normalización debe progresar. Fue así como en esta sesión cinco directores votaron a favor de un incremento de 50 puntos básicos de la tasa de interés y dos de ellos lo hicieron por un aumento de 25 puntos básicos. Entre los argumentos del grupo mayoritario para abogar por un incremento más pronunciado de la tasa de política se destaca la coincidencia de un aumento de la tasa de inflación y de sus expectativas con el marcado repunte de la actividad económica. Algunos miembros de este grupo resaltaron la notoria recuperación del consumo privado, apalancado en abundante crédito y en tasas de interés que en gran medida han reflejado la evolución de la tasa de interés de política monetaria que se mantiene negativa en términos reales y que continuará brindando un apoyo sostenido a la recuperación de la economía. Otros miembros de este grupo expresaron sus dudas en que la capacidad productiva de la economía pueda sostener en el mediano plazo una expansión de la demanda como la que se viene dando, lo que daría lugar a desequilibrios internos y externos. Las cifras más recientes permiten prever un cierre en la brecha del producto más rápido de lo que se tenía previsto. A su vez, el repunte acelerado de la demanda induce un mayor desequilibrio externo en momentos en que las condiciones financieras externas se hacen menos holgadas. Los miembros del grupo mayoritario también manifestaron su preocupación por el aumento de las expectativas de inflación y reiteraron los riesgos que para la estabilidad de precios entrañan los fenómenos de indexación que se observarían iniciando el próximo año. Coincidieron en la conveniencia de incrementos mayores de la tasa de interés en esta oportunidad advirtiendo que, de lo contrario, se correría el riesgo de requerir una postura monetaria más restrictiva en el futuro. Los directores que optaron por respaldar un incremento de 25 puntos básicos anotan que aún existe incertidumbre sobre la evolución de la pandemia por el surgimiento de nuevas cepas del virus como ha ocurrido en otros países. Agregan que los altos niveles de consumo recientemente observados pueden no ser sostenibles, al estar basados en la desacumulación de ahorros realizados durante el período crítico de la pandemia. Recuerdan que aún existe una brecha importante de empleo y de inversión frente al período prepandemia. Advierten también que los problemas de flujo de caja que aún enfrentan muchas empresas del país podrían verse acentuados por incrementos acelerados de las tasas de interés. En materia de inflación, si bien manifiestan su inquietud por las alzas observadas, advierten que parte de este incremento es entendible como una adaptación inevitable a la evolución de los precios internacionales y el impacto de la pandemia y los bloqueos sobre la economía, lo cual no debería generar excesiva preocupación. Respecto al crecimiento, anotan su preocupación de que en Colombia no se estén haciendo las inversiones necesarias para lograr una dinámica de crecimiento económico alta y sostenida en el largo plazo. Igualmente, manifiestan su inquietud por el impacto que un aumento mayor en las tasas de interés de política en esta oportunidad pueda tener sobre el dinamismo de los volúmenes de crédito, en particular para los segmentos que se afectaron en mayor grado durante las fases más críticas de la pandemia, tales como las pequeñas y microempresas.
2021-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 17 de diciembre de 2021 En su sesión del 17 de diciembre, la Junta Directiva del Banco de la República incrementó la tasa de interés de política en 50 puntos básicos (p.b.) en una decisión por mayoría de 4 a 3, llevándola a 3,0%. Tres miembros votaron a favor de un aumento de 75 p.b. La decisión tuvo en cuenta los aspectos que se resumen a continuación. La inflación anual en noviembre presentó un incremento de 68 p.b. respecto a la registrada en octubre, y se ubicó en 5,26%. Este incremento estuvo por encima de lo esperado por el equipo técnico y por el mercado. La inflación básica anual (sin alimentos ni regulados) también mostró una tendencia creciente al situarse en 2,54%, 52 p.b. por encima del nivel de octubre. Si bien la principal presión alcista provino del incremento en los precios de los alimentos, otros grupos del IPC también registraron aumentos. Estos resultados llevaron a una revisión del pronóstico de inflación a 5,3% para 2021 y a 3,7% para 2022. El PIB continúa con una dinámica de crecimiento importante en el cuarto trimestre, según se deduce de indicadores líderes como consumo de energía, movilidad, transacciones bancarias, y transporte aéreo y terrestre. Los indicadores de confianza industrial, comercial y del consumidor también se mantienen en niveles favorables. La actividad económica ha seguido impulsada por la demanda interna y, en particular, por el consumo privado y público. Teniendo esto en cuenta, el equipo técnico ratificó su proyección de crecimiento del PIB de 9,8% para 2021, que ubicaría el producto de la economía en niveles superiores a los de la prepandemia. El déficit en cuenta corriente alcanzaría 5,6% del PIB en 2021, superior en dos puntos porcentuales al observado en 2020. La ampliación de este desbalance obedece en parte al impulso de la demanda interna sobre las importaciones, que sólo ha sido parcialmente compensado por el repunte de las exportaciones. Adicionalmente, el desequilibrio de la renta neta de factores ha aumentado, reflejando el mejoramiento de las utilidades de las empresas con capital extranjero, las cuales son mayores debido al mejor ritmo de actividad económica. Para 2022 se espera una reducción del déficit de la cuenta corriente a 4,9% del PIB. El desequilibrio externo se ha venido financiando con mayores recursos de inversión extranjera directa y flujos de capital del sector público, en un contexto financiero internacional que empieza a tornarse menos holgado con aumentos generalizados en las tasas de interés en las economías emergentes y el endurecimiento previsto de la política monetaria en los Estados Unidos. Las expectativas de inflación, tanto las obtenidas de las encuestas como las que se deducen a partir de la diferencia de los rendimientos fijos e indexados de los títulos de deuda pública, han venido aumentado y actualmente se ubican por encima de la meta de 3%, incluso a mediano plazo. Ello incrementa el riesgo de inducir procesos de indexación a mayores niveles de inflación. Todos los directores coincidieron en que los incrementos de la inflación y de sus expectativas, al igual que el elevado ritmo de actividad económica que viene reduciendo los excesos de capacidad, ameritan continuar retirando el estímulo monetario. En este contexto, cuatro directores votaron por un incremento de 50 p.b. de la tasa de política y tres de ellos lo hicieron a favor de un aumento de 75 p.b. Los directores que votaron por el incremento de 50 p.b. consideran que, si bien los factores mencionados justifican proseguir con el retiro del estímulo monetario, no creen conveniente acelerar el ajuste de la tasa de interés. Como respaldo de ello expresan dudas sobre la sostenibilidad del ritmo de fortalecimiento de la demanda interna debido a la reducción del ahorro de los hogares, la lenta dinámica de la inversión, el rezago en la recuperación del empleo, y los límites al consumo de bienes durables y semidurables. También subrayan que la reactivación económica no se viene dando de manera homogénea, como lo muestran algunos renglones de la inversión, que han tardado en recuperarse y aún se encuentran en niveles considerablemente inferiores a los de prepandemia. Finalmente, ven conveniente, en la medida de lo posible, continuar con incrementos graduales en la tasa de interés para evitar las tensiones financieras que cambios agudos y sorpresivos podrían acarrear sobre los mercados. El grupo que abogó por un incremento de 75 p.b. considera que la aceleración de la inflación y el incremento de sus expectativas no sólo preocupan por el nivel que han alcanzado, sino porque los factores que los generan comienzan a adquirir un carácter estructural, ante la incapacidad de la oferta de atender los requerimientos de la mayor demanda del mercado. Agregan que el reciente aumento del salario mínimo muy por encima de la práctica usual de basarlo en la inflación observada y las ganancias en productividad crea en la opinión pública una percepción de normalidad de aumentos nominales muy superiores a la meta de inflación, lo que podría contribuir a desanclar las expectativas respecto de ésta, haciendo más exigente la tarea del Banco de la República en el control de la inflación. Esto, unido a la notoria aceleración de los distintos indicadores de inflación observada y esperada desde la sesión anterior de la Junta Directiva hace que para este grupo sea conveniente acelerar el ritmo de ajuste de la política monetaria. Finalmente, la Junta Directiva en conjunto reiteró su compromiso con la meta de inflación de 3% anual, y reafirmó que continuará adoptando las decisiones requeridas para asegurar la convergencia de la inflación hacia dicha meta.
2022-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 28 de enero de 2022 En su sesión del 28 de enero, la Junta Directiva del Banco de la República incrementó la tasa de interés de política en 100 puntos básicos (p.b.) en una decisión por mayoría de 5 a 2, llevándola a 4,0%. Dos miembros votaron a favor de un aumento de 75 p.b. La decisión tuvo en cuenta los aspectos que se resumen a continuación. La inflación cerró el año con una tendencia alcista y superior a la anticipada, tanto en el caso del índice general, como en el caso de la inflación básica. Las expectativas de inflación son altas y terminaron el año con tendencia alcista. El equipo técnico revisó al alza sus pronósticos de inflación los cuales prevén que la inflación total y la inflación básica se ubicarían por encima de la meta al final de 2022 (4,3% y 4,5% respectivamente) y de 2023 (3,4% y 3,6%). Las mayores expectativas de inflación explican en parte el incremento que se ha observado en las tasas de interés en los mercados monetarios, crediticios y de capitales desde el segundo trimestre de 2021. La actividad económica continuó expandiéndose en los últimos meses del año impulsada por el buen desempeño del consumo privado y público. La inversión privada ha tenido un comportamiento menos dinámico. En este contexto, el equipo técnico reafirmó su pronóstico de crecimiento del PIB para 2021 a un ritmo cercano al 10%, con lo cual los excesos de capacidad estarían por cerrarse. Para 2022 el pronóstico de crecimiento se ubicaría alrededor de 4,3%. La dinámica de la demanda agregada y un crecimiento de las exportaciones más lento que el de las importaciones, incidieron en una ampliación del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos que pasó de 3,5% del PIB en 2020 a un estimado de 5,7% en 2021. Se prevé que en 2022 este desbalance se mantendría en 4,9% del PIB a pesar de las buenas perspectivas de los precios internacionales de los principales productos básicos de exportación del país. La financiación externa ocurrirá en un contexto financiero menos favorable que en 2021, dado el inminente inicio del proceso de normalización de la política monetaria en los Estados Unidos y otras economías avanzadas. La moderación de las expectativas de inflación es el reto más importante que enfrenta la política monetaria en la actual coyuntura, puesto que su desanclaje podría profundizar fenómenos de indexación de precios y salarios a tasas superiores a las contempladas en la meta del 3%. La proximidad del agotamiento de los excesos de capacidad, luego de la significativa recuperación de la demanda y del rezago en la capacidad de respuesta de la oferta, son dos factores que agudizan este riesgo. De ahí la necesidad, compartida de manera unánime por los directores, de continuar el proceso de normalización de la política monetaria, alejándola de la postura fuertemente expansiva que de forma oportuna asumió durante la fase recesiva de la pandemia. No obstante, al igual que en sesiones anteriores, subsisten diferencias de opinión en cuanto a la velocidad a la cual este proceso debería cumplirse. El grupo de directores que votó por un incremento de 100 p.b. enfatizó los siguientes puntos: El hecho de que las alzas en las tasas de interés observadas en los distintos mercados financieros anteceden y, en muchos casos, exceden el ajuste de 100 p.b., reflejando el incremento en las expectativas de inflación. El efecto que el incremento sistemático de las expectativas de inflación podría tener sobre la formación de precios y salarios en los meses venideros. La ampliación del déficit de cuenta corriente, fenómeno que exhibiría dos características: Refleja la incapacidad de la oferta interna de responder al incremento de la demanda. Su financiación será un proceso muy exigente dado el contexto de inminente endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, teniendo en cuenta el incremento de las primas de riesgo para Colombia. Los dos directores que votaron por un incremento de 75 p.b. justificaron su preferencia por un ajuste más gradual de la tasa de interés, enfatizando las siguientes consideraciones: La amplia incertidumbre sobre el estado y las perspectivas de la economía, reflejados en la variabilidad de los diversos pronósticos que se han analizado en el último mes. Las anomalías y dificultades por las que atraviesa el mercado laboral, las cuales se podrían agudizar si el necesario proceso de normalización de la política monetaria es muy rápido, máxime en un contexto en el que el desempleo sigue siendo alto. La naturaleza eminentemente temporal que subyace a buena parte de los choques de oferta que afectaron conjuntos específicos de bienes, particularmente alimentos. El hecho de que, sin incluir el precio de los alimentos ni el de los bienes y servicios regulados, la inflación es 2,49% y se ubica por debajo de la meta. Los flujos de inversión están rezagados respecto de la actividad económica y su sensibilidad a la tasa de interés podría implicar que una normalización monetaria muy rápida perpetúe este rezago, con efectos sobre el crecimiento y el empleo. El comportamiento de subsectores como los de micro y pequeña empresa que continúan débiles, y son especialmente sensibles a incrementos de las tasas de interés. La Junta directiva recalcó que a pesar del incremento de 100 p.b. aprobado por mayoría, la política monetaria mantiene una postura de estímulo a la economía, teniendo en cuenta que en términos reales la tasa de intervención continúa en terreno negativo, y por debajo de la tasa de interés neutral. Agregó que esta decisión reitera su compromiso con la meta de inflación de 3% anual.
2022-03-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 31 de marzo de 2022 En su sesión del 31 de marzo, la Junta Directiva del Banco de la República incrementó la tasa de interés de política en 100 puntos básicos (p.b.) en una decisión por mayoría de 5 a 2, llevándola a 5,0%. Dos miembros votaron a favor de un aumento de 150 p.b. La decisión tuvo en cuenta los aspectos que se resumen a continuación. En los primeros dos meses del año la inflación al consumidor mantuvo su tendencia alcista y registró en febrero una variación anual de 8,01%, superior a la observada en diciembre de 2021 (5,62%). Los alimentos y los regulados continuaron ejerciendo presiones sobre el índice de precios, con variaciones anuales en febrero de 23,3% y 8,91% respectivamente. La inflación sin alimentos ni regulados aumentó de 2,49% en diciembre del año anterior a 4,11% anual en febrero. En el frente externo, la invasión de Rusia a Ucrania, en un entorno global en el cual persisten disrupciones en las cadenas de suministro mundial y restricciones de oferta, podría generar presiones inflacionarias adicionales sobre diferentes materias primas, incluyendo petróleo, gas natural, carbón, fertilizantes y varios productos agrícolas, dada la importancia de esos países en la producción y exportación de dichos recursos. Las expectativas de inflación han continuado aumentando para el corto plazo como lo mostró la encuesta mensual del Banco de la República. En ella los analistas económicos tuvieron, en la mediana, respuestas de una expectativa de inflación total de 6,42% para 2022 (4,48% en la encuesta de enero) y de 3,83% para 2023 (3,50% en la encuesta de enero). Los efectos acumulados de los choques recibidos se han visto también traducidos en un aumento de las diferentes medidas de expectativas de inflación a mediano plazo. En el caso de las medidas derivadas de los mercados financieros, entre enero y marzo las expectativas de inflación BEI (descontando primas de liquidez y de riesgo de inflación) aumentaron de 3,68% a 4,57% y de 3,65% a 4,14% para los plazos de 2 y 5 años respectivamente. Los indicadores disponibles muestran que la actividad económica mantiene el impulso que traía del año anterior. Mientras que el indicador de seguimiento económico (ISE) para enero señaló un crecimiento anual del 7,8%, la encuesta mensual de industria y comercio mostró que la actividad manufacturera presentó en enero una expansión anual del 15,1%, y las ventas reales del comercio minorista se incrementaron en 20,9%. De otra parte, la tasa de desempleo en el total nacional bajó de 15,5% en febrero de 2021 a 12,9% en febrero de 2022. En este contexto, el equipo técnico revisó al alza su pronóstico de crecimiento para 2022 de 4,3% a 4,7%. Esta revisión implica en los modelos del equipo técnico que los excesos de capacidad productiva continuarían reduciéndose a un ritmo más rápido de lo previsto, especialmente si el producto potencial de la economía ha sido afectado por el rezago de la inversión y los fuertes choques de oferta. Con base en las consideraciones anteriores existe consenso en la Junta Directiva sobre la necesidad de seguir avanzando en el proceso de ajuste de la política monetaria mediante un aumento de la tasa de interés que contribuya a mantener las expectativas de inflación en niveles acordes con la meta y a moderar la difusión de los choques de oferta y los aumentos en precios internacionales hacia otros rubros de la canasta familiar, tal como se refleja en el aumento de los indicadores de inflación básica. Coincidiendo en que el aumento ayuda a la convergencia gradual de la inflación a la meta establecida, subsistió entre los miembros de la Junta Directiva una diferencia de opinión sobre el monto específico del incremento de la tasa de interés que debería adoptarse en esta oportunidad. Cinco de ellos estuvieron a favor de un incremento de 100 p.b. y dos miembros votaron por un aumento de 150 p.b. Los cinco directores que respaldaron un aumento de 100 p.b. consideraron que se trata de un ajuste significativo de la tasa de interés, que replica la decisión adoptada en enero. Estos directores estiman prudente mantener el ritmo de aumento que se utilizó en la Junta de enero teniendo en cuenta la incertidumbre que rodea el contexto internacional, la necesidad de continuar con la recuperación del nivel de empleo, y la importancia de preservar el fortalecimiento de la economía colombiana luego del duro golpe causado por la pandemia. Al mismo tiempo, juzgan que es un ritmo suficiente como parte de un proceso gradual para controlar el incremento de las expectativas de inflación, las cuales para 2023 y en adelante muestran un descenso frente a los niveles actuales de inflación. Estas menores expectativas sugieren que se mantiene la credibilidad en la política monetaria, y que la meta de inflación sigue siendo un ancla para la formación de precios. Los directores que votaron por un aumento de 150 p.b. de la tasa de interés subrayaron el desempeño robusto de la actividad económica y la mejora de los indicadores de empleo. Manifestaron su preocupación en cuanto a que el panorama inflacionario se torne aún más difícil por las presiones de precios que podrían provenir de los significativos aumentos registrados en el índice de precios al productor, y por la probable insostenibilidad del subsidio a los precios de la gasolina que ha venido brindando un alivio al consumidor. Perciben un riesgo de que los contratos nominales que actualmente se firman y suelen acordarse a un plazo de un año incorporen las mayores expectativas de inflación y agregan que el aumento persistente de los costos de producción podría afectar la capacidad productiva de la economía. Además, expresaron su preocupación respecto a que el retiro más acelerado de lo previsto del estímulo monetario en los Estados Unidos coincide con incrementos en las primas de riesgo para Colombia, este último asociado en gran medida a la incertidumbre política. La Junta en su conjunto destacó que el incremento de 100pb llevado a cabo el día de hoy hace parte de un proceso gradual, pero firme, que debe continuar en los próximos meses con el propósito de asegurar un retorno progresivo de la inflación a la meta de 3% anual.
2022-04-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de abril de 2022 En su sesión del 29 de abril, la Junta Directiva del Banco de la República incrementó la tasa de interés de política en 100 puntos básicos (p.b.) en una decisión por mayoría de 4 a 3, llevándola a 6,0%. Tres miembros votaron a favor de un aumento de 150 p.b. La decisión tuvo en cuenta los aspectos que se resumen a continuación. La inflación total en marzo alcanzó una variación anual de 8,53% completando un año continuo de incrementos. La inflación sin alimentos ni regulados pasó de 4,11% a 4,51% entre febrero y marzo. Las expectativas de inflación de los analistas se incrementaron a 7% para 2022, mientras que para 2023 fueron de 4% y para un horizonte de 24 meses de 3,7%. La actividad económica continuó exhibiendo un buen dinamismo. El índice de seguimiento económico (ISE) registró una variación anual de 7,9% en febrero en las cifras desestacionalizadas. El equipo técnico revisó al alza su pronóstico de crecimiento para 2022 de 4,7% al 5,0% y lo mantuvo en 2,9% para 2023. Con esto se estima que la economía ha terminado por agotar los excesos de capacidad productiva que aún subsistían. La persistencia de las disrupciones en las cadenas globales de valor, el recrudecimiento de la invasión de Ucrania y los nuevos confinamientos en China ante los rebrotes del Covid-19, podrían agudizar las presiones al alza sobre los precios de los alimentos y de la energía a nivel mundial. Los miembros de la Junta Directiva respaldaron de forma unánime la necesidad de proseguir con el proceso de ajuste de la política monetaria para asegurar un retorno progresivo de la inflación a la meta de 3% anual, coherente con la recuperación del crecimiento económico. Al respecto, los directores advirtieron que la inflación se ha venido agudizando y extendiendo a diversos componentes de la canasta familiar más allá de los alimentos. Subrayaron la importancia de continuar con el ajuste monetario para moderar el incremento de las expectativas de inflación, y prevenir efectos de segunda vuelta. Destacaron la fortaleza que viene mostrando la actividad económica, como resultado en buena parte de los estímulos monetarios otorgados en 2020 y 2021, pero que hoy dejan de ser necesarios a riesgo de generar presiones de demanda sobre los precios. También señalaron el surgimiento de nuevas fuentes de incertidumbre externa que podrían significar mayores presiones inflacionarias. Adicionalmente, los directores examinaron las mejoras del mercado laboral observadas en los últimos meses sobre lo cual concluyeron que la situación de dicho mercado dejaría de ser una fuente de presión a la baja de la tasa de inflación. Finalmente, resaltaron que el movimiento de la Reserva Federal de los Estados Unidos hacia una postura menos expansionista, al igual que ocurre en otros países, aunada a las mayores primas de riesgo dificultan las perspectivas de financiamiento tanto fiscales como de cuenta corriente para el país, y generan presiones al alza sobre la tasa de cambio. Estando de acuerdo en los puntos anteriores, existen opiniones diferentes al interior de la Junta Directiva sobre la velocidad adecuada del proceso de ajuste monetario a la luz de los desarrollos económicos recientes. Cuatro directores respaldaron un incremento de 100 p.b. de la tasa de política, mientras que tres de ellos votaron a favor de un aumento de 150 p.b. Los directores que favorecieron un incremento de 100 p.b. consideraron que este ajuste de la tasa de interés es suficientemente firme, al estar precedido por dos aumentos de la misma magnitud, lo cual aproxima la política monetaria a una postura que asegura la convergencia de la inflación hacia la meta, al tiempo que mantiene la gradualidad necesaria para preservar el dinamismo de la actividad productiva. También subrayaron que este aumento hace parte de un proceso de ajuste que deberá continuar de acuerdo con la información que se haga disponible en los próximos meses. Anotaron que si bien, el ritmo de actividad económica ha mostrado un buen dinamismo en lo corrido del año, se identifican algunos síntomas de desaceleración de la demanda agregada dada la caída de los indicadores de confianza de los consumidores en meses recientes, y los menores niveles de importaciones reales a partir de noviembre de 2021. Finalmente, señalaron que el aumento de la inflación en marzo fue marginalmente menor que en meses anteriores, y que las expectativas de inflación a mediano plazo empiezan a mostrar una convergencia hacia la meta de 3%. Los miembros de la Junta que votaron por un incremento de 150 p.b. resaltaron que las últimas encuestas de expectativas de inflación tuvieron un incremento importante para 2022 y en menor medida para 2023 y a 24 meses, sugiriendo un carácter más persistente de la inflación que podría debilitar la credibilidad en el retorno de la inflación hacia la meta que persigue la política monetaria. Destacaron que el mercado crediticio ha venido mostrando un dinamismo importante, especialmente las carteras comercial y de consumo. Reiteraron su preferencia por un ajuste más rápido de la tasa de interés que contribuya a maximizar el impacto de las decisiones de política sobre las expectativas de inflación y sobre las prácticas de fijación de precios, con lo cual se reduce el riesgo de que los aumentos posteriores en la tasa de interés tengan que ser mayores. Existe consenso entre los directores respecto a que la decisión adoptada en esta oportunidad reafirma el compromiso de la Junta Directiva por avanzar en el proceso gradual pero firme de ajuste de la política monetaria que garantice un retorno progresivo de la inflación a la meta de 3% anual.
2022-06-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 30 de junio de 2022 La decisión tuvo en cuenta los aspectos que se resumen a continuación: La tasa de inflación anual continúo alta debido a mayores presiones externas y a un comportamiento de la demanda más dinámico de lo previsto. La inflación total se ubicó en 9,23% en abril y 9,07% en mayo, y la inflación sin alimentos ni regulados sorprendió al alza, llegando a 5,26% en abril y a 5,87% en mayo. Las expectativas de inflación del mercado aumentaron y, según la encuesta de junio a los analistas económicos, para finales de 2022 se ubicaron en una mediana de 8,6% y 7,1% para la inflación total y sin alimentos respectivamente. En el horizonte de política se sitúan significativamente por encima de la meta de 3%. Las cifras de crecimiento del primer trimestre de 2022 fueron superiores a lo previsto, al presentar una variación anual del 8,2%, frente al 7,2% esperado por el equipo técnico. Este dinamismo responde al fortalecimiento de la demanda interna, impulsada por el consumo de los hogares, que para ese período se expandió 12,0% anual. La cartera de consumo registró a mediados de junio un crecimiento anual de 22,1%. El indicador de seguimiento a la economía (ISE) mostró en abril una variación anual de 11,8%, superior al 8,6% esperado. Sobre esta base, el equipo técnico revisó al alza su pronóstico de crecimiento para 2022 de 5,0% a 6,3%. La sostenida recuperación del PIB continúa favoreciendo el dinamismo del mercado laboral. A mayo, la población ocupada registró un crecimiento anual del 11,0% en el total nacional y de 10,5% en las 13 principales ciudades, lo cual se reflejó en reducciones anuales importantes de la tasa de desempleo, que a nivel nacional ya se sitúa por debajo de su nivel de prepandemia según la serie desestacionalizada (10,6% en mayo de 2022 vs 11,1% en febrero de 2020). El aumento de la ocupación y la reducción del desempleo, junto con el incremento observado de los índices de vacantes, que muestran una recuperación importante de la demanda de nuevos puestos de trabajo, apuntan hacia un mercado laboral más apretado. En un entorno de dinamismo de la demanda interna, y a pesar de la mejora en los términos de intercambio, la cuenta corriente de la balanza de pagos arrojó en el primer trimestre del año un déficit de 6.4% como proporción del PIB trimestral, superior al déficit de 4,1% del PIB para el mismo período del año anterior. Este exceso de demanda se da en un contexto en el que el financiamiento externo se hace más costoso debido al endurecimiento de las condiciones financieras internacionales. Al respaldar de forma unánime un incremento de 150 p.b. de la tasa de interés de política, los miembros de la Junta reafirmaron su pleno compromiso de lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% en el mediano plazo, siendo conscientes de la persistencia de los choques que han presionado al alza tanto los precios de los alimentos como los de la canasta básica sin alimentos ni regulados. Los directores subrayaron que esta decisión se adopta en el contexto de una economía que se ha venido expandiendo de forma vigorosa, con efectos favorables sobre la creación de empleo, y que al mismo tiempo ha agotado los excesos de capacidad productiva que subsistían después de la pandemia. En sus reflexiones individuales los directores de la Junta coincidieron en señalar diversos factores que justifican un ajuste de mayor magnitud en la tasa política. Más allá de destacar los elevados niveles de la inflación, los directores resaltaron que las expectativas de inflación que provienen de las diversas encuestas han subido de manera importante, aumentando el riesgo de desanclaje de las mismas. Adicionalmente, el incremento de las expectativas ha reducido la tasa de interés real, en efecto relajando la postura de la política monetaria. Anotaron que el dinamismo que viene mostrando el crédito de consumo sugiere que la moderación del gasto de los hogares podría verse postergada, lo que contribuiría a prolongar los excesos de demanda de la economía. También advirtieron sobre los efectos inflacionarios que se podrían derivar de la depreciación reciente del peso frente al dólar como consecuencia fundamentalmente del ajuste que se viene observando en la política monetaria de los Estados Unidos y que se anuncia en la Unión Europea, lo que ya se ha reflejado en aumentos importantes de las tasas de interés a plazo en los mercados financieros globales. Algunos directores señalaron que el panorama inflacionario se da en el contexto de una política de precios de los combustibles que, a un alto costo fiscal, ha contribuido a represar la inflación. En el corto plazo, la dinámica de la inflación podrá verse alterada por el grado de la reducción de estos subsidios. Un director resaltó las limitaciones de las herramientas de análisis y pronóstico en una economía post-pandemia en la cual muchas de las relaciones parecen haber cambiado. Destacó las cadenas de suministro, la crisis de los precios de los alimentos y el proceso de formación de expectativas: factores todos de carácter mundial. Los dos primeros parecen reflejar más un cambio en precios relativos que solo inflación. El caso de los alimentos es particularmente agudo en Colombia. Las limitaciones de las herramientas han llevado a otros países a políticas monetarias restrictivas que han resultado en desaceleración de las economías al tiempo que las inflaciones permanecen altas. Adicionalmente, los supuestos usuales sobre formación de expectativas deben sopesar que el impacto del alza de precios es mayor en la gente del común que en los agentes de los mercados financieros y monetarios. Otro director expresó preocupación acerca del creciente distanciamiento entre la meta de inflación y la mayoría de los pronósticos tanto para 2022 como para los dos años subsiguientes. Ello sugiere que el sustento conceptual de los modelos usualmente utilizados por los analistas y por la propia Junta, en los cuales se suele suponer un proceso de convergencia hacia la meta de 3%, podría estar evolucionando adversamente y podría amenazar el carácter de ancla nominal que la meta misma ha encarnado a lo largo de los años. Por esta razón, consideró que en las discusiones de los próximos meses es importante darle un mayor peso a la posibilidad de un desanclaje más amplio del que se ha venido suponiendo y, por ende, a un ajuste más fuerte de la política monetaria. En opinión de la mayoría, el ajuste de la tasa de interés que la Junta decidió hacer en esta oportunidad permitirá acercar más rápidamente la política monetaria a una senda que reduzca la inflación y asegure en el mediano plazo su convergencia hacia la meta. Este ajuste no determina un precedente que indique que incrementos posteriores seguirán siendo de la misma magnitud. Al respecto, los directores estuvieron de acuerdo en que en un ambiente de tanta incertidumbre no existen bases para anticipar la magnitud de los ajustes futuros de la política monetaria, por lo cual ratifican que las decisiones que se adopten dependerán de la información que se tenga disponible en cada momento.
2022-07-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de julio de 2022 En su discusión de política la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: Los diferentes indicadores de inflación continuaron aumentando. La inflación anual total pasó de 9,1% en mayo a 9,7% en junio, mientras que la inflación básica sin alimentos ni regulados se incrementó de 5,9% a 6,1% en esos mismos meses. La presión alcista sobre los precios se vio acentuada por la ampliación de los excesos de demanda, los efectos de la indexación, las presiones provenientes de la tasa de cambio y la persistencia de los choques internacionales de costos. El aumento de los indicadores de inflación básica confirmó una difusión significativa de los incrementos de precios. Las expectativas de inflación mantuvieron su tendencia al alza, especialmente las obtenidas de las encuestas, mientras que las derivadas de los mercados de deuda pública se caracterizaron por una alta volatilidad, y todas continúan por encima de la meta del 3%. La encuesta del Banco de la República a los analistas mostró que entre junio y julio estos incrementaron sus expectativas de inflación para 2022 de 8,6% a 9,2% y para 2023 de 4,7% a 5,2%, en la mediana de la muestra. La actividad económica continuó exhibiendo un fuerte dinamismo en el segundo trimestre, jalonada por el crecimiento de la demanda interna, especialmente del consumo privado. Sobre esta base, el equipo técnico revisó al alza el pronóstico de crecimiento para 2022 del 6,3% al 6,9%, lo cual sugiere un nivel del producto que continuaría superando la capacidad productiva de la economía en lo que resta de 2022. En junio, el empleo continuó creciendo en términos anuales tanto en el total nacional (9,7%) como en las 13 ciudades principales (8,6%). Como resultado, la tasa de desempleo mostró reducciones anuales para el agregado nacional (-3,4pp) y las 13 ciudades principales (-4,5pp) y se ubicó en 11,3% y 11,7%, respectivamente. La inflación mundial ha seguido aumentando y ha adquirido mayor persistencia, llevando a incrementos en la tasa de política monetaria de los países desarrollados, como ha sido el caso reciente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra. En este contexto, han surgido temores de una recesión global que han generado gran volatilidad en los mercados financieros y reducciones en los precios de algunos bienes básicos como petróleo y cobre. Con base en las consideraciones anotadas, todos los miembros de la Junta Directiva estuvieron de acuerdo en la necesidad de proseguir con el ajuste de la política monetaria para asegurar un retorno progresivo de la inflación a la meta de 3% anual, en el contexto de una economía que sigue creciendo a un buen ritmo, en medio de presiones inflacionarias que se han venido agudizando. Seis directores respaldaron un incremento de 150 pb. y un miembro de la Junta estuvo a favor de un aumento de 100 pb. El grupo mayoritario consideró que un incremento de la tasa de política monetaria de 150 pb., que replica el que se llevó a cabo en junio, permite acercarla adecuadamente al nivel que se requiere para que la tasa de inflación converja en el mediano plazo hacia su meta de 3,0% anual. Esto hará posible moderar hacia adelante el ritmo de los aumentos adicionales de la tasa de interés de política, para tratar de minimizar los costos de corto plazo que pueda tener en materia de crecimiento económico el proceso de convergencia de la inflación hacia la meta. Estos directores señalaron diversas razones para respaldar su decisión: los incrementos de las tasas de interés internacionales y los aumentos de las primas de riesgo inducen un incremento de la tasa de interés neutral; la variación anualizada de la cartera crediticia de las últimas 13 semanas supera el 22%, lo cual soporta una expansión de la demanda superior al de la oferta y se traduce en un déficit de la cuenta corriente que se mantiene alto y aumenta las primas de riesgo; las expectativas de inflación se mantienen altas para el mediano plazo y a corto plazo se perciben riesgos de presiones inflacionarias en renglones como arriendos y servicios públicos. Además, la tendencia de crecimiento y su revisión al alza mantiene una brecha positiva del producto, lo cual, aunado a la mejora en el mercado laboral, hace prever que las presiones de demanda sobre los precios continuarán en lo que resta del año. Finalmente, anotaron que la inflación básica sin alimentos y regulados ha continuado aumentando y ya supera el 6,0%, lo cual refleja una mayor difusión de la inflación entre todos los componentes de la canasta del consumidor. El director de la junta que votó por un incremento de 100 pb. expresó sus dudas sobre la capacidad de los modelos neo-keynesianos como el que utiliza el equipo técnico, los cuales, si bien fueron útiles en el pasado en un entorno de estabilidad económica, dejaron de ser confiables para reflejar adecuadamente la realidad actual, luego de los fuertes choques estructurales sobre el aparato productivo que ocasionó la pandemia y los subsecuentes choques de oferta de origen externo. Manifestó también su preocupación por un problema de consistencia macroeconómica en el cual el sector público incrementa la demanda agregada, expande el déficit externo y tiende a desplazar al sector privado por su elevado déficit fiscal como consecuencia de la pandemia. Asimismo, al interior del sector privado observa que las empresas están sobre ajustadas, generando ahorro, mientras que los hogares están desajustados, al mantener un exceso de gasto y desahorrar. En estas circunstancias, sostiene que fuertes incrementos de las tasas de interés no necesariamente aseguran el restablecimiento del equilibrio macroeconómico y más bien tienden a ser recesivos. Adicionalmente, apuntó que hay varios indicadores que muestran ya que la dinámica del crédito y de otras variables claves están moderándose, sugiriendo que un ajuste drástico de la tasa de interés puede ser más nocivo que provechoso. La Junta Directiva manifestó que con esta decisión se continúa con el proceso de ajuste de la política monetaria que garantice el retorno de la inflación a la meta de 3% en el mediano plazo. La Junta seguirá monitoreando de forma estrecha todos los indicadores económicos y tomará las decisiones que considere necesarias con base en la nueva información disponible.
2022-09-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 29 de septiembre de 2022 En su discusión de política la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La inflación total en agosto se situó en 10,8% por encima del 9,9% anual esperado por el equipo técnico. La inflación básica (sin alimentos ni regulados) mantuvo una tendencia ascendente y alcanzó el 6,9% anual en dicho mes. El porcentaje de rubros que igualan o superan la meta en agosto de 2022 se situó en 89% por encima de lo observado un año atrás (61,7%), lo cual confirma una difusión significativa de los incrementos de precios. Las expectativas de inflación a distintos plazos mantuvieron su tendencia al alza mostrando una importante sensibilidad a la inflación reciente observada. En el caso de los analistas económicos, la encuesta del Banco de la República mostró que entre agosto y septiembre la expectativa de inflación para el final de 2023 pasó de 5,5% a 6,3%, según la mediana de la muestra. Del mismo modo, las expectativas de inflación que se derivan de los mercados de deuda también tuvieron incrementos importantes, especialmente para los plazos más cortos. El ritmo de actividad económica en lo corrido del año ha superado sistemáticamente los pronósticos del equipo técnico y del mercado. Este dinamismo ha obedecido al fortalecimiento de la demanda interna, jalonada principalmente por el elevado crecimiento del consumo de los hogares. Sobre esta base el equipo técnico aumentó el pronóstico de crecimiento real del PIB para 2022 de 6,9% a 7,8%. El indicador de seguimiento de la economía (ISE) al igual que varios indicadores para el tercer trimestre, comienzan a mostrar señales de desaceleración de la actividad productiva. Esa tendencia podría reforzarse en los próximos meses como consecuencia del agotamiento de los efectos de la demanda represada postpandemia, los efectos de la mayor inflación sobre el ingreso real, un menor impulso fiscal y la postura restrictiva de la política monetaria. Teniendo todo esto en cuenta, y los riesgos asociados a un contexto internacional adverso, el equipo técnico revisó su pronóstico de crecimiento para 2023 de 1,1% a 0,7%. Los miembros de la Junta Directiva estuvieron de acuerdo en proseguir con el ajuste de la política monetaria que se ha venido llevando a cabo desde hace un año, el cual consideran necesario para una economía en donde la inflación y sus expectativas permanecen significativamente por encima de la meta, induciendo un elevado grado de indexación. Igualmente, los incrementos de las tasas de interés externas, las mayores primas de riesgo y la volatilidad de los mercados financieros internacionales influyen sobre esta decisión. La Junta es consciente que dicho ajuste requiere sopesar la perspectiva de una desaceleración de la actividad económica con la de una inflación que continúa alejada de la meta, impulsando expectativas que la retroalimentan. En este contexto, seis directores votaron a favor de un incremento de 100 pb. y un miembro de la junta respaldó un aumento de 50 pb. En sus intervenciones individuales los directores del grupo mayoritario anotaron diversas razones para respaldar cada uno su voto. La dinámica económica reciente podría haber llevado a un incremento de la brecha de producto. Si bien el crecimiento del crédito se ha estabilizado, lo ha hecho a tasas bastante elevadas, en particular la cartera de consumo que crece a un ritmo cercano al 23% anual. La inflación básica ha venido mostrando una fuerte tendencia al alza. Las expectativas de inflación responden mayoritariamente a los incrementos de la inflación observada, creando un mecanismo que refuerza nuevos aumentos de precios. El déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos cercano a 6% del PIB, podría ver comprometido su financiamiento futuro en un ambiente de altas tasas de interés globales y de creciente aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales. El crecimiento económico proyectado para 2022 mejoró en una magnitud cercana a un punto porcentual pero las perspectivas de crecimiento para 2023 se redujeron en algo menos de medio punto porcentual. En estas condiciones, seis directores consideraron que un incremento de 100 pb. es apropiado, al tiempo que da una señal clara del compromiso de la Junta en la lucha contra la inflación. El miembro de la Junta que votó por un incremento de 50 pb. anotó que el riesgo más grande que se enfrenta en este momento es una desaceleración profunda de la actividad productiva y por tanto del empleo. En segundo término, señaló que los aumentos de la tasa de interés de política llevados a cabo en el último año no han logrado contener aún el incremento de la inflación ni el de sus expectativas, por el hecho de que el origen dominante del fenómeno inflacionario obedece a choques de oferta. Los excesos de demanda se han manifestado más en aumentos de importaciones que en alzas de precios. En estas circunstancias, aumentos adicionales de las tasas de interés afectarían mucho más el crecimiento económico que la inflación. La tendencia de incrementos en las tasas de interés externas, conllevan ajustes similares de las tasas de interés internas, sobre lo que observó que tasas de interés tan altas implican riesgos considerables sobre la cartera de consumo, el sector productivo y la financiación del Gobierno. La Junta Directiva reiteró su compromiso con hacer que la inflación converja hacia la meta de 3,0% anual, como requisito fundamental para asegurar el dinamismo y la sostenibilidad del crecimiento económico en el mediano y largo plazo. Al respecto señaló que podrían ser necesarios aumentos adicionales en la tasa de política en los meses venideros, dependiendo de la información disponible en cada momento sobre la coyuntura económica interna y externa, y sus perspectivas.
2022-10-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 28 de octubre de 2022 La Junta Directiva del Banco de la República decidió de forma unánime incrementar en 100 puntos básicos (p.b.) la tasa de interés de política monetaria llevándola a 11%. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: Durante el mes de octubre se agudizaron las condiciones financieras adversas que enfrenta la economía. Este deterioro se debió al aumento de las tasas de interés internacionales y a factores idiosincráticos. Estas condiciones se tradujeron en una depreciación mensual del peso frente al dólar superior a los promedios de otras economías emergentes y en aumentos de las tasas de interés de los TES y de la prima de riesgo. Entre agosto y septiembre la inflación anual subió de 10,8% a 11,4%, mientras que la inflación básica, sin alimentos ni regulados, pasó de 6,9% a 7,5%. El aumento de la inflación está explicado por presiones de costos en la producción de alimentos, el traspaso de la tasa de cambio al precio de los bienes transables, el aumento en las tarifas de la electricidad, la dinámica de la demanda y procesos de indización a tasas crecientes de inflación. Las medidas de expectativas de inflación mantienen una tendencia ascendente, alejándose de la meta. De acuerdo con la encuesta del Banco de la República a analistas económicos, la inflación esperada para fin de 2023 pasó de 6,3% a 6,7%. Las encuestas elaboradas más recientemente por terceros muestran incrementos adicionales en la inflación esperada para 2023. De acuerdo con el Indicador de Seguimiento de la Economía (ISE), el crecimiento anual de la actividad económica durante agosto fue 8,7%, impulsado por el crecimiento del consumo y de la inversión en maquinaria y equipo. El pronóstico de crecimiento del equipo técnico es 7,9% para 2022 y 0,5% para 2023. A pesar de la desaceleración prevista, el pronóstico del nivel de actividad económica en 2023 es 12% superior al observado en 2019, previo a la pandemia. Por su parte, el nivel de consumo total se espera que sea 15% superior al observado en 2019. De acuerdo con los datos más recientes, los niveles de empleo son significativamente superiores a los que precedieron la pandemia y han crecido en todos los sectores, especialmente en el segmento asalariado. La participación laboral ha estado estable y la tasa de desempleo ha caído por debajo de 11%. Otros indicadores del mercado laboral, como la relación de vacantes al nivel de desempleo, también sugieren una dinámica laboral favorable. Los aumentos observados de la inflación, la actividad económica, la tasa de cambio, la prima de riesgo y las tasas de interés superaron los pronósticos del equipo técnico. Estas sorpresas plantean un escenario diferente al observado durante la anterior reunión de la Junta Directiva. Todos los miembros de la Junta Directiva consideran que durante el último mes las condiciones de financiamiento externo de la economía se han deteriorado. Aunque este deterioro se revirtió parcialmente en los días previos a la Junta, las cifras más recientes siguen evidenciando una depreciación de la moneda y un aumento de la prima de riesgo de la deuda pública con respecto a lo que se observaba un mes atrás, y contribuyen a justificar un aumento de la tasa de interés de 100pb. La decisión unánime es una señal fuerte del compromiso de la Junta con la estabilidad monetaria y cambiaria. En sus intervenciones individuales, varios directores hicieron especial énfasis en los altos niveles observados de inflación, de actividad económica y de tasas de interés internacionales, que son superiores a los esperados durante la última reunión de la Junta Directiva. Estos directores expresaron su preocupación por el incremento persistente de la demanda de la economía por encima de sus niveles sostenibles en el largo plazo, y por el incremento de las expectativas de inflación para los próximos años. Con el aumento de la tasa de interés, esperan contribuir a que la actividad económica se ajuste a niveles que sean sostenibles en el largo plazo, y a que las expectativas de inflación converjan a la meta de inflación. Algunos directores también manifestaron preocupación por el desbalance fiscal y la vulnerabilidad del mercado de deuda pública. Expresaron que la decisión de aumento de la tasa de interés contribuye a mantener la confianza de los inversionistas extranjeros en el mercado de deuda colombiano y al financiamiento del déficit de cuenta corriente. Un director resaltó la necesidad de equilibrar el crecimiento del producto nominal y el crecimiento de los agregados monetarios a través de un aumento de la tasa de interés que fortalezca la demanda en el mercado de pesos. Todos los directores resaltaron la importancia de los factores de oferta en la evolución reciente de la inflación. Uno de ellos consideró que estos factores son, por mucho, el factor determinante y espera que mejoren en los próximos meses, contribuyendo a reducir la inflación. Aun así, para este director las condiciones de financiamiento de la economía, con tasas de interés externas crecientes, justifican el aumento acordado de la tasa de interés. La tasa de política monetaria se ubica en terreno contractivo, con la cual se espera garantizar una senda de convergencia hacia la meta de inflación de 3%. Esta postura reafirma el compromiso de la Junta Directiva con la meta de inflación y con la estabilización de la actividad económica al máximo nivel sostenible.
2022-12-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 16 de diciembre de 2022 La Junta Directiva decidió por mayoría incrementar en 100 puntos básicos (pb) la tasa de interés de política monetaria llevándola a 12,0%. Cuatro directores votaron a favor de esta decisión. Un director votó por un incremento de 125 pb, y otro lo hizo por un aumento de 25 pb. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: En noviembre la inflación anual total fue 12,5% y la inflación básica (sin alimentos ni regulados) 8,8%, superando en ambos casos los pronósticos del equipo técnico (11,8% y 8,6% respectivamente). Los choques de oferta de alimentos, las presiones cambiarias acumuladas sobre los precios y la indexación a tasas altas de inflación explicaron, en su mayor parte, la aceleración de la inflación. Actualmente, cerca del 97% de los rubros de la canasta del consumidor presentan variaciones anuales que superan la meta del 3,0%. El crecimiento anual del PIB en el tercer trimestre alcanzó 7,1% y superó el pronóstico del equipo técnico (6,4%). El mayor crecimiento frente a lo esperado se explicó, en parte, por una mejor dinámica de la demanda interna, impulsada por la inversión en vivienda y en maquinaria y equipo. El consumo privado registró una caída en términos trimestrales y un crecimiento anual por debajo de lo previsto. Para el año completo se pronostica un crecimiento de 8,0%, a pesar de las señales de desaceleración de la actividad económica que ya empiezan a observarse, las cuales se acentuarían en 2023, llevando a un crecimiento de 0,5%. Las expectativas de inflación continuaron por encima de la meta a todos los horizontes. La encuesta a los analistas económicos realizada por el Banco de la República en diciembre arrojó expectativas de inflación total y de inflación sin alimentos de 7,5% y de 7,0% para 2023, y de 4,5% y 3,9% para 2024, respectivamente. Las expectativas de inflación a 2 y 5 años calculadas a partir de los títulos de deuda pública (ajustadas por primas de liquidez y riesgo inflacionario) se ubican en 6,8% y 5,3%. El déficit de la cuenta corriente en el tercer trimestre de 2022 alcanzó un nivel históricamente alto de 7,2% del PIB. Las condiciones financieras internacionales para Colombia han mejorado tras el preocupante deterioro durante la tercera semana de octubre, lo cual se evidencia en las caídas recientes de las tasas de los TES y de las primas de riesgo, al igual que en el descenso y menor volatilidad de la tasa de cambio. A nivel global las condiciones financieras se mantienen apretadas, en un contexto en el cual se prevé una desaceleración de la economía mundial y un alza generalizada de tasas de interés. Teniendo en cuenta las condiciones descritas, todos los directores coincidieron en la necesidad de proseguir con el ajuste de la política monetaria. No obstante, divergieron en cuanto al monto del incremento requerido de la tasa de interés. Cuatro directores votaron a favor de un aumento de 100 pb; uno de ellos respaldó un incremento de 125 pb, y otro favoreció un aumento de 25 pb. El grupo mayoritario subrayó que la tendencia creciente de la inflación total y básica que se mantuvo hasta noviembre, y que contrasta con las caídas de inflación que empiezan a observarse en otras economías, exige un aumento importante de la tasa de interés para lograr un proceso de convergencia de la inflación hacia la meta en plazos razonables. Al respecto señalaron que los excesos de demanda continúan siendo evidentes y que el dinamismo de la cartera de crédito se mantiene alto, al alcanzar a inicios de diciembre una tasa de crecimiento anual cercana a 17,0%. Añadieron que, pese a la corrección de la tasa de cambio en semanas recientes, la depreciación del peso que durante el último año ha sido del 20%, seguirá ejerciendo presiones alcistas sobre los precios. Señalaron que la persistencia de una inflación alta y creciente, y de expectativas de inflación por encima de la meta, continúan estimulando procesos de indexación de precios que dificultan la convergencia de la inflación hacia la meta. Finalmente, manifestaron su preocupación por el elevado déficit externo del país en un ambiente internacional en el cual las condiciones de financiamiento externo continúan siendo difíciles. Al respecto consideraron que los esfuerzos del gobierno en materia fiscal son necesarios y notaron que ellos son claves para la reducción del déficit externo de la cuenta corriente. El director que votó por un alza de la tasa de interés de 125 pb insistió en que la actividad económica en niveles sigue siendo robusta, que la inflación continúa elevada en todas las canastas y que las expectativas de inflación se mantienen altas, indicando que la meta de inflación no se lograría en el horizonte de política. Anotó que el desbalance externo alcanza niveles preocupantes y que, a pesar de su disminución prevista para el próximo año, su financiamiento continúa siendo retador. Finalmente señaló que el aumento de 16% del salario mínimo para 2023 no sólo impacta la inflación por la vía de mayores costos de producción y del fortalecimiento de la demanda, sino también por el mayor referente nominal que dicho incremento establece para el ajuste de otros precios de la economía. El director que votó a favor de un incremento de 25 pb de la tasa de política enfatizó que entre octubre y noviembre se ha venido produciendo una desaceleración importante de la demanda agregada. Así lo deduce de indicadores líderes como el índice de confianza del consumidor (ICC), que ha venido mostrando caídas consecutivas, llegando en noviembre a niveles similares a los observados a mediados de 2021. Igualmente observa disminuciones en el índice de confianza empresarial (ICE), que luego de haber logrado una importante recuperación hacia fines de 2021, retornó en noviembre a niveles similares a los observados en marzo de 2021, cuando el país vivía nuevas olas del Covid. Otros indicadores como la dinámica de las importaciones; el transporte de pasajeros; las matrículas nuevas de vehículos; la demanda de energía; los despachos de combustibles y la generación de empleo, entre otros, confirman esa desaceleración. Todo ello sería muestra de que el crecimiento de la demanda de la economía ya se frenó, y puede estar incluso en contracción. Desde este punto de vista, este director sostuvo que el propósito de la política monetaria de controlar los excesos de demanda ya se logró, por lo cual alzas adicionales de las tasas de interés resultan contraproducentes. Señaló, además, que el aumento del salario mínimo acordado en forma tripartita refleja el aumento de la inflación para hogares de ingresos bajos más el aumento de la productividad, que en conjunto suman 15,6%. De otra parte, agregó que si bien las condiciones financieras internacionales siguen siendo complejas, se ha registrado una mejoría reciente para Colombia, como lo muestra el descenso y estabilidad de la tasa de cambio durante las últimas semanas, la reducción de los márgenes de riesgo para la deuda pública en los mercados privados internacionales y el descenso de las tasas de interés de los TES. Finalmente, anotó que el desequilibrio de la cuenta corriente refleja en buena medida el incremento de importaciones, las cuales ya empiezan a reducirse ante el debilitamiento de la demanda interna. La Junta reiteró que con la decisión adoptada por mayoría continúa el proceso de ajuste de la política monetaria que permita conducir en el mediano plazo la inflación hacia su meta de 3%, en el contexto de un crecimiento económico sostenible. Enfatizó que para ello seguirá adoptando las decisiones que considere necesarias con base en la nueva información disponible.
2023-01-01
- Minutas de la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República del 27 de enero de 2023 La Junta Directiva decidió por mayoría incrementar en 75 puntos básicos (pb) la tasa de interés de política monetaria llevándola a 12,75%. 5 directores votaron a favor de esta decisión, y 2 lo hicieron por un incremento de 25 pb. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: En diciembre tanto la inflación total (13,1%), como la inflación básica (sin alimentos ni regulados, 9,5%) continuaron con su tendencia creciente, como resultado de una inflación mensual de 1,3%, que superó lo esperado por el equipo técnico (0,5%) y por el mercado (mediana de 0,8%). La aceleración de la inflación obedeció a presiones alcistas sobre los precios de los alimentos, la indexación a altas tasas de inflación y los efectos acumulados de la depreciación del peso, entre otras razones. En línea con este resultado las expectativas de inflación se revisaron al alza, tanto para 2023 como para horizontes de 2 y 5 años. La actividad económica empezó a mostrar señales de desaceleración a partir del cuarto trimestre de 2022 según se deduce de indicadores líderes como la demanda de energía, las cifras de transacciones y los desembolsos de crédito de consumo. El Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) registró una variación anual de 2,9% en noviembre, inferior a la de octubre (4,4%) y a la esperada por el equipo técnico (4,0%). No obstante, los niveles de actividad económica siguen siendo elevados, por lo cual para 2022 se estima que la economía habría logrado un crecimiento de 8%. Se prevé que la desaceleración de la actividad económica tienda a profundizarse. El equipo técnico pronostica para 2023 un crecimiento de 0,2%. La inflación en los Estados Unidos y Europa ha mostrado un descenso más rápido de lo previsto como resultado del proceso de ajuste de la política monetaria y de la mitigación de perturbaciones de oferta, lo que posiblemente permitirá una trayectoria menos restrictiva de la política monetaria en esas regiones. Por otra parte, el relajamiento de las restricciones sanitarias en China podría traducirse en un mayor crecimiento de ese país y en un aumento de la demanda de bienes básicos, incluido el petróleo. La mejora del ambiente externo y la confianza en las perspectivas fiscales de Colombia se han reflejado en un descenso de la tasa de cambio. En línea con la transmisión de los incrementos de las tasas de interés de política monetaria a las tasas del mercado, el crecimiento del crédito total y, en forma particularmente pronunciada, del crédito de consumo, a partir del cuarto trimestre del año pasado, se han venido desacelerando. En el último mes y con cifras desestacionalizadas, el crecimiento de todas las carteras ha disminuido. Lo anterior favorece una moderación de la demanda interna, y con ello de las presiones inflacionarias en 2023. En el contexto descrito, los 7 miembros de la Junta Directiva coincidieron en la necesidad de llevar a cabo un nuevo incremento de la tasa de interés de política para lograr el retorno de la inflación hacia su meta de 3% en el mediano plazo. Destacaron que las últimas noticias en el frente inflacionario no fueron alentadoras. La inflación observada en diciembre en todas las canastas fue superior a la esperada por el equipo técnico y por los analistas, mientras que las expectativas de inflación para la mayoría de los plazos continuaron aumentando. Ello en un contexto en el que el ritmo de desaceleración de la actividad económica global ha sido menor al proyectado, y en el cual existe un renovado optimismo de los inversionistas externos por las economías emergentes. En el caso de Colombia, dicho optimismo se vio reflejado en las exitosas colocaciones de bonos del soberano y de Ecopetrol en los mercados internacionales y en reducciones en la prima de riesgo más acentuadas que las de sus pares regionales. No obstante, debido a énfasis distintos sobre el comportamiento de las principales variables macroeconómicas, hubo divergencia respecto al monto del ajuste requerido. 5 directores votaron por un incremento de 75 pb, y 2 de ellos lo hicieron por un aumento de 25 pb. Entre los argumentos del grupo mayoritario se resaltaron los múltiples riesgos inflacionarios que aún subsisten, entre ellos la indexación de precios, bien sea al salario mínimo o al último dato de inflación, con el agravante de que gran parte de la inflación es causada a principios del año. Se advirtió asimismo que las elevadas expectativas de inflación que se mantienen hacen necesario ajustar la tasa de interés real para preservar la postura contractiva de la política monetaria. Se anotó además que, a pesar de la apreciación del peso observada en las últimas semanas, la tendencia inflacionaria se ha visto reforzada por la depreciación acumulada del peso que se acerca al 15% en los últimos 12 meses. Para este grupo de directores, reafirmar el compromiso del Banco de la República con la meta de inflación mediante un aumento de 75 pbs contribuirá al proceso de recuperación del peso, con efectos benéficos sobre la inflación. Finalmente, desde una óptica diferente, un director de este grupo destacó la reducción en los indicadores de los principales agregados monetarios expresados como porcentaje del PIB y alertó sobre la posibilidad de que ello refleje una disminución de la demanda por dinero, lo cual lleva a los agentes económicos a preferir activos externos, bienes de consumo durable o el consumo, lo cual constituiría un factor de presión alcista adicional sobre el nivel de precios. La debilidad en las demandas por los activos monetarios parece reflejar la estructura de tasas de interés de captación. Los miembros de la Junta que votaron por un incremento de 25 pb resaltaron que las señales de desaceleración del crecimiento económico justifican un incremento más moderado de la tasa de interés de política. Hicieron énfasis en que la demanda de la economía entró en terreno contractivo en noviembre y diciembre, como se deduce de diversos indicadores como las ventas del comercio, el consumo de combustibles, las ventas de automóviles y el comportamiento de las importaciones; estas últimas han registrado caídas consecutivas durante varios meses y bajaron también en diciembre de acuerdo con la información de la Dian. Insistieron en que si el objetivo de la política monetaria era el de reducir la demanda de la economía, éste ya se logró, y los pronósticos indican que sus efectos sobre el crecimiento económico en el año que se inicia serán significativos. Expresaron la necesidad de preservar la recuperación del empleo y señalaron que los indicadores recientes del mercado laboral son altamente sensibles a la desaceleración de la actividad económica. Agregaron que los indicadores monetarios y crediticios confirman un retroceso en el dinamismo de la actividad económica que se observa en las menores tasas de crecimiento de los agregados monetarios y en la pérdida de dinamismo de la cartera crediticia. Subrayaron que la persistencia de la inflación, a pesar de incrementos históricamente altos de la tasa de interés de política, demuestra que el origen del fenómeno inflacionario ha sido esencialmente de oferta, asociado principalmente con el abastecimiento de alimentos. A ello se han agregado las presiones de origen cambiario, que junto con el incremento de los precios internacionales, han encarecido los costos de los insumos importados, pero resaltaron que esta presión se ha venido reduciendo desde noviembre. La indexación de precios ha sido otro factor de oferta que ha acentuado la tendencia inflacionaria. Finalmente, la Junta Directiva coincidió en que luego de la trayectoria de incrementos de las tasas de interés en 2022, y con la decisión adoptada en esta oportunidad, la política monetaria se acerca a la postura requerida para inducir en el mediano plazo una convergencia de la inflación hacia su meta de 3%. Reiteró que en el contexto de elevada incertidumbre, las decisiones sucesivas que se adopten dependerán críticamente de la nueva información disponible.
2023-03-01
- Minutas BanRep Marzo de 2023: estos son los elementos que tuvo en cuenta la Junta Directiva en su discusión de política En la reunión de marzo, se decidió por unanimidad incrementar en 25 puntos básicos (pb) la tasa de interés de política monetaria llevándola a 13%. La Junta Directiva del Banco de la República decidió por unanimidad incrementar en 25 puntos básicos (pb) la tasa de interés de política monetaria llevándola a 13% En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La inflación anual de 13,3% en febrero tuvo un incremento de sólo 3 pb frente a su registro de enero. Esta desaceleración en la variación de precios se explica en parte por la moderación de la inflación anual de alimentos la cual se ubicó en febrero en 24,1%, sensiblemente por debajo del dato de diciembre (27,8%). Al mismo tiempo, las presiones de costos estarían cediendo: los precios internacionales de alimentos y otros bienes importados vienen cayendo, lo que se ha reflejado en descensos progresivos de la inflación de precios al productor, cuyo aumento anual bajó de 19,2% en diciembre a 15,1% en febrero. Estas señales favorables sugieren que la tasa de inflación se aproxima a su techo, a partir del cual iniciaría el descenso previsto para 2023. Las expectativas de inflación comienzan a incorporar estas noticias positivas. Así lo mostraron los resultados de la encuesta mensual a los analistas económicos que realiza el Banco de la República, en la cual la expectativa de inflación a 12 meses se redujo de 7,7% en la encuesta de enero a 7,2% en la de marzo, en la mediana de la muestra. Algo similar ocurrió con la correspondiente expectativa a 24 meses, que descendió de 4,5% a 4,0%. A medida que esta reducción de expectativas de inflación se consolide y generalice entre los agentes formadores de precios de la economía, el fenómeno de indexación de precios comenzaría a ceder, facilitando el retorno de la inflación hacia su meta. El Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), el cual venía mostrando una desaceleración desde octubre, aumentó 5,8% en enero, con mejoras en actividades secundarias y terciarias. En virtud de la mejor dinámica que exhibió la economía en enero respecto a lo pronosticado, así como al efecto de una menor base estadística por la revisión de las cifras de 2022 realizada por el DANE, el equipo técnico aumentó su pronóstico de crecimiento del PIB para 2023 del 0,2% al 0,8%. A pesar de esta mejora en el pronóstico, la actividad económica sigue mostrando una desaceleración importante frente a su dinamismo de 2022, como se deduce de la caída de importaciones, las menores iniciaciones de vivienda, la reducción de las ventas de vehículos, el debilitamiento de la producción real manufacturera, y la reducción del crecimiento de la cartera crediticia, entre otros. Si bien los recientes problemas de estabilidad financiera en Estados Unidos y en algunos países europeos han generado nerviosismo y volatilidad en los mercados internacionales, lo cual ha aumentado la incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial, sus efectos sobre la economía colombiana han sido limitados, gracias a un sistema bancario bien regulado y supervisado que cumple holgadamente con los estándares del Comité de Basilea. En el contexto descrito, los miembros de la Junta Directiva acordaron por unanimidad incrementar en 25 pb la tasa de interés de política. Destacaron que la inflación y el comportamiento de sus expectativas se han movido en la dirección deseada. Coincidieron en la necesidad de continuar con el ciclo alcista de la tasa de interés, aunque en esta oportunidad con un aumento de menor magnitud, para asegurar el retorno de la inflación hacia la meta de 3%, que la Junta se ha propuesto alcanzar hacia finales de 2024. En la discusión que sostuvieron se expresaron opiniones diversas que se fueron acercando hasta lograr el acuerdo que permitió la decisión unánime. Algunos directores reiteraron que los incrementos de las tasas de interés de política monetaria desde 1,75% en septiembre de 2021 a 12,75% en enero de 2023, han moderado la dinámica de la demanda, como lo ilustran las caídas en el valor en dólares de las importaciones a partir de noviembre, al igual que otros indicadores de demanda. Al respecto anotaron que, aunque los resultados del ISE para enero estuvieron por encima de lo esperado, la información obtenida a partir de las reuniones con empresarios y de las encuestas de opinión empresarial sugieren como poco probable que una dinámica tan positiva se mantenga en los próximos meses. Resaltaron las señales alentadoras en materia de inflación, a pesar del incremento estacional del rubro de educación en febrero, que fue compensado por la moderación de la inflación de alimentos y de las tarifas de energía eléctrica. Agregaron que el crecimiento del crédito de consumo ha venido reduciéndose desde tasas cercanas a 23% anual en el tercer trimestre de 2022 hacia tasas inferiores al 13% a mediados de marzo. Subrayaron que, a pesar de su volatilidad, la tasa de cambio ha evolucionado de forma positiva desde los elevados niveles de octubre de 2022. En materia de riesgos resaltaron la reducción de más de 3 puntos porcentuales desde octubre de la tasa de interés de los TES, lo que refleja una mejora en el sentimiento de confianza. A lo anterior contribuiría la perspectiva del equipo técnico de una reducción del déficit externo en la cuenta corriente de la balanza de pagos de 6,2% del PIB en 2022 a 4% del PIB en 2023, pese a una caída importante en los precios de los productos básicos de exportación, en particular el petróleo. Otros directores manifestaron que, si bien hay señales alentadoras en cuanto a la desaceleración de la inflación total, se mantiene la persistencia de la inflación básica presionada por los efectos de la indexación de precios. Además, destacaron que, si bien las expectativas de inflación a uno y dos años vista se redujeron entre enero y marzo, las expectativas para fin de 2023 de los analistas económicos según la medición de marzo de la encuesta del Banco de la República se incrementaron nuevamente. De mantenerse elevadas estas expectativas, podrían dificultar el proceso de convergencia a la meta en los plazos planteados, en virtud de la importancia específica que el registro de inflación de fin de año tiene sobre ajustes en diversos precios y tarifas de cara al año siguiente. Agregaron que las señales de una menor desaceleración de la actividad económica podrían prolongar el dinamismo del consumo privado y retardar la corrección de los excesos de demanda. Anotaron que la sensibilidad de la economía a choques externos se ha incrementado y subsiste el riesgo de una elevada volatilidad de la tasa de cambio, más aún ante perspectivas de menores precios del petróleo. Resaltaron que, a pesar de los avances previstos en el ajuste de las finanzas públicas, persiste la presión del déficit fiscal sobre la demanda agregada y el desbalance externo. Recordaron que los incrementos de las tasas de interés en economías desarrolladas reducen la competitividad de Colombia en el mercado internacional de capitales y, en tales condiciones, subrayaron la necesidad de consolidar la posición contraccionista de la política monetaria para asegurar la senda de desinflación deseada y reestablecer el equilibrio macroeconómico. Notaron que el crédito sigue creciendo a tasas más rápidas que los agregados monetarios amplios (M2 y M3). Al respecto, advirtieron el riesgo de desacelerar los ajustes de la tasa de política frente al evento de tener que incrementarla más adelante. Los miembros de la Junta coincidieron en que, existiendo opiniones diversas, un aumento de 25 pb de la tasa de interés de política recoge sus principales inquietudes, por lo cual consideraron que con esta decisión la política monetaria continúa avanzando en su objetivo de llevar la inflación hacia su meta de 3%. Las decisiones sucesivas que adopte la Junta dependerán de la nueva información disponible.
2023-04-01
- Minutas BanRep Abril de 2023: la Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría incrementar en 25 puntos básicos (pb) la tasa de interés de política monetaria llevándola a 13,25% Cuatro directores votaron por este aumento, dos lo hicieron por mantenerla inalterada y un director votó por un incremento de 50 pb. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La desaceleración de la actividad económica que comenzó a observarse a partir del cuarto trimestre de 2022 ha continuado durante los primeros meses de 2023, pero a un ritmo inferior al previsto. Así lo muestra el indicador de seguimiento a la economía (ISE) cuya variación anual se redujo de 5,8% en enero a 3,1% en febrero. Esta tendencia la confirman otros indicadores líderes como la demanda de energía, las matrículas de vehículos, las importaciones en dólares y la cartera crediticia, que vienen registrando crecimientos bajos y en algunos casos negativos. Con base en esta información, el equipo técnico aumentó su pronóstico de crecimiento del PIB al 1% para 2023, lo cual significa que la economía lograría mantener el elevado nivel de producto que se alcanzó en 2022, pero que su expansión en el presente año sería moderada. La inflación anual en marzo se mantuvo relativamente estable alrededor de un nivel ligeramente superior al 13% anual como el que se ha venido observando desde diciembre. Este comportamiento refleja en parte la reducción de la inflación de alimentos, que entre febrero y marzo disminuyó de 24,1% a 21,8% anual, en un contexto de buen abastecimiento y reducciones de los costos de las importaciones. En dirección opuesta, los servicios tales como salud, transporte y recreación, entre otros, han seguido presionando la inflación al alza, lo cual se reflejó en un incremento de 47 pb de la inflación básica sin alimentos ni regulados en marzo. Por su parte, la inflación anual de precios al productor que en marzo se contrajo por quinto mes consecutivo, señala que las presiones de costos estarían cediendo y apunta a que la inflación al consumidor empezaría a descender en los próximos meses. Las expectativas de inflación total a plazos mayores o iguales a un año han comenzado a caer, pero continúan aún por encima de la meta. La encuesta mensual de expectativas a analistas económicos realizada por el Banco de la República en abril mostró que en la mediana de la muestra las expectativas a doce meses disminuyeron de 7,2% a 7,0%; para fines de 2024 se mantuvieron en 5,0%; y a 24 meses se sitúan en 4,0%. No obstante, para fines de 2023 la encuesta registró aumentos de expectativas, las cuales pasaron de 9,0 a 9,3% para la inflación total y de 8,7% a 9,4% para la inflación sin alimentos. El equipo técnico prevé que el déficit de la cuenta corriente se reduciría del 6,2% del PIB registrado en 2022 a 4,1% a fines de 2023. La moderación del desbalance externo obedecería principalmente al debilitamiento de la demanda interna, que ya se refleja en una caída de las importaciones. Adicionalmente, la renta de factores arrojaría un resultado menos negativo debido a que las utilidades remitidas al exterior por parte de las empresas con inversión extranjera en Colombia serían menores. Esto en parte se explica porque la reforma tributaria de 2022 aumentó las tarifas de impuestos a las empresas productoras de petróleo y de carbón, cuando los precios internacionales de estos productos básicos superaran cierto umbral, como en efecto ocurrió. El Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco Central Europeo incrementaron nuevamente sus tasas de interés de política ante la persistencia de los altos niveles de inflación y ahora se esperan tasas ligeramente superiores durante el horizonte de pronóstico. El mayor costo de financiamiento global, la pérdida de ingreso real por los altos niveles de inflación mundial y las tensiones geopolíticas seguirán impactando la economía mundial y podrían desacelerar la demanda externa. La extensión de los riesgos de las recientes quiebras de bancos en Estados Unidos y en Europa continúan siendo importantes para la economía global. La evaluación favorable de Colombia en el Artículo IV del FMI y la más reciente ratificación de que el país cumple con las condiciones de acceso a la Línea de Crédito Flexible, a la que sólo tienen acceso los países con sólidos marcos de política macroeconómica, significan un importante reconocimiento al manejo de la política económica en Colombia, que contribuye a mejorar la confianza de los mercados. En torno a estos y otros puntos relevantes de la situación económica y de sus perspectivas, los miembros de la Junta Directiva coincidieron en la necesidad de mantener la postura restrictiva de la política monetaria que haga posible la convergencia de la inflación hacia su meta. Si bien los directores tienen confianza en que la inflación pronto empezará a ceder, las diversas opiniones en cuanto al nivel requerido de la tasa de interés de política llevaron a que en esta ocasión 4 directores votaran por un incremento de 25 pb de la tasa de interés, dos de ellos por mantenerla inalterada, y un director lo hiciera por un incremento de 50 pb. Los directores del grupo mayoritario reconocen que los efectos de los incrementos de las tasas de interés de política sobre la demanda agregada han comenzado a hacerse evidentes, como lo muestran los indicadores líderes mencionados atrás. No obstante, enfatizan que la inflación no ha comenzado a reducirse, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países de América Latina. Resaltan, en particular, que la inflación sin alimentos ni regulados continúa elevada y con una tendencia creciente. Subrayan que, si bien las medidas de expectativas de inflación a plazos superiores a un año han mostrado ajustes a la baja, aquellas para fines de 2023 continúan elevadas y con tendencia creciente, tanto para la inflación total como para la inflación sin alimentos, lo cual contribuye a mantener los mecanismos de indexación de precios. De otra parte, un miembro de este grupo manifestó que si bien se está dando un ajuste fiscal que contribuye a disminuir el exceso de demanda y el desbalance en la cuenta corriente, la presión fiscal sigue siendo notable y restringe el espacio para tener una política monetaria menos contractiva. Los miembros de la Junta que votaron por mantener inalterada la tasa de interés de política en su nivel de 13% consideran que esta ya es una postura contraccionista, como lo muestra el hecho de que su nivel real se ubica desde hace varios meses por encima de la tasa de interés neutral que calcula el equipo técnico. Dicha postura ya ha tenido claros efectos sobre el debilitamiento de la demanda agregada y la desaceleración de la actividad económica, como lo confirman numerosos indicadores líderes. En estas circunstancias prefieren esperar a que el incremento de 11,25 puntos porcentuales de la tasa de interés de política acumulado desde septiembre de 2021 termine por tener plenos efectos sobre la economía. Al respecto, recuerdan que los rezagos en la transmisión de los cambios en la política monetaria son normales. Así mismo, resaltan que para 2023 se proyecta una corrección parcial de los desbalances externo y fiscal, lo que indica menores presiones de demanda. Destacan que la inflación de alimentos ha comenzado a corregirse y que posiblemente lo continuará haciendo con la mejora de las condiciones climáticas que contribuye a incrementar el abastecimiento de alimentos. Enfatizan que la disminución observada del índice de precios al productor tanto en su componente local como importado, indica que las presiones de costos estarían cediendo, lo cual crea condiciones propicias para que la inflación al consumidor empiece a descender. El director que votó por un incremento de 50 pb resalta que la inflación total, al igual que la inflación sin alimentos ni regulados, se mantienen en niveles elevados, y que esta última continúa mostrando incrementos importantes como ocurrió en marzo al aumentar 47 pb, impulsada por la indexación de precios. Esta característica hace que esta medida de inflación básica sea menos sensible a los aumentos de las tasas de interés. Al respecto manifestó su preocupación por el comportamiento de las expectativas de inflación sin alimentos para fin de 2023. De otra parte, anotó que el déficit de 6,2% del PIB con el que cerró la cuenta corriente a fin de 2022 y su proyección de 4,1% para 2023 continúa siendo un desbalance externo considerable, que requiere acelerar el proceso de ajuste de la economía colombiana. En su opinión, una política más gradual resultaría en un periodo más prolongado de tasas de política monetaria altas, con un claro impacto sobre la capacidad de crecimiento del país. La Junta Directiva anotó que la decisión adoptada es consistente con el objetivo de llevar la inflación hacia su meta de 3% en el horizonte de pronóstico y que futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.
2023-06-01
- Minutas BanRep Junio de 2023: la Junta Directiva del Banco de la República decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de política monetaria en 13,25 % La inflación anual de precios al consumidor descendió en mayo por segundo mes consecutivo y se situó en 12,4 %, liderada por la evolución de los precios de los alimentos, cuya inflación anual se redujo de 27,8 % en diciembre de 2022 a 15,7 % en mayo de 2023. Por el contrario, se observaron aumentos en la inflación de regulados, debido a las alzas en los precios de la gasolina, y en la inflación de servicios. La medida de inflación básica sin alimentos ni regulados se mantuvo estable alrededor de 10,5 % y, al igual que la inflación total, permanece alejada de la meta de 3,0 %. La encuesta realizada en mayo mostró que, en la mediana de la muestra, las expectativas de inflación de los analistas económicos continuaron disminuyendo y se ubican en 6,4 % y 4,0 % para 12 y 24 meses respectivamente, mientras que para fin de 2024 se sitúan en 5,0 %. Por su parte, las expectativas de inflación derivadas del mercado de TES y controlando por riesgos de liquidez y prima inflacionaria, se ubican entre 4,8 % y 6,4 % para horizontes entre uno y cinco años. En el primer trimestre de 2023 el PIB registró un crecimiento anual de 3,0 %, inferior al del mismo trimestre del año anterior (8,1 %), como resultado de la desaceleración del consumo y la contracción de la formación bruta de capital. La pérdida de dinamismo de la actividad económica continuó en abril según lo mostró el indicador de seguimiento a la economía (ISE), que arrojó una caída de -0,8 %. A pesar de la desaceleración observada, los indicadores del mercado laboral no presentan deterioro, según lo mostró el reporte para mayo publicado por el DANE, en el cual se mantuvo la tendencia de incremento de la población ocupada y de reducción de la tasa de desempleo para el agregado nacional. La moderación del dinamismo de la demanda interna ha inducido un ajuste importante en el desbalance externo del país, cuyo déficit de cuenta corriente se redujo a 4,2 % del PIB en el primer trimestre de 2023, frente a un déficit de 6,2 % en 2022. El peso colombiano ha presentado una apreciación de alrededor de 13 % en lo corrido del año y las primas de riesgo para Colombia han disminuido de forma sustancial, revirtiendo parcialmente el deterioro relativo que se observó en los dos años anteriores con respecto a otras economías emergentes. Esto se ha dado en el contexto de alta incertidumbre en la economía global y de reducción de los precios del petróleo desde un nivel promedio cercano a los USD 100 por barril en 2022, a precios que actualmente fluctúan por debajo de los USD 80 el barril. Los directores destacaron que luego de estabilizarse en un nivel ligeramente superior al 13 % anual durante el primer trimestre, la inflación total registró descensos consecutivos en abril y mayo, como resultado de la caída de la inflación de alimentos; los ajustes a la baja de los precios internacionales de algunos alimentos y costos de transporte; la revaluación de la tasa de cambio; y la reducción de la inflación de precios al productor, entre otros factores. Lo anterior en el contexto de una moderación del crecimiento de la demanda interna y de una tasa de interés de política monetaria que se ubica en terreno contractivo. Al mismo tiempo, subrayaron que existen riesgos hacia adelante en el comportamiento de la inflación que no se deben subestimar, tales como el fenómeno de El Niño; las alzas previstas en los precios de los combustibles; y la incertidumbre que rodea el ambiente económico internacional. En estas circunstancias, respaldaron de manera unánime la decisión de mantener inalterada la tasa de interés de intervención, y advirtieron que no existen aún las condiciones propicias para iniciar un relajamiento de la postura de la política monetaria. En sus intervenciones individuales los directores profundizaron en las razones para su decisión y en el llamado a la cautela en el manejo de la política monetaria. Los directores resaltaron la reducción de cerca de un punto porcentual de la inflación total entre marzo y mayo. Destacaron que la inflación básica dejó de aumentar y que las expectativas de inflación se redujeron en un contexto de apreciación del peso, a pesar de aumentos en los precios de la gasolina que presionaron al alza el rubro de regulados de la canasta del consumidor. Agregaron que el aumento acumulado de 11,5 puntos porcentuales de la tasa de interés de política ya se viene reflejando en la moderación del ritmo de crecimiento de la demanda agregada, como lo revelaron los resultados del PIB para el primer trimestre y del ISE para abril. Anotaron que el ajuste en la demanda interna, en mayor cuantía que el de los niveles de producción, ha permitido una reducción del déficit en cuenta corriente. Igualmente, señalaron una disminución del dinamismo del crédito de consumo, que pasó de crecer a tasas cercanas a 23 % anual en el tercer trimestre de 2022 a un crecimiento inferior al 7 % anual a mediados de junio, y de 0 % si la variación se mide en el margen de las últimas trece semanas. La menor dinámica del crédito de consumo disminuye la probabilidad de un sobreendeudamiento de los hogares. Finalmente, valoraron los avances del Gobierno en la reducción del desequilibrio fiscal como resultado de las dos últimas reformas tributarias, y de la firmeza para emprender el necesario reajuste en los precios de los combustibles. Habiendo reconocido estos progresos, los directores subrayaron diversos aspectos de riesgo sobre el comportamiento futuro de la inflación, que exigen mantener especial cautela en las decisiones de política monetaria, para no retrasar su convergencia a la meta del 3,0. Al respecto señalaron que, a pesar de la reciente reducción de la inflación, ésta continúa en un nivel excesivamente alto, que contrasta con lo observado en países avanzados y en las economías comparables de América Latina, en las cuales la inflación se ha reducido de manera sustancial. Agregaron que la inflación básica sin alimentos ni regulados, especialmente servicios, ha mostrado una fuerte rigidez, lo que indica que, exceptuando los alimentos, persisten presiones inflacionarias importantes. Al respecto, advirtieron que las expectativas de inflación total y sin alimentos continúan elevadas y por encima de la meta a distintos plazos, a pesar de sus disminuciones recientes. Adicionalmente, los directores señalaron riesgos específicos que introducen una incertidumbre importante sobre el comportamiento futuro de la inflación. Entre ellos se refirieron a los efectos que podría acarrear el fenómeno de El Niño sobre los precios de los alimentos y la energía, y la elevada incertidumbre internacional. Subrayaron que existen escenarios de riesgo que requieren dejar abierta la posibilidad de respuesta de la política monetaria, en la dirección que la Junta Directiva del Banco de la República considere necesaria. Finalmente, los directores reiteraron que la decisión tomada en esta sesión es acorde con el objetivo de llevar la inflación hacia su meta de 3,0 %, y que las decisiones futuras dependerán de la nueva información disponible.
2023-07-01
- Minutas Banrep Julio de 2023: la Junta Directiva del Banco de la República decidió por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de política monetaria en 13,25% La inflación anual en junio se situó en 12,1 %, inferior en un punto porcentual a la registrada en diciembre de 2022. La disminución de la inflación ha permitido una moderación de las expectativas de inflación. La encuesta realizada en julio mostró que, en la mediana de la muestra, las expectativas de inflación de los analistas económicos continuaron disminuyendo y se ubican en 6,0 % y 3,9 % para 12 y 24 meses respectivamente. Por su parte, las expectativas de inflación derivadas del mercado de TES y controlando por riesgos de liquidez y prima inflacionaria, se ubican entre 5,6 % y 4,6 % para horizontes entre dos y cinco años. A pesar de estos avances, la inflación continúa en niveles altos con respecto a la meta y sus expectativas siguen distanciadas de la meta, como lo muestra la expectativa de inflación para 2024 que se sitúa en 5,0 %. Adicionalmente, subsiste la rigidez de la inflación básica sin alimentos ni regulados al ubicarse en junio en 10,5 % anual, nivel similar al que se observó en los meses precedentes. Los procesos de indexación siguen activos, lo cual contribuye a explicar este comportamiento. El indicador de seguimiento a la economía (ISE) para abril y mayo, al igual que la última encuesta de industria y comercio, sugieren que la desaceleración de la actividad económica en el segundo trimestre habría sido mayor a la prevista. Acorde con esto, el equipo técnico redujo levemente su pronóstico de crecimiento para 2023 de 1 % a 0,9 %, lo que lo sitúa por debajo de los de la mayoría de los analistas económicos. Al mismo tiempo, aumentó ligeramente al alza la proyección para 2024, de 0,9 a 1 %. Aunque estos crecimientos lucen bajos, corresponden a niveles de producto históricamente elevados, ya que se trata de variaciones marginales sobre las importantes expansiones del PIB que se dieron en 2021 y 2022. A pesar de los síntomas de desaceleración, el mercado laboral continúa exhibiendo un buen desempeño. Así lo mostró el último reporte sobre el mercado laboral del DANE, en el cual la tasa desempleo para el agregado nacional en el mes de junio se redujo a 9,3 %, y para las trece principales ciudades cayó a 8,8 %. La tasa de crecimiento del crédito ha venido disminuyendo. A mediados de julio la cartera total y la de consumo crecían a tasas anuales de 9 % y de 5 % respectivamente, ritmos considerablemente inferiores a los observados hasta septiembre de 2022. De otra parte, se ha producido un deterioro relativo en la calidad de la cartera, principalmente en la modalidad de consumo. A pesar de ello, los establecimientos de crédito mantienen altos niveles de capital, que se traducen en un nivel de solvencia agregada que excede ampliamente el mínimo regulatorio, y en posiciones sólidas de liquidez y de fondeo, también superiores a las exigencias regulatorias, las cuales siguen los más altos estándares internacionales. El peso colombiano ha continuado fortaleciéndose, retornando a niveles no observados desde mediados de 2022. La apreciación del peso se ha dado en el contexto de una reducción de las primas de riesgo país, en mayor grado que lo ocurrido en otras economías de la región. En su discusión de política los directores sopesaron los aspectos positivos del comportamiento reciente de la inflación y otras variables macroeconómicas, con aquellos que causan preocupación. Entre los primeros, los directores destacaron la disminución de la inflación de precios al consumidor por tercer mes consecutivo, y resaltaron la fuerte caída que ha tenido la inflación de precios al productor, lo cual evidencia la reducción en el ritmo de crecimiento de los costos de producción. Señalaron que las expectativas de inflación a distintos plazos han continuado disminuyendo, incluyendo aquellas para fin de 2023. También destacaron la notable apreciación del peso en los últimos meses, que asociaron con señales positivas en cuanto a niveles de riesgo, y que consideraron favorables para el proceso desinflacionario y la convergencia a la meta de inflación. Resaltaron que el menor crecimiento del crédito y de los agregados monetarios, refuerzan el ajuste a la baja en los excesos de la demanda agregada. Igualmente, subrayaron el progreso que se viene haciendo en el ajuste del desequilibrio de la cuenta corriente de la balanza de pagos, para llevarla a niveles más sostenibles. Destacaron el propósito del Gobierno Nacional de reducir su déficit fiscal en un punto del PIB en 2023. Recalcaron que a pesar la desaceleración de la actividad económica en lo corrido del año, el mercado laboral continúa fuerte. Los directores estuvieron de acuerdo en destacar los favorables indicadores del sistema financiero que reafirman su fortaleza, a pesar del deterioro en la calidad de la cartera asociado a la desaceleración de la actividad económica y a las elevadas tasas de interés. En ello juega un papel importante la regulación financiera en Colombia, que sigue altos estándares internacionales. Al respecto, enfatizaron que no existe una disyuntiva entre estabilidad de precios y estabilidad financiera. En cuanto a los factores que causan preocupación, los directores resaltaron que, pese a la reducción de la inflación en los tres últimos meses, ésta continúa en un nivel excesivamente alto, comparada con la que se observa tanto en los principales países avanzados como en las economías semejantes de América Latina. Advirtieron con inquietud el hecho de que en Colombia no se han empezado observar reducciones en el indicador más utilizado de inflación básica, definida como la canasta del IPC sin alimentos ni regulados, que para junio se mantuvo en un nivel de 10,5 %, el más alto de este siglo. Subrayaron que las expectativas de inflación a diferentes plazos continúan ubicándose en niveles superiores a la meta del 3%, a pesar de sus disminuciones recientes. Resaltaron los riesgos asociados a la evolución futura de la tasa de cambio dada la incertidumbre que aún prevalece a nivel local y global. Mencionaron los riesgos que surgen de los efectos que pueda tener la intensidad del fenómeno de El Niño sobre los precios de los alimentos y de la energía, así como los nuevos choques provenientes del recrudecimiento del conflicto en Ucrania, y del rompimiento de los acuerdos para permitir la exportación de cereales y otros insumos agrícolas desde esa región. Señalaron que los incrementos de los precios de los combustibles, requeridos para sanear el déficit que dejó su congelamiento durante un período prolongado, seguirán presionando al alza la canasta de regulados, y la inflación en general. Al respecto, indicaron que la caída en la inflación de alimentos ha logrado compensar hasta el momento la mayor inflación de regulados, pero que los efectos de El Niño o de la guerra en Ucrania podrían reversar este logro, en un contexto en el que la inflación básica continúa sin ceder. Así las cosas, reconocieron que la lucha contra la inflación no ha terminado. En este sentido coincidieron en la necesidad de mantener la actual postura restrictiva de la política monetaria, hasta no ver señales convincentes de la convergencia de la inflación hacia su meta. Al hacer un cuidadoso balance de riesgos, los directores acordaron por unanimidad mantener inalterada la tasa de interés de política. Al mismo tiempo insistieron en que las decisiones sucesivas que adopte la Junta dependerán de la nueva información disponible.
2023-09-01
- Minutas Septiembre de 2023: la Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de interés de política monetaria en 13,25 % Cinco directores votaron a favor de esta decisión y dos lo hicieron por un recorte de 25 puntos básicos (pb.) En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: En agosto la inflación total fue de 0,7 %, superior a la que el equipo técnico y el mercado esperaban (0,5 %). En términos anuales la inflación total se ubicó en 11,4 % y la básica sin alimentos ni regulados en 9,9 %. Si bien ambas medidas de inflación continuaron descendiendo, lo hicieron a un menor ritmo que el proyectado y se mantienen alejadas de la meta. La reducción más lenta de la inflación se explicó por el comportamiento de los precios de los alimentos, principalmente por el repunte del grupo perecederos, al igual que por los mecanismos de indexación de precios que le han imprimido persistencia a la elevada inflación. No obstante, el grueso de la reducción de la inflación desde abril ha reflejado la caída de la inflación de alimentos. Las expectativas de inflación tuvieron movimientos mixtos. La encuesta a los analistas de septiembre mostró un ligero incremento de sus expectativas de inflación para finales de 2024, con una mediana que pasó de 4,9 % a 5%. Sin embargo, en un horizonte de dos años éstas se redujeron de 4 % a 3,9 %. Las expectativas que se extraen de los mercados financieros a 1, 5 y 8 años ajustadas por prima de riesgo inflacionario mostraron incrementos y se ubicaron en 5,2 %, 4,6 % y 4.2 % respectivamente. Estas revisiones se dieron en un contexto de lentitud en la caída de la inflación y de riesgos inflacionarios previstos asociados principalmente al fenómeno de El Niño, el ajuste en los precios de los combustibles y procesos de indexación. La actividad económica continuó desacelerándose acorde con las proyecciones del equipo técnico. Así lo confirman los indicadores de alta frecuencia, que entre los componentes de demanda muestran que la inversión viene registrando la caída más fuerte, mientras que por el lado de la oferta las actividades que presentan un mayor ajuste son la industria manufacturera y la construcción. Sin embargo, a nivel agregado la actividad económica se mantiene en niveles superiores a los que se observarían de haberse continuado la tendencia de crecimiento previa a la pandemia. Lo anterior se refleja en el dinamismo del mercado laboral, el cual sigue registrando crecimientos de la ocupación y tasas de desempleo inferiores a las de los últimos cinco años, según la información para agosto publicada por el DANE. Como respuesta al ajuste de la demanda interna, el desbalance externo del país se redujo a 3 % del PIB en el segundo trimestre, frente a 4,2 % en el trimestre anterior y a 6,2 % del PIB en 2022. Este ajuste refleja, principalmente, una reducción de las importaciones desde los altos niveles registrados en 2022, menores utilidades remitidas al exterior por empresas con inversión extranjera directa y un repunte de las exportaciones de servicios asociadas con el turismo. La reducción del déficit de la cuenta corriente mejora la posición externa del país y hace que la economía sea menos vulnerable ante deterioros significativos en el contexto global. La Junta enfatizó que una inflación alta genera elevados costos para la economía en términos de crecimiento y equidad, dificulta el financiamiento a largo plazo para los sectores público y privado, introduce distorsiones en la asignación de recursos y produce redistribuciones en contra de los estratos de ingresos bajos de la población. A este respecto, la Corte Constitucional en sentencia de 1999 precisó que la obligación del Banco de la República de preservar la capacidad adquisitiva de la moneda debe tomar en consideración los otros objetivos económicos de la intervención del Estado, como el crecimiento económico y el empleo. El cumplimiento de este mandato requiere lograr un crecimiento sostenible con estabilidad de precios. A este objetivo apunta la política monetaria en el largo plazo, lo cual precisa que choques inflacionarios como el actual deban ser enfrentados de manera oportuna. En condiciones de una desaceleración de la actividad económica que en gran medida se anticipaba, los directores compartieron el propósito general de encontrar la mejor oportunidad para iniciar un proceso de reducción de la tasa de interés. En este contexto, cinco directores votaron por mantener inalterada la tasa de interés de política en su nivel actual de 13,25 % y dos de ellos votaron por reducirla en 25 pb. El grupo mayoritario de directores que optó por no modificar la tasa de interés reconoce que la restricción monetaria llevada a cabo hasta el momento ha moderado sustancialmente los excesos de demanda que predominaron en 2022; ha inducido una normalización del crecimiento del crédito, particularmente el de consumo; y ha traído consigo una reducción significativa del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Todo ello representa un avance importante en el ajuste económico requerido, que ha disminuido de forma considerable los riesgos que existían sobre la estabilidad macroeconómica. No obstante, advierten que las cifras de inflación, tanto total como básica, se mantienen en niveles excesivamente altos, que contrastan con lo que sucede tanto en los principales países avanzados como en las economías comparables de América Latina que han podido empezar a bajar sus tasas de interés. Agregan que las expectativas de inflación continúan distantes de la meta de 3 %, lo cual promueve procesos de indexación de precios que se reflejan por ejemplo en el rubro de servicios, cuya inflación anual permanece por encima de 9% y se resiste a caer. Advierten que existen riesgos importantes que pueden afectar la inflación en Colombia en los próximos meses, tales como la materialización de un Niño fuerte que presione al alza los precios de los alimentos y de la energía; la posibilidad de tasas de interés más altas en las principales economías desarrolladas (Estados Unidos y Zona Euro) que expulse capitales de portafolio del país, e induzca tendencias a la depreciación de la tasa de cambio; e incrementos en los precios del petróleo, como los que ya se vienen observando, que acentúen la necesidad de continuar aumentando los precios de los combustibles. En estas circunstancias, estos directores consideran que no están dadas las condiciones para una reducción de la tasa de interés, y que de adoptarse una decisión prematura se correría el riesgo de tener que revertirla más adelante, con gran costo para la credibilidad de la política monetaria, y para el proceso de convergencia de la inflación hacia la meta establecida. Estos directores notaron, además, que la política monetaria es una política con un horizonte más largo en sus objetivos y su implementación, lo cual implica que debe mantener muy firme el objetivo de regresar a la meta del 3%, para así darle una mayor estabilidad macroeconómica a Colombia. Los directores que votaron por una reducción de 25 pb de la tasa de interés de política no se apartan sustancialmente de las preocupaciones del grupo mayoritario en cuanto a la persistencia de la inflación, su nivel y expectativas aún elevadas, y las contingencias de presiones inflacionarias que se vislumbran hacia adelante. No obstante, su lectura de los indicadores y de sus perspectivas, los llevan en esta oportunidad a inclinarse por el inicio del ciclo de reducciones de la tasa de interés. Al respecto argumentan que el ajuste de la política monetaria iniciada y sostenida desde septiembre de 2021 ha logrado su propósito de reducir el exceso de demanda en la economía y seguirá obrando en lo que resta del año. Así lo muestra el importante debilitamiento de la demanda interna, en especial de la inversión, que se ha reflejado en una significativa corrección del déficit en la cuenta corriente, que se reduciría a 3,4 % del PIB al finalizar el 2023 según lo prevé el equipo técnico, luego de un desbalance de 6,2 % del PIB el año anterior. Agregan que el desequilibrio fiscal también presenta una corrección importante, el cual se destaca como uno de los mayores ajustes realizados por los países de la región en el último año, al estimarse que el déficit del Gobierno General se reduciría de -6,5 % a -3,3 % del PIB entre 2022 y 2023, según el marco fiscal de mediano plazo publicado en junio. Anotan que estos ajustes aproximan la economía a una senda de crecimiento más sostenible en el futuro, lo cual mejora las condiciones financieras internacionales de Colombia. Sin embargo, manifestaron su preocupación de que una profundización de la desaceleración económica pueda convertirse en una amenaza para el ingreso de los hogares, y menoscabe los avances en reducción de la pobreza logrados en 2022. Al respecto, señalaron que los cierres financieros de proyectos de construcción de vías y de vivienda, a cargo hoy en día del sector privado, se han visto impedidos por las elevadas tasas de interés vigentes, lo cual debilita el ritmo de actividad económica. Los directores coincidieron en que la decisión adoptada por la Junta Directiva es coherente con el objetivo de llevar la inflación hacia su meta de 3 %, y reafirmaron que las futuras decisiones que adopte la Junta dependerán de la nueva información disponible.
2023-10-01
- Minutas Banrep Octubre de 2023: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de interés de política monetaria en 13,25 % Cinco directores votaron a favor de esta decisión y dos lo hicieron por un recorte de 25 puntos básicos (pb.) En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: En septiembre, la inflación anual total (11%) y básica (9,5%) continuaron su descenso frente a meses anteriores. Sin embargo, dicha reducción ha sido más lenta que la prevista por el equipo técnico y su nivel está aún muy por encima de la meta. La inflación anual de bienes (10,4%) y la inflación de alimentos (11,5%) se redujeron con respecto al mes anterior, pero las de servicios (9,1%) y de regulados (15,8%) se mantuvieron estables. Las expectativas de inflación implícitas en los mercados de deuda pública se incrementaron para todos los plazos y se ubican por encima de la meta. Por otro lado, de acuerdo con las encuestas consultadas por el Banco, las expectativas de inflación total se incrementaron para 2023 y 2024, mientras que las expectativas de la inflación sin alimentos tuvieron un comportamiento mixto. Los aumentos en las expectativas de inflación están asociados, entre otros, a riesgos como el fenómeno de El Niño, la fijación del salario mínimo por encima de la inflación observada y la senda de ajustes requeridos en el precio de los combustibles. Adicionalmente el aumento en la tasa de cambio del peso frente al dólar que tuvo lugar en el mes de octubre, asociado a cambios en las condiciones financieras internacionales, también pudo haber afectado las expectativas de inflación. El equipo técnico estima un crecimiento anual de la actividad económica de 0,4% durante el tercer trimestre del año, y el crecimiento esperado para 2023 se revisó al alza de 0,9% a 1,2%. Aunque estas tasas de crecimiento significan una desaceleración sustancial con respecto a los años anteriores, el nivel de la actividad económica se mantiene elevado y el desempleo ha alcanzado bajos históricos, en un contexto de elevadas tasas de participación laboral. El desempeño sectorial ha sido desigual, con estancamiento o retroceso en sectores primarios y secundarios y crecimiento en el sector terciario. Por el lado de la demanda, se observan caídas en la inversión y el consumo de bienes durables y semidurables, que contrastan con el crecimiento en el consumo de servicios. La caída en la inversión ha jugado un papel importante en la reducción sustancial de las importaciones y del déficit de la cuenta corriente. A pesar del ajuste del desbalance externo de la economía, se perciben riesgos externos crecientes. Por un lado, el equipo técnico revisó al alza la trayectoria esperada de las tasas de interés en mercados desarrollados. Este aumento, consecuencia de una inflación global persistente, aprieta las condiciones de financiamiento de la economía colombiana. Por otro lado, la inestabilidad política internacional genera incertidumbre adicional en los mercados financieros y puede causar impactos el mercado cambiario asociados a cambios en los flujos de capitales y en los precios de los productos básicos. En su análisis, los directores reconocen los riesgos inflacionarios que enfrentaría la economía colombiana durante el próximo año. Por un lado, resaltan riesgos internos derivados de la probabilidad creciente de observar un fenómeno de El Niño fuerte con impactos en los mercados agrícolas y de energía. También anticipan efectos del aumento del salario mínimo sobre los precios indexados de algunos bienes y servicios. Por otro lado, consideran que la incertidumbre política global es un nuevo factor de riesgo externo. Los directores también reconocen el riesgo que enfrenta la actividad económica y el efecto que las tasas de interés tienen sobre esta. Por lo tanto, están de acuerdo con la conveniencia de iniciar un proceso de reducción de la tasa de interés de intervención, tan pronto como sea prudente hacerlo. En este contexto, cinco directores votaron a favor de mantener la tasa de interés de intervención en su nivel actual de 13,25%, mientras que dos directores votaron a favor de una reducción de 25 pb a 13%. La decisión de los directores refleja el peso que le dan a los factores de riesgo mencionados. El grupo mayoritario que votó a favor de mantener la tasa actual considera que los riesgos inflacionarios son preponderantes. En la medida en que estos riesgos se han transmitido a las expectativas de inflación, reducen la tasa de interés real esperada y, por consiguiente, la postura contraccionista de la política monetaria, generando mayores costos en el proceso de retorno de la inflación hacia la meta. La decisión de mantener inalterada la tasa actual contribuye a contener las expectativas de inflación y a proteger la credibilidad del Banco. Uno de los directores del grupo mayoritario consideró además que la urgencia de reducir la tasa de intervención se mitiga con la reducción que se ha observado a partir de agosto en las tasas de interés de los CDTs y en las tasas de interés activas en los mercados de crédito, la cual respondió en parte al otorgamiento de liquidez a plazos de tres y seis meses por parte del Banco de la República en los últimos meses. Los dos directores que votaron en favor de una reducción de 25 pb de la tasa de intervención consideran que el aumento de tasas ha contribuido a cerrar la brecha de producto y continuará obrando hasta eliminar totalmente las presiones de demanda sobre los precios de la economía. Resaltan el ajuste externo y el ajuste fiscal de la economía durante el último año, que la hacen menos vulnerable. Aunque no discrepan de los demás directores respecto a la existencia de riesgos inflacionarios, consideran que estos son menores frente al riesgo a la baja en la actividad económica y el empleo, en particular por los efectos de la tasa de interés sobre los proyectos de inversión. De manera unánime, los directores estuvieron de acuerdo en hacer un llamado a la prudencia en la fijación del salario mínimo para 2024. A este respecto señalaron que la reducción de la inflación entre 2022 y 2023 conlleva a que en el transcurso del año que termina haya habido un aumento significativo del salario real, el cual se reforzará con el proceso de reducción de la inflación previsto para 2024. Los directores reiteraron su compromiso con el cumplimiento de la meta de inflación de 3%, considerando el impacto de sus decisiones sobre los niveles de la actividad económica y el empleo. Así mismo, afirmaron que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.
2023-12-01
- Minutas Banrep Diciembre de 2023: Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 25 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 13% Cinco directores votaron a favor y dos lo hicieron a favor de mantenerla constante. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La inflación en noviembre se ubicó en 10,15%, completando ocho meses de descensos consecutivos. La disminución de la inflación anual de alimentos desde 10,36% en octubre a 8,25% en noviembre contribuyó de manera sustancial a la moderación de la inflación total. En particular, se destacó la fuerte caída de la inflación anual de los alimentos perecederos, al reducirse a 7,8% en noviembre, luego de permanecer en niveles de alrededor de 13% en los meses precedentes. El efecto favorable de la menor inflación de los alimentos se compensó parcialmente por la mayor inflación del rubro de regulados que alcanzó 16,9% anual en noviembre, debido a los incrementos en los precios de los combustibles y la energía. Por su parte, entre junio y noviembre la inflación básica (sin alimentos ni regulados) se redujo en todos los meses, pasando de 10,51% a 8,86% anual. Las expectativas de inflación a distintos plazos tuvieron comportamientos mixtos. La encuesta mensual del Banco de la República a los analistas económicos mostró que en la mediana de la muestra sus pronósticos para fin de 2024 aumentaron de 5,2% a 5,7% entre noviembre y diciembre, pero sus expectativas de inflación a 2 y 5 años permanecieron estables y se ubican en 3,8% y 3%. Las expectativas de inflación a dos años derivadas de los mercados de TES, controlando por prima inflacionaria y de liquidez, presentaron un cambio de tendencia durante el último trimestre, y se redujeron de 6,1% a 5,4% entre octubre y diciembre. La actividad económica ha continuado desacelerándose. El índice de seguimiento de la economía (ISE) presentó una variación anual de -0,4% en octubre. Las actividades secundarias, que comprende industrias manufactureras y construcción, presentaron las mayores disminuciones. Dentro de las terciarias, los principales retrocesos respecto a septiembre se dieron en los macro- sectores de comercio, transporte y alojamiento, y en el de administración pública, salud y educación. El equipo técnico revisó a la baja su pronóstico de crecimiento para 2023 del 1,2% al 1%, con lo cual la proyección de actividad económica retornó a aquella que se mantuvo hasta agosto. El ajuste de la actividad económica hacia niveles más compatibles con la capacidad productiva de la economía ha contribuido a reducir el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. En términos trimestrales éste se redujo a 1.7% del PIB en el tercer trimestre de 2023 frente al 7,1% del PIB en el mismo trimestre de 2022. Para el año completo se estima que se ubique en 2,8% del PIB en 2023 comparado con un déficit de 6,2% del PIB registrado en 2022. Las razones que explican esta importante corrección del desbalance externo obedecen principalmente a la significativa caída de las importaciones, asociada al ajuste de la demanda interna, así como a la mejora en la renta neta de factores, como reflejo de las menores utilidades remitidas al exterior por parte de las empresas con inversión extranjera en el país. El fortalecimiento en la posición externa que significa la reducción de este déficit hace que la economía sea menos vulnerable ante eventuales deterioros en las condiciones económicas globales. Las condiciones financieras externas y sus perspectivas han mejorado, en un entorno de una inflación global que, si bien continúa alta, mantiene una tendencia decreciente. En el caso de los Estados Unidos, las más recientes proyecciones sugieren que la tasa de interés de política del Banco de la Reserva Federal tendría una senda más baja que la anteriormente prevista. En este contexto, el peso colombiano se apreció frente al dólar y la prima de riesgo soberano de Colombia alcanzó su nivel más bajo de los últimos 18 meses. Los miembros de la Junta resaltaron que la postura contractiva de la política monetaria ha contribuido a disminuir los desequilibrios macroeconómicos acumulados en los años recientes. La moderación de la demanda interna a niveles compatibles con la capacidad productiva ha ayudado a crear las condiciones para lograr una inflación decreciente y una posición externa más sostenible. Para consolidar estos avances los directores subrayaron la necesidad de que la política monetaria continúe enfocada en asegurar la convergencia de la inflación hacia la meta y el logro de niveles sostenibles del producto. Adicionalmente, los directores recalcaron que siguen existiendo riesgos importantes en el horizonte de política. El más inmediato es la incertidumbre sobre el aumento del salario mínimo para 2024, en una economía tan altamente indexada como la colombiana. Del mismo modo, subrayaron los riesgos inherentes en el fenómeno de El Niño y sus efectos sobre los precios de los alimentos y la energía; la remoción del subsidio al Diesel; y los impuestos a los alimentos ultra procesados. Teniendo en cuenta lo anterior, cinco directores votaron por una reducción de 25 pbs de la tasa de interés de política, y dos directores votaron por mantenerla inalterada en el nivel de 13,25%. Los directores que votaron por una reducción de 25 pbs destacaron las razones por las cuales consideran oportuno y necesario adoptar esta decisión en las actuales circunstancias. Al mismo tiempo reconocieron los riesgos e incertidumbre que aún subsisten en el frente inflacionario y macroeconómico, los cuales exigen ser especialmente cautos en futuras decisiones. Advirtieron que esta decisión no puede ser vista como el inicio de un ciclo continuo de recortes a la tasa de interés de política, sino que cada decisión será analizada en su momento de acuerdo con la nueva información disponible. Resaltaron los argumentos que en su opinión justifican proceder con una reducción moderada de la tasa de interés. Señalaron que la inflación total ha disminuido por ocho meses consecutivos, al igual que lo ha hecho la inflación básica desde julio. Ello demuestra la capacidad de la política monetaria para contener los excesos de demanda. Este efecto continuará actuando en el futuro cercano para lograr la convergencia de la inflación a la meta en un horizonte de 12 a 18 meses, tal como lo estableció la Junta en su sesión de noviembre. Agregaron que las expectativas de inflación implícitas en los precios de mercado de deuda pública se han ajustado a la baja desde octubre. Resaltaron que el comportamiento del índice de precios al productor decreció en noviembre. Enfatizaron que la demanda agregada retrocedió de manera notoria en el tercer trimestre con una caída de 6.8%, reflejándose en una contracción de 0.3% del PIB en ese mismo período, y que al parecer esta tendencia persiste en octubre a juzgar por el ISE, que cayó 0.4% en ese mes. Anotaron que la contracción reciente de la actividad económica comenzó a mostrar efectos sobre el desempeño del mercado laboral, tal como se observó en los datos desestacionalizados que mostraron un incremento en la tasa de desempleo en el dominio nacional desde un mínimo de 9.3% en agosto a 9.9% octubre. En forma paralela, subrayaron que el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos ha mostrado un ajuste mayor al previsto, lo cual modera la vulnerabilidad macroeconómica del país y contribuye a hacer más viable una reducción de la tasa de interés. Finalmente, señalaron que las condiciones financieras externas han mejorado recientemente, lo que junto con el menor desbalance externo ha contribuido a reducir la prima de riesgo para el país y a revaluar la tasa de cambio. Los miembros de la Junta que votaron por mantener inalterada la tasa de interés destacaron la existencia de factores de incertidumbre que sugieren cautela y, consiguientemente, aconsejan mantener estable la tasa de política monetaria. Subrayaron su preocupación por la evolución reciente de las expectativas de inflación, en particular la proveniente de los analistas económicos, que en las encuestas de diciembre mostraron un aumento para fin de 2024. Resaltaron el incremento que tuvo la inflación sin alimentos en noviembre al ubicarse en 10.61% anual frente a 10,51% en octubre. Hicieron énfasis en la incertidumbre que significa tener que adoptar una decisión tan importante, sujeta a la sorpresa que podría producir un incremento exagerado del salario mínimo. Agregaron que, si bien la inflación ha venido disminuyendo, su ritmo reducción ha sido muy lento, lo cual revela una merma en la credibilidad en la política monetaria, que podría verse comprometida con una reducción prematura de la tasa de interés. Advirtieron además su preocupación respecto al plan fiscal para los próximos años y al compromiso del Gobierno con la actual regla fiscal. Finalmente, los directores coincidieron en hacer un llamado a la cautela en el ajuste del salario mínimo, que evite que su aumento exceda de forma significativa la variación anual del índice de precios al consumidor en 2023. Ello teniendo en cuenta las ganancias en poder adquisitivo que se obtuvieron en 2023 y que se esperan en 2024 como resultado de la caída prevista de la inflación.
2024-01-01
- Minutas Banrep Enero de 2024: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 25 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 12,75% Cinco directores votaron a favor de esta decisión y dos lo hicieron a favor de reducirla 50 pbs. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: En diciembre la inflación anual cayó por noveno mes consecutivo y al cierre del año se situó en 9,28%, acorde con la proyección del equipo técnico realizada en diciembre. El descenso de la inflación estuvo liderado por alimentos cuya inflación anual se redujo a 5% y por bienes (sin alimentos ni regulados) con un registro de 7,1% al finalizar el año. En contraste, la inflación de regulados se aceleró a 17,2% y la canasta de servicios (sin regulados) sorprendió al alza y continúa registrando una inflación anual elevada cercana a 9%. La mayoría de las medidas de expectativas de inflación se redujeron y señalan una trayectoria descendente en el tiempo. La encuesta mensual de analistas que realiza el Banco mostró que entre diciembre y enero en la mediana de la muestra las expectativas de inflación a un año se redujeron de 5,7% a 5,2% y a dos años de 3,8% a 3,6%. Igualmente, las expectativas que se extraen de los mercados de deuda pública ajustadas mostraron reducciones para todos los plazos. Con relación a la actividad económica el equipo técnico mantiene la estimación de crecimiento de 1% para 2023 y de 0,8% para 2024, el cual es compatible con niveles de producto sostenibles en el largo plazo y con la convergencia de la inflación a la meta. La moderación de la demanda interna se refleja en una disminución del déficit de la cuenta corriente como proporción del PIB, que pasaría de 6,2% en 2022 a 2,8% en 2023, y se situaría en 2,9% en 2024. La corrección del desbalance externo hace que la economía sea menos vulnerable ante eventuales deterioros en el contexto global. Las condiciones financieras externas han mejorado, en medio de una inflación global con tendencia decreciente y una menor desaceleración de la economía mundial frente a lo proyectado. En este entorno, en el curso de 2023 la prima de riesgo soberano de Colombia se redujo y el peso se apreció en mayor proporción que las monedas de los países comparables de la región. El aumento del salario mínimo para 2024 estuvo por encima de lo previsto, lo cual influye en la senda de precios proyectada por el equipo técnico, especialmente en la canasta de servicios. A ello se suman los riesgos derivados del fenómeno de El Niño sobre los precios de los alimentos y la energía, al igual que la perspectiva de ajuste en los precios de los regulados. Todos los miembros de la Junta coincidieron en que existen condiciones propicias para continuar reduciendo la tasa de interés de política, destacándose la reducción de la inflación en diciembre, a pesar de la elevada inflación de regulados. A esto se agrega la disminución de las expectativas de inflación a distintos plazos obtenida tanto de las encuestas como del mercado de deuda pública. Resaltaron la desaceleración del ritmo de actividad económica, cuya variación en el tercer trimestre de 2023 fue de -0,3%, de la mano de la significativa contracción de la inversión, principalmente en los rubros de vivienda, maquinaria y equipo, y obras civiles. Subrayaron que el menor ritmo de actividad económica ya ha empezado a reflejarse en la pérdida de dinamismo del mercado laboral. Teniendo esto en cuenta, los directores discreparon con respecto al monto de la reducción de la tasa de interés de política que juzgan conveniente en las actuales circunstancias. Cinco directores votaron por una disminución de 25 pbs y dos lo hicieron por un recorte de 50 pbs. Los directores que votaron por una reducción de 25 pbs anotaron que una reducción más acelerada de la tasa de política en las condiciones actuales tiene el riesgo de erosionar la credibilidad en la meta. Esta erosión podría impedir avanzar más adelante en el proceso de reducción de tasas y en el relajamiento de la política monetaria, y resultar en mayores costos para la economía. Advierten que, a pesar de la reducción de la inflación, ésta continúa muy por encima de la meta y que, si bien las expectativas han bajado, no todas son consistentes con el logro de dicha meta en el horizonte de 12 a 18 meses anunciado por la Junta en noviembre pasado. Subrayaron su preocupación por el comportamiento de la canasta de servicios, cuya inflación ha venido mostrando una importante rigidez a la baja. Resaltaron que la convergencia de la inflación hacia la meta enfrenta riesgos importantes debido a la fuerte sequía que está generando el fenómeno de El Niño. Consideran que el deterioro de credibilidad en la meta de inflación a corto plazo, luego de tres años consecutivos de incumplimiento, exige que la política monetaria sea especialmente cautelosa, para evitar que aumentos en los precios de los alimentos o de los servicios públicos asociados con el clima puedan convertirse en fuentes de presiones inflacionarias generalizadas. Subrayan que una reducción de 25 pbs de la tasa de interés de política mantiene la tasa de interés real prácticamente inalterada, teniendo en cuenta la disminución reciente de las expectativas de inflación. Anotan que esta es una postura prudente en las circunstancias actuales, y daría tiempo para evaluar el verdadero alcance del fenómeno de El Niño, examinar los incrementos de los precios de los arriendos y la educación, típicos del comienzo del año, y valorar los posibles efectos del reciente incremento del salario mínimo. Agregan que existe incertidumbre en el frente fiscal en relación con la naturaleza y certeza de algunas fuentes de ingreso, que requerirían aclararse en el Plan Financiero de 2024, así como en el Marco Fiscal de Mediano Plazo del Gobierno a publicarse en junio. Con todo, este grupo de directores mantiene la expectativa de poder acomodar reducciones en la tasa de interés de política de mayor tamaño en los meses venideros, a medida que se disipen las fuentes de incertidumbre actuales. Los miembros de la Junta que votaron por una reducción de 50 pbs resaltaron que la política monetaria contractiva puesta en marcha desde septiembre de 2021 ha venido produciendo el ajuste macroeconómico requerido, como lo muestra el freno de la demanda agregada a niveles compatibles con la capacidad productiva, resultantes de la desaceleración del consumo y de la fuerte caída de la inversión. Asociado con ello, se observa una importante corrección del déficit en cuenta corriente, que reduce la vulnerabilidad externa de la economía, a lo cual se suma una disminución del déficit fiscal en el año que acaba de terminar. Esto se refleja en una inflación que sigue descendiendo y en una revisión a la baja de sus expectativas, en un entorno de crecimiento que continuará débil en 2024, según las proyecciones del equipo técnico. Agregan que el mercado laboral muestra señales de deterioro que se manifiestan en un incremento de la tasa de desempleo en la serie desestacionalizada y en un aumento de la población fuera de la fuerza laboral (inactiva). Advierten que la tasa de crecimiento anual en el número de ocupados en la industria ha sido negativa desde mayo, debido a la contracción en los ocupados temporales. Con las proyecciones de menor crecimiento del PIB en 2024, estas tendencias podrían acentuarse. En este contexto insisten en la necesidad de recuperar una senda creciente de inversión que revierta su fuerte descenso en 2023, propósito para el cual una reducción sustancial de la tasa de política contribuiría de manera decidida a través del alivio en los costos del financiamiento, uno de los factores cruciales en la toma de decisiones sobre inversión. Consideran que, frente a este panorama, un recorte tan moderado de la tasa de interés de política mantendría la tasa de interés real en un terreno excesivamente contractivo, retardando el estímulo de crecimiento que la economía requiere con urgencia, causando costos innecesarios a la economía. Los miembros de la Junta Directiva coincidieron en que, con la decisión adoptada en esta sesión, la economía continúa avanzando en el proceso de ajuste necesario para que la inflación converja a la meta a más tardar en el primer semestre de 2025. Reiteraron que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.
2024-03-01
- Minutas Banrep Marzo de 2024: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 50 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 12,25% Cinco directores votaron a favor de esta decisión, uno lo hizo a favor de reducirla 75 pbs y otro votó por una reducción de 100 pbs. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La tendencia decreciente de la inflación total continuó en febrero al ubicarse en 7,7% anual, lo que acumula una caída de 1,5 puntos porcentuales (pp) en los dos primeros meses del año. Asimismo, la inflación sin alimentos ni regulados se redujo 1,2 pp en este período y se situó en 7,3% anual en febrero. El nivel más bajo de la tasa de cambio, un incremento fuerte en la oferta de alimentos y menores aumentos en algunos servicios públicos y de transporte contribuyeron a moderar los precios de la mayoría de los componentes de la canasta del consumidor. No obstante, la inflación del grupo de servicios continuó mostrando relativa rigidez a la baja al pasar de 9% a 8,5% entre diciembre y febrero. Ello obedece a que rubros tan importantes como arriendos, educación y servicios personales entre otros, tienden a ajustarse con la inflación observada y con los incrementos salariales. Las diversas medidas de expectativas de inflación continuaron disminuyendo y, en general, señalan una trayectoria descendente de la inflación. La encuesta mensual de analistas realizada por el Banco mostró que entre diciembre y marzo las expectativas de inflación en la mediana de la muestra se redujeron de 5,7% a 4,7% a un año y de 3,8% a 3,5% a dos años. Del mismo modo, las expectativas obtenidas de los mercados de deuda pública siguieron mostrando reducciones para todos los plazos. El equipo técnico revisó a la baja su pronóstico de inflación para finales de 2024 de 5,9% a 5,4%, en un entorno en el que las acciones acumuladas de política monetaria continuarán contribuyendo a que la inflación converja hacia la meta de 3% en un rango de +/- 1 pp a mediados de 2025. Un nivel bajo de la tasa de cambio, menores presiones de precios y costos internacionales, ajustes moderados en los precios de los alimentos y una indexación a una tasa de inflación menor que en 2023, contribuirán a ese resultado. La contracción de la demanda interna de 3,8% en 2023 corrigió el exceso de gasto sobre ingreso que traía la economía desde años anteriores. Ello no solo contribuyó a reducir las presiones inflacionarias, sino que, además, se tradujo en un ajuste significativo del déficit en la cuenta corriente, el cual pasó del 6,2% del PIB en 2022 al 2,7% en 2023. La corrección del desbalance externo hace que la economía sea menos vulnerable ante eventuales deterioros en el contexto global. Los miembros de la Junta coincidieron en que el favorable comportamiento de la inflación y de sus expectativas y un balance externo más sostenible, conforman un escenario propicio para acelerar el ritmo de los recortes de la tasa de interés de política. No obstante, advierten que subsisten riesgos importantes. El nivel de la inflación observada y sus expectativas aún se distancian sustancialmente de la meta. Subrayan que existe incertidumbre sobre el grado de indexación de los precios de los servicios, y sobre los efectos del fenómeno de El Niño, a pesar de que estos se han venido disipando. Tampoco descartan que las condiciones financieras internacionales puedan tornarse más difíciles. En estas condiciones enfatizan la necesidad de ser cautelosos con los montos del recorte de la tasa de interés. Teniendo esto en cuenta, cinco directores votaron por reducir la tasa de interés en 50 pbs, un director votó por un recorte de 75 pbs, y otro director lo hizo por una reducción de 100 pbs. Los directores que votaron por un recorte de 50 pbs resaltaron las razones que permiten una reducción más acelerada de la tasa de interés de política y los argumentos para mantener la cautela en este proceso. Entre las primeras enfatizan el favorable comportamiento de la inflación durante los primeros dos meses del año, que acentuó su tendencia decreciente registrada en 2023 y que es consistente con la convergencia de la inflación hacia la meta a mediados de 2025. Asimismo, señalaron la reciente reducción en la inflación sin alimentos ni regulados, liderada por el buen comportamiento de los precios de los bienes. Anotaron que la disminución y estabilidad reciente de la tasa de cambio ha contribuido al abaratamiento de las importaciones, lo que ha permitido una reducción de los precios al productor y un alivio para el consumidor. En paralelo con lo anterior, estos directores señalaron que el fuerte retroceso de la demanda interna como parte del ajuste macroeconómico, ha recaído de manera desproporcionada en manufacturas, comercio y construcción, sectores cuya recuperación se vería beneficiada de una reducción de las tasas de interés. Entre los argumentos que justifican ser cautelosos en la velocidad de relajamiento de la política monetaria, subrayaron que recortes abruptos y sorpresivos de las tasas de interés inducirían efectos alcistas sobre las expectativas de inflación y la tasa de cambio, que pondrían en riesgo el cumplimiento de la meta de inflación quizás forzando a la Junta a tener que revertirlos, con importantes costos de credibilidad. Agregaron que el deterioro previsto de la posición fiscal y los llamados del Comité Autónomo de la Regla Fiscal respecto a los riesgos de incumplimiento de esta, reducen el margen de la Junta para un relajamiento agresivo de la política monetaria. Enfatizaron que, a las consideraciones fiscales, se suma la incertidumbre que genera en los mercados los anuncios al más alto nivel de Gobierno en los frentes político, económico y social. Al respecto, subrayaron que la posición internacional de Colombia es frágil, por lo cual el riesgo país y el tipo de cambio podrían deteriorarse rápidamente si se enfrentan eventos que minen la confianza sobre la sostenibilidad fiscal del país o creen dudas sobre su estabilidad institucional. El director que votó por una reducción de 75 pbs coincidió con los demás miembros de la Junta en resaltar el descenso sostenido de la inflación total y básica, que muestra el éxito de la política contractiva iniciada en septiembre de 2021. Igualmente subraya el descenso que han tenido las expectativas de inflación a distintos plazos obtenidas de las encuestas y de los mercados de deuda que, desde su punto de vista, permiten tener algún grado de confianza en alcanzar la meta a mediados del 2025. Agregó que el fuerte impacto sobre los precios que se temía del fenómeno de El Niño parece estarse disipando. Este contexto de menor inflación, condiciones externas favorables, disminución de las primas de riesgo para Colombia, reducción de la tasa de cambio, y compromiso del Gobierno de cumplir la regla fiscal, ofrece a juicio de este director una ventana de oportunidad única para hacer un recorte más fuerte de la tasa de interés de política monetaria. Ello ofrecería un estímulo importante para empezar a revertir la contracción cercana al 25% de la inversión fija que se registró en 2023. De no logarse este propósito, el debilitamiento de la inversión reduciría la capacidad de mejorar el crecimiento futuro de la economía, con consecuencias indeseables en materia de empleo y de ingresos. Finalmente, el director que votó por una reducción de 100 pbs de la tasa de política advierte que la parte más fuerte de la reducción de la inflación ya se produjo y que en adelante su ritmo de descenso sería menor. Señala que los riesgos asociados al fenómeno de El Niño han disminuido y anota que se prevé un buen nivel de abastecimiento agrícola en los próximos meses. Tampoco anticipa una crisis en la generación de energía en la medida en que el nivel existente de reservas hídricas y el apoyo de la generación térmica ofrecen un compás de espera suficiente mientras se normalizan las lluvias. Señala que el problema de las altas tarifas de energía en algunas zonas de país tiene que ver más con imperfecciones de mercado que con escasez de energía, y que su solución reside en una revisión de la regulación. Advierte que está pendiente un acuerdo con los transportadores para definir un esquema de ajuste en los precios del Diesel. En este contexto, este director no ve un riesgo inminente de presiones inflacionarias. En contraste, le preocupan los riesgos de un crecimiento económico demasiado bajo como el que se vislumbra para 2024. Para enfrentarlos sería preciso lograr una reducción importante de la tasa de interés real. Sin embargo, señala que la tasa real (expost) de intervención ha venido aumentando en lo corrido del año debido a que el descenso de la inflación ha sido mayor que los recortes realizados hasta el momento de la tasa de interés de política. Por esta razón identifica un margen suficiente para hacer un recorte de 100 pbs de la tasa de interés a fin de empezar a reducir la tasa de interés real y ofrecer así un estímulo efectivo a la recuperación del crecimiento económico. Los miembros de la Junta coincidieron en que la decisión adoptada en esta sesión acelera el ritmo de reducción de la tasa de interés, al tiempo que mantiene una postura de política acorde con el objetivo de conducir la inflación a su meta a mediados de 2025. Reiteraron que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.
2024-04-01
- Minutas Banrep Abril de 2024: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 50 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 11,75% Cinco directores votaron a favor de esta decisión, uno votó por una reducción de 75 pbs y otro lo hizo por un recorte de 100 pbs. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La inflación total en marzo se ubicó en 7,4%, con lo cual completó 12 meses de descensos consecutivos frente al pico de 13,3% registrado en marzo de 2023. Del mismo modo, la inflación sin alimentos ni regulados ha experimentado una reducción significativa al situarse en 6,8% en marzo. Las canastas de bienes y de alimentos son las que más han contribuido a la reducción de la inflación anual. En contraste, la inflación del grupo de servicios y de regulados continúa mostrando relativa rigidez a la baja. El descenso de la inflación observada se ha reflejado en una revisión a la baja de las expectativas de inflación a lo largo del último año, según sus diferentes medidas. Vistas en el margen, entre marzo y abril las expectativas de los analistas encuestados mensualmente por el Banco se mantuvieron estables en 4,6% y 3,5% a uno y dos años en la mediana de la muestra, mientras que aquellas que se derivan de los mercados de deuda pública mostraron en su mayoría disminuciones a plazos cortos, aunque sus niveles permanecen por encima de la meta. El comportamiento reciente del Indicador de Seguimiento Económico (ISE) durante los primeros meses del año señaló un desempeño positivo del sector primario impulsado por un incremento de la oferta agrícola y de la minería, así como de algunas actividades del sector terciario tales como salud, educación y entretenimiento. Con base en ello, el equipo técnico aumentó su estimativo de crecimiento para el primer trimestre, lo cual se reflejó en una revisión de su proyección de crecimiento económico para 2024 a 1,4%, superior a la predicción de 1,1% que se contemplaba en marzo. Para 2025 el equipo técnico prevé un crecimiento 3,2%, con un consumo que continuaría mejorando, y una inversión que se recuperaría desde los bajos niveles de 2024. A pesar de que el número de ocupados a nivel nacional se ha mantenido relativamente estable o con leves incrementos en las 13 principales ciudades, la tasa de desempleo en estos dominios geográficos continúa mostrando una tendencia gradual al alza, la cual según cifras desestacionalizadas se aproxima en ambos casos al 11%. A pesar de los recientes incrementos en la tasa de desempleo, ésta sigue siendo similar a la observada en la prepandemia. Las condiciones económicas en los Estados Unidos -que se caracterizan por una inflación básica persistente y todavía por encima de la meta, un mercado laboral apretado y revisiones al alza en el crecimiento económico- han incidido en un aumento de las tasas de interés de mediano y largo plazo en los mercados globales. Lo anterior podría implicar condiciones financieras externas menos favorables para el país. Al interior de la Junta Directiva hubo consenso en la necesidad de reducir la tasa de interés, a fin de ayudar a la reactivación económica y de responder a una inflación que efectivamente está bajando y convergiendo hacia la meta. Señalaron que el temor de un fuerte impacto del fenómeno de El Niño sobre los precios de los alimentos o de la energía eléctrica se ha venido disipando. Anotaron que la inflación sin alimentos ni regulados también ha mostrado una marcada tendencia decreciente liderada por el comportamiento favorable de los precios de los bienes. Advirtieron que el mercado laboral que mantuvo resultados favorables hasta el tercer trimestre de 2023 ha comenzado a mostrar señales de deterioro. Al respecto señalaron que, en el primer trimestre de 2024, el empleo asalariado se estancó y que los incrementos de la tasa de la tasa de informalidad indican una menor dinámica y deterioro en la calidad del empleo. Subrayaron que el ajuste a la baja de la demanda agregada ha recaído primordialmente en manufacturas, comercio y construcción de vivienda, sectores que se han visto afectados por las tasas de interés y por otro tipo de factores que debilitan el clima de inversión. Las diferencias entre los directores surgieron fundamentalmente de los distintos énfasis en la forma como interpretan la coyuntura y los riesgos inherentes. Un grupo de cinco directores votó a favor de una reducción de 50 pbs, uno lo hizo por un recorte de 75 pbs, y otro votó por una reducción de 100 pbs. Los miembros de la Junta que votaron por una reducción de 50 pbs consideran adecuado mantener el ritmo de recortes de la tasa de política de la sesión anterior, que juzgan como una reducción sustancial. Al respecto señalan que una reducción de 50 pbs de la tasa de política conlleva a que la tasa de interés real ex ante, la más relevante para las decisiones de inversión, continúe su tendencia descendente. Reconociendo la existencia de condiciones propicias para proseguir con el relajamiento de la política monetaria, este grupo de directores advierte que las condiciones financieras internacionales se han venido tornando menos favorables como lo muestran los aumentos de las tasas de interés de los bonos del tesoro americano a largo plazo y las mayores posibilidades de que la Reserva Federal de los Estados Unidos posponga sus recortes de tasa de interés. Esto se ha reflejado en desvalorizaciones de los TES en un entorno de mayor volatilidad y menor liquidez, al tiempo que la tasa de cambio frenó la tendencia de apreciación que traía desde el año pasado. Anotan que, en estas condiciones, reducciones agresivas de la tasa de política podrían generar incrementos abruptos de la tasa de cambio, con implicaciones indeseables sobre la trayectoria de la inflación y sobre la carga de la deuda pública. Subrayan que una reducción de la tasa de política de mayor tamaño a la esperada por el mercado podría originar cierta reversión en el proceso de reanclaje de expectativas o profundizar algunos de los deterioros recientes en los mercados financieros. Algunos de los directores de este grupo advierten que el incremento previsto del déficit del Gobierno Nacional Central en más de un punto del PIB en 2024 podría retardar la convergencia de la inflación hacia su meta en el plazo que espera la Junta Directiva. En este contexto se hace necesario ser especialmente cautelosos con los recortes de la tasa de interés de política. El director que votó por un recorte de 75 pbs coincide con el diagnóstico del grupo mayoritario sobre la existencia de condiciones propicias para proseguir con los recortes de las tasas de interés iniciados en diciembre, pero considera que es posible acelerar el ritmo de reducción de la tasa de interés sin arriesgar los avances alcanzados en el descenso de la inflación. Considera que es prioritario revertir la fuerte caída en la inversión, para lo cual un recorte mayor puede contribuir a dar una señal positiva a los inversionistas. Señala que numerosos empresarios consultados resaltan la parálisis en el cierre financiero de proyectos debido al elevado nivel de las tasas de interés. En este contexto insiste que un mayor recorte en las tasas podría contribuir a configurar un escenario más favorable para la inversión y apuntalar el crecimiento. Finalmente, el director que votó por un recorte de 100 pbs recalcó que a pesar de los recortes de la tasa de interés que la Junta Directiva ha hecho hasta el momento, la política monetaria continúa siendo altamente restrictiva. Lo que ahora se requiere, en opinión de este director, es darle prioridad a la reactivación de la economía, lo cual, entre sus muchos beneficios, contribuiría a aumentar los recaudos tributarios y a fortalecer las finanzas públicas del país. Con la decisión adoptada en esta sesión la Junta prosigue con los recortes de la tasa de interés de política que contribuyan a impulsar el crecimiento, al tiempo que mantiene una postura de política acorde con el objetivo de conducir la inflación a su meta a mediados de 2025. La Junta Directiva reiteró que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.
2024-06-01
- Minutas BanRep Junio de 2024: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 50 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 11,25% Cuatro directores votaron a favor de esta decisión y dos lo hicieron por una reducción de 75 pbs*. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La inflación anual en mayo se mantuvo inalterada en 7,2%, mientras que la inflación básica, sin alimentos ni regulados, se redujo de 6,4% a 6,1%. La inflación anual de los alimentos aumentó de 3,0% a 4,4% ligeramente más de lo previsto, debido al repunte de los precios de algunos alimentos perecederos que fueron afectados por el fenómeno de El Niño de forma más fuerte que lo esperado. Excepto por alimentos, la inflación del resto de los principales segmentos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se redujo. En cuanto a las expectativas de inflación, la encuesta de analistas económicos realizada en junio por el Banco de la República mostró en la mediana de la muestra un descenso con respecto a la medición de mayo de 4,6% a 4,3% de la inflación esperada a un año, y estabilidad en 3,8% para la expectativa de inflación a fin de 2025. Las expectativas de inflación obtenidas del mercado de deuda pública permanecieron relativamente estables y si bien mantienen una trayectoria descendente en el horizonte de política, continúan por encima de la meta. El crecimiento del PIB de 0,9% en el primer trimestre superó las estimaciones del equipo técnico del Banco (0,3%). Durante este período la demanda externa neta realizó el principal aporte positivo al crecimiento anual del PIB, dada una caída anual de las importaciones y un aumento de las exportaciones. En el segundo trimestre la economía habría continuado su trayectoria de recuperación, según lo sugieren indicadores como el ISE, y otros de alta frecuencia como los desembolsos de crédito de consumo, los pagos por medios electrónicos, las exportaciones y las importaciones mensuales, el pulso regional, el transporte de carga y el número de pasajeros aéreos. Las primas de riesgo para el país y la tasa de cambio del peso frente al dólar han permanecido elevadas en las últimas semanas, principalmente como consecuencia de la incertidumbre sobre el comportamiento de la inflación en los Estados Unidos y el manejo de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal, que han generado tensiones en los mercados financieros internacionales y fortalecido el dólar a nivel mundial. En el ámbito interno, en un contexto en el cual la sostenibilidad fiscal a mediano plazo sigue siendo retadora, son bienvenidos el ajuste del gasto público anunciado por el Gobierno Nacional y su compromiso de cumplir con la Regla Fiscal. Existe consenso entre todos los miembros de la Junta Directiva de continuar con el proceso de reducción de la tasa de interés de intervención iniciado en diciembre del año pasado. Ello es coherente con la tendencia decreciente que la inflación anual ha mantenido desde abril del 2023. Los directores concuerdan en que la política monetaria restrictiva ha cumplido con su objetivo de reducir el exceso de gasto de la economía, el cual, sumado a los múltiples y persistentes choques de oferta ocurridos a partir de la pandemia, desató la espiral inflacionaria más fuerte que haya sufrido el país desde la adopción del esquema de Inflación Objetivo a finales de 1999. Estando de acuerdo con ello, los miembros de la Junta continuaron divergiendo en cuanto a los montos de recortes a la tasa de interés de política que consideran adecuados para llevar la inflación a la meta. Esto se explica, entre otras razones, por el distinto peso que los miembros de la Junta le otorgan a los riesgos existentes y a las diferentes preferencias sobre las características específicas del proceso de ajuste. Por otra parte, todos los directores valoran los recientes esfuerzos del Gobierno en el frente fiscal, con un ajuste notable del gasto frente a 2023. En esta sesión cuatro directores votaron por una reducción de 50 pbs de la tasa de interés de política, y dos lo hicieron por un recorte de 75 pbs. El grupo de directores que votó por una disminución de 50 pbs destacó que esta es una decisión que mantiene el ritmo sustancial de recortes de las dos sesiones previas de la Junta Directiva, la cual, dada la estabilidad de la inflación y de las expectativas de inflación en mayo, se refleja en una reducción de la misma magnitud de la tasa de interés real, tanto exante como expost. Consideran que una disminución más pronunciada de la tasa de interés podría no ser sostenible en el tiempo, dados los riesgos que subsisten para la convergencia de la inflación anual a la meta en el plazo propuesto por la Junta. Entre ellos, subrayan la rigidez a la baja de la inflación en algunos servicios, incluidos los arrendamientos y las tarifas de energía, y la depreciación del peso frente al dólar en las últimas semanas. Destacan el riesgo relacionado con los precios de los alimentos, cuya inflación repuntó en mayo. Adicionalmente, advierten que si bien las expectativas de inflación muestran una tendencia decreciente en el tiempo, éstas se mantienen por encima de la meta para los plazos relevantes en los cuales la Junta se propone alcanzarla. Los miembros de la Junta que votaron por una reducción de 75 pbs coinciden con el grupo mayoritario en reconocer los riesgos que subsisten para la trayectoria de la inflación a la meta. No obstante, califican algunos de ellos. En el caso de las tarifas de energía eléctrica subrayan que se disipó el riesgo de apagón, la generación hídrica ha venido aumentando y algunas plantas solares están entrando en operación. Anotan que el gobierno implementará la opción tarifaria mediante la cual asumirá la deuda con las empresas de energía en la costa atlántica de los estratos 1, 2 y 3 para aliviar el incremento en los precios de la energía. También señalan que muchos de los mecanismos de indexación de precios al salario mínimo se desactivaron desde finales de 2022. De otra parte, estos directores insisten en que la política monetaria contractiva ha logrado reducir los excesos de demanda y su efecto acumulado seguirá obrando para llevar la inflación a la meta de 3%. Recuerdan que el crecimiento de 0,6% para 2023 se ubicó por debajo de los pronósticos más conservadores, y que la desaceleración del consumo y la caída de la inversión en más de 25% incidieron en una importante corrección del déficit en cuenta corriente. Agregan que los datos del PIB para el primer trimestre de 2024 mostraron que la demanda interna continuó contribuyendo negativamente a la actividad económica debido a la contracción del consumo de los hogares (- 0,1%) y al descenso de la inversión (-14,6%). En estas circunstancias, consideran indispensable hacer menos restrictiva la política monetaria con recortes mayores de la tasa, con el propósito de aportar a una recuperación de la inversión y con ella a las posibilidades de un crecimiento más cercano al potencial en los próximos años. Subrayan que la tasa de inversión en Colombia cayó de 23,4% del PIB en 2015, a 18% en la actualidad, lo que la ubica en un nivel muy inferior a la de países pares como México (24,7%), Perú (24%) y Chile (23,8%). Con la decisión adoptada en esta sesión la política monetaria mantiene una postura acorde con el objetivo de conducir la inflación a su meta a mediados de 2025, al tiempo que ofrece un nuevo impulso a la recuperación del crecimiento económico. La Junta Directiva reiteró que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible. __________________________________________________________________ *Un Director estuvo ausente por razones justificadas
2024-07-01
- Minutas BanRep Julio de 2024: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 50 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 10,75% Cinco directores votaron a favor de esta decisión y dos lo hicieron por una reducción de 75 pbs. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: La inflación anual aumentó levemente, de 7,16% a 7,18%, entre los meses de mayo y junio, mientras que la inflación básica sin alimentos ni regulados descendió de 6,1% a 6,0% en línea con los pronósticos del equipo técnico. La inflación anual de alimentos presentó un nuevo incremento de 4,4% a 5,3%, debido a fenómenos climáticos que afectaron los precios de algunos alimentos perecederos. Lo anterior fue compensado por la menor inflación de regulados que se redujo de 13,7% a 13,3%, al igual que por el descenso de 1,7% a 1,4% de la inflación anual de bienes diferentes a alimentos y regulados, favorecida por una buena oferta a nivel mundial y por la apreciación del peso. Las expectativas de inflación a 12 meses obtenidas a partir de la encuesta del Banco a los analistas en julio se redujeron de 4,3% a 4,2% con respecto a la encuesta de junio, y las de 24 meses se mantuvieron inalteradas en 3,4% en la mediana de la muestra. Por su parte, aquellas que se derivan de los mercados de deuda pública cayeron para todos los plazos, y en algunos casos comenzaron a entrar a mediados de 2025 en el rango de 3+/-1% anunciado por el Banco el pasado noviembre. Los indicadores de actividad económica sugieren que el PIB habría continuado su senda de recuperación durante el segundo trimestre, con comportamientos dispares entre sectores. El sector primario y algunos servicios asociados con el sector público y entretenimiento han mostrado un buen desempeño. En contraste, las actividades secundarias, que comprenden industria y construcción, continúan mostrando crecimientos anuales negativos, pero con variaciones mensuales que comienzan a mejorar. El equipo técnico prevé que los niveles de actividad económica continuarían recuperándose y el PIB alcanzaría un crecimiento de 1,8% en 2024, el cual supera el pronóstico de 1,4% que el equipo técnico realizó en abril. La tendencia decreciente que la inflación ha venido mostrando en los Estados Unidos y en otras economías desarrolladas, así como los deterioros que en el margen exhibe el mercado laboral norteamericano permiten anticipar condiciones de financiamiento externas más holgadas, ante la expectativa de políticas monetarias más acomodaticias por parte de los bancos centrales de dichos países. A igual que en sesiones anteriores, la Junta Directiva fue unánime respecto a la necesidad de continuar reduciendo la tasa de interés de política con el fin de estimular la actividad económica. Este consenso reconoce que se han conformado condiciones propicias para seguir llevando la política monetaria hacia una postura menos contraccionista. Así lo confirman la tendencia decreciente de la inflación total y básica y sus expectativas, el moderado ritmo de crecimiento económico, la fuerte reducción observada en el déficit en cuenta corriente y la perspectiva de un posible relajamiento de las condiciones financieras globales. Al mismo tiempo, los miembros de la Junta concuerdan en la importancia de mantener la prudencia en el proceso de recortes a la tasa de interés, en vista de los riesgos que subsisten sobre el comportamiento de la inflación. Entre estos destacan la evolución de los precios de los alimentos, el insostenible costo fiscal de continuar posponiendo aumentos en algunos precios y tarifas de bienes y servicios regulados, la rigidez a la baja de la inflación en algunos servicios, y posibles presiones cambiarias ante la volatilidad de las condiciones externas. En este contexto, hubo posiciones diferentes sobre el monto del recorte que con la información disponible los directores consideran apropiado. En esta oportunidad, cinco directores votaron por reducir la tasa de interés de política en 50 pbs. y dos lo hicieron por un recorte de 75 pbs. El grupo mayoritario reiteró algunos de los factores que permiten seguir encaminando la política monetaria hacia una postura menos contractiva, pero advirtió que una reducción de la tasa de interés de política que exceda 50 pbs. podría no ser sostenible en el tiempo, y comprometería la continuidad del proceso. Ello en razón a los riesgos que subsisten sobre el comportamiento de la inflación, los cuales reducen su probabilidad de convergencia a la meta en los plazos propuestos. Entre ellos anotan que la inflación de servicios continúa en niveles elevados cercanos al 8,0%, debido a la rigidez de rubros tan importantes como los arrendamientos y la comidas fuera del hogar. Señalan que no puede darse por descontada la ausencia de presiones cambiarias en un ambiente de elevada incertidumbre externa y volatilidad del precio del petróleo. Añaden que las primas de riesgo para el país son relativamente altas en un contexto de perspectivas fiscales desafiantes y que generan incertidumbre para la actividad económica y para la inversión, como se evidencia en los recientes documentos del Marco Fiscal de Mediano Plazo y el Presupuesto General de la Nación. En tales condiciones, resaltan que un recorte de 50 pbs. de la tasa de interés de política es significativo, el cual se traduce en una reducción de la tasa de interés real que la coloca por debajo de los niveles de tasa de interés real de intervención de países como Brasil y México que tienen tasas de inflación más bajas que las de Colombia. Los directores que votaron por una reducción de 75 pbs. de la tasa de interés de política admiten que el comportamiento de la inflación no está exento de riesgos, como lo advierten los análisis del equipo técnico y lo recalcan los demás miembros de la Junta. No obstante, hacen hincapié en que la tendencia a la baja de los indicadores de inflación y la disminución de las expectativas de inflación en distintos horizontes muestra los frutos de la política contraccionista y las probabilidades de alcanzar la meta el próximo año. En particular, resaltan que la reducción de algunas de las medidas de expectativas derivadas del mercado de deuda, indicarían que la inflación retornaría a niveles cercanos a la meta de 3+/-1% a mediados del 2025 en un contexto de condiciones financieras internacionales más favorables, lo cual augura un mejor escenario para continuar con la tarea de llevar la inflación a su meta. Anotan que la mayor informalidad laboral que reportan los informes del DANE muestra un deterioro en la calidad del empleo. Advierten que los sectores que más peso tienen en la estructura del mercado laboral no son los que lideran la mayor ocupación, y que los niveles de empleo son sostenidos por algunas ramas de servicios, asociadas a empleos menos estables. En este contexto, estos directores insisten en la necesidad de mantener los esfuerzos por fortalecer la recuperación, porque aún con el alza a 1,8% en el estimativo de crecimiento del equipo técnico para 2024, Colombia se sitúa por debajo del promedio de crecimiento regional (2,0%) y el de países pares como Brasil (2,5%) o Chile (2,3). Finalmente, señalan que el ajuste del gasto del Gobierno Central y particularmente el compromiso de cumplimiento de la regla fiscal en 2024 y 2025, conforman un mejor entorno macroeconómico y abren una ventana de oportunidad para proponer un mayor recorte de la tasa de interés de política. Los miembros de la Junta subrayaron que la decisión adoptada en esta sesión ofrece un nuevo impulso a la recuperación del crecimiento económico, al tiempo que mantiene la prudencia requerida, dados los riesgos que subsisten sobre el comportamiento de la inflación. La Junta Directiva reiteró que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.
2024-09-01
➢ Minutas BanRep Septiembre de 2024: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 50 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 10,25% Cuatro directores votaron a favor de esta decisión y tres lo hicieron por una reducción de 75 pbs. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: • La inflación anual en agosto se situó en 6,1%, por debajo de los pronósticos del equipo técnico y del mercado. Parte de esta sorpresa tuvo origen en el rubro de alimentos, cuya inflación descendió de 5,3% a 3,4% entre julio y agosto, jalonada principalmente por el buen abastecimiento de productos perecederos. El grupo de regulados también contribuyó al descenso de la inflación total por menores ajustes en algunos servicios públicos y una senda decreciente en la variación anual en los precios de los combustibles. Por su parte, la inflación básica sin alimentos ni regulados descendió a 5,5% principalmente por una menor inflación de bienes, favorecida por bajos aumentos en precios y costos internacionales. • La mayoría de las medidas de expectativas de inflación que se derivan de los mercados de deuda pública se redujeron y varias apuntan a que la inflación se aproximaría a la meta del 3% durante los próximos doce meses. En contraste, las expectativas obtenidas de las encuestas a los analistas permanecieron relativamente estables y por encima de la meta en horizontes de 12 a 24 meses. Esta diferencia de expectativas podría atribuirse al hecho de que los analistas prevén un descenso de la tasa de interés de política más lento de lo que espera el mercado. • El PIB registró un crecimiento anual del 1,8% en el segundo trimestre en su serie desestacionalizada, impulsado por el buen dinamismo de la demanda interna, la cual creció 1,6% debido principalmente al incremento del consumo de los hogares, componente que se mantiene en niveles elevados en relación con su tendencia prepandemia. Por su parte, si bien la formación bruta de capital fijo se expandió 2,2%, sus niveles continúan considerablemente por debajo de los que se hubieran alcanzado de haberse mantenido su tendencia de prepandemia. Por el lado de la oferta, los sectores más dinámicos fueron el agropecuario; actividades artísticas y recreación; y administración pública. También se destacó la expansión de las obras civiles (13,9%), que logró compensar la caída del sector de edificaciones. Algunos indicadores de actividad económica como las ventas al por menor, las encuestas sectoriales y el ISE para julio sugieren que la economía habría seguido profundizando su proceso de recuperación en el tercer trimestre. • A pesar de la reducción de la tasa de interés en 50 pbs. y de las expectativas de recortes adicionales por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), las primas de riesgo en América Latina aumentaron y en Colombia lo hicieron en mayor proporción. Así lo muestran los ‘credit default swap (CDS)’ para Colombia (una medida de riesgo de la deuda a distintos horizontes), los cuales se ubican actualmente por encima del de sus principales pares latinoamericanos y de otras economías emergentes. Ello está asociado, entre otros factores, a la reducción en los precios internacionales del petróleo y a la retadora situación fiscal en el frente local. Los miembros de la Junta Directiva coincidieron en destacar que en el curso de 2024 la recuperación de la actividad económica en Colombia se ha venido afianzando, al tiempo que la inflación anual ha continuado reduciéndose. Este proceso ha estado mediado por una política monetaria que ha buscado acercar la inflación a la meta con el menor sacrificio posible en términos de actividad económica. Aunque la inflación ha disminuido de manera significativa, su nivel actual continúa elevado y duplica la meta, lo cual invita a la cautela y hace necesario mantener una postura monetaria contractiva. En este contexto, y basados la mayoría en análisis y proyecciones elaborados por el equipo técnico del Banco, los directores debatieron sobre la mejor decisión a tomar, sin que se llegara a un consenso. Cuatro miembros de la Junta optaron por un recorte de la tasa de interés de política de 50 pbs, y tres votaron por una reducción de 75 pbs. El grupo mayoritario considera que las condiciones son favorables para proseguir con el relajamiento de la política monetaria. Entre ellas, la sustancial disminución de la inflación anual durante julio y agosto, la reducción de las expectativas de inflación implícitas en el mercado de deuda, el reciente recorte de la tasa de interés, así como las señales de futuras disminuciones por parte de la FED. No obstante, a juicio de algunos los miembros de este grupo de directores, acelerar el ritmo de recortes de la tasa de interés de política más allá de 50 pbs. podría conllevar riesgos importantes para la continuidad de ese proceso. Entre ellos mencionan: (i) el nivel todavía elevado de la tasa de inflación en Colombia, tanto en el contexto regional como internacional, (ii) la persistencia de la inflación de servicios, en especial en rubros indexados tales como el de arrendamientos, (iii) la incertidumbre en el ajuste del salario mínimo para el próximo año y (iv) la rigidez de las expectativas de inflación de los analistas económicos acorde con su perspectiva de un panorama monetario más acomodaticio. Enfatizan que la creciente incertidumbre en el frente fiscal, dada la poca claridad sobre el tamaño del faltante fiscal y la forma de financiarlo, dificultan que el país se beneficie plenamente del relajamiento de las condiciones financieras externas, lo que contribuye a aumentar los riesgos inflacionarios de origen cambiario. En estas condiciones, este grupo destaca que una reducción de 50pb de la tasa de interés de política, precedida de recortes similares en sesiones pasadas, constituye un paso importante para reducir la postura contraccionista acorde con los objetivos propuestos por la Junta Directiva. Igualmente contribuiría a reforzar la percepción de que las tasas de interés de política podrán seguir reduciéndose en el futuro, percepción que ha sido fundamental para que las tasas de interés a plazo del sistema financiero, tanto activas como pasivas, se hayan reducido en mayor magnitud que la tasa de política. La perspectiva de sostenibilidad en el proceso de reducción de la inflación y de la tasa de interés ha contribuido además a los signos de recuperación de la economía que ya se aprecian en 2024 y a las proyecciones para 2025 y 2026, cuando se prevé que la economía colombiana estará creciendo a ritmos acordes con su potencial. Esto se da en un contexto en el que el mercado laboral continúa con niveles de empleo comparables con los observados un año atrás y una tasa de desempleo que se mantiene por debajo del estimado de largo plazo por parte del equipo técnico del Banco. Los miembros de la Junta que votaron por una reducción de 75 pbs. destacaron que la política monetaria ha logrado inducir un descenso sostenido de la inflación, que la ha aproximado al logro de la meta. Algunos de ellos resaltaron que este hecho se refleja en las expectativas de inflación obtenidas tanto de los mercados de deuda pública como de los analistas, lo cual constituye un elemento que permite tener confianza en el logro de la meta de inflación, teniendo en cuenta que la política monetaria seguirá obrando, en un contexto de menores precios internacionales y de condiciones financieras externas más favorables. Ellos hacen énfasis en que estas circunstancias ofrecen la oportunidad de impulsar los brotes de reactivación que están presentes en la coyuntura, en especial en la inversión y por lo tanto en las perspectivas de crecimiento económico futuro. Al respecto anotan que la formación bruta de capital fijo dejó de caer y que en el segundo trimestre de 2024 creció en sus principales componentes, como las obras civiles y maquinaria equipo. Uno de los directores notó que no hay espacio macroeconómico para aumentar la inversión. Otro factor que muestra los avances en el ajuste realizado es la reducción en el déficit en cuenta corriente, que persiste hasta el segundo trimestre de 2024. Algunos agregan que el mercado laboral muestra signos de debilitamiento al registrar en julio de 2024 una tasa de desempleo nacional de 9,9% superior por 0,3pp al 9,6% presentado en julio de 2023. Subrayan que la creación de 21.000 empleos en julio pasado es la cifra más baja de generación de empleo después de pandemia. Señalan una caída en la tasa de participación (64,2% en julio de 2024 vs 64,8% en igual mes de 2023) y a su vez una menor tasa de ocupación (57,8% vs 58,6% en 2023). Igualmente advierten que la tasa de desempleo del trimestre móvil mayo-julio de 2024 fue de 10,2% frente a 9,8% en el mismo trimestre en 2023. En este contexto, estos directores enfatizan su preocupación por que la postura de política monetaria ha tendido a tornarse más restrictiva teniendo en cuenta que las reducciones de la tasa de inflación han superado los recortes de la tasa de política. Los miembros de la Junta coincidieron en que la decisión adoptada en esta sesión continúa apoyando la recuperación del crecimiento económico y mantiene la prudencia requerida dados los riesgos que subsisten sobre el comportamiento de la inflación. Reiteraron que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.
2024-10-01
➢ Minutas BanRep Octubre de 2024: La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría reducir en 50 puntos básicos (pbs) la tasa de interés de política monetaria a 9,75% Cuatro directores votaron a favor de esta decisión y tres lo hicieron por una reducción de 75 pbs. En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta los siguientes elementos: • Entre agosto y septiembre la inflación anual presentó una reducción de 6,1% a 5,8%. Esta caída fue liderada por el grupo de regulados, cuya inflación anual disminuyó un punto porcentual (de 11,1% a 10,1%), jalonada principalmente por los combustibles. La inflación de alimentos también registró una reducción importante (de 3,4% a 2,7%) gracias al comportamiento de los precios de los perecederos. La inflación básica (sin alimentos ni regulados) permaneció estable alrededor de 5,5%, debido fundamentalmente a la persistencia de la inflación anual de servicios, la cual se mantuvo alrededor de 7,5%. • Teniendo en cuenta estas tendencias, el equipo técnico redujo su pronóstico de inflación para 2024 a 5,3% y el de la inflación básica (sin alimentos ni regulados) a 5% y estimó que la inflación total continuaría su proceso de convergencia a la meta en 2025. Por su parte, las expectativas de inflación para fin de 2025 provenientes de las encuestas se mantuvieron estables en 3,8% y las implícitas en los mercados de deuda pública permanecieron en promedio ancladas alrededor de 3%, aunque algunos de los indicadores aumentaron en las últimas semanas del mes. • Desde el último trimestre de 2023 el dinamismo de la actividad económica ha venido en ascenso, alcanzando en cada trimestre tasas de crecimiento superiores a las esperadas. Los datos más recientes indican que la recuperación del PIB se estaría consolidando. A su vez el mercado laboral ha mostrado signos de fortaleza con una población ocupada que ha venido aumentando y una tasa de desempleo levemente inferior al 10%. Sobre esta base, el equipo técnico revisó ligeramente al alza su pronóstico de crecimiento para 2024 a 1,9%, soportado en un mejor comportamiento del consumo privado, de la inversión en maquinaria y equipo y de las obras civiles. De manera similar, la proyección de crecimiento para 2025 se aumentó al 2,9%, en el entorno de una política monetaria menos restrictiva. Los miembros de la Junta Directiva estuvieron de acuerdo en que los favorables desarrollos recientes de la inflación y de sus expectativas, al igual que la revisión a la baja de sus pronósticos, ofrecen condiciones propicias para proseguir con los recortes de la tasa de interés de política. Resaltan que las decisiones de política monetaria han sido exitosas en promover un proceso gradual de convergencia de la inflación hacia la meta y en facilitar una recuperación de la actividad económica. Al mismo tiempo advierten que se vienen materializando nuevos riesgos que exigen mantener la prudencia en las decisiones de política monetaria. Entre ellos resaltaron la fuerte devaluación de la tasa de cambio observada durante las últimas semanas, que si bien ha sido un fenómeno común para otras economías latinoamericanas en un contexto de incertidumbre sobre las condiciones financieras globales, en el caso colombiano se ha visto acentuada por la notable caída de los precios internacionales del petróleo, la creciente preocupación por el financiamiento del presupuesto de 2025 y la incertidumbre por las perspectivas fiscales de mediano plazo asociadas al proyecto de Acto Legislativo sobre las transferencias a los entes territoriales. Despejar estas dudas es un requisito indispensable para serenar los mercados y mantener la estabilidad macroeconómica del país. Destacaron que el debilitamiento del peso y de otras monedas de la región se ha dado a pesar de la importante reducción de la tasa de interés de la Reserva Federal en su reunión de septiembre. Ello reduciría el margen de maniobra para continuar con el relajamiento de la política monetaria al ritmo que se ha venido llevando a cabo hasta el momento. Frente a este panorama, cuatro directores votaron por una reducción de 50 pbs. de la tasa de interés de política y tres los hicieron por un recorte de 75 pbs. El grupo mayoritario que votó por una reducción de 50 pbs. subrayó que los nuevos factores de riesgo que han venido surgiendo hacen poco recomendable una reducción de la tasa de política mayor a 50 pbs, puesto que en las circunstancias actuales ello podría comprometer la convergencia de la inflación hacia la meta. Anotan que la falta de claridad del proyecto de Acto Legislativo sobre el traslado de competencias a los entes territoriales sin que permita reducir pari passu (al mismo ritmo) los gastos de la Nación en forma compensatoria, acentúa la incertidumbre sobre las consecuencias fiscales de esta reforma. Ello se traduce en un mayor ambiente de nerviosismo en los mercados, que incrementa las primas de riesgo y la tendencia a la depreciación del peso, lo cual conduce a mayores presiones inflacionarias. A ello se agrega el impacto que la caída del precio del petróleo pueda tener sobre los ingresos fiscales y sobre la entrada de divisas al país, lo cual constituye un elemento adicional de presión al alza sobre la tasa de cambio y la inflación. Aparte de los riesgos fiscales y cambiarios que acentúan la necesidad de mantener la cautela en el relajamiento de la política monetaria, estos directores recalcan otras fuentes de riesgo importantes que ya se habían advertido en sesiones anteriores de la Junta. Entre ellas mencionan la persistencia de la inflación de servicios, en particular de los arriendos y de las comidas fuera del hogar, que se ha reflejado en una resistencia a la baja de la inflación básica (sin alimentos ni regulados), a pesar de la postura contraccionista de la política monetaria. Finalmente anotan las presiones que podrían surgir de un eventual aumento del salario mínimo superior al que suponen las proyecciones del equipo técnico, el cual es equivalente a la inflación prevista para 2024 más una estimación de crecimiento de la productividad laboral. Los directores que votaron a favor de una reducción de 75 pbs. resaltaron la tendencia decreciente que ha venido mostrando la inflación en los últimos meses con reducciones mayores a las anticipadas por el equipo técnico y el mercado. Ello ha llevado a revisiones a la baja de los pronósticos de inflación para 2024 y 2025 por parte del equipo técnico, como nuevamente lo hizo para esta sesión de la Junta. Las expectativas de inflación se mantienen bien ancladas para los próximos dos años. Adicionalmente, los riesgos inflacionarios sobre los precios de los alimentos a raíz del paro camionero no se materializaron, mientras que en septiembre hubo sorpresas a la baja en los precios de los regulados y de algunos bienes. De otra parte, la recuperación de la actividad económica continúa consolidándose en el contexto de una política monetaria que sigue siendo restrictiva y el mercado laboral muestra signos de resiliencia. La reducción de la tasa de desempleo por debajo de sus niveles históricos confirma el dinamismo de la actividad económica. Las condiciones anteriores habrían marcado un momento excepcional y temporal en el ritmo de reducciones y abierto una última ventana de oportunidad para la política monetaria de ofrecer a la economía un impulso correspondiente a una reducción de 75 pbs. Si bien estos directores comparten las preocupaciones sobre los retos que actualmente se plantean para la sostenibilidad de las finanzas públicas, algunos de ellos confían en que, como se ha logrado en el pasado, las instituciones y la voluntad lograrán alcanzar un consenso para encontrar una fórmula que evite el deterioro fiscal y disipar los temores en los mercados. Finalmente, opinan que la reciente depreciación del peso es un fenómeno sobre el que parecen pesar más factores internacionales que también explican la depreciación de las monedas de varios países emergentes. Sin embargo, uno de los codirectores alertó de los riesgos que habría si la reciente depreciación del peso no llegara a ser un fenómeno transitorio. Los directores coincidieron en que la reducción de la tasa de interés aprobada en esta sesión continúa apoyando la recuperación del crecimiento económico y mantiene la prudencia requerida dados los riesgos que subsisten sobre el comportamiento de la inflación. Reiteraron que futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible.